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domingo, 2 de octubre de 2016

Si yo fuera Pedro Sánchez (y 2)


“Pero a los ojos del hombre de imaginaciónla naturaleza es la imaginación misma.Como es el hombre, así ve”.
(William Blacke).

Pedro Sánchez acaba de dimitir [infolibre, 2 octubre 2016]


S
i yo fuera Pedro Sánchez -y es evidente que no lo soy, incluso ni siquiera soy militante de su partido, ni de ningún otro- trataría de entrar en un estado de tranquilidad y armonía con la totalidad del universo, en la convicción de haber cumplido con el deber de mantener mis principios y no poder superar los elementos que la maquinaria de mi partido político puso frente a mí en todo el espacio disponible.

Ha sucedido ya lo que muchos se temían y otros muchos azuzaban para que ocurriera. Resulta de una tristeza infinita haber sido elegido por las bases en unas elecciones primarias para luego ser destituido por un Comité Federal, cuya Federación más potente le había aupado a la victoria frente a otras dos contrincantes que no le merecían confianza para poder imponer sus planes en un inmediato futuro.

De los tres candidatos que se presentaron a la elección de Secretario General del PSOE las cabezas ejecutivas descartaron pronto al tercero, José Antonio Pérez Tapias, que presidía en 2014 la corriente Izquierda Socialista. Al fin y al cabo la dejaron estar como algo puramente testimonial con algunas personalidades perfectamente marcadas. No tenía gran importancia. De Eduardo Madina no se fiaban, porque quizás no pudieran doblegarle para sus propios intereses. Madina es un hombre valiente, que ha sabido superar muchas dificultades que le ha echado encima la vida.

Les pareció más dúctil y dócil Pedro Sánchez, un hombre joven, que tenía un buen perfil fotográfico y contaba con buena planta. Andalucía le ofreció más de 20.000 votos de los 62.500 que sacó; Castilla-La Mancha, casi 4.000; alguno más le dio Madrid; casi otros 4,000 votos Aragón, la Comunidad Valenciana, más de 6.000 y Extremadura cerca de 3.000. Precisamente, cada uno de los presidentes de estas Comunidades acabaron decepcionados y le criticaron a muerte. Muy curioso lo de estos barones.

Sin embargo, los pulsos empezaron muy pronto. El más sonado fue el de una baronesa, que gobierna Andalucía, precisamente quien más votos le había dado ("Este chico no vale, pero nos vale", cuentan que llegó a decir). El amor acabó pronto. En cambio, una encuesta de Metroscopia, publicada en julio de 2015, consideraba a Pedro Sánchez en una evaluación de +92 puntos y un -6 de rechazo. Igualmente le valoraban como mejor presidente del Gobierno con gran diferencia sobre Rajoy, y el mejor líder para dialogar, pactar y reducir las desigualdades. Así que al año de ser Secretario General había consolidado su liderazgo.

En el primer cara a cara con Rajoy, Sánchez le espetó aquella breve frase, que se convirtió en un hachazo: "Usted no es decente". Entonces se sentía fuerte y quiso conformar gobierno ‘progresista’ con Podemos, pero Iglesias reventó el objetivo. En su cabeza estaba ir socavando al PSOE para situar a Podemos como el partido de la oposición y arrogarse la representación de toda la izquierda frente a la derecha de Rajoy. Desde aquellos días de finales de enero de 2015 el acoso planificado no acabaría nunca ya. El 2 marzo, cuando Pedro Sánchez se presentó la investidura con el apoyo de Ciudadanos, Podemos votó en contra, junto con el PP. Toda una vergüenza política y un cinismo de cotas inimaginables. Podemos había quitado millones de votos al PSOE, pero no se conformaba, quería "asaltar los cielos".

Todavía en mayo en 2015 todas las Federaciones socialistas apoyaban a Pedro Sánchez unidos y preparados para cerrar el paso a Podemos el 26-J. Lo consiguen, pero los resultados no son buenos y en el PSOE va acrecentándose la inquietud indisimulada. Al tiempo arrecia el acoso de la derecha política y prácticamente la totalidad de medios de comunicación escrita para que Pedro Sánchez deje gobernar al partido más votado. Los barones socialistas también se muestran en la onda del abstencionismo, a pesar de que el Comité Federal había decidido el no a la investidura. Parece que todo empieza a estar teledirigido, aunque temen a las bases socialistas. Las relaciones se enfrían hasta casi la congelación.

Por fin, el enfrentamiento alcanza su punto culminante en el Comité Federal del 1 de octubre, en el que Pedro Sánchez presenta la dimisión y el PSOE queda tutelado por una Comisión Gestora. Los críticos habían ganado y el Partido Socialista queda definitivamente roto hasta la celebración de un Congreso extraordinario.
Forges [El País 2 octubre 2016]

Se sospecha, con razón, que Susana Día tiene cartas marcadas bajo la manga, que todavía no ha descubierto del todo. Su gran padrino, Felipe González, ha hecho de Zeus tonante que produjo la última tormenta hace unos días, proclamando que se ha sentido engañado por Sánchez, quien le dijo que se abstendría en la segunda votación de la investidura de Rajoy. Fue la contraseña y el detonante. Sánchez quiso ser autónomo y apoyar su fuerza en los militantes socialistas, en lugar de obedecer dócilmente a los padrinos políticos. Y lo ha pagado caro, porque no era la autoridad, que no viene de abajo, sino de arriba. Como siempre, no hay que ser ingenuos. La vida va poniendo a cada uno en su sitio y Rajoy está a punto de ser investido como presidente del Gobierno. Algunos no pueden ocultar su alegría y mostrar su felicidad hasta bailando. Cómo lo celebran las creaturas, según muestra expresivamente la viñeta de hoy, ideada por Forges.

Caiga quien caiga. No deberíamos olvidar la antigua gran apuesta: "OTAN, de entrada no". Uno solo no puede enfrentarse a todos. Las luchas cainitas siempre surten sus efectos en nuestra piel de toro. Por desgracia para todos. ¿Qué queda ahora? Ya veremos.


Julián Arroyo Pomeda