domingo, 29 de mayo de 2016

Los intereses y la sabiduría de la élite de los empresarios



No puede haber una sociedad floreciente y feliz cuando la mayor parte de sus miembros son pobres y desdichados (Adam Smith)

E
l Cercle d’Economia de Barcelona ha invitado por primera vez, el día 26/05/2016, al Secretario General de Podemos, Pablo Iglesias Turrión, que pronunció su conferencia ante los empresarios que se encontraban expectantes para oír la propuesta que pudiera hacer.

El Círculo de Economía [círculoeconomico.com]
Se trata de una institución de carácter privado, que reúne a la élite empresarial catalana. Se define como un lugar de encuentro, un centro de opinión y un núcleo promotor de iniciativas colectivas. Quiere contribuir a formar una sociedad abierta y plural, y ofrecer oportunidades a los ciudadanos que más lo necesitan. Leído así, la impresión parece ser inmejorable.
Ante tal entorno empresarial y círculo económico presentó Iglesias el programa electoral de su partido, hablando de fiscalidad, déficit, mercado laboral, pensiones, banca y protección social, entre otros asuntos. Mantuvo sus propuestas con decisión y músculo político, terminando con un moltes gràcies. Allí salió prácticamente todo y ya no puede decirse que no se conozcan cuáles son sus intenciones.

Como Iglesias es un tipo inteligente sorteó con mucha soltura lo que podía ponerle en algún aprieto. Así, ante la pregunta de si era partidario de pagar a tiempo la deuda pública, señaló que en España este no era el problema, sino la deuda privada de los hogares. Esta es la que merece una segunda oportunidad. Y ante la desconfianza que puede producir su programa, o ser poco creíble, ha devuelto la descortesía con una pirueta: "La desconfianza es la antesala del entendimiento". Toma ya. Además, se ha proclamado socialdemócrata nuevo frente a los viejos socialdemócratas. Sobre la independencia de Cataluña, siempre dice que no quiere que se vayan los ciudadanos catalanes, pero que están en su derecho a votar en un referéndum, que lo habrá tarde o temprano. La política de austeridad ha fracasado y en este momento España es el país de Europa con más desigualdad. Esto se entiende desde la proclamada socialdemocracia (antes eran revolucionarios), que,
[akifrases.com]
ciertamente, sí constituye una paradoja, pero real y sin ironía ninguna: "Es paradójico que la vieja socialdemocracia abandonara sus posiciones y que hayamos tenido que ser nosotros los que presentemos un programa de gobierno socialdemócrata". Igualmente les viene bien agarrarse a la socialdemocracia para quedarse al margen del comunismo de su colega de coalición. Se trata de admitir la pluralidad en la candidatura. Por otra parte, si la Unión Europea apretara, responderían con pragmatismo, eligiendo dónde recortar. Ahora bien, del impuesto sobre la riqueza, así como el de la recuperación de las sucesiones no se librarán las grandes fortunas, especialmente.

Por último, las tres prioridades son el derecho al trabajo, la agenda social para atender a los afectados por la crisis y la transformación del modelo productivo. Esto último lo podía mantener cualquiera, sin necesidad de ser gobierno de progreso. La cuestión es cómo se hace, porque si no se queda en generalidades.

R
eflexionemos un poco. Europa puede permanecer tranquila, porque los intereses de la deuda pública, que superan ya el 100% del PIB español se pagarán. Quizás haya que recortar, pero seleccionaremos de dónde se hace. Desconfianza y falta de credibilidad se superarán entendiéndonos. Cataluña será atendida. Los socialistas deben mirarnos con interés, porque la socialdemocracia es nuestra bandera y de comunismo no hay nada, sino siempre pluralidad y pragmatismo. Que no cunda el pánico, los ciudadanos pueden estar tranquilos, todo está previsto y controlado. No se nos pone nada por delante: podemos.

El empresario con su capital y su trabajo produce bienes o servicios que muestra en el mercado para poder recibir de ellos beneficios en una sociedad dispuesta a  consumirlos. Administrar bien los recursos en una casa es la definición etimológica de la economía (oikos = casa; nomos = administración). Para eso es necesario el buen funcionamiento económico, del que participarán, igualmente, los empresarios: "para que España funcione le tiene que ir bien a todo el mundo, a los empresarios también", ha explicado al principal lobby empresarial, cuyo apoyo no rehúye. ¿Por qué no aceptar ahora el caviar y los vinos caros, que antaño se rechazaban? Político Iglesias e ingenioso: lo capta todo al vuelo.

