miércoles, 22 de agosto de 2018

Alzamiento militar de Franco ante la legalidad republicana



N
o creo que a nadie le preocupe el lugar donde reposen sus restos, una vez muerto. Ni siquiera Franco tuvo voz en su propio entierro, así que no pudo decir dónde quería que lo enterraran. En el imposible caso de haberle incinerado seguiría presente la división de los ciudadanos españoles, porque de lo que se trata es de dedicarle un mausoleo faraónico y solemne. Anda que si después se encontrara en las calderas de Pedro Botero...
[Enterramiento de C. Polo en Mingorrubio; madridiario.es]
Se decidió por el Valle de los Caídos el Consejo de Ministros de entonces, presidido por Arias Navarro y por orden del rey al abad de la basílica, firmada el 22 noviembre 1975 con la solemne expresión de "Yo, el Rey". (Quizás las prisas o las 16 horas le impidieron poner ni siquiera la coma).
Los familiares se niegan ahora a que lo remuevan de su tumba, pero entonces su esposa, Carmen Polo, pensaba que el lugar adecuado sería el panteón que habían adquirido en el cementerio de Mingorrubio en El Pardo, donde ella misma está enterrada. Su hija Carmen Franco manifestó que no le constaba que su padre quisiera hacer de la basílica su mausoleo. En cambio, cuando perciben que van a hacer efectiva la exhumación, se niegan a ello, mediante el documento notarial.

"Todo por España", manifestó don Juan de Borbón ante su hijo Juan Carlos, autojustificando así su renuncia al trono. Algo parecido pensaría este cuando Franco pidió a los españoles en su testamento que le tuvieran el mismo afecto y lealtad que a él. Había que ser agradecido, aunque un día pudiera pensar sobre su cabeza el riesgo tomado.
[Fusilamientos franquistas; www.mungalari.info]
Dicho todo esto, falta lo esencial de la cuestión. Según Aristóteles, ciencia es el conocimiento de la causa de algo. Pues bien, aquí la causa profunda es el levantamiento militar de Franco ante la legalidad republicana con el consiguiente fusilamiento ante el paredón de todos los enemigos que pudo aniquilar y que rondan el millón de muertos. El otro bando también cometió desmanes, pero no es lo mismo que si los hace un Jefe de Estado y Generalísimo de los Ejércitos. Se trata de crímenes violentos, todavía sin identificar ni hacer justicia. Claro que fue una Cruzada contra los enemigos de Franco, que eran los de España. Luego la Dictadura levantó un monumento colosal para la conciliación y la paz, que es expresión de la apología del crimen. Más le valdría a la familia tener un acto de piedad y cortesía con los españoles y trasladar a Franco a Mingorrubio con un poco de humildad. Piénsenlo.

Julián Arroyo Pomeda

miércoles, 15 de agosto de 2018

La muerte digna


S
egún Heidegger, la realidad humana (Da-sein) es un ser para la muerte (Sein zum Tode), porque está siempre penetrada por ella a lo largo de la vida. Sin embargo, los humanos se despreocupan de la muerte, dado que apenas tienen tiempo de vivir el presente. Y parece sorprendente que lo hagan así, cuando están visualizando la muerte casi a diario, con tantas destrucciones como impulsan. El siglo XX nos ha traído guerras terribles con millones de muertos a nivel mundial y también civil que la historia, la literatura y el cine recuerdan permanentemente. A finales del siglo XVIII, la catástrofe del Terremoto de Lisboa conmocionó a la Europa de Las Luces con sus tinieblas sobrecogedoras.
[www.labrujulaverde.com]
En otros tiempos el Devocionario Católico recogía varias oraciones, pidiendo a San José, patrono de los moribundos, su asistencia en la extrema agonía con el fin de obtener una buena muerte en la forma de sueño pacífico y tranquilo en el trance final. Los cristianos rezaban por esto.

