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miércoles, 22 de agosto de 2018

Alzamiento militar de Franco ante la legalidad republicana



N
o creo que a nadie le preocupe el lugar donde reposen sus restos, una vez muerto. Ni siquiera Franco tuvo voz en su propio entierro, así que no pudo decir dónde quería que lo enterraran. En el imposible caso de haberle incinerado seguiría presente la división de los ciudadanos españoles, porque de lo que se trata es de dedicarle un mausoleo faraónico y solemne. Anda que si después se encontrara en las calderas de Pedro Botero...
[Enterramiento de C. Polo en Mingorrubio; madridiario.es]
Se decidió por el Valle de los Caídos el Consejo de Ministros de entonces, presidido por Arias Navarro y por orden del rey al abad de la basílica, firmada el 22 noviembre 1975 con la solemne expresión de "Yo, el Rey". (Quizás las prisas o las 16 horas le impidieron poner ni siquiera la coma).
Los familiares se niegan ahora a que lo remuevan de su tumba, pero entonces su esposa, Carmen Polo, pensaba que el lugar adecuado sería el panteón que habían adquirido en el cementerio de Mingorrubio en El Pardo, donde ella misma está enterrada. Su hija Carmen Franco manifestó que no le constaba que su padre quisiera hacer de la basílica su mausoleo. En cambio, cuando perciben que van a hacer efectiva la exhumación, se niegan a ello, mediante el documento notarial.

"Todo por España", manifestó don Juan de Borbón ante su hijo Juan Carlos, autojustificando así su renuncia al trono. Algo parecido pensaría este cuando Franco pidió a los españoles en su testamento que le tuvieran el mismo afecto y lealtad que a él. Había que ser agradecido, aunque un día pudiera pensar sobre su cabeza el riesgo tomado.
[Fusilamientos franquistas; www.mungalari.info]
Dicho todo esto, falta lo esencial de la cuestión. Según Aristóteles, ciencia es el conocimiento de la causa de algo. Pues bien, aquí la causa profunda es el levantamiento militar de Franco ante la legalidad republicana con el consiguiente fusilamiento ante el paredón de todos los enemigos que pudo aniquilar y que rondan el millón de muertos. El otro bando también cometió desmanes, pero no es lo mismo que si los hace un Jefe de Estado y Generalísimo de los Ejércitos. Se trata de crímenes violentos, todavía sin identificar ni hacer justicia. Claro que fue una Cruzada contra los enemigos de Franco, que eran los de España. Luego la Dictadura levantó un monumento colosal para la conciliación y la paz, que es expresión de la apología del crimen. Más le valdría a la familia tener un acto de piedad y cortesía con los españoles y trasladar a Franco a Mingorrubio con un poco de humildad. Piénsenlo.

Julián Arroyo Pomeda

jueves, 19 de octubre de 2017

Galicia en llamas



G
alicia, Asturias y Portugal han sido inundadas por el fuego inmisericorde a mediados de este mes de octubre. A una mujer gallega, ya mayor, le preguntaba un reportero de televisión cómo podía acabarse esto, a lo que ella contestaba, sin titubear: haría falta un milagro. Llevaba mucha razón, porque los fuegos han acabado siendo controlados, cuando el día diecisiete llegaba el milagro de la lluvia. Los seres humanos son incapaces de hacer milagros, pero la naturaleza sí que puede y lo ha hecho.

La situación

Aristóteles escribió que la ciencia consiste es el conocimiento de la causa de algo, por lo que la filosofía es la ciencia de las primeras causas y principios. Según esto, para proceder científicamente habría que preguntar por la causa de los fuegos producidos en Galicia este otoño. Los representantes de cualquier administración enseguida se desmarcan de toda responsabilidad. Para Núñez Feijóo, en efecto, la responsabilidad única es la del "terrorismo incendiario". Así que hay terroristas, que se encargan de producir los incendios, esto es todo. Los pobres vecinos han echado el resto por apagar las llamas con los medios limitados de que disponían y algunos han perdido en ello la propia vida.

Otros dicen que el problema está en que el número de brigadistas es insuficiente, a lo que se responde de inmediato que no faltan medios para extinguir el fuego, sino que los responsables han sido los vientos. Difícilmente se puede discutir la situación precaria de los forestales: el uno octubre fueron despedidos buen número de brigadistas, echándoles al paro por la finalización del verano y de nuevo han tenido que ser vueltos a contratar, otra vez. Parece, pues, que no existe un buen sistema de prevención, pero después resulta que los fuegos han sido provocados, claro. De la chapuza administrativa se guarda un aparatoso silencio. Con contratos de tres meses, que tienen algunos brigadistas poco se puede hacer durante la totalidad del año. A ello se acompaña un sueldo de novecientos euros mensuales. Menudo esfuerzo hace la Xunta con semejante cantidad.
[Nigrán, Pontevedra; www.gaceta.es]
Aunque, probablemente, los incendios de este mes de octubre hayan sido los mayores, el problema es que cada año sucede algo parecido. Los expertos hablan de 34.000 incendios producidos en Galicia en los últimos diez años. No dirán que no han tenido tiempo de encontrar soluciones eficaces y prácticamente definitivas, pero como tienen que hacer tantas cosas los políticos gallegos... ¿Por qué no se limpian y cuidan los montes, por ejemplo? Descontrol y desidia, escasa planificación e improvisación de las autoridades hacen que los vecinos lleguen incluso a poner en peligro su vida o a morir para salvar sus propiedades, sus casas, sus tierras y sus animales. La especulación se persigue poco. Hay una Ley de Montes, pero es susceptible de matices y trampas que los especuladores saben aprovechar muy bien. Luego están las especies de plantas en los montes con los eucaliptos a la cabeza, que es la peor planta para controlar el fuego, puesto que es muy inflamable, pero se siguen poniendo.