Pablo Iglesias y Antón Costa [noticias.lainformación.com]
Ni siquiera dejó de contestar una pregunta bien sorprendente, que puede ser una muestra clara de los intereses y la sabiduría de los empresarios de nuestro país, aunque no pegue ni con cola. "¿Cree en Dios?", le preguntaron. Ante el interrogante hasta el presidente del Círculo, Antón Costas, ironizó con que se trataba de algo muy personal y dudó de si debía hacerle la pregunta, se excusó. Iglesias contestó con gran aplomo: "Dios es un significante en disputa". Pero eso sí, ya que se la habían hecho la aprovechó para sacar partido. El Papa Francisco, representante de Dios en la tierra, dice cosas muy sensatas, en las que creo. Ahora bien, matizó, "la espiritualidad es algo muy privado de cada uno que se debe respetar sin indagar en exceso". Así que advierte de que nadie se pase y, al tiempo, busca algunos votos más de los católicos.

Definitivamente, Podemos es un partido transversal donde los haya. Guiños por todas partes de cara a las elecciones. Al centro-derecha le indica que puede entenderse bien con los empresarios y hasta degustar con ellos vinos y caviar. A la izquierda comunista le recuerda que pueden votar por ellos, ya que el comunismo es  viejo e ineficaz. Sin embargo, en Podemos tenemos idéntica firmeza en nuestras condiciones. A algunas autonomías en litigio les asegura el referéndum y su derecho a expresarse y a votar. A los votantes socialistas les abre los ojos a que sólo Podemos defiende la socialdemocracia. Con los católicos abiertos y moderados aplaude las decisiones de Francisco y ante todos proclama que gobernarán con pragmatismo. Transversalidad, por encima de todo.

No sé si la presencia del político Iglesias ante la denominada por él "oligarquía financiera" habrá podido tranquilizar a los pocos sabios que en el mundo han sido, como decía el clásico fray Luis de León, entre los que se encuentran, quizás, algunos empresarios, pero las señas de identidad de Podemos cada vez se diluyen más, siendo difíciles de concretar. Yo cada vez estoy más confuso respecto a su ideología. Lo que sí está bastante claro es que Iglesias no "sigue la escondida senda" del poema. Al contrario, se exhibe cada vez más para asaltar los cielos próximos y conquistar la hegemonía que tiene a la mano. En esto no puede ser más coherente y para ello se cambiará lo que sea preciso cambiar.

En mi opinión, lo que ha pasado hasta hoy no es difícil de entender. Podemos lanzó las campanas al vuelo proclamando que ganaría las anteriores elecciones, pero se equivocaron. Sin embargo, el objetivo siguió adelante. La estrategia fue desgastar al Socialismo de Pedro Sánchez, alegando que no quiso gobernar con ellos y sí con Ciudadanos, por eso no se pudo formar gobierno para echar a los Populares. Rajoy permaneció callado y agazapado. Ahora se levanta y trata de polarizar la próxima consulta, coincidiendo en esto con Podemos. Sólo hay dos polos: el derecho (PP) y el izquierdo (Podemos). Con esta posición se puede ir todo de nuevo al garete e imposibilitar que haya gobierno, porque a quien antes no aceptó le puede retornar la jugada y verse ahora rechazado por los socialistas, aunque quedaran reducidos a la tercera posición. Otra interpretación sería plantear que hay una extrema-izquierda (así califica el Gobierno en funciones a Unidos Podemos) y una extrema-derecha (el PP). Sin embargo, existe también una derecha civilizada y responsable (Ciudadanos) y una izquierda socialdemócrata con una larga historia de gobierno. Mientras tanto, veremos qué pasa.

Julián Arroyo Pomeda


domingo, 22 de mayo de 2016

Los grandes peligros siempre nos encuentran solos




"El hombre es un ser en deuda". Agamben, en Babelia, 23 abril 2016

E

n la tarde gris y lluviosa del pasado viernes, mientras estoy a la espera de la primavera que no acaba de llegar, volví a ver Solo ante el peligro, que ofreció una cadena de televisión privada, incluidos algunos de los odiosos cortes para publicidad. Valió la pena soportar tales incomodidades.

Cartel de la película en español [dcine.org]

Empecemos por visualizar la Ficha técnica de la película:

Título original: High Noon
Año: 1952
Duración: 80 min.
País: Estados Unidos
Director: Fred Zinnemann
Producción: Stanley Kramer, Carl Foreman
Guión: Carl Foreman
Banda Sonora: Dimitri Tiomkin
Canción: “Do not forsake me” interpretada por Tex Ritter
Fotografía: Floyd Crosby en blanco y negro
Reparto: Gary Cooper, Grace Kelly, Thomas Mitchell, Lloyd Bridges, Katy Jurado, Otto Kruger, Lon Chaney Jr., Henry Morgan, Lee Van Cleef, Ian MacDonald
Productora: Stanley Kramer Productions
Género: Western. Drama. Cine del oeste