Actualmente, en nuestra sociedad democrática preocupa, a veces, el tema, siempre polémico, de la muerte digna. Es polémico porque no podemos librarnos de ideologías. Si lo pensáramos fríamente, rechazaríamos acabar como una piltrafa humana (¡cuánto cuesta morir!), aunque nos acercáramos a la muerte voluntaria y elegida, cuando se muestra irreversible seguir vivo. Estamos hablando de eutanasia, o, simplemente, de buena muerte, asistida ahora no por los santos, sino por las ayudas médicas adecuadas.
[www.metroscopia.org]
De la muerte nadie sabe nada, ni el día ni la hora, sino sólo el Padre (Mateo, 24), pero ya podemos conocer el momento próximo, cuando el proceso se desarrolla de manera natural, por lo que ayudar a morir bien debería hacerse con naturalidad y sin temores morales mis subterfugios mitológicos. Ahora las aguas políticas empiezan a ponerse turbias, al abrirse la posibilidad de regular el derecho a una muerte digna por ley. Obligarnos a malvivir es atentar contra la dignidad humana, que el Estado tiene que proteger. El camino puede ser todavía incierto, pero se impondrá, finalmente. Si efectivamente los seres humanos son autónomos y libres, su voluntad de disponer de la propia vida tiene que ser respetada. Como escribió Borges, "morir es haber nacido". Nada más. Defender la vida siempre, sí, aunque no a vivir de cualquier manera.

Julián Arroyo Pomeda

miércoles, 1 de agosto de 2018

El anunciado cambio climático


El tiempo es infiel a quien de él abusa (Pietro Metastasio)

Qué pasa con el clima? Ayer me encontré con una vecina en el mercado y salió lo de los 44° a los que podíamos llegar. Yo no me creo nada de lo que dicen del cambio climático -me comentó-, porque nunca hemos tenido un mes de julio tan bueno en Madrid como el actual. Estamos de suerte.

Puede ser, pero la Cumbre del Clima de 2017 ya alertó que si no reducimos la temperatura global en el 2020 estaríamos ante un gravísimo problema. Huracanes tremendos en Caribe y Miami Beach, india, Pakistán, Nepal, sequía en España, incendios en California con muertos y desaparecidos, inundaciones en Asia. Ventarrones incontrolables en Puerto Rico, Estados Unidos, islas Antigua y Bermuda, República Dominicana, Haití, Bahamas, Cuba, entre otros lugares. La madre-naturaleza nos enseña siempre y se disfraza, a veces, de madrastra para obligarlos a aprender.
[Incendios en California; www.elconfidencial.com]
¿Qué más efectos se han de presentar todavía? Las oscilaciones de temperatura causan cada vez mayores desastres. El clima produce cambios nada normales con olas de frío y de calor, llegando a un punto crítico, que el triumpismo se niega a ver y, además, chulea, sacando a su país del Acuerdo de París en una de las decisiones más irresponsables que uno se podía imaginar. Y ¿por qué? Por puras cuestiones económicas inmediatas y carentes de perspectiva. Estados Unidos es el segundo emisor de CO2, después de China, y se permite desinteresarse del tema.

Es cierto que la pasada primavera hemos asistido a nevadas, granizadas y muchas lluvias, pero sin el equilibrio necesario. Cada vez cae la lluvia con mayor intensidad, produciendo daños desastrosos. Decimos que el tiempo está loco, porque ataca y las inundaciones se desatan encolerizadas. Hay momentos en que el campo no puede absorber tanta agua y sufren los cultivos. Aunque los impactos no serán inmediatos, se van acumulando. La biodiversidad sí lo detecta. El tiempo engaña, haciendo que lo que nace antes de su hora muera luego por causa de las heladas.

La actividad humana es la única responsable de alterar los climas y producir el cambio. Aunque nos llamamos racionales, actuamos de manera bastante irracional. Los gases de efecto invernadero con un aumento excesivo podrían acabar con la vida de la tierra. Detenerlos es posible, si se quiere. De lo contrario, pagaremos por nuestros abusos.

Julián Arroyo Pomeda