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domingo, 16 de septiembre de 2018

Qué estupidez


   
E
n la lupa, tantas veces deslizada ya sobre la tesis del presidente Pedro Sánchez, cada día descubren una barbaridad nueva, al parecer. Ahora resulta que salen algunas expresiones del siguiente tenor: "La hipótesis que pretendemos contrastar es..."; "La investigación que realizamos... se centrará..."; "investigaremos...". Pues bien, el periodista Mathew Bennet pregunta si es normal usar la primera persona del plural aquí. Marta Rivera contesta: “Normal si”. Y añade: "ante la chapuza general, lo raro sería que no hubiese faltas en el texto. Esta lo es. Y gorda". La diputada nacional se queda tan ancha, aunque la ha liado parda.

Se trata de un plural de modestia o cortesía, usado en trabajos académicos o de investigación. Hacerlo así es lo normal, lo adecuado y lo correcto. Sin embargo, Marta Rivera de la Cruz, que es periodista, formada en la Complutense de Madrid, escritora con varias obras premiadas y responsable de cultura de Ciudadanos parece que lo ignora. Es de chiste. Lo que tiene que hacer para sobresalir y que hablen de ella, aunque sea mal.
[Marta Rivera y Albert Rivera; www.ara.cat]
En la respuesta a la noticia de HuffPost la dicen de todo: cretina, que mea fuera del tiesto, infantil, bisoña, etc. A los españoles difícilmente se nos gana en sarcasmos. A Manolete, uno de los más grandes toreros de los años 40, le cantaban aquello de si no sabes torear pa que te metes en una pésima película sobre su vida. Esto sí se le podría aplicar correctamente a M. Rivera: no te metas donde no te llaman. Queda mucho por saber en cultura y, si no dejas el cargo por pura vergüenza, dedícate, al menos, a aprender con toda modestia. No te vendría nada mal cursar un máster de cultura, pero en una buena Universidad, que las hay. Mientras tanto, procura no meter tanto la pata, que están pregonándote ya en redes sociales.

Cualquier clase de pregunta estimula la reflexión sobre la respuesta. Si existe la mínima duda, se impone informarse. Es fácil hacerlo con tantos medios a nuestro alcance. Una postura dogmática responde de inmediato sin pensar que puede hacer el ridículo. También podría ocurrir que lo único que interesara es salir en los ‘medios’ y aprovechar para atacar al adversario. ¿Dónde queda aquí el compromiso con los ciudadanos para trabajar por el bien común, que es lo que debe hacer la política? La torpeza de la clase política, según Julián Marías, viene por la falta de pensamiento. Nos vendría bien a todos tener en cuenta esto.

Julián Arroyo Pomeda