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martes, 30 de julio de 2019

El horror de la barbarie del 36


Ojeé los ‘medios’ para ver dónde estamos. La división sigue, así como los juicios parciales y no objetivos. Los lectores responden ante un artículo que los rojos populistas ‘quitaron’ a la gente que les molestaba o que se trata de una fecha gloriosa que nos libró de caer en el comunismo. Y así.

¿Qué ocurrió el 18 julio? Que parte del ejército conspiró contra la segunda República, porque las elecciones del 16 de febrero del 36 las ganó el Frente Popular sin pucherazo. Según Gironella, "cuando se supo que el triunfo en España había correspondido al Frente Popular, un alarido se elevó de la tierra". En efecto, el país se acostó monárquico y se levantó republicano.

Azaña fue el presidente del gobierno y Alcalá Zamora presidió la República. Desde ese momento se articuló la intentona golpista militar para sublevarse contra las urnas. El financiero Juan March ofrece un cheque a Luca de Tena, propietario del ABC, para adquirir el medio aéreo que trasladara a Franco a Marruecos, al frente de las tropas sublevadas. Alfonso XIII había pedido a Mussolini que le ayudara a restaurar la monarquía. Hitler también apoyó el golpe, e igualmente hizo Salazar. Y la Iglesia. El 17 julio era el día señalado para el levantamiento, que fracasó, al no lograr imponerse en las grandes ciudades. Una parte importante del ejército, los poderes financieros y los dueños de las tierras, las fuerzas monárquicas y casi la totalidad de la jerarquía eclesiástica apostaron por los sublevados con un objetivo único: depurar España, eliminando a los enemigos ideológicos.

Días antes asesinaron a Calvo Sotelo, diputado monárquico, católico, tradicionalista y de orden, que había criticado a la República. Esto exacerbó más los ánimos, pero todo venía de antes. Sainz Rodríguez firmó acuerdos con Mussolini para pedir apoyos materiales (aviones, bombas, ametralladoras y otros). Propalaron que este fue el detonante del alzamiento. En los dos bandos se hicieron barbaridades, pero no de igual índole, porque exterminar sistemáticamente a hermanos que no pensaban igual no justifica las matanzas, ni la sublevación militar contra el sistema democrático republicano. La CEDA fue un partido fascista de inspiración católica y la Falange otro partido violento, que reclamaba los puños y las pistolas como solución. Sus intereses eran incompatibles con la atención a los trabajadores, mediante reformas que modernizaran España e hicieran posible la convivencia en paz. Financieros, capitalistas, terratenientes, caciquismos locales y oligarquías tenían objetivos muy distintos y su encontronazo originó la tragedia.

Se enfrentaban monárquicos y republicanos. La economía de subsistencia, basada en el campo y unas pocas fábricas, estaba controlada por la nobleza y la Iglesia, que estableció también la moral y los comportamientos, así como la vida social y cultural. Tales privilegios podían peligrar, haciendo surgir tiempos nuevos. De aquí el dicho popular ante cualquier problema: la culpa la tienen los curas. Nos han contado demasiados cuentos.

Se trataba del derrocamiento de la República, restaurando la monarquía y estableciendo un régimen en la línea de Mussolini. De todo esto se anexionó Franco, que se apoderó de la monarquía y dejó al príncipe como su sucesor, cuando le llegó la muerte.
[www.lavozdigital.es]
Ni el asesinato de Calvo Sotelo fue el detonante del estallido, ni se debió a razones de política interna española. Conspiró la derecha de forma ilegítima: sublevación contra los resultados de las urnas. Que había que defenderse de una intentona de revolución comunista y prevenirla fue otro gran cuento. Estaba en juego la reforma agraria, las autonomías y la reforma militar, que impidieron. Que la Unión Soviética quisiera intervenir España es un disparate. No fue real el terror rojo para destruir el orden, ni la necesidad de defender la religión amenazada. El pueblo llano y sencillo se lo creía: veía a los obispos respaldando el levantamiento en cartas y sermones y hablando de ‘cruzada’.

Una revolución sangrienta, cuyo único objetivo era destruir a todos las izquierdas por ser enemigas de España no se puede poner en parangón con otra clase de violencias. Otro cuento es la austeridad de Franco. Se está confirmando su falsedad, incluso en estos momentos en que la herencia del dictador está resultando ingente.