Una vez quemado del monte, ¿qué se hace después? Algún partido político importante parece darle pena mantenerlo quemado y consideran que sería mejor urbanizarlo. Luego está la respuesta penal para los incendiarios. Ya ha dicho del Presidente del Gobierno que va a ser difícil descubrirlos, pues con esto queda todo dicho: dejemos que el desierto avance entre nosotros, por si tenemos poco en estos momentos. Tampoco el asunto de la corrupción parece ser manco, también aquí.

Quién te ha visto y quién te ve Núñez Feijóo
[Carballeda de Avia, un vecino apaga las llamas; www.EFE.es]
En 2006, el actual presidente de Galicia estaba en la oposición y criticaba con fiereza los incendios producidos entonces. Hablaba de la necesidad de coordinación y selección mejor, que entonces no hacían los gobernantes gallegos del PSdeG. y BNG. Decía en 2007: "con nosotros no moría gente en los incendios, y con ellos, cuatro personas". "Ellos" eran el gobierno autonómico bipartito. El propio Rajoy, refiriéndose al gobierno de Rodríguez Zapatero, declaraba: "hay quien no sabe gobernar, y la obligación básica de un gobernante es ser eficaz". Ahora dice Núñez Feijóo que nunca hubo tantos medios en un mes de octubre. Pues anda que si con tantos medios se produce el mayor de los incendios nunca visto... Tantos medios y tan escasa vergüenza, querrá decir. Claro que luego dirán que con esto se pretende producir alarma social, lo que es propio del cinismo más galopante.

Responsabilidad en la gestión

En cualquier caso, y para evitar lo que ahora se ha hecho inevitable ya por consumado, hay factores prioritarios que se han de poner en valor.

El principal es la previsión. De lo que se trata es de adelantarse a lo que puede llegar y poner los medios necesarios para que no ocurra lo que no se desea. Prever para proveer, parafraseando a Comte en su método positivo. No se trata de poner más medios que nunca, cuando suceden las cosas -faltaría más-, sino de proporcionar los medios adecuados antes de que sucedan, es decir, de hacer todo lo posible para que no ocurran. Poner los medios necesarios es costoso, nadie lo duda, y hasta se dirá que muchas veces no puede hacerse, porque el presupuesto no lo permite. Considerémoslo con un poco más de detalle.

Uno de los argumentos que podrá convencer a la mayoría es pensar en las consecuencias susceptibles de producirse, que son todavía mucho más costosas económica, política y humanamente. Es que, por no haber gastado antes, después hay que emplear el doble y todo por falta de la adecuada previsión. Este es el ejemplo más evidente de una pésima gestión de gobierno. Y cuando uno hace una mala gestión en su gobierno, sólo queda una solución, retirarse a tiempo y dar paso a otros que puedan hacerlo mejor. Esto es honestidad política. Si acaso, antes de hacerlo, convendría dejar terminadas las posibles indemnizaciones a pagar por los desastres producidos a los vecinos y los criterios orientadores para la recuperación inmediata de lo destruido.
[www.farodevigo.es]
Los efectos, después de la extinción de un incendio, son incalculables. Las cenizas y tierras de negruzcas descienden con las lluvias de turno y lo natural es que desemboquen en ríos y mares con la destrucción de las especies de las que viven muchas familias de pescadores, que trabajan en la mar, y sus derivados. Se resuelve lo más gordo y las consecuencias medianas suelen olvidarse con el consiguiente perjuicio para gente humilde, que se pasa la vida en la mar. Todos los productos acaban contaminados durante cierto tiempo con la consiguiente prohibición de la pesca menuda. ¿Qué hace entonces la gente que suele vivir al día, porque gana poco y se las apaña como puede? Sin ahorros y en tiempos de escasez, queda muy poco dónde agarrarse. Rezar tampoco es la solución, cuando la familia necesita comer. Y todo por no haber hecho las previsiones oportunas en su momento.

Hasta nuestros vecinos portugueses nos dan ejemplo. La ministra de Administración Interna (equivalente al Ministerio del Interior nuestro) ha presentado la dimisión al Primer Ministro, después de una dura intervención del Presidente de Portugal. La causa son los fuegos en el país vecino. Es algo que la honra. Es, además, un ejemplo de salud democrática. Próximamente, el Parlamento debatirá una moción de Censura al gobierno de Costa. Aquí, en cambio, probablemente todo siga igual, a la espera del siguiente fuego, porque los gobernantes no tienen ninguna culpa, todo se debe a los terroristas incendiarios. Y, claro, alguien tendrá que responder por no haberlos controlado. Desgraciadamente, estas y otras cosas semejantes no son las propias de nuestras costumbres.

