sábado, 30 de diciembre de 2017

Negras jubilaciones

E
l presidente del gobierno español tiene la ‘virtud’ de lanzar pocos mensajes y siempre simples, acaso simplistas, como si pensara que ha de hacerse entender, ya que la cultura de los ciudadanos es algo escasa. Los suele acompañar con la muletilla: es de sentido común. Una de las comunicaciones que repiten machaconamente durante los años que lleva gobernando es que todo irá bien, si la economía marcha bien, porque en ese caso se podrán amortizar los créditos, crear nuevos puestos de trabajo y conseguir que las empresas confíen, al comprobar la estabilidad financiera. Así resulta que crecemos más que la media europea y la gente se da cuenta de nuestro bienestar, por lo que cada año nos visitan más turistas. Y así seguiremos, a pesar del nubarrón creado por los independentistas de Cataluña. Todo el mundo puede comprender esto.

Tal triunfalismo debe tener algún fallo gordo, porque, yendo bien la economía, como va, según el gobierno, sin embargo, no repercute en todos los niveles. Uno de los que cada vez va peor es el de los pensionistas. Si las cosas marchan bien, ¿por qué este sector pierde poder adquisitivo desde el año 2012, cinco años ya? Seamos realistas: ese año todavía seguía la crisis, que se dio por terminada dos años después. Ahora bien, en 2015 y sucesivamente hasta las pensiones continúan perdiendo poder adquisitivo. ¿Entonces? ¿Qué está pasando y por qué ocurre así?

[www.larazon 29 diciembre 21017]Añadir leyenda
Lo que pasa es que a los pensionistas, una de las partes más débiles del sistema, se les está obligando a pagar la crisis todavía y, además, se les considera unos privilegiados por cobrar una pensión, que se revaloriza cada año un 0,25%. Menudo privilegio es devolverles una parte de lo que han cotizado, pagando el IRPF durante la totalidad de su vida laboral. Contribuir era su obligación, pero los derechos posteriores, bien ganados, empiezan a cuestionarse y, como parece que cobran mucho, se les va reduciendo su pensión año tras año. Al tiempo que se revalorizan las pensiones estas pierden poder adquisitivo. Esto es difícil de entender por parte del sentido común, desde luego, pero es una realidad como pone en evidencia un cálculo bien sencillo. Si en 2017 el IPC se queda en el 1,2%, con un incremento de pensión en 0,25%, lo que se pierde es un 0,95% del poder adquisitivo de compra. Los únicos que no ven esto son el ministro de hacienda y la ministra de trabajo, que acaban de proponer para 2018 la subida automática de las pensiones en un 0,25%. Todavía el de hacienda parece que ésta puesto únicamente para recaudar, pero tampoco se lo cuestiona la ministra de trabajo, cometiendo una contradicción inherente a su cargo. Báñez y Montoro lo tienen claro: no dar un paso atrás; ante todo, genio y figura. ¡Qué sabiduría la de esta gente! ¿Cómo han llevado a cabo tal milagro?

[www.elpais.es]
Como se puede ver en el gráfico, las reformas han cambiado los conceptos y esto es fundamental. A partir de 2012 llega el gobierno Rajoy con su equipo. Hasta entonces se tenía en cuenta la inflación real para ajustar la subida de las pensiones. Con esta vinculación se mantenía el poder adquisitivo real. A partir de la llegada de Rajoy se elimina la equiparación y ya no se tiene en cuenta el IPC, ahora se vincula a la marcha de la Seguridad social, únicamente. Como ésta va mal, las pensiones siguen por el mismo camino. Por tal razón, mientras la economía marcha bien, según el gobierno, los pensionistas se van empobreciendo cada vez más.

Lo lógico y de sentido común sería revisar las cotizaciones a la Seguridad Social, ¿no? Pues los ministros responsables ni se lo plantean, señal más que evidente de que no tienen ninguna solución. Sin embargo, el presidente no los cambiará, porque están haciendo bien su trabajo, él lo sabe mejor que nadie.

Reconoce el Presidente que 2017 ha sido un año difícil, aunque también hemos tenido crecimiento y expansión. Con estas bases, 2018 será mejor aún. Con la cantidad de miles de puestos de trabajo que se crearán la Seguridad Social volverá a estar bien financiada, por lo que no se necesita mover nada, ni meterse en más cambios. Los cimientos de la economía son muy sólidos y quedan con una buena estabilidad. El título de esta magnífica película es "Mariano Rajoy en el país de las maravillas".

