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domingo, 2 de junio de 2019

De las Autonomías al Estado federal




Con motivo del anuncio de los próximos presidentes de Congreso y del Senado en las personas de M. Batet y M. Cruz, no se han hecho esperar las valoraciones negativas y aun sectarias de los todavía no nombrados. Por desgracia tenemos políticos de escaso cerebro y tertulianos que se las saben todas, sin necesidad de informarse de nada, ¿para qué?
[Presidentes del Senado y del Congreso; www.elmundo.es]
En el caso de Manuel Cruz, ¿qué méritos tiene para ser presidente del Senado? Se trata de un catedrático de Filosofía Contemporánea de la Universidad de Barcelona que imparte bien sus clases, escribe libros de calidad y dirige algunas colecciones notables. Si, personalmente, siento que se tenga que dedicar a la política, es precisamente por tener que dejar su labor de docencia e investigación. Siempre se llevan a los mejores pero no se puede estar en todos los sitios. Claro que esto no representa méritos políticos.

Sin embargo, hay algo más que un independiente, diputado por el PSOE recientemente y luego senador. En octubre de 2012 Cruz tomó la iniciativa de crear en Barcelona el grupo Federalistes d’Esquerres (fed), para darle respuesta al ‘proces’ de Arturo Más, que pretendía la ruptura, advertir incluso al PSC que hablaba del derecho a decidir y llamar la atención de los denominados constitucionalistas que gritaban demasiado. Cruz fue el presidente del grupo entre 2013 y 2016. El manifiesto de lanzamiento fue publicado en importantes periódicos, pero no tuvo gran repercusión porque no había interés en dársela, seguramente. Yo soy de los que creo que su contenido es lo suficientemente significativo como para darle la importancia que se merece. Veamos lo esencial del mismo.

El párrafo segundo del Llamamiento a la Catalunya Federalista y de Izquierdas establece la crisis económica, social y política de la sociedad catalana, traducida en más pobreza, más desigualdad y menos igualdad de oportunidades. Por decirlo de otra manera: se ha destruido el estado del bienestar de la socialdemocracia. ¿Cuál es la salida de esta grave crisis? Unos proponen iniciar un proceso de secesión para romper con España, pero esto, según los federalistas, hace peligrar la cohesión social y no mejora las condiciones de vida. Lanzan una vía mágica como salida: no habrá excesivos costes económicos, ni fractura social. Todo serán beneficios, que impulsa el neoliberalismo económico, precisamente. No a las visiones apocalípticas sobre la secesión ni a la necesidad de ruptura. Así no se saldrá de la crisis, ni se contribuirá a la unidad europea. Hay que apostar por un federalismo nuevo: "una España Federal en el marco de una Europa federal y socialmente justa". Ahora bien, estos supuestos no los acepta la izquierda ni la derecha nacionalista española. No se trata de perder soberanía, sino democracia, creando nuevas fronteras.

El gobierno de Artur Más-PP ha respondido ante la crisis con políticas de recortes en servicios públicos y prestaciones sociales, siguiendo el modelo Rajoy en todo el Estado, sin importarles la convivencia, la justicia y la cohesión social. Así nos ha ido.

Complementa al documento anterior otro más breve, titulado Cataluña sin fronteras. Propone una unión profunda con otros pueblos de España en libertad y sin fronteras, que combatan juntos las desigualdades y la degradación medioambiental, mediante la tradición federalista. Denuncia el proceso de secesión CIU-ERC, que se apoya en una lógica tramposa, porque no es constitucionalmente posible la consulta a la ciudadanía. Hacerlo al margen de la ley seria insumisión política y crearía una confrontación política y social, que pagaría, principalmente, el pueblo catalán. Europa nunca apoyará la independencia. Esto lo saben bien los responsables actuales.

Supuesto lo anterior, solo queda una única solución posible: la reforma constitucional que haga más democrático y participativo nuestro modelo, pasando de la Autonomía al Federalismo, que garantice la cooperación, la lealtad, la solidaridad y la igualdad. Aquí sí se haría posible la consulta al pueblo hasta para que escoja entre monarquía o república. Las autonomías han conseguido que España progrese, pero ahora tienen que desarrollarse, porque un Estado centralista y unitario no se corresponde con la España plural. La recentralización es tan peligrosa como la independencia, sólo queda organizar la nación de forma federal. No es obligatoria la pertenencia a España siempre, pero la ruptura tampoco es la solución. Se trata de ver cómo encajar Cataluña en España. Esta es la cuestión, que no se puede renunciar a tratar. Las tensiones y los agravios sólo conducen a enfrentamientos radicales, pero ya no vivimos en tiempos de guerra civil, ni tampoco en el siglo XX. ¿No va a ser posible que los ciudadanos catalanes se sientan bien, compartiendo sus propias identidades?