Después de la guerra, ‘estalló’ la paz, mientras represiones y víctimas seguían aumentando, sin que a Franco le temblara la mano para firmar sentencias de muerte. El tratamiento a los muertos de uno y otro bando fue discriminatorio. Se recuperaron los cuerpos de ‘nacionales’ asesinados y el honor y dignidad de las familias con pensiones y ayudas y otros beneficios, mientras que los rojos permanecieron en cunetas y fosas comunes. ¿Quién no recuerda todavía hoy, después de más de 80 años, algún familiar, amigo o conocido, destruido por aquella barbarie? ¿Fue modélica la transición? Nos sabemos ya todos los cuentos. Proclamemos todo esto por simple pedagogía.

Julián Arroyo Pomeda

viernes, 25 de marzo de 2016

Miedo y equilibrio: los atentados de Bruselas


"Cuando te sientas como obligado por las cosas que suceden alrededor, retorna rápidamente a ti mismo y no te apartes del ritmo más de lo que sea necesario. Porque serás más dueño de la armonía cuanto más a menudo retornes a ella" (Marco Aurelio).
Bruselas [libertadbajopalabra.com]

S
obre los recientes atentados de Bruselas hay manifestaciones para todos los gustos. Desde las agresivas con deseos de venganza hasta las extravagantes. También las hay razonables y llenas de tristeza y sensibilidad. Incluso están las que se lanzan provocadoramente a la opinión pública y revuelven a los burgueses.

Dice uno que el mal existe desde Adán y Eva y penetra la naturaleza de todo ser humano. Por eso hay que ponerle límites mediante un Leviatán absoluto que pueda controlarlo. No podemos ser inconsecuentes ante la posibilidad de la propia destrucción. Esto parece propio de un troglodita cavernario. Los humanos tenemos historia, cultura, civilización y educación para el progreso, en lugar de afilar y ampliar más el aguijón para atacar preventivamente.

Otros editorializan con un ataque a Europa, que es libertad, valores y tolerancia. Habría que decir con mayor precisión que esto es lo que debería ser Europa y presentarlo como modelo a seguir, sin que en ningún caso se tenga derecho a obligar a otros a entrar por estos carriles. Sin embargo, la práctica diaria no evidencia que las cosas sean así. En todo caso, nadie puede ejercer la violencia contra los demás.

La OTAN dice por medio de su secretario general que han atacado "nuestros valores y nuestra sociedad abierta". Esto parece una muestra de sarcasmo manifiesto. Ahora resulta que una institución armada hasta los dientes y concebida para atacar a los enemigos es abierta y reclama valores. Qué pena tener que defender los valores con misiles, bombas y aviones teledirigidos desde el aire y a distancia, que, si yerran el objetivo, sólo producen daños colaterales, los cuales, en todo caso, se arreglan con pedir disculpas.

El Papa Francisco condena "la violencia ciega que causa tanto sufrimiento e implora a Dios el don de la paz". Es cierto que la violencia produce sufrimiento. Esta puede ser ciega, pero todavía son peores otras que muy conscientemente causan sufrimientos aún mayores, aunque aquí no quepa cuantificar, y que son planificadas detalladamente por gobernantes expertos, que se precian de haber sido elegidos por los procedimientos democráticos acostumbrados. Ni siquiera le cabe ser ciega. La segunda parte de la frase reclama la paz frente a la violencia. "Algunas utopías merecen la pena ser soñadas", según La Rochefoucauld, y la de la paz es una de ellas.

Foros yihadistas piden incendiar las ciudades de los europeos, que son "perros rabiosos". De este modo se adueñarán de sus ciudades, mediante el fuego sagrado del profeta. La metáfora del fuego sagrado es escalofriante y produce estupor, porque ésta es una forma de banalizar el mal.
Y ¿ahora qué? ¿Sólo queda esperar el nuevo golpe proporcionado por el escenario de guerra en el que nos encontramos inmersos? Los hechos están ahí y los medios y los recursos también los tenemos. Europa ha abierto fronteras, ¿no habrá llegado la hora de cerrarlas? Alguno concreta mucho más: ni musulmanes, ni extranjeros, ni refugiados sirios podrán cruzar nuestras fronteras. Hay que estar muy alerta para detener esta locura salvaje.