Subrayemos, por el momento, algunas excepcionalidades, como la del director, el guionista, la banda sonora, la fotografía y el reparto para entrar ya directamente en el relato cinematográfico, lleno de amargura como corresponde a la situación del momento y lo que estaba sucediendo entonces en Estados Unidos. El macarthismo establecido un sistema de terror desde el poder del Estado y se cebó, principalmente, en el mundo del cine, yendo a la caza de brujas de unos profesionales que consideraban vinculados con el comunismo. Entre 1950 y 1956 el senador Joseph McCarthy estableció un proceso de acusaciones y denuncias con métodos indiscriminados contra cualquier persona considerada sospechosa de ser antiamericana y comunista. Estaban entonces en una situación de guerra fría con la Unión Soviética, cualquier acción era considerada como conspiración. Algunos grandes del cine delataron, incluso, a sus mismos colegas. El mínimo desacuerdo político fue interpretado como una deslealtad (*).

El anecdotario de las persecuciones resulta cómico muchas veces y es difícil de aceptar. Por ejemplo, a Charles Chaplin se le deslizó la palabra ‘camarada’ en el discurso de El gran dictador. Le interrogaron por eso, le pusieron en la lista de sospechosos y fue obligado a salir de Hollywood. La censura acabó así en paranoia, aunque Chaplin no se arregló por ello, sino que fue claro en sus convicciones:

"No soy un comunista, soy un ser humano, y creo conocer las reacciones de los seres humanos. Los comunistas no son diferentes que cualquier otro; si pierden un brazo o una pierna, sufren como todos los demás, y mueren como cualquiera de nosotros".

Dejemos esto, que ha venido a cuento porque el guionista de Solo ante el peligro, Carl Foreman, también formó parte de la lista de aquella caza de brujas medievalizante de mediados del siglo XX en Estados Unidos. En el film asistimos a una tensión psicológica permanente con un suspense que la atraviesa durante la escasa hora y media que dura la proyección. Ilustrémoslo con los principales momentos.

En un pueblo del Oeste, de nombre Hadlleyville, el sheriff Will Kane (un crepuscular Gary Cooper) se casa con una cuáquera del Este, Amy (la bellísima Grace Kelly). Su proyecto es abandonar el pueblo y el trabajo para instalarse en otro lugar, dedicándose al comercio y a vivir seguros para poder formar una familia. Finalizada la ceremonia, llegan a la estación tres forajidos que piden información al encargado acerca de la hora de llegada del tren. Son ahora las 10,30 y el tren tiene prevista la parada a las 12:00. El oficinista los reconoce y corre a dar la alerta de que el pistolero Miller (Ian Mc Donald), atrapado por Kane y condenado, ha sido puesto en libertad. Viene a una sola cosa que juró hacer en el juicio, vengarse.

Reloj a punto de marcar el mediodía [youtube.com]

A partir de aquí, todo se desarrolla en tiempo real, que va marcando ininterrumpidamente el reloj: la llegada será a las 12:00 del mediodía, de aquí al título original, High Noon. El pueblo entero entra en un pánico general y sus habitantes respiran aliviados cuando Keine se marcha con su esposa en la carreta, según lo previsto. Creen que Miller les dejará tranquilos, porque el blanco que buscaba ya no está, pero las cosas no salen como esperaban.



Cooper-Kelly [larepublicacultural.es]


El sheriff vuelve porque siente el peso de la responsabilidad y de nuevo se coloca la estrella para hacer frente a su deber. Pide ayuda los ciudadanos, pero todos abandonan, exigiéndole que se marche del pueblo. Le dejan sus amigos, incluyendo el que le dio el puesto. Incluso su propia esposa, que vio morir a balazos a su padre y a su hermano, rechaza la violencia por sus creencias. El director de la comunidad religiosa invoca el quinto mandamiento para no apoyarlo tampoco, ni aconsejarlo así a sus feligreses. Su ayudante también le deja, sólo se ofrece su antigua amante, Helen Ramírez (Katy Jurado), el chico de 14 años que le lleva los recados y un pobre borracho, a los que rechaza porque serían un apoyo inútil. Todos tienen sus razones, pero ninguna válida. Siempre pasa lo mismo, tenemos razones y excusas para justificar nuestro egoísmo y echar las culpas a los demás. Por eso Kane se queda solo ante el peligro. La melodía con la que comienza la película (Do Not Forsake Me = No me abandones) se va adueñando de la centralidad de las sucesivas escenas. Tiomkin se la hizo interpretar al cantante Tex Ritter. La balada melancólica pide a la esposa que no le abandone, cuando se encuentra quebrado por el dolor y no puede renunciar a su destino, como le explica: "Si huyo ahora, voy a vivir huyendo. Entonces prefiero pelear. Tengo que volver. Debo hacerlo". Y si no entiendes por qué se queda, le dice Helen Ramírez a Amy, no perderé el tiempo en convencerte.