Algún día, quizás no lejano, despertarán los ciudadanos y caerán en la cuenta de tantos engaños como les han vendido. Sólo entonces actuarán en consecuencia. Mientras tanto, existen organismos económicos oficiales que dan la voz de alarma, empeñándose en decir que no se podrá mantener el sistema de pensiones. Son nubes negras, que descargarán en su momento y escampará para salir el sol nuevamente, aunque sólo sea para eliminar pensiones cuya media no llega a los 900 €.

Julián Arroyo Pomeda


sábado, 23 de diciembre de 2017

No dan una


R
ajoy terminó la campaña electoral, pidiendo "el último arreón" para poder ganar en Cataluña. El diccionario define la palabra ‘arreón’ como la arrancada brusca e inesperada del toro, cobardón y frenado que se arranca en arreones. Se emplea, igualmente, en lenguaje futbolístico. Qué lenguaje más populachero el de este pontevedrés, que cada vez provoca más risas que reflexiones.

La vicepresidenta Santamaría remató la faena, proclamando que los independentistas están descabezados por decisión del presidente Rajoy. Cuando la han reprochado el lenguaje belicoso del descabezamiento, responde que no saben ver el fondo de lo que pasa y sólo se quedan en la forma. Aunque así fuera, la vallisoletana tan poco es muy elegante con este lenguaje tan chulesco y lleno de arrogancia.
[www.europapress.es]
Sin embargo, los resultados electorales parece que dan la vuelta a sus palabras, porque los descabezados han repuesto enseguida su cabeza. Puede suceder que los periodistas no hayan entendido lo que quería decir Santamaría y no han sabido interpretarla bien. Lo que quería decir es que el descabezado era, precisamente, el partido del gobierno de España con su presidente y vicepresidenta, que han ofrecido su propia cabeza como holocausto propiciatorio. Santamaría se ha dado una pedrada en el ojo, que, de rebote, ha ido a parar en el pie de Rajoy y ambos han quedado mal heridos.

Menudos estadistas tenemos en el gobierno, qué personajes, es que no aciertan ni equivocándose. Al fin y al cabo, Albiol es un hombre algo bruto, de derechas y sin complejos, pero, desde luego, se lo han puesto difícil los que querían arroparle. Hay que preguntarse con razón qué va a pasar ahora. Que los catalanes independentistas necesitan tentarse la ropa y tener mucho ojo, porque Rajoy está dispuesto a arrearles de nuevo otro 155 para que espabilen, es evidente, ya se lo ha advertido.

Lo que no puedo entender es el cinismo de nuestros gobernantes. Primero, sacan un decreto para que las empresas tengan fácil retirarse de Cataluña y después piden a las mismas que vuelvan. ¿Qué pretenden con tal proceder? Sólo ganar unos votos, pero credibilidad no tienen ninguna. El propio Rajoy se extrañaba y parecía molesto cuando los periodistas le preguntan que cuando acaba el artículo 155. Pues cuando haya nuevos gobernantes en Cataluña, claro, es evidente. Si, así es, sólo que nadie se fía, porque como no sean los que interesan puede caer de nuevo la espada del 155. Esto no es serio, pero, lo que es peor, tampoco es democrático. Ha tardado en reaccionar Rajoy, que es muy lento en la toma de cualquier decisión, pero una vez hecho ataca y monta la bronca política. Esta actitud no es propia de un presidente de Estado.

¿Quién hará el cambio de rumbo ahora?
[www.youtube.com]
En las elecciones más atípicas de la democracia en España, su convocatoria pretendía hacer un cambio de rumbo para lo que se apostó por el bloque institucionalista. Ciudadanos no perdió ocasión de recordarlo: "si soy la presidenta de Cataluña", repetía una y otra vez Arrimadas en el debate de la Sexta. Por mucho que se quiere insistir en que este partido emergente es el primero, no podrá gobernar de ningún modo. Por otra parte, Albiol, insistía en que sin un Partido Popular fuerte en Cataluña no podrían arreglarse las cosas. Resulta que ha cosechado el fracaso más absoluto, esperado por todos, menos por ellos mismos. Ciudadanos ha sabido mantener el tipo, obteniendo la victoria, pero, ¿a quién pedirá responsabilidades el Partido Popular? ¿Lo hará a Albiol o al propio Rajoy, que lo ha dado todo para ganar? ¿Pedirán la dimisión a los responsables de Cataluña por parte del gobierno a la vicepresidenta Santamaría? "Qué hiciste, acusadora, qué hiciste". Solamente una cosa: el ridículo total. Los populares se han hundido.

Han sido unas elecciones, en las que los independentistas siguen conservando la mayoría absoluta, con lo que sólo puede pasar lo evidente: seguirán construyendo la República catalana, mientras que el gobierno del Estado continuará sin mover un solo dedo en la búsqueda de alguna solución orientadora. Me temo que otra vez volverá a reventar el marco de la política. El contragolpe sigue sin producir los resultados esperados. Sólo los ingenuos podían pensarlo: pobres mentecatos.