¿Qué hacer entonces con el artículo dos de la Constitución? Los nuevos federalistas califican su redacción de "barroquismo unitarista". ¿Es esto cierto? Aquí el debate puede eternizarse, mientras se mantengan los adjetivos, que acompañan al sustantivo y no tienen que ser tan esenciales. Bastaría con la unidad sin remachar con lo de indisoluble y con patria sin machacar con lo de indisoluble, manteniendo la garantía de autonomía y solidaridad de nacionalidades y regiones. Me parece que sería suficiente, dejando al Senado como cámara de representación territorial. El problema es que unos quieren mantenerlo todo como está, sin mover ni siquiera una coma. Otros sugieren modificaciones para que el funcionamiento sea mucho mejor. Sólo el tiempo dirá a quién pertenece el próximo futuro.

Julián Arroyo Pomeda

domingo, 29 de mayo de 2016

Los intereses y la sabiduría de la élite de los empresarios



No puede haber una sociedad floreciente y feliz cuando la mayor parte de sus miembros son pobres y desdichados (Adam Smith)

E
l Cercle d’Economia de Barcelona ha invitado por primera vez, el día 26/05/2016, al Secretario General de Podemos, Pablo Iglesias Turrión, que pronunció su conferencia ante los empresarios que se encontraban expectantes para oír la propuesta que pudiera hacer.

El Círculo de Economía [círculoeconomico.com]
Se trata de una institución de carácter privado, que reúne a la élite empresarial catalana. Se define como un lugar de encuentro, un centro de opinión y un núcleo promotor de iniciativas colectivas. Quiere contribuir a formar una sociedad abierta y plural, y ofrecer oportunidades a los ciudadanos que más lo necesitan. Leído así, la impresión parece ser inmejorable.
Ante tal entorno empresarial y círculo económico presentó Iglesias el programa electoral de su partido, hablando de fiscalidad, déficit, mercado laboral, pensiones, banca y protección social, entre otros asuntos. Mantuvo sus propuestas con decisión y músculo político, terminando con un moltes gràcies. Allí salió prácticamente todo y ya no puede decirse que no se conozcan cuáles son sus intenciones.

Como Iglesias es un tipo inteligente sorteó con mucha soltura lo que podía ponerle en algún aprieto. Así, ante la pregunta de si era partidario de pagar a tiempo la deuda pública, señaló que en España este no era el problema, sino la deuda privada de los hogares. Esta es la que merece una segunda oportunidad. Y ante la desconfianza que puede producir su programa, o ser poco creíble, ha devuelto la descortesía con una pirueta: "La desconfianza es la antesala del entendimiento". Toma ya. Además, se ha proclamado socialdemócrata nuevo frente a los viejos socialdemócratas. Sobre la independencia de Cataluña, siempre dice que no quiere que se vayan los ciudadanos catalanes, pero que están en su derecho a votar en un referéndum, que lo habrá tarde o temprano. La política de austeridad ha fracasado y en este momento España es el país de Europa con más desigualdad. Esto se entiende desde la proclamada socialdemocracia (antes eran revolucionarios), que,
[akifrases.com]
ciertamente, sí constituye una paradoja, pero real y sin ironía ninguna: "Es paradójico que la vieja socialdemocracia abandonara sus posiciones y que hayamos tenido que ser nosotros los que presentemos un programa de gobierno socialdemócrata". Igualmente les viene bien agarrarse a la socialdemocracia para quedarse al margen del comunismo de su colega de coalición. Se trata de admitir la pluralidad en la candidatura. Por otra parte, si la Unión Europea apretara, responderían con pragmatismo, eligiendo dónde recortar. Ahora bien, del impuesto sobre la riqueza, así como el de la recuperación de las sucesiones no se librarán las grandes fortunas, especialmente.

Por último, las tres prioridades son el derecho al trabajo, la agenda social para atender a los afectados por la crisis y la transformación del modelo productivo. Esto último lo podía mantener cualquiera, sin necesidad de ser gobierno de progreso. La cuestión es cómo se hace, porque si no se queda en generalidades.

R
eflexionemos un poco. Europa puede permanecer tranquila, porque los intereses de la deuda pública, que superan ya el 100% del PIB español se pagarán. Quizás haya que recortar, pero seleccionaremos de dónde se hace. Desconfianza y falta de credibilidad se superarán entendiéndonos. Cataluña será atendida. Los socialistas deben mirarnos con interés, porque la socialdemocracia es nuestra bandera y de comunismo no hay nada, sino siempre pluralidad y pragmatismo. Que no cunda el pánico, los ciudadanos pueden estar tranquilos, todo está previsto y controlado. No se nos pone nada por delante: podemos.