Hadlleville, Fotograma de la película

Mientras tanto, el tiempo va transcurriendo, como indican los segundos y minutos marcados por el reloj y la soledad y la tensión van en aumento. Todavía no ha sonado ni un solo tiro en esta historia tan atípica, que sólo subraya los distintos comportamientos de las personas del pueblo. Una de las escenas más impresionantes -hay muchas- es la que describe Zinnemann, comentando la imagen del pueblo solitario:

"La Cámara retrocediendo en grúa hacia un plano enormemente largo donde muestra el pueblo entero, sin un alma, conteniendo la respiración, todas las ventanas y las puertas cerradas, ni un ser a la vista, ni siquiera los perros, esperando el inminente tiroteo".

Los cuatro pistoleros llegando al enfrentamiento [elseptimoarte.net]

La tensión ya no puede ser mayor. Suenan las 12 horas en el reloj. Kane se enfrenta sólo a los cuatro forajidos. Ahora suenan tiros: caen dos pistoleros y Amy, al oír los balazos, desciende del tren en el que se iba. Mata al tercer delincuente y Miller la agarra como rehén, con el que se protege para obligar a Kane, que está herido, a salir a cielo abierto. Lo hace. Amy se da la vuelta y clava las uñas en el rostro de Miller, lo que permite a Kane disparar y matarlo. Es el único momento de acción en la película y el final de la misma.

Kane, que se ha expresado soberbiamente, mediante rictus, durante toda la narración (miradas, sudor empapando su cara, dudas, miedo, dolor sangrante) hace el último gran gesto: mira de frente, lleno de melancolía, tira la insignia al suelo y se va con su esposa. Los del pueblo van saliendo de sus casas, porque ya no hay peligro. Ahora sí puede marcharse, ya que ha concluido la lucha entre el bien del mal y el deber se ha cumplido con creces.

El orgulloso, seguro, individualista y siempre desafiante John Wayne criticó la película por no aceptar que un sheriff se encontrara necesitado de la ayuda de los demás. Sin embargo, aquí tenemos una autoridad profundamente humana, que pide a su mujer que no le abandone ante los peligros que le acechan. Wayne era de otra pasta muy diferente: "Es la película más antiamericana que he visto en mi vida", cuentan que dijo. También H. Hawks tercio en la humillación que implica pedir ayuda.
Cooper ganó un Oscar por su trabajo (ya estaba enfermo, murió de cáncer unos ocho años después), otro fue para el montaje, un tercero para la mejor banda sonora original y un último a la mejor canción. Todos merecidísimos.

Solo ante el peligro es una película mítica, todo un clásico, la mayor expresión de integridad moral. Hay que verla siempre, su actualidad no pasará nunca. En la vida no faltan los peligros, que, en el fondo, hay que afrontarlos siempre solos, pero con dignidad.

(*) Como ilustración expresiva de todo esto, puede verse la película Trumbo, dirigida por Jay Roach, protagonizada por Bryan Crauston y recientemente estrenada en España, que cuenta la biografía del famoso guionista Dalton Trumbo, condenado por sus creencias políticas, con un guión severo y ajustado de John McNamara.
Julián Arroyo Pomeda


Publicado 1 minute ago por Julián Arroyo Pomeda


La quema de libros en El Quijote



"Allí donde se queman libros se acaba quemando también seres humanos" (H. Heine, Almansor)


Portada del libro de Cervantes [cvc.cervantes.es]

E

s de sobra conocido que el hidalgo Alonso Quijano, obsesionado por la lectura de los libros de caballería, de modo similar a los personajes que salían en estos, lo primero que hace es ponerse un nombre: "se vino a llamar don Quijote", al que añadió "de la Mancha", ya que ésta era su patria. Igualmente, puso nombre a su caballo. Le llamó ‘Rocinante’: "nombre, a su parecer, alto, sonoro y significativo”. Finalmente, a su enamorada Aldonza Lorenzo la designó como "Dulcinea del Toboso", por ser natural de este lugar: "nombre, a su parecer, músico y peregrino y significativo" (Capítulo I).

Después de ser armado caballero, soportó la primera paliza proporcionada por un mozo de mulas, que le dejó inmovilizado en tierra, de donde fue recogido por un buen labrador de su pueblo y conducido a casa hasta que se le curaron las heridas recibidas.

