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sábado, 7 de octubre de 2017

Histeria periodística por Cataluña


P
arece natural que exista una gran preocupación por los acontecimientos que produce el deseo de independencia de Cataluña. Es una situación complicada la que está sucediendo, pero la prensa escrita tendría que cuidar más ahora la objetividad y matizar con toda precisión lo que publica. Las portadas de los periódicos de hoy, 7 octubre, resultan bien expresivas de que se juega con las emociones y sentimientos para excitar al pueblo llano, en lugar de proceder con el ejercicio de la racionalidad. Seleccionemos algunas de dichas portadas.

"La fuga masiva de empresas fractura el independentismo" (El País).
"Caixa Bank... anticipa una desbandada de empresas" (Diario de Sevilla, Diario de Cádiz, Málaga hoy)
"Masiva fuga de empresas" (La Nueva España).
"Espantada masiva de empresas" (La Provincia).
"Estampida de empresas" (Faro de Vigo).
A ver quién da más.
[Portada de ABC, 7 octubre 2017]
Quizás el número uno en la creación de morbo se lo lleve ABC, que echa siempre mano de lo que pilla, cuando le parece, sin que nada tenga que ver con ello la actualidad. Ahora resulta que "la Generalitat quiso armar a los mossos con un arsenal de guerra’". Según el diario, esto ocurrió a finales de 2016. ¿Para qué querían el arsenal’? Ahora queda claro. Lo que pretendían era crear una estructura de defensa para la República catalana en una situación de independencia. Con las armas podrían