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milio Lora-Tamayo y D’Ocon es actualmente el presidente del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CESIC) desde 2012. También lo
presidió en 2003-2004. Igualmente lo presidió entre 1967 y 1971 su padre,
Manuel, que fue ministro de Educación de Franco desde 1962 a 1968. El profesor
Lora-Tamayo es físico y Catedrático de Electrónica de la Universidad Autónoma
de Barcelona. Ahora se encuentra en la edad de jubilación, con lo que su retiro
liberaría de algunos lastres a las instituciones. Pero seguro que no dejará sus
actividades todavía, a no ser que le cese en su cargo un próximo gobierno. Por
si son pocos sus méritos, trabajó, además, en el Comité Científico Asesor en el
desastre del, Prestige, cuando sólo salían apenas unos hilillos, según M. Rajoy.
La incompetencia sigue siendo recompensada en España, como no podía ser menos.
No somos todos iguales
por naturaleza, ni partimos todos de cero, sino que la situación social y
familiar de cada uno marca lo que seremos en el futuro. Lora-Tamayo ha tenido
una situación privilegiada, sin duda. Dicen, en cambio, que lo está pasando mal
en el CSIC, porque se encuentra en quiebra técnica prácticamente. No se trata
de una empresa más que se encamina a la ruina, porque estamos ante la mayor
institución pública de investigación española. El golpe para la ciencia podría
ser mortal.
E. Lora-Tamayo, presidente del CSIC [eldiario.es] |
Lora-Tamayo parece no dar más importancia a los recortes
presupuestarios del Gobierno de Rajoy y la congelación de fondos para
investigación, al menos de cara al exterior, pero muchos investigadores de
calidad y prestigio reconocidos no han podido sobrevivir. Dice que sólo le
redujeron 20 millones en 2012, porque el déficit de más de 100 millones acumulados
venía de antes. Vamos que se trata aquí también de la herencia recibida.
Algunos aprenden pronto a manipular los datos para echar las culpas a los
demás. Esto ya lo conocemos bien, porque ha sido la estrategia común de la
Legislatura que ha finalizado. Para qué responsabilizarnos de lo que sucede,
cuando basta con echar las culpas a otros, que ya no llevan la gestión pública.
Por eso fue necesario que el Ministerio abriera créditos extraordinarios de 95
millones para no tener que cerrar. Se pensó que esto podría sanear la
situación, pero no fue así.
Un poco de historia
Sede central del CSIC ¨[ciberjob.org] |
El Consejo sigue sin funcionar, a pesar del nombramiento de
buenos gestores. Se creó en el siglo pasado con una orientación determinada y
está todavía anclado en ella, porque nadie ha sido capaz de proceder a su
reconstrucción. Lora-Tamayo declara que el Consejo no está politizado, ni ha
pertenecido nunca a ningún gobierno. Se creó hace 75 años por el régimen
franquista como respuesta a la Junta para Ampliación de Estudios de la
Institución Libre de Enseñanza (ILE). Ésta fue arrasada en 1939 con la derrota
de la República por los gloriosos vencedores sublevados. Esto no constituye
ninguna acción sectaria para Lora-Tamayo. Así lo proclama y se queda tan ancho.
Pues bien, el 24 noviembre 1939 Franco dispuso en la ley de creación del CSIC
que
"todos los Centros dependientes de la disuelta Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, de la Fundación de Investigaciones Científicas y Ensayos de Reforma y los creados por el Instituto de España, pasaran a depender del Consejo Superior de Investigaciones Científicas".Dice más: se crea para "la restauración de la clásica y cristiana unidad de las ciencias, destruidas en el siglo XVIII". El Glorioso Movimiento conjugará la "tradición universal y católica con las exigencias de la modernidad".
Nada de politización, pues. De su fundación se encargó el
ministro de Educación José Ibáñez Martín, que fue su primer presidente y habló
así en su discurso inaugural:
"Queremos una ciencia católica. Liquidamos, por tanto, en esta hora, todas las herejías científicas que socavaron y agotaron los cauces de nuestra genialidad nacional y nos sumieron en la atonía y en la decadencia [...]. Nuestra ciencia actual, en conexión con la que en los siglos pasados nos definió como nación y como imperio, quiere ser ante todo católica" (Elías, C., 2000, "Los científicos piden que el CSIC no tenga carácter político", en El Mundo, 15/10/2000).
Las palabras no tienen desperdicio, especialmente la actualidad
del contraste entre una ciencia católica y las herejías científicas.
Automáticamente quedaron depurados todos los científicos republicanos y los
Catedráticos de las universidades y dice que esto no es politización, ¿qué es
entonces? Ibáñez Martín encargó la Secretaría General del CSIC a José María Alvareda
Herrera, sacerdote y miembro del Opus Dei. Fue su vicepresidente el religioso
José López Ortiz. El Opus lo tuvo en bandeja para introducir a muchos de sus
miembros en los medios académicos.
Manifestación de investigadores en Madrid [elpais.com] |
¿Y ahora qué ocurre? De momento, hemos tenido que pasar por
la vergüenza más ignominiosa de ver a nuestros científicos manifestarse con
pancartas en Madrid, pidiendo contratos para poder sobrevivir investigando.
Varios cientos de ellos han tenido que salir del país en busca de trabajo. Ante
semejante fuga de cerebros, Lora-Tamayo se despacha con que se trata de una
"leyenda urbana exagerada" y concreta que se han perdido apenas una
veintena, a la que han ofrecido en el extranjero mejores ofertas, pero que 20
no son ni una fuga: "Mi gente estable no se me va". Lo que siente es
no poder incorporar a más científicos potenciales.
Científicos españoles exiliados[aacter.eu] |
A desmentir al Presidente del CSIC han salido 130
científicos exiliados, diciéndole que también ellos son una leyenda urbana.
Responden así a la desfachatez de Lora-Tamayo. ¿Cómo se atreve a cifrar en una
veintena a los que se han ido, cuando desde 2012 a 2015 se han perdido 4000
trabajadores, según un estudio de comisiones obreras, frente a 10.000 con los
que cuenta el organismo? El porcentaje es tan alto como el despilfarro de
recursos que se ha gastado España en su formación, pero que se aprovechan
gratis otros países. Necesitamos ciencia a torrentes, clamaba Ortega en su
tiempo, pero es el caso de que cada día que pasa tendremos menos y sus presuntuosos
e indecentes responsables políticos no tienen perdón.
El último episodio de esta historia nefasta ha sido la
reacción a la sentencia favorable que acaban de obtener de los tribunales 677
trabajadores que han ganado una plaza fija, junto con otros 112 pendientes de
resolución, convirtiendo sus contratos temporales en indefinidos. ¿Qué hace Lora-Tamayo
entonces? Penaliza a los centros que tengan mayor número de contratados y recorta
el sueldo a sus jefes. ¿Por qué no se lo recorta él por no haber hecho un plan
de empleo adecuado? Toda una triquiñuela del empresario científico y gestor,
que no quiere hacer fijos a sus trabajadores. Cuando le preguntan por ello en
una entrevista dice que el problema es que hay "una carencia de posiciones
estables para incorporar a una cantidad de investigadores potenciales".
Menudo subterfugio. En uno de los primeros Centros en que yo trabajé, cuando
exigíamos aumento de sueldo nos decían que allí sólo se subiría a quienes tuvieran
la dignidad de no exigirlo nunca. Bueno va. Mientras tanto, en España la
ciencia continúa languideciendo y la política científica va acampando por sus
fueros a trompicones.
Julián Arroyo Pomeda