En el capítulo sexto, el cura y el barbero, buenos amigos de don Quijote, estimulados por la sobrina y el ama de la casa, llegan a la conclusión de que ha caído en la locura por causa de los libros de caballería, por lo que, mientras el herido esta en cama mullido por los golpes, entran en su aposento para escudriñar los libros personales de don Quijote y quemarlos en la hoguera. Según la sobrina, "no hay que perdonar a ninguno, porque todos han sido los dañadores" (Capítulo VI). Lo mismo piensa el ama. En cambio, el cura Pe(d)ro Pérez y el barbero, maese Nicolás, miraron los títulos y salvaron aproximadamente una veintena de los más de cien volúmenes que había, los demás los quemaron.

Los intelectuales de la época

M

e refiero a los finales del siglo renacentista (siglo XVI) y a los principios del barroco (siglo XVII), cuando se escribió y publicó Don Quijote. El cura del lugar era un Licenciado en teología: "hombre docto, graduado en (S)Cigüenza". Especialmente, el clero tenía el encargo de velar por las esencias doctrinales de la moral y vigilar la ortodoxia religiosa. Entonces se encontraban vigentes las pragmáticas de Felipe II sobre los libros, que exigían un riguroso control de su contenido doctrinal. La Inquisición, mediante el Tribunal del Santo Oficio, no permitía la herejía y establecía obligatoriamente el catolicismo, encargando a los tribunales civiles torturar a los acusados hasta conseguir que confesaran y, posteriormente, eran ejecutados. ¿A quién se le ocurriría en aquella situación política y social hablar de la libertad de expresión? Cervantes sí se atrevió a ello, como enseguida veremos.

Los libros son los culpables de la locura de don Quijote [cvc.cervantes.es]

El de barbero fue un oficio de cierta importancia. No sólo afeitaba y arreglaba cabellos y barbas, sino que también aplicaba ventosas, sangraba, sajaba y sacaba muelas, entre otras actividades. En los pueblos eran considerados como los profesionales de la salud, ya que la medicina se ubicaba en los centros urbanos, universidades, hospitales e instituciones monásticas. La población campesina se curaba con remedios tradicionales caseros: hierbas, curanderos, peticiones a los santos, etc. Las barberías eran centros de comunicación social, allí las personas discutían, hablaban, contaban sus preocupaciones, informaban de las noticias que llegaban y se expresaban públicamente. En cuanto a maese Nicolás, puede decirse que era un hombre culto.

Ambos -cura y barbero- representan el universo de la racionalidad y la lógica frente a la locura de don Quijote, aunque muchas veces se queden muy sorprendidos y admirados del buen juicio de nuestro caballero. Una cosa no quita la otra.

Cervantes y la censura

D

ije antes que Cervantes sí criticó la censura inquisitorial de la época y la prohibición de expresarse libremente. Para ser capaz de hacerlo había que ser ingeniosísimo y totalmente sutil, a fin de burlar así a los encargados de mantener la ortodoxia, sin que se dieran cuenta de ello. Pues bien, para esto se sirvió de los libros de caballería, lanzados a la hoguera del corral. Eran inocentes en su contenido doctrinal, no atacaban dogmas religiosos ni teologías, ¿por qué quemarlos, pues? El acontecimiento pasó desapercibido y no originó ni una sola controversia. El propio don Quijote se conformó con la explicación de la sobrina y no tuvo ninguna duda, cuando notó que en la casa no había aposento, ni libros, de que la acción fue ejecutada por su gran enemigo Frestón y no por el diablo:

"-- No era diablo -replicó la sobrina-, sino un encantador que vino sobre una nube una noche, después del día que vuestra merced de aquí se partió, y, apeándose de una sierpe en que venía caballero, entró en el aposento, y no sé lo que hizo dentro, que a cabo de poca pieza salió volando por el tejado y dejó la casa llena de humo; y cuando acordamos a mirar lo que dejaba hecho, no vimos libro ni aposento alguno: sólo se nos acuerda muy bien a mí y al ama que al tiempo del partirse aquel mal viejo dijo en altas voces que por enemistad secreta que tenía al dueño de aquellos libros y aposento dejaba hecho el daño en aquella casa que después se vería. Dijo también que se llamaba ‘el sabio Muñatón’" (Capítulo VII).

Escudriñando los libros y tirándolos al corral [teletica.com]
El capítulo sexto cuenta con todo detalle cómo se produce la quema de los libros. El procedimiento no puede ser más superficial y Cervantes lo convierte en una farsa de la Inquisición, empleando siempre una gran ironía. De momento leen los títulos y luego los tiran al corral, donde hacen una hoguera para que no moleste el humo. El primero que consideran tiene por título Los cuatro de Amadís de Gaula. El cura sabe que fue el primero de caballería publicado en España y el origen de todos los que vinieron después. Creó así una mala secta, argumenta, por lo que hay que quemar "sin excusa". A lo que el barbero replica que es el mejor de todos los de su rango y "único en su arte", por lo que merecería salvarse. Entonces el cura asiente.