Julián Arroyo Pomeda



viernes, 15 de septiembre de 2017

Yusty, un juez poco presentable


En el año 2014 Estados Unidos nos ofreció la película El Juez (The Judge), dirigida por David Dobkin, en la que el actor Robert Duvall hacía el papel de juez del pueblo, que ha cometido un crimen, atropellando a un hombre con un objeto de asesinarle. Un juez que ha dictado tantas sentencias durante su vida y que ahora va a ser encarcelado. ¿Puede equivocarse un juez en la administración de la justicia? Sí, y más si se deja llevar por sus ideas políticas.
[Miembros de la Plataforma Libres e iguales; www.elconfidencial.com]
El auto del juez Yusty Bastarreche, del juzgado de lo Contencioso Administrativo número tres de Madrid, suspendiendo el acto público del 17 septiembre en la Sala Matadero de Madrid, con el título de "En Madrid por el derecho a decidir" parece, igualmente, una venganza contra un enemigo declarado y, además, se fundamenta en  argumentos jurídicos discutibles. Por ‘derecho a decidir’ el juez parece entender que se trata de apoyar un ‘referéndum ilegal’. ¿Cómo lo sabe el juez, si lo que quieren los promotores es debatir la idea política de que decidir es un derecho? No lo sabe, porque desconoce el contenido del acto, pero se anticipa a lo que él cree que sucederá. Así el juez se declara parte, por lo que difícilmente puede ser imparcial. Al menos no lo parece. Todavía más: este juez pertenece a la plataforma antiindependentista, "Libres e iguales", contra el secesionismo catalán. Parece que sus ideas políticas le han llevado a la actuación judicial.
[Martínez, del PP madrileño, presenta la querella; www.libertadDigital.com]
Las opiniones políticas del juez le descalifican en el dictado de este acto. Era una buena ocasión para haberse retirado. Hace algún tiempo ya criticó ‘la gran maldad de Zapatero’, a causa del proyecto de Memoria Histórica en el año 2007, calificó a la juez (y ahora alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena) de no tener ‘un aspecto presentable’ y manifestó que el escudo constitucional es el del águila de San Juan. Su odio al equipo de gobierno del ayuntamiento de Madrid parece evidente, según su declaración de 2016: "¡Pensar que semejante tropa está al mando de nuestras ciudades y puede estar en el Gobierno de España! Si por lo menos tuviesen un aspecto presentable". Es claro que su extremismo le contamina. Ahora que el Partido Popular de Madrid tampoco le anda a la zaga: considera que se trata de un acto para hacer ‘apología’ del independentismo catalán. A ver quién da más, que caramba. También se sobrepasa y mucho algún periódico, tomando la parte por el todo, diciendo en su titular que "la justicia" suspende, pero no, lo hace un juez solamente.

En cuanto a los argumentos jurídicos son discutibles y endebles. Veamos. El primero sostiene que es "un acto de apoyo a la Ley 19/2017" del Parlamento de Cataluña. No hay tal cosa: se trata de un acto para debatir el derecho a decidir, simplemente.

El segundo y tercero se ligan mutuamente. Uno dice que la ley anterior ha sido suspendida por el Tribunal Constitucional. Y el otro sigue declarando que el acto apoya la ley suspendida. Aquí se pasa mucho al juez.

El cuarto se refiere al ‘referéndum ilegal’, que no puede ser apoyado. Ahora bien, el referéndum ha quedado suspendido, pero corresponde al Tribunal Constitucional decidir en su momento acerca de su inconstitucionalidad o no. Debatir no puede ir contra la Constitución, que ampara, precisamente, la libertad de expresión.

El quinto prohíbe "realizar actos públicos en favor de un referéndum ilegal", por eso suspende el acto de Matadero. Y vuelta la burra al trigo, de lo que se trata es de debatir, nada más.

La argumentación no puede ser más endeble. Parece una decisión autoritaria de quien se da cuenta de su falta de autoridad para superar su complejo de inferioridad, confundiendo las opiniones con la realidad. Todo se reduce a establecer que el referéndum catalán es ilegal, por lo que va contra la Constitución y cualquier cosa que le favorezca debe ser suspendida. Pero esto no es cierto, porque confunde ilegalidad con inconstitucionalidad. Es verdad que la ley catalana ha sido suspendida, pero no declarada inconstitucional. Podría serlo, pero no es lícito que se puedan adelantar los acontecimientos. Los magistrados de él Tribunal tienen cinco meses para resolver lo que el juez ha decidido ya, dándoles hecho el trabajo.
[Presentación del acto de Matadero; www.lamarea.com]
Ciertamente que en toda sociedad hay problemas jurídicos a resolver. En el caso catalán, creo que el problema es político y social, no judicial. La cuestión es que cuando los políticos no pueden resolverlo, entonces los judicializan. En eso estamos, los jueces podrán parar un determinado proceso durante cierto tiempo, pero volverá a plantearse de nuevo. El actual gobierno ha mostrado suficientemente su incapacidad para resolver el caso, aunque traten de presentarse como hombres de Estado, sin resistir al mínimo análisis. De este modo pasan el muerto al Tribunal Constitucional. Es éste un pobre remedio. Lo de los jueces es todavía peor, viendo cómo actúan algunos. De ellos escribió Aristóteles que "su disposición ordinaria es la equidad, que es una variedad de la justicia y una disposición que en realidad no difiere de ella" (Ética nicomáquea, 137 h).

En noviembre de 2015 Julio Anguita declaraba en la presentación de uno de sus libros: "Vamos a un choque de trenes conducidos por auténticos insensatos, mentecatos y corruptos... Este choque se viene preparando porque nunca se ha querido abordar el problema de un estado plurinacional que es el español". Qué clarividencia la de Anguita para anticipar los acontecimientos actuales. Y el caso es que los del ‘estado plurinacional’ sigue sin entenderse, ni quererse resolver. Cómo va a ser posible hacerlo, si ni siquiera permite discutirlo la derecha autoritaria, que no se atreve a sacar sus esencias, pero que tampoco puede ocultar sus auténticos genes.

Sólo quedan ya esperar el resultado de las alegaciones de Ayuntamiento, que llegará seguramente tarde.