¿Qué ha representado entonces la aplicación del artículo 155 de la Constitución? Después de grandes y sesudas reflexiones lo que ha conseguido es expulsar del gobierno catalán a sus legítimos representantes, encarcelando a algunos de ellos, quizás los más importantes. Ha reprimido los sueños irrealizables de sus dirigentes, pero no ha solucionado nada. Ya sé que esto no se quiere reconocer por los partidarios de lo que el artículo implica, pero agarrarse a tan supina tozudez sólo increpará los ánimos todavía más y producirá más independentismo.

La cuestión es que los independentistas han alcanzado ahora un nivel de votos y escaños parecido al que tenían y que el partido del Gobierno ha resultado machacado, perdiendo hasta el grupo parlamentario del que disponían. Alguien tendrá que pedir explicaciones, porque el pueblo catalán no soporta al Partido Popular, les produce vergüenza votarlo y por eso se agarra al clavo ardiendo de Ciudadanos. Ahora es el momento en que éstos pueden despegar a nivel nacional, disputando la primacía al partido gobernante. Menudo golpe, podría ser mortal, incluso. Los populares se lo han buscado, ellos exclusivamente, así que ¿de qué van a quejarse? Seguirá, pues, el mismo rumbo, pese a quien pese, que sí, ya lo verán.

La conclusión rápida, sin atender ahora a matices es que Ciudadanos se ha alzado con la victoria y que los populares han quedado destruidos. Tiene gracia que como no pueden tener grupo propio se vean obligados a pasar al grupo mixto, teniendo como compañeros a la CUP. Parece cómico a la par que trágico. Los independentistas ganaron la partida al gobierno del Estado, que disponía de todas las bazas a su favor, por lo que pueden considerarse vencedores también. Les han ganado el presidente de Cataluña en el exilio y el vicepresidente desde la cárcel. Esto sólo se puede entender en la España de charanga y pandereta. Lo peor del caso es lo mal perdedores que son: Albiol echa la culpa a Ciudadanos por haber incitado al voto útil, que ha perjudicado los populares. ¿Acaso el partido gobernante no tiene culpa ninguna?
[www.youtube.com]
¿Qué más tiene que pasar para que el Presidente Rajoy reconozca que el rumbo de su gestión carece de toda salida posible? El problema de Puigdemont es el problema de Rajoy y lo que le pasa a Cataluña es lo que me pasa exactamente a España. Si lo pensara un poco, podría declarar que estos son los últimos presupuestos que va a presentar. Concluidos estos, tendría una buena ocasión para retirarse y dejar el puesto a otra persona, convocando unas elecciones próximas, a las que él, naturalmente, no se presentaría ya. Por pura dignidad. Cerrarse en sí mismo y obligar a su partido a que se lo trague todo otra vez, demostraría la mayor torpeza que uno se puede imaginar. Sin embargo, todo podría ocurrir de nuevo, porque el Presidente Rajoy hace tiempo que no da una, estando cada vez más descarriado, el hombre. Una pena.

Julián Arroyo Pomeda


miércoles, 6 de diciembre de 2017

Aprender para vivir

L
a legislatura política actual está ya bastante avanzada y hace tiempo que nadie habla de la proyectada Reforma de la enseñanza para sustituir la nada feliz Ley Wert, ahora vigente. La LOMCE rezuma un marcado carácter tecnocrático desde su primera línea, en la que habla de los cambios tecnológicos que han transformado las sociedades y del desarrollo económico que las ha hecho avanzar. Con independencia de que también se señalen los valores humanistas, aunque parezcan sólo un barniz, lo que importa es el progreso social y económico: la educación es "uno de los factores más importantes de aceleración del crecimiento económico y del bienestar social del país" (página 45.188). En la página siguiente pide orientar "el sistema educativo hacia los resultados".

Esta orientación general es un error de base que habría que corregir, porque la educación es otra cosa que una empresa. Hacer una especie de sistema empresarial de la educación es perder calidad en todos los sentidos, por mucho que se quiera recuperar la cacareada calidad perdida. No se trata, pues, de un buen modelo, por lo que hay que reformarlo para evitar su unilateralidad y la politización de la enseñanza, como ocurre en la actualidad.
[www.aquifrases.com]
Séneca, precisamente uno de nuestros grandes valores humanistas, criticaba el tipo de educación que se llevaba ya en la época imperial romana, porque estaba orientada sólo a la erudición, que no hacía más sabios. Por esto, en su tiempo no se aprendía "para la vida, sino para la escuela". Palabras casi proféticas las del cordobés universal. Exactamente esto es lo que se hace actualmente en nuestro sistema educativo en sus distintas etapas. En Primaria se aprende para que, una vez superado este escalón, podamos tener acceso a la enseñanza obligatoria. Superada ésta, lo que importa es acceder a la postobligatoria. Y, alcanzados estos tres niveles exitosamente, el objetivo es disponer para poder estudiar en la Universidad, apuntando desde aquí a un buen empleo y a disparar así el desarrollo económico de cada uno para mantener un nivel social adecuado.