El segundo es Las sergas de Explandrián, hijo de Amadís. El cura sale socarrón y dice "que no le vale al hijo la bondad del padre", por lo que le condena a la hoguera. El siguiente es Amadís de Grecia, del mismo linaje que Amadís, así que al corral. Luego viene Don Olivante de Laura y Jardín de flores, los dos mentirosos, disparatados y arrogantes; por tanto, al corral también. Florismarte de Hircania y El caballero Platir, también al fuego. Viene después El caballero de la Cruz, de nombre santo, según el cura, para poder perdonar, pero no, porque "tras la cruz está el diablo", prosigue el taimado eclesiástico.

Ante Espejo de caballería, de Reinaldos de Montalbán, el cura piensen condenarlo, pero se da cuenta de que el autor es amigo y le conoce, así que lo salva. Aquí entra el tema del amiguismo tan español en nuestra historia como un argumento de peso. Palmería de Ingalaterra debe salvarse, porque le compuso un rey de Portugal. También Don Belianis. Los demás a la hoguera, le dice al ama, quien, al tomar muchos de una vez para lanzarlos al corral, se le cayó Historia del famoso caballero Tirante el Blanco, ante el cual el cura se admira y ve un tesoro, "el mejor libro del mundo", porque los caballeros comen, duermen en sus camas y mueren después de hacer testamento.

Sobrina y ama quemando libros [prodavinci.com]

Salvan, igualmente, los libros de poesía, porque son de entretenimiento y no hacen daño, aunque la sobrina teme que su tío pueda hacerse pastor y cantor, y tañer en los prados, lo que el cura reconoce que podría ser una ocasión para ello. Otros como El pastor de Iberia, Ninfas de Henares y Desengaños de celos se entregan "al brazo seglar del ama, y no me pregunten por qué, que sería nunca acabar". Otro gran argumento, como se ve. En cuanto al abrazo seglar, alude a la justicia civil que ejecutaba las decisiones de la Inquisición. Se trata de otro rasgo irónico de Cervantes.Tesoro de varias poesías se salva, si se le limpia y escarda. El Cancionero, de López Maldonado, hay que guardarlo; su autor es también amigo del cura, que ya se está impacientando: "démonos prisa que se va haciendo tarde". No deja de tener gracia a raudales que el propio autor salve La Galatea con este argumento del cura: "Muchos años ha que es grande amigo mío ese Cervantes, y sé que es más versado en desdichas que en versos". Aún queda tiempo para guardar La Araucana, el Monserrato y Las lágrimas de Angélica.

"Cansose el cura de ver más libros, y así, a carga cerrada [es decir, sin verlos ya y de una sola vez] quiso que todos los demás se quemasen". Véase la tremenda ironía de Cervantes ante el profundo análisis doctrinal efectuado por el cura como representante de la Inquisición. Cervantes concluye así la quema en el capítulo XVII:

"Aquella noche quemó y abrasó el ama cuántos libros había en el corral y en toda la casa, y tales debieron de arder que merecen guardarse en perpetuos archivos; mas no lo permitió su suerte y la pereza del escrutiñador, y así se cumplió el refrán en ellos de que pagan a las veces justos por pecadores"

Para terminar, quiero hacerlo contrastando la odiosa y frivolona valoración inquisitorial descrita con la concepción optimista y romántica del Quijote en su conversación con el canónico del capítulo L (segunda parte). Le dice así:

"Y vuestra merced créame y, como otra vez le he dicho, lea estos libros, y verá cómo destierran la melancolía que tuviese y le mejoran la condición, si acaso la tiene mala".

Julián Arroyo Pomeda



Publicado just now por Julián Arroyo Pomeda

Enterrar para siempre la miseria


C
on ocasión de la presentación del libro de Javier Herrera, Luis Buñuel en su archivo, publicado por Fondo de Cultura Económica, en la Filmoteca Nacional, he podido ver de nuevo la película Los olvidados del mejor director de cine español, que ofreció la institución a los asistentes para que disfrutaran de un momento mágico, el pasado jueves, día 19 de mayo.


De la película se ha escrito tanto que puede resultar temerario hacer un mínimo comentario más, pero la publicación de un nuevo libro bien lo merece. Como siempre ocurre con los clásicos, este filme es también intemporal. Estrenado en 1950 en México ha envejecido tan bien que todavía resulta de actualidad: la miseria, la pobreza y la desigualdad social no han sido erradicados, sino que, incluso, se acrecientan en la primera década del siglo XXI.