Julián Arroyo Pomeda


domingo, 13 de noviembre de 2016

Ganó, contra todo pronóstico


Con el poder mantenemos una relación ambigua: sabemos que si no existiera autoridad nos cometeríamos unos a otros, pero nos gusta pensar que, si no existieran los gobiernos, los hombres se abrazarían (Leonard Cohen).
[Trump, EFE, 11 Nov 2016]

E
l magnate neoyorquino de 70 años, acostumbrado al éxito en cualquier nivel, venció -por fin- de modo arrollador en las elecciones recientes de 2016. El flamante Donald John Trump se proclamó presidente electo de Estados Unidos con un lema bien expresivo y significativo: Make America Great Again. Pocos pronosticaron la victoria, que se reservaba para Hillary Clinton. Sé de una persona tan segura de su derrota que no dudó en apostarse un almuerzo para varios comensales, con un buen aperitivo de entrada. Y lo ha perdido, claro, aunque a alguno se le hayan quitado las ganas y le cueste participar en el evento.

Todos se preguntan ahora porque ha ganado Trump, un hombre zafio en grado sumo, fanfarrón, xenófobo, exógeno, racista, arrogante y agresivo, especialmente con la prensa, evasor de impuestos, machista, que tiene fama de embestir y cuya ambición es ganar siempre. En el intento de explicación no pueden ofrecerse soluciones simples a problemas tan complejos, que es lo que se acostumbra a hacer. Además, los centros demoscópicos no han podido equivocarse más. Sorprende, en cambio, que las últimas encuestas pusieron las diferencias en tres o cuatro puntos, lo que entra en el margen de error normalizado. El establishment mediático tampoco quiso apearse del burro, quizás porque consideran su influencia definitiva en la población, y no es así, porque no están en la realidad. Claro es que "los seres humanos no pueden soportar demasiada realidad" (Eliot). Somos seres deseantes, sin duda, hasta el punto de que Aristóteles (Política I,3) ya escribió: "Siendo limitado el deseo, los humanos desean lo infinito". Por estar tan desajustados con la realidad llega un momento en que nos hundimos en el abismo, por más que no queramos reconocerlo.


[elpais, 11.nov 2016]
Razones para ganar

De las varias razones que se han dado para explicar lo inexplicable, la mayoría tienen aspectos aceptables, pero suelen ser parciales. Veamos algunas de ellas.

A) La más perceptible es que los estadounidenses blancos han tenido que tragarse durante ocho años a un presidente negro, Obama, uno de los mejores comunicadores de aquel ámbito político. Ahora les tocaba lidiar con una mujer, que recogía su legado y sería la primera presidenta femenina. Eran cambios chocantes, que, además, les obligaban a quedarse sin ‘primera dama’, sustituyéndola por el marido que, a su vez, también fue Presidente. Demasiados cambios. Otra cosa hubiera podido ocurrir, si el candidato demócrata hubiera sido B. Sanders, cuyos votantes, al dejarle caer el Partido Demócrata, no se inclinaron por Hillary Clinton, en cuanto tal. Su voto era sólo anti-Trump.

B) La furia del hombre blanco estaba perdiendo la primacía a pasos agigantados, al tiempo que, paralelamente, América dejaba de ser great, al aceptar su complejo de inferioridad, haciendo concesiones al castrismo, mirando con mucho temor al ISIS vengativo, quien los humilló en el ataque del 16 de septiembre, y, en general, al mundo musulmán. Ahora lo que se imponía era la igualdad entre hombres y mujeres, entre negros y blancos, entre los derechos de los emigrantes y los genuinos norteamericanos, entre los distintos países y hasta entre ricos y pobres.

C) La adhesión al Tratado de Libre Comercio (NAFTA) en pie de igualdad, con la consiguiente destrucción de los Estados industriales y la pérdida de puestos de trabajo para su población. Las industrias se trasladan a países donde los costos de promoción son menores y las máquinas van desplazando a los trabajadores. Es una de las más importantes consecuencias de la Globalización, tan alabada y de la que todos se sienten orgullosos. La influencia de China se estaba infiltrando imperceptiblemente. En cambio, Estados Unidos era el país que más contribuía con sus dólares al mantenimiento de la OTAN.
[youtube.com]
D) La frustración del pueblo trabajador, del mundo rural y de las personas blancas con poca educación por no haber podido pagarse en la Universidad y tener que vivir de su trabajo. Los establishments mediáticos y políticos los denominan ‘basura blanca’ (white trash) y la clase media, en general, que son los verdaderos productores, pero que no pueden medrar. Malviven en ciudades pequeñas y no han progresado en estos ocho últimos años del mandato Obama. Constituyen la conocida como ‘América profunda’ y han ocultado su voto. Al fin y al cabo, América se está recuperando y el paro es menor del 5%, pero, mientras mejoran los ingresos de los ricos, la clase media está llegando el hundimiento, prueba de que la recuperación económica no es igual para todos. Tampoco los afroamericanos han mejorado con un presidente de su mismo color. También hay blancos que son pobres.

E) La desafección entre los votantes de la sociedad con sus políticos. Hillary Clinton pertenecía al establishment político y era una personalidad que conoce mejor que nadie la Administración, de la que ha sido Secretaría de Estado. Trump no era nada de esto, sino un ciudadano que sabía de la inseguridad (siendo Estados Unidos la primera potencia militar mundial) en los Estados (el Medio Oriente está hecho un desastre), de la inmigración, de las entradas ilegales, de las humillaciones infringidas al país más importante del mundo, de los problemas de la educación y la seguridad, por ejemplo. Hay más pobreza y menos ingresos, no digamos nada las oportunidades.