Hemos pasado de este modo 16 años aprendiendo para la escuela, pero sin saber vivir, que es lo importante en el desarrollo de los seres humanos. No hemos aprendido a razonar, ni hemos adquirido sentido común. Sólo tenemos contenidos superfluos, que varían en poco tiempo, por lo que no eran tan necesarios. Seremos eruditos, en el mejor de los casos, pero no sabios. Además, en el camino se ha dejado la formación para ejercer una profesión con la que poder vivir, que no es necesariamente la universitaria.

Ahora necesitamos, para empezar, construir un sistema educativo que dure, sin que tengamos que modificarlo, cuando gobierne un partido político nuevo. Por eso hay que acordarlo entre todos, o, al menos, tener el aval de los partidos mayoritarios y sólidamente fundados. Sólo si es el mismo para todos los estudiantes de los distintos territorios de España, el cambio de residencia no nos afectará. El sistema tendría que ser público y a cargo del Estado, cuya obligación es asegurar la educación a todos los ciudadanos. No se puede rechazar la enseñanza privada, sólo que, al no depender del Estado, no puede exigir subvenciones. Cualquiera la puede elegir en aras de sus convicciones y valores propios. ¿Y si no hay centros públicos suficientes en un territorio determinado? Entonces el Estado debe proporcionarlos con toda urgencia, en lugar de escudarse en lo privado para no realizar las inversiones necesarias. Así se hará realidad la igualdad de oportunidades. Garantizada la calidad de enseñanza en los centros públicos, los resultados no tienen que ser los mismos que en los centros privados, ya que cada uno tendrá su propia idiosincrasia e impulsará las capacidades personales.

Las asignaturas básicas deberían ser las mismas para todos los centros. Luego debe haber también una oferta opcional para elegir lo que más convenga a nuestro currículo personal, así como nuestros valores y convicciones. ¿Qué hacer con la Formación Profesional, ahora tan desgajada y superada? Nunca debe sacarse del sistema educativo, sino integrarse en el mismo. Cuando las materias obligatorias a cursar sean iguales y comunes, en el mismo nivel de bachillerato se podría ya optar por otras diferenciadas de acuerdo con la rama profesional que interese a cada uno. Tampoco quedará excluido ningún estudiante de Profesional de la Universidad, a la que podrá integrarse posteriormente en función de sus capacidades. De este modo la oferta profesional se haría mucho más atractiva y alcanzaría la consideración social que merece.
[www.pstu.com.ar]
Por el contrario, el ambiente que se respira es el de una enseñanza elitista, que segregue a quienes social y económicamente se consideran no capacitados para que las élites no tengan que superarse, midiéndose con las competencias de quienes luchan por el acceso a los niveles superiores, reservados con la osadía más intolerable. Universitarios y obreros pretendían unirse en tiempos de la Transición española para producir un cambio revolucionario. "Obreros y estudiantes unidos, adelante", era entonces el eslogan más coreado. Se confiaba en que la educación podría sostener el cambio necesario. La Transición se cuestionó en el primer momento, pero después se olvidó en aras del realismo y se redactó la Constitución como el ariete contenedor de cualquier rebelión posible. Es ahora, de nuevo, cuando se empieza a dudar de que todo aquello sea intocable. Una gran mayoría arremete contra la educación politizada en Cataluña, pero es que no sólo está manipulada políticamente en ese territorio. El mal está siendo global.

No cabe ninguna duda de que se tiene miedo a cualquier clase de cambio, como si valiera más lo malo conocido. Si las turbulencias socio-políticas golpearan nuestras mentes, no habrían sucedido en vano. Hay que hacer frente a las situaciones, en lugar de poner a actuar mecánicamente el sistema legal. Claro que es dura la ley, pero no podemos olvidar que todas las leyes han sido elaboradas por el poder de legislar, que está en el Parlamento por mandato de los ciudadanos. Son estos los que exigen reformar la ley de educación para adecuarla a lo que necesita la sociedad española, pero los parlamentarios parecen dormidos y no se dan por aludidos. Han de saber que la única dirección posible es la de aprender para la vida.

Julián Arroyo Pomeda