Ficha técnica breve: México. 1950. B/N. Duración: 80’. Género: Drama social. Dirección: Luis Buñuel. Guión: Luis Buñuel y Luis Alcoriza. Música: Rodolfo Halffter sobre temas de Gustavo Pittaluga. Producción: Óscar Dacingers. Reparto: Roberto Cobo (El Jaibo), Alfonso Mejía (Pedro), Stella Inda (madre de Pedro), Miguel Inglán (El ciego), Mario Ramírez (Ojitos), Alma Delia (Merche), Efraín Arauz (Cacarizo)

Ya se sabe que no gustó en México y apenas se exhibió durante una semana. Sólo volvió de nuevo cuando fue premiada en Cannes, con el reconocimiento a Buñuel de mejor director. El retrato que hace de México es brutal, sí, pero su autor no inventó nada, porque esa realidad existía en los barrios que visitó durante varios meses y en los archivos del Tribunal de Menores, en los que se documentó. Además, no se trata de un problema local, sino universal: el desarrollismo y la opulencia originan cada vez más "olvidados" en cualquier sitio. Vale la pena citar la voz en off del inicio de la película con las imágenes de Londres, Nueva York y París, a base de fundidos encadenados:

“Las grandes ciudades modernas, Nueva York, París, Londres, esconden tras sus magníficos edificios hogares de miseria que albergan niños malnutridos, sin higiene, sin escuela, semillero de futuros delincuentes. La sociedad trata de corregir este mal pero el éxito de sus esfuerzos es muy limitado. Sólo en un futuro próximo podrán ser reivindicados los derechos del niño y del adolescente para que sean útiles a la sociedad. México, la gran ciudad moderna, no es la excepción a esta regla universal, por eso esta película, basada en hechos de la vida real, no es optimista y deja la solución del problema a las fuerzas progresistas de la sociedad”.
[Cartel del estreno]

La desgarrada historia empieza con El Jaibo (Roberto Cobo), escapado de un correccional que viene dispuesto a vengarse de Julián (Javier Amezcua) por pensar que fue el que le denunció. Se hace jefe de un grupo de chicos adolescentes que sobreviven en la calle a base de hurtos, delincuencia e ir huyendo de la policía. No respetan nada y se ceban con ciegos y tullidos. Logra asesinarle en presencia de Pedro (Alfonso Mejía), quien le delata ante los chicos, cuando le acusan de haber robado un cuchillo con empuñadura de plata en la herrería en que trabajaba. Fiel a su lema ("a mí el que me la hacen nada para"), acabará con Pedro a palos, siendo él mismo tiroteado por la policía, a la que ha acudido el ciego Don Carmelo (Miguel Inclán), que acogió a "Ojitos", mientras esperaba a su padre.

No se queda en un cine social, ni siquiera neorrealista, sino que plantea crudamente la descripción de la miseria y sus causas. El director de la granja-escuela, ante la pregunta de uno de sus subalternos por su sonrisa, le contesta: "Pensaba que, si en lugar de a éstos, pudiéramos encerrar para siempre la miseria". Pero no puede, porque no lo permite la situación social y los personajes carecen de la mínima afectividad humana en un entorno de pobreza total, que les impide siquiera saciar un mínimo de hambre. No es nada sorprendente que se unan a cualquier líder, especialmente si, como Jaibo, es "requetemacho y no le tiene miedo a nadie". Jaibo es muy consciente de la situación y por eso se ofrece a la cuadrilla: "cómo se conoce que andaba yo encajonado. Pero ahora van a ver. He aprendido mucho allá, y si hacen lo que yo les digo a ninguno les faltará su centavo".

No hay salida

S
e muestra la profundísima realidad sin moralina alguna, sin el más mínimo sentimentalismo: los niños son como los perros, que viven en la calle de lo que pillan con la amenaza de ser matados a palos, ya que son escoria despreciable y sarnosa. Al espectador sólo le queda aguantar la contemplación de las imágenes con el corazón encogido, o abandonar la sala de proyección. No hay consuelo ninguno, sólo la verdad desnuda: "Tengo simpatía por los que se esfuerzan en buscar la verdad; disiento de los que hablan como si la hubieran encontrado" (Buñuel, en Mi último suspiro).