El empresario con su capital y su trabajo produce bienes o servicios que muestra en el mercado para poder recibir de ellos beneficios en una sociedad dispuesta a  consumirlos. Administrar bien los recursos en una casa es la definición etimológica de la economía (oikos = casa; nomos = administración). Para eso es necesario el buen funcionamiento económico, del que participarán, igualmente, los empresarios: "para que España funcione le tiene que ir bien a todo el mundo, a los empresarios también", ha explicado al principal lobby empresarial, cuyo apoyo no rehúye. ¿Por qué no aceptar ahora el caviar y los vinos caros, que antaño se rechazaban? Político Iglesias e ingenioso: lo capta todo al vuelo.

Pablo Iglesias y Antón Costa [noticias.lainformación.com]
Ni siquiera dejó de contestar una pregunta bien sorprendente, que puede ser una muestra clara de los intereses y la sabiduría de los empresarios de nuestro país, aunque no pegue ni con cola. "¿Cree en Dios?", le preguntaron. Ante el interrogante hasta el presidente del Círculo, Antón Costas, ironizó con que se trataba de algo muy personal y dudó de si debía hacerle la pregunta, se excusó. Iglesias contestó con gran aplomo: "Dios es un significante en disputa". Pero eso sí, ya que se la habían hecho la aprovechó para sacar partido. El Papa Francisco, representante de Dios en la tierra, dice cosas muy sensatas, en las que creo. Ahora bien, matizó, "la espiritualidad es algo muy privado de cada uno que se debe respetar sin indagar en exceso". Así que advierte de que nadie se pase y, al tiempo, busca algunos votos más de los católicos.

Definitivamente, Podemos es un partido transversal donde los haya. Guiños por todas partes de cara a las elecciones. Al centro-derecha le indica que puede entenderse bien con los empresarios y hasta degustar con ellos vinos y caviar. A la izquierda comunista le recuerda que pueden votar por ellos, ya que el comunismo es  viejo e ineficaz. Sin embargo, en Podemos tenemos idéntica firmeza en nuestras condiciones. A algunas autonomías en litigio les asegura el referéndum y su derecho a expresarse y a votar. A los votantes socialistas les abre los ojos a que sólo Podemos defiende la socialdemocracia. Con los católicos abiertos y moderados aplaude las decisiones de Francisco y ante todos proclama que gobernarán con pragmatismo. Transversalidad, por encima de todo.

No sé si la presencia del político Iglesias ante la denominada por él "oligarquía financiera" habrá podido tranquilizar a los pocos sabios que en el mundo han sido, como decía el clásico fray Luis de León, entre los que se encuentran, quizás, algunos empresarios, pero las señas de identidad de Podemos cada vez se diluyen más, siendo difíciles de concretar. Yo cada vez estoy más confuso respecto a su ideología. Lo que sí está bastante claro es que Iglesias no "sigue la escondida senda" del poema. Al contrario, se exhibe cada vez más para asaltar los cielos próximos y conquistar la hegemonía que tiene a la mano. En esto no puede ser más coherente y para ello se cambiará lo que sea preciso cambiar.

En mi opinión, lo que ha pasado hasta hoy no es difícil de entender. Podemos lanzó las campanas al vuelo proclamando que ganaría las anteriores elecciones, pero se equivocaron. Sin embargo, el objetivo siguió adelante. La estrategia fue desgastar al Socialismo de Pedro Sánchez, alegando que no quiso gobernar con ellos y sí con Ciudadanos, por eso no se pudo formar gobierno para echar a los Populares. Rajoy permaneció callado y agazapado. Ahora se levanta y trata de polarizar la próxima consulta, coincidiendo en esto con Podemos. Sólo hay dos polos: el derecho (PP) y el izquierdo (Podemos). Con esta posición se puede ir todo de nuevo al garete e imposibilitar que haya gobierno, porque a quien antes no aceptó le puede retornar la jugada y verse ahora rechazado por los socialistas, aunque quedaran reducidos a la tercera posición. Otra interpretación sería plantear que hay una extrema-izquierda (así califica el Gobierno en funciones a Unidos Podemos) y una extrema-derecha (el PP). Sin embargo, existe también una derecha civilizada y responsable (Ciudadanos) y una izquierda socialdemócrata con una larga historia de gobierno. Mientras tanto, veremos qué pasa.

Julián Arroyo Pomeda