[diariomasonico.com]
Otros piden respuestas políticas e integrales frente al terrorismo por considerar que sólo las respuestas policiales no son suficientes, hay que acometer el análisis de las causas de todo conflicto. La seguridad no puede alcanzarse a costa de los derechos humanos. No estaría mal controlar el comercio de armamento, que la mayoría de los países que condenan el terrorismo practican y se aprovechan de él, incluida España. Y hasta venden en el mercado negro. En cambio, ¿quién garantiza el derecho de los refugiados? Parece que sólo lo hace la represión más violenta.

Hacerse preguntas

La primera es la necesidad de mantener alta la moral del ejército combatiente del Estado Islámico. Cuanto más duro sea el golpe recibido con más intensidad habrá que responder. No podrán hacerlo inmediatamente, pero buscarán el momento oportuno. La alerta máxima corresponderá a los dos bandos paralelamente. Esta es una dialéctica infernal de guerra abierta. ¿Volverán? Seguro. ¿Cuándo? En cuanto puedan. Si retroceden unos pasos, es para prepararse mejor al nuevo ataque. Esta situación es costosísima, aunque quizás más para unos que para otros. Para Europa y cada uno de sus países, así como para la coalición internacional, mantener la alerta máxima de seguridad es muy caro. Al Estado Islámico le cuesta poco preparar los recursos de destrucción. Metralla, algún artificiero experto en hacer las bombas y los cinturones explosivos, y poco más.

¿Qué supone una lucha asimétrica como la del Estado Islámico? Todo un orgullo que puede llevar al heroísmo militar. La historia contará que un Estado sin aparato aéreo para el bombardeo, ni Marina pudo traer en jaque al mayor componente tecnológico militar de Estados Unidos y la Unión Europea. Su lucha se hace sobre el terreno, reclutando y reservando ocultos y dormidos a sus militantes, mientras preparan pacientemente su próximo objetivo.

                   bandera yihadista [losojosdejulia.es]
Una de las más importantes bazas de los yihadistas islámicos es el mesianismo. El Islam tiene que triunfar y conquistar la nueva Roma, que parece ser Estambul. Los enemigos son otra vez los cruzados cristianos, que llevan victoriosos muchos años. Ahora tiene que llegar el enviado de Alá (Dios), mesías o nuevo profeta que liberará a los creyentes de sus enemigos y unificará a todos los pueblos. Mientras tanto, los que mueran en combate serán recibidos en el paraíso por las huríes. Su lucha es de liberación permanente y a cuántos caigan le sucederán nuevos soldados protegidos por la bandera negra del Daesh

¿Cómo vive hoy la comunidad musulmana en Europa y Estados Unidos, principalmente? En el extrarradio de las grandes ciudades, generalmente, careciendo de identidad y pertenencia. Están aislados y carecen de integración social, económica, política y cultural, bajo la hegemonía de otras religiones e ideologías y en un mundo secular y laico, que no respeta sus propias tradiciones, sin sentido de la vida. ¿Qué futuro les espera en estas condiciones? Tan negro como su bandera.
¿Son capaces de crear el caos internacional en un corto espacio de tiempo y de improviso? Lo han demostrado ya suficientemente. A cada atentado sigue el cierre de aeropuertos, la cancelación de vuelos, la supresión temporal del trabajo para quienes tienen que trasladarse, el miedo y el nerviosismo extremo, la dificultad de convivencia, el lanzamiento de sentimientos de odio y xenofobia, el cierre de fronteras y la continua frustración entre los ciudadanos "¿No sabes que la fuente de todas las miserias del hombre no es la muerte, sino el miedo de la muerte?", decía con razón Epicteto.
Tintín llora [es.blastingnews.com]
De momento, los Servicios de Inteligencia de los distintos países no han podido neutralizar el terrorismo yihadista hasta el momento, a pesar de los datos y macrodatos de que disponen. Además, cuando descubren un complot acostumbran a derribar un blanco determinado y hasta una población, pero lo que no piensan es en construir. Así pasó con Irak y las consecuencias se encuentran a la vista, porque destruir es lo contrario de construir, igual que ganar unas elecciones no es gobernar, como ocurre entre nosotros en estos momentos. Los medios son sólo medios y no fines. El terrorismo es un medio del Estado Islámico para conseguir sus propios fines. Una vez alcanzados los fines, ¿acaso ya no sería necesario y mientras no se alcancen, sí? La respuesta no es fácil, ni nada segura. En todo caso, hay que mantener el equilibrio, trabajando en la superación de los miedos que nos inundan por doquier. Desde luego, la barbarie no puede triunfar.

Julián Arroyo Pomeda