sábado, 20 de enero de 2018

Mentiras políticas

A
caba de aparecer el libro Mentira y poder político, de Miguel Catalán. Aunque su enfoque es de contenido teórico, me parece una buena ocasión para señalar algunas mentiras políticas de determinados próceres del actual Gobierno del Estado español. Precisamente su concepción puramente académica nos da pie para poder completarla ahora prácticamente con algunos ejemplos.
[www.elmundo.es]
1. Empecemos con Guindos, el ministro de economía. Según él, de no haberse producido al rescate bancario habríamos sido expulsados de la unión monetaria. Situación verdaderamente dramática, donde las haya, de la que los ciudadanos españoles nos enteramos ahora. ¡Qué grave irresponsabilidad! Sólo por esto le deberían haber expulsado del Ministerio, en el que, además, lleva demasiado tiempo, en su opinión. Su desvergüenza llega a comparar su política con la de Rodríguez Zapatero. El ha tomado decisiones para atacar la crisis, mientras que Zapatero sólo puso dinero a fondo perdido. Ya dijo Guindos, en su momento, que el rescate a la banca no tendría "coste para los contribuyentes españoles". Es el Banco de España quien tiene que enmendarle la plana: las pérdidas por el rescate rondan los 60.600 millones de euros, pero los bancos no han devuelto las ayudas, ni lo harán, aunque Rajoy afirmara que se trataba de "un crédito a la banca que iba a pagar la propia banca". Anda que si se llega a costar algo. Mentirosos compulsivos.
[Herrera Campa]
2. Herrera Campa, Director General de Costes de personal y Pensiones Públicas, comunica a los pensionistas que sus pensiones se han revalorizado un 0,25%. Ahora bien, si los precios subieron (IPC) en un 1,2%, dicha revalorización se convierte en una pérdida de más de un punto. Así ocurre año tras año, décima más, décima menos. Y lo dice sin ninguna vergüenza y con toda desfachatez. Si no fuera trágico, sería cómico, porque se ríen de los pensionistas, obligándolos a pagar la crisis con su pensión. ¿Por qué no mantienen la inflación en la misma medida? Miserables leguleyos, a quienes no se les ocurre cuestionar nada. Otros defenderán que algo es algo y que más vale que nos dejen como estamos, porque con la situación en que se encuentra nuestra economía no se pueden pagar las pensiones. Luego habrá que suscribir un fondo con un banco. Si es muy fácil. Que paguen el fondo los más de dos millones de parados. O los cinco millones y medio de trabajadores que cobran un salario mínimo (cerca del 47% del total) y quienes tienen contratos temporales. Que recorten todavía más, como si no lo hubieran hecho bastante, destruyendo así la Educación y la Sanidad. Mentiras y más mentiras.

3. Rajoy, presidente del Gobierno, manifiesta que Puigdemont no le ha dejado otra alternativa que la aplicación del artículo 155. El enfrentamiento entre Cataluña y el Gobierno Central ha aflorado, finalmente, con la máxima violencia. Ya se ha aplicado el artículo 155 y las cosas siguen de mal en peor. No se ha solucionado nada y el soberanismo ciudadano ha vuelto a confirmar al gobierno destituido por la fuerza. Ha sido un fracaso. No hay solución a corto plazo, ni, acaso, en décadas. Eso sí, se ha dividido por dos a la sociedad catalana y el odio a lo español va en aumento. Si esto es "volver a la normalidad", como ha dicho el Gobierno, no se puede entender nada. Si hubiera normalidad ¿por qué se amenaza con volver a aplicar el mismo artículo de nuevo? Quizás todavía Cataluña no está suficientemente humillada, porque aún no se rinde. Ernest Maragall fue rotundo en su discurso de hace unos días: "El Estado no quiere saber nada de reconciliación ni de soberanías compartidas. No sabe ganar, sólo sabe imponer, humillar y castigar". Toda esta situación ha costado ya más de 87 millones de euros en fuerza policial. Lo pagaremos todos los españoles, dice Zoido, y se queda tan ancho. ¿Por qué no lo pagan los irresponsables de que esto haya tenido que ocurrir por su pésima gestión política?

4. Corrupción en la Comunidad Valenciana. Camps y Barberá llevan saqueando esta Comunidad desde 2007, al menos, pero no sólo ellos son el problema, sino que el propio Rajoy declaraba en 2008, poniendo como ejemplo de buena gestión a Francisco Camps: "Este es el modelo que yo quiero aplicar para el Gobierno de España". Y bien que lo está haciendo, mediante la estructura corrupta que conforma el Partido Popular. ¿Por qué no se callará este pobre hombre? La trama Gürtel de F. Correa y A. Pérez se encargó de la realización técnica de la corrupción, R. Costa cayó en cohecho, el caso Brugal pone en jaque al gobierno de Alicante, Fabra lo hace en Castellón, el caso Emansa implica a Barberá. A todos ellos les cubre la vergüenza, a pesar de tantas mentiras como han propalado. "La vanidad y un severo atracón de poder absoluto acabaron con Camps" (Lucía Méndez).
[www.elperiodico.es]
5. Millet y Montull han saqueado el Palau de la música, mediante el cobro de comisiones ilegales, y han sido condenados por ello. Todo fue para financiar al partido Convergencia, cuyo líder fue Arturo Mas, quien sigue defendiendo a Daniel Osácar de las mentiras de los anteriores. No sabemos quién es el que miente más de todos y el que más ha robado, pero, desde luego Osácar es persona "absolutamente honorable", según Mas. Cuánto sinvergüenza queda entre nosotros, como los expertos en producir facturas falsas para financiar a CDC. Ya existía esta gestión en los tiempos de Pujol. Claro que todos se dedicaban a ganar elecciones y no eran responsables de la administración del partido, como proclaman una y otra vez. La cosa es echar la culpa de lo malo a otros, propalando las mentiras que sean necesarias.

6. ¡Cuántas mentiras no habrán dicho, una y otra vez, E. Aguirre, I. González y F. Granados en la Comunidad de Madrid y cuantas comisiones se habrán metido en su propio bolsillo! La Operación Lezo todavía no está cerrada, por lo que nos iremos enterando. Púnica y el Canal Isabel II también tendrán mucho que aportar, cuando se descubran las cloacas de corrupción. Dan ganas de vomitar.
Se podría seguir, pero ¿para qué? Sólo para confesar que somos la ignominia internacional. Lo mejor sería preguntar por la causa de todo esto. El estudio del profesor Catalán lo sintetiza así: "la principal causa de la mentira política es la injusticia inherente a la desigualdad social producida por la historia". Éstas son sus dos últimas líneas para acabar.

Julián Arroyo Pomeda