Jaibo mata a Julián en presencia de Pedro [pelispototo.com]

La pandilla arropa y cubre las fechorías y maldades. Están unidos por intimidación, sin otro lazo de cohesión. Salvo alguna excepción, que tampoco actúa en consecuencia, nadie sospecha ni cuestiona nada. Bastante tienen con aprender a sobrevivir. Todos se encuentran atemorizados por otras víctimas. Todo es fruto del azar. Así, Pedro le dice su madre que quiere portarse bien, "pero no sé cómo". Ante lo que ella le entrega a la institución correspondiente, porque no sabe lo que hacer con él: "¡Castíguenlo hasta que escarmiente!". Y Merche, la amiga de Pedro, le dice a su abuelo que ha visto cómo le ha matado Jaibo, que sabe que fue él. Pero el abuelo lo tiene claro: "Pues te callas, porque nos pueden echar la culpa a nosotros". Y la madre de Pedro se cruza con los dos en otra escena escalofriante, mientras se llevan a su hijo en la burra para tirarle al vertedero. A su vez, Don Carmelo obliga a "Ojitos" a que le digan quién mató a Pedro y denuncia a Jaibo a la policía. Cuando le tirotean exclama orgulloso y satisfecho: "Ojalá los mataran a todos antes de nacer". También "Ojitos" ha sido abandonado por su padre para no tener que darle de comer.

La Iglesia permanece ciega ante la realidad de la delincuencia juvenil. En la magnífica escena del sueño de Pedro -un prodigio de factura- se comunica con la madre, que le ha negado un plato de comida y ahora le ofrece un gran trozo de carne, mientras en la pared puede visualizarse una gran cruz. A la sutileza acostumbrada de Buñuel no le hace falta más para sugerir que la Iglesia está aliada con el Gobierno del Estado, todavía más ciego que Don Carmelo y que encubre la realidad mediante frases como ésta: "Uno menos, así irán cayendo todos". Es decir, acabarán los problemas, cuando caigan todos, lo que ocurrirá poco a poco.

La educación tampoco es la solución. El director de la granja-escuela fracasa rotundamente. No sólo pierde 50 pesos que le ha dado a Pedro para que le compre cigarrillos, sino que éste muere a manos de Jaibo. La película tiene un final alternativo, que nunca se usó y que salvaba la situación. El Progreso, al que acude la película en la voz en off del principio, también es un fracaso. La Modernidad, con la escuela y las instituciones, tampoco soluciona el problema.

Por lo demás, la película es muy buñuelesca. Destaca la presencia de lo metafórico permanentemente: la sociedad con todos sus miembros influyentes está ciega. Abundan los animales como en todas las películas del aragonés. Se ha dicho que constituyen sus obsesiones eternas, bueno, ¿qué más da? Lo cierto es que hay gallinas blancas y negras. Unas veces Pedro las cuida y otras las apalea, descargando su tremenda rabia en los pobres animales. Hay también palomas. Con una de ellas Don Carmelo trata de curar a una enferma, frotándola sobre su espalda. Hay pájaros, especialmente en la escena del sueño de Pedro. Hay muchos perros callejeros, famélicos y sarnosos. El gallinero es el lugar donde apalea Jaibo a Pedro. Hay una burra, que conduce el cadáver de Pedro al estercolero.

Merche con el ciego [ditritocine.com]

Con no menor fuerza está presente la sexualidad. Pedro desea el cariño de su madre, que no consigue, pero Jaibo se la come con miradas perversas y logra poseerla. Merche se frota los muslos con leche de cabra, por consejo del ciego, y es muy atractiva. El ciego la toca, acosándola, pero logra zafarse porque, de lo contrario, habría sido violada. Hay pedofilia: a Pedro le ofrece dinero un homosexual, que sólo escapa ante la llegada de un policía. La escena se ofrece desde un escaparate. Las mujeres lavando sus pies dan una imagen muy sensual. Todo muy típico de Buñuel, que le hace inconfundible. Algunos personajes nos cautivan, otros producen un absoluto rechazo, pero no son completamente buenos o malos. Sólo son seres humanos. A Buñuel le gustaba provocar para impulsar, igualmente, nuestra reflexión.

El sueño de Pedro [gencineexin.com]

Desde el punto de vista cinematográfico hay una narración rigurosa que muestra las situaciones de pobreza de manera visual, con travelling para los espacios y profundidad de campo, que nos mete en las casas-chabolas de una realidad social muy presente. Dramatiza las escenas con creciente intensidad hasta helar al espectador en el último momento en que la madre de Pedro se cruza con los que le trasportan muerto. Quizás la escena más impresionante es la onírica de Pedro, mientras duerme en un jergón. Hay aquí una atmósfera profunda de misterio  (“Soy enemigo de la ciencia y amigo del misterio”, escribe en Mi último suspiro) con claro-oscuros y mezcla de realidad y sueños. Verdaderamente brilla por su lucimiento la cámara de Gabriel Figueroa. Estéticamente tiene niveles de sublimidad. En definitiva, estamos ante una obra maestra.

Julián Arroyo Pomeda