Un gran país
[dailymail.co.uk]

A
quí es donde entró Trump de manera indirecta y con demagogia muy simple, que es la que se entiende bien: "les devolveré el país que han perdido", "les devolveré los empleos que han perdido", "construiré un muro para que no vengan más inmigrantes y a los que están aquí los voy a controlar". En una palabra: "Hagamos América grande de nuevo". Esto es lo que todo mundo estaba deseando oír, alguno se atrevía a ir contra el sistema y a favor del pueblo llano. ¿Cómo es posible que alguien ultraderechista gane apoyado por el descontento de la clase trabajadora y la furia del hombre blanco que representa las esencias oriundas de América, el que reducirá los impuestos a las grandes fortunas, precisamente? ¿Cómo es posible votar a quien vive rodeado de bronces y mármoles en una torre privada de la Quinta Avenida de Manhattan? ¿Quién puede creer en semejantes desvaríos y verdaderos disparates?

Las cosas de la política son demasiado complejas para poder ser explicadas de forma simple. Para mostrar lo voy a referirme al artículo de Asra Nomani, publicado en The Washington Post, anteriormente periodista en Wall Street Journal. Nomani es inmigrante hindú, musulmana, periodista, madre soltera e invitada en programas políticos de la TV norteamericana. En su artículo confiesa y explica por qué votó a Trump. En lo fundamental, dice que no puede pagar un seguro de salud, no le ayudó al programa de hipotecas vigente y está entre los que difícilmente llegan a fin de mes. Son estas razones económicas. Hay más: no puede aceptar las donaciones millonarias a la Fundación Clinton de Qatar y Arabia Saudita, que son teocracias dictatoriales que no respetan los derechos humanos fundamentales, ni quiere condescender con el ISIS. Se trata de intolerables influencias negativas que continuarán con Clinton. Y lo hizo a pesar de que rechaza la prohibición de entrada a los musulmanes, el sueldo desigual entre hombres y mujeres y tantos exabruptos y parloteos de bar de Trump. Entre lo malo y lo peor, Nomani se inclinó por lo primero. Le quedará seguir luchando porque no se cumplan los peores veredictos anunciados.
[G. Ralli, Salario para matar, jotdown.es]
Esperemos que no se imponga de nuevo el salvaje Oeste americano, cuyas películas nos gustan tanto por los magníficos realizadores que las filmaron, aunque fuera terrible, pero que tuvo su momento en los años fundacionales y ahora ya no podría sostenerse. Mientras tanto, hemos de estar muy atentos a cómo actúa el presidente electo.


Julián Arroyo Pomeda

miércoles, 15 de abril de 2015

La comunicación y su importancia


Comunicar implica todo un proceso para la relación de unos seres humanos con otros, mediante la transmisión de información. Todo el mundo informa, esperando que el contenido del mensaje tenga consecuencias. Para ello el emisor conversa con el receptor. Entre los seres humanos esto se desarrolla a través del medio privilegiado que es el lenguaje, que, además, puede producir errores.
Se puede comunicar en tiempos felices y tranquilos e igualmente cuando todo está revuelto. En este último caso, decía Tácito, que "tanto sabía cada orador cuánto podía persuadir al pueblo errante" y de este modo se estimulaba la elocuencia.

                      Floriano: "¿No crees, María Dolores, que nos ha faltado un poco de piel, un poco de sensibilidad?"

En los tiempos actuales estamos acostumbrados a oír a muchos políticos, cuando las cosas logradas no son percibidas como tales por los ciudadanos, que no han sabido comunicar lo que se ha conseguido y, por eso, los electores permanecen impasibles. Fue muy comentado recientemente lo dicho por Carlos Floriano ante las mejoras económicas de las que informaba el presidente Rajoy: "A lo mejor nos ha faltado darle piel a cada cifra positiva que estamos obteniendo". Hay que ofrecer sensibilidad a las estadísticas. Magnífica excusa para justificar lo injustificable en una conclusión que no se sostiene.

Los logros económicos del Gobierno español son un modelo para Europa, y los ciudadanos no los perciben, luego los hemos comunicado mal. Pues no, porque puede haber otras razones de peso para que los ciudadanos de a pie no se los crean. La más evidente es que tales éxitos no sean coincidentes con la realidad.

Aceptando, en general, que todos los seres humanos son filósofos, cualquiera puede elaborar un pensamiento de una forma parecida a lo que sigue. Si tan bien va la economía, yo tendría que notarlo. Pero sucede lo contrario, que mi economía familiar no aumenta, sino que, por el contrario, o se mantiene igual de mal -en el mejor de los casos- o disminuye. Así pues, mi realidad no confirma lo que me anuncian. Luego no me lo creo.

La no coincidencia entre lo que oficialmente me dicen y la realidad del día a día es un dato digno de comprobación. Lo que falta, pues, es el acuerdo entre lo que me comunican y lo que me muestra la realidad. Y el más avispado puede seguir pensando que le quieren engañar -una vez más- y los porcentajes bajan en las encuestas. ¿Cómo no darse cuenta de esto y más cuando llueve sobre mojado?

En otros ámbitos ocurre algo similar. Por ejemplo, repunta el empleo -según las informaciones oficiales del actual mes de abril- y se afilian a la Seguridad Social 400.000 trabajadores más, pero sólo se recauda el 1% más. ¿Qué ocurre para que se dé esta baja cotización? Eso ya no se dice, ocultando una parte de la realidad tozuda. Lo que se calla es que se han devaluado los salarios y que la situación laboral es precaria, entre otras cosas. Ya, pero es que se trata de cuadros macroeconómicos. Ah, bueno.

Se trata de pensar continuamente, porque si dejamos de hacerlo nos pueden timar, mediante informaciones demasiado parciales, que pueden acabar suplantando la realidad desde la comunicación. La filosofía es pertinente para hacer frente a los retos de nuestro tiempo. Lo importante es estar muy de acuerdo consigo mismo, como dice Sócrates en Gorgias (482, c): "es preferible que mi lira desafine y no suene acorde con mi voz, y que me ocurra igual con el coro que yo dirija, y que un sinnúmero de hombres disienta de mí, a que yo -un hombre solo- discrepe de mí mismo y me contradiga".

Algunas veces se confunden los deseos con la realidad, impulsando así falsamente su transformación y cambio. Puede tener esto algún éxito inmediato y a corto plazo, pero, finalmente, la realidad acabará imponiéndose por más empeños e intentos de comunicar lo que se intenta que quede entendido y explicado. Es que no me entienden, se apresura a manifestar la excusa, pero no cuela, porque hay que dar cuenta de las propias comunicaciones que formulamos.
Comunicar implica también, paralelamente, capacidad de escuchar. Saber escuchar no resulta nada fácil para quien está convencido de tener la verdad. Ahora bien, la escucha es no sólo necesaria, sino hasta imprescindible. Cuando se escucha, sabemos lo que quieren los demás. Y esto ha de ser tenido en cuenta por nuestras comunicaciones. Así disminuye la prepotencia para situarnos en el ámbito de la humildad. El otro es también un yo y, como ya sabemos, yo no puedo discrepar de mí mismo.

Escuchar es prestar atención a lo que oímos. Si no se oye, o no se quiere oír, o no interesa hacerlo, entonces se lanzan soflamas o brillantes titulares para que se graben en el cerebro. De esta manera tratamos de timar a los demás. Pero esto, aunque de momento no se descubra, no es decente, es, más bien, inhumano, porque en la escucha se manifiesta la humanidad, se produce la paz y huyen los temores.

Nunca se enfatizará demasiado la importancia de las comunicaciones. El ser humano es el único animal que tiene logos, palabra, enseñó Aristóteles (Política, 1253 a), y con ella manifiesta lo conveniente lo perjudicial, lo justo y lo injusto. Por eso tiene "el sentido del bien y del mal". Desgraciadamente, cada vez nos olvidamos más de los valores y, entre ellos, de lo que es la justicia y la injusticia y con ello cada vez nos resulta más difícil vivir en polis y participar en ella, lo que es nuestro reto inevitable.

Es absolutamente injusto que avancen las desigualdades sociales, mientras lo que se nos vende es 
que van a bajar los impuestos para que la clase media pague menos y así se vayan ajustando las distancias con la clase superior. Pero si al mismo tiempo me suben los estudios universitarios, por ejemplo, o me hacen esperar más para una intervención en la Sanidad pública, o me ponen obstáculos para que mis hijos puedan estudiar en el centro de su barrio y me obligan a pagar autobús o comedor en otro centro escolar, por haber establecido el distrito único, todo lo que me han vendido es mentira, me están timando otra vez. Pensemos, pues, en lo que nos pasa.

Julián Arroyo Pomeda





lunes, 23 de junio de 2014

Mentiras, todo mentiras

La considerable pérdida de votos del gobierno popular en las últimas elecciones europeas, no menos manifiesta que disimulada, ha tenido como una de sus consecuencias la proyectada bajada de impuestos con la reducción a cinco tramos del impuesto sobre la renta (IRPF).

En efecto, el ministro de Hacienda, que ha subido la presión fiscal en torno a los 31.000 millones de euros, ahora los rebaja en unos 7.300.000.000, de momento. Es, precisamente, la clase media la que ha tenido que soportar tales subidas, de tal modo que la nómina de los ciudadanos españoles contribuyen ya con el 80% de la recaudación. No se puede olvidar este dato, al que luego volveremos.

¿Qué ocurre con los que ganan más? Pues que se sentirán aliviados, ya que la rebaja es para todos. Además, los millonarios son los votantes más fieles del grupo popular, mientras que la clase media es mucho más renuente. Sin embargo, parecería que los que más han pagado hasta ahora se vieran, igualmente, más compensados, pero no es así, su sino natural es que siguen muy presionados.

¿Qué ocurrirá con la Sanidad? Al parecer, el IVA sanitario habrá que subirlo por imposición de Europa. Como no se la ha castigado tanto, esta pequeña subida -por pura obligación- no será demasiado gravosa.

El gobierno califica estas medidas de reforma fiscal, que los expertos no ven por ningún sitio que la miren. Para presentarla, la gran campaña publicitaria lanza la idea de que esto es lo que siempre quiso hacer el partido gobernante, pero no pudo por la situación de emergencia que dejaron los socialistas en la economía española. La burra siempre vuelve al trigo y Rajoy no se olvida nunca zurrar al adversario y proclamar que el país quedó en "auténtica emergencia". Es ahora cuando las rentas de la clase media empezarán a ser favorecidas, dice, con verdadero cinismo y sin sonroja, porque no es verdad, pero es necesario descalificar, una y otra vez, a los técnicos de Hacienda, que proclaman lo contrario, hasta que inclinen la cerviz.

¿Cómo decir la verdad, si sólo interesa la recuperación de los votos perdidos? No es posible, porque entonces sería visible que sólo las rentas muy bajas, que, naturalmente, no pueden pagar, y las más altas son las únicas favorecidas, mientras que se carga contra las clases medias, que están llamadas a desaparecer.

Puede verse la tabla de tipos para comprobar con un simple vistazo que los dos últimos tramos están favorecidos con dos puntos a la baja, mientras que en los tres primeros se quedan solamente con un punto de reducción. Los españoles no son compensados por su esfuerzo, sino que unos cuantos españoles se aprovechan del mantenimiento que les prestan otros. Las piruetas de Montoro no se sostienen, porque resultan falsas.

Montoro lleva desde el comienzo de su ministerio con su cantilena eterna de bajar los impuestos, porque este es el "santo y seña" del PP, dice sin enrojecer. Ni siquiera le afloran los colores, sabiendo, como sabe, que el gobierno del que forma parte es el que más ha subido los impuestos. Está acostumbrado a mentir y ya lo hace compulsivamente, el hombre. Sin embargo, conocidos expertos le echan en cara que sea el gobierno que menos recauda en la Unión Europea.

La realidad es que se incentiva la minusvaloración de impuestos para los ricos y las grandes empresas, es decir, el mundo económico al revés. Los más ricos reducen sus impuestos del 52% actual al 45%. Esto no es equitativo, a todas luces, pero el argumento de Montoro es que va a favorecer la inversión y el emprendimiento. Un buen talismán, que hasta ahora, no ha dado resultados, pero no importa, porque, si siguen sin responder, será cuestión de hacer una nueva rebaja.

¿Y para cuando el descubrimiento del fraude y su completa eliminación? Para pronto, según Montoro. También aquí resulta que siempre lo han querido hacer, pero es que, acaso, no han podido. La dialéctica entre el poder y el querer se convierte en la máxima mentira, por eso hay que repetirla tanto hasta que se convierta en verdad. Igualmente ocurre con el Estado del bienestar, que "se ha mantenido", dice Rajoy. Pon malos tipos estos gobernantes, que confían en que los ciudadanos acabarán creyéndose los engaños.

Por fin, Montoro piensa publicar el listado de morosos, que se retrasan en los pagos, para empujarles a ponerse al día, nada más. Ya sabemos lo que esto significa, porque no es nuevo, puesto que se ha hecho así no hace mucho tiempo, en el 2012. De este modo se reducirán los impagos y la financiación pública quedará fortalecida.

Y, sin embargo, una cautela importante, los defraudadores. Esta lista no se difundirá. ¿Por qué? Para Montoro es fácil de comprender, porque los medios de comunicación social han publicado suficientemente este dato y le han ahorrado así el trabajo. Advertencia para navegantes, que dejen de hurgar en las heridas. Y, quizás, también haga una velada sugerencia a los responsables de procesos fiscales. A este Montoro no se le escapa una. La amnistía fiscal del 2012 tampoco importa. Han cumplido con su deber y ya no son noticia. Que tontadas tiene la oposición, recurriendo a la maldad de que, al menos, la lista comience con la letra B. Los populares están luchando verdaderamente contra el fraude y esto es lo importante. "Es evidente, mienten/Continuamente mienten/aunque revienten mienten, mienten", canta Rosendo Mercado, uno de los cantantes más impertinentes.

Rajoy, Santamaría, Montoro y Cospedal están muy satisfechos, aunque queda mucho por hacer. Esta es una buena Reforma y no una simple rebaja con algunos retoques. Lo que hay que oír.

¿Qué pasará a partir de ahora con el asunto del déficit, base de la totalidad de la política económica del gobierno y al que atribuyó toda clase de males? Bruselas ya ha ofrecido su alarma hasta por escrito. ¿Bastará sólo con negar que esto no afectará al objetivo de déficit? Los hechos dirán su última y definitiva palabra. En resumen, las capas más altas pagaran todavía menos y a las clases medias se les  ahogará todavía más. ¿Acaso no pueden hacerse las cosas de otra manera para corregir la falsa clamorosa de equidad? Si, otra economía es posible. Se puede, pero la voluntad política no quiere, porque ahora son los votos lo único que les preocupa. Después, tiempo habrá para volver a engañar de nuevo a la ciudadanía, que siempre tiene que pagar el pato. Mientras, la pobreza avanza en España, que cada vez va mucho peor. Las mentiras son las que tendrían que cotizar. Estamos a tiempo.

Nietzsche denunció en su tiempo las mentiras de la Metafísica con inusitada contundencia. Aristóteles valoraba la Política como la ciencia superior a todas por dirigirse al bien supremo. Hoy estamos obligados a señalar con igual severidad a algunos políticos, que degradan con sus ejemplos la plataforma política, a la que osan representar, mediante la mentira y los engaños a los ciudadanos. Es esta una situación verdaderamente denigrante que no puede admitirse ni un minuto más. Hay que prohibir a los políticos tanto la mentira como el favorecer los intereses particulares para que no se degrade la política.

Julián Arroyo Pomeda

Ilustraciones: infolibre 28/06(2014, ABC 21/06/2014, La Vanguardia 15/06/2014, Rosendo I. jpg



sábado, 14 de junio de 2014

1. La filosofía, su sentido, su necesidad y su historia (parte segunda) (*)

4. Necesidad y sentido de la filosofía

La filosofía es necesaria para el ser humano, y en especial en la etapa de la adolescencia, en la que todavía no se está forzado por necesidades exteriores y la mente se encuentra limpia para interesarse por la verdad de las cosas y los compromisos en favor de la dignidad y la justicia. La inteligencia es más libre en este momento, pues no la presionan intereses tan limitados en el cumplimiento.

En la adolescencia y juventud el ser humano se está formando, a lo que la filosofía contribuye como paideía, educación o formación, que entre los griegos proporcionaba un carácter humano, mediante la cultura. En esta época se corre el peligro de abandonarse a los dogmatismos, que renuncian a cuestionar las afirmaciones hechas sin argumentos razonables. Aquí incide la filosofía, interrogando con su actitud crítica para que uno sea capaz de pensar por sí mismo en cualquier situación.

También se puede caer en irracionalidades, a las que hay que enfrentarse, sometiéndolas a la duda. La seguridad de los dogmatismos disminuye, cuando se critican las situaciones, y el conocimiento y los juicios evitan muchas irracionalidades.

Ejercer la racionalidad implica necesariamente liberarse de imposiciones y actuar de manera autónoma. Nos bombardean cotidianamente las opiniones y los lemas que se lanzan en los medios de comunicación social, creando ideas y argumentarios de todo tipo. Precisamente, saber permite desideologizar la mente y abrir nuevas perspectivas al pensamiento, enriqueciéndolo y disminuyendo adhesiones sin fisuras.
El valor de la filosofía, su sentido y necesidad va en paralelo con la vida, porque vivir es, ineludiblemente, elegir, y para elegir hay que pensar. Pensar es la propiedad esencial del ser humano, por eso Descartes le describía como res cogitans, o pensamiento. 

Ortega y Gasset conectaba el pensamiento con la vida: no se puede vivir sin filosofar, porque la vida plantea problemas y se necesita pensar en algunas respuestas, es inevitable. El acto de pensar origina teorías y se piensa sobre la totalidad de lo que acontece, expresándolo luego en el lenguaje, que es la casa común del ser.
El sentido de la filosofía ha sido siempre buscar la verdad que no se encuentra de golpe, sino a fuerza de seguir buscándola. Si hay pluralidad de doctrinas en filosofía, esto hace posible, precisamente, la búsqueda, que se concreta en formulaciones y revisiones críticas. Foucault llega a decir que la verdad sólo existe como lenguaje, dado que el lenguaje es necesario para poder expresarla.

Frente a la ciencia, que se caracteriza por la objetividad, porque se analizan los contenidos desde el exterior, sin que tenga que implicarse, necesariamente, el sujeto, y la poesía, que es pura subjetividad de sentimientos, la filosofía consiste en ser objetividad contada por el sujeto. La filosofía es objetividad narrativa. 

Sócrates enseñó magistralmente que una vida sin filosofía no merecía la pena ser vivida. Filosofar para conocerse a sí mismo y hacerse hombre y ciudadano. La filosofía es necesaria inicial y colectivamente, es decir, es para toda la humanidad.

No sólo se necesita saber cómo funciona algo, lo que es propio de la ciencia, sino también qué es algo y porqué lo es. Por tanto, importa conocer en qué es nuestra condición humana y cuál es su sentido en el mundo. No todo puede ser instrumental útil para algo, también existen los fines en sí mismos, aunque requieran medios.
 Todo esto exige el esfuerzo del aprendizaje y la práctica, que no es algo hueco y vacío, sino un quehacer histórico, que busca permanentemente el encuentro con la verdad. Esta es la misión de la filosofía, la única ciencia libre, según Aristóteles, que se interna en lo desconocido, que pueda afectar al ser humano. De nuevo se impone sorprendernos ante el curso de los acontecimientos, que son cada vez más abundantes e incomprensibles. El objetivo es siempre conocer para salir de la ignorancia.

De hecho, el valor de la filosofía debe ser buscado en una larga medida en su real incertidumbre. El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía, va por la vida prisionero de los prejuicios que derivan del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su país, y de las que se han desarrollado en su espíritu sin la cooperación ni el consentimiento deliberado de su razón. Para este hombre el mundo tiende a hacerse preciso, definido, obvio, los objetos habituales no le suscitan problema alguno, y las posibilidades no familiares son desdeñosamente rechazadas. Desde el momento en que empezamos a filosofar, hallamos, por el contrario, como hemos visto en nuestros primeros capítulos, que aun los objetos más ordinarios conducen a problemas a los cuales sólo podemos dar respuestas muy incompletas. La filosofía, aunque incapaz de decirnos con certeza cuál es la verdadera respuesta a las dudas que suscita, es capaz de sugerir diversas posibilidades que amplían nuestros pensamientos y nos liberan de la tiranía de la costumbre. Así, el disminuir nuestro sentimiento de certeza sobre lo que las cosas son, aumenta en alto grado nuestro conocimiento de lo que pueden ser; rechaza el dogmatismo algo arrogante de los que no se han introducido jamás en la región de la duda liberadora y guarda vivaz nuestro sentido de la admiración presentando los objetos familiares en un aspecto no familiar…
Para resumir nuestro análisis sobre el valor de la filosofía: la filosofía debe ser estudiada, no por las respuestas concretas a los problemas que plantea, puesto que, por lo general, ninguna respuesta precisa puede ser conocida como verdadera, sino más bien por el valor de los problemas mismos; porque estos problemas amplían nuestra concepción de lo posible, enriquecen nuestra imaginación intelectual y disminuyen la seguridad dogmática que cierra el espíritu a la investigación, pero, ante todo, porque por la grandeza del Universo que la filosofía contempla, el espíritu se hace a su vez grande, y llega a ser capaz de la unión con el Universo que constituye su supremo bien. (Bertrand Russell, Los  problemas de la filosofía).

Cuestiones
1. ¿Cuál es el problema que plantea el texto y cómo lo resuelve?
2. Indicar las principales tesis del texto.
3. Especificar la argumentación empleada.
4. Explicar la expresión: el valor de la filosofía es su “radical incertidumbre”.
5. ¿En qué consiste “el valor de los problemas mismos? ¿Puede tener valor un problema como tal?
Julián Arroyo Pomeda

Ilustraciones: philosop..., derecho y democracia.es, akifrases.com, e-yorredebabel.com, biografiasyvida.com


(*) Esta es la segunda parte de le Unidad 1 del currículo de Filosofía LOMCE. El resto de las unidades podrá verse en Editorial Coloquio, de Madrid, a partir del próximo mes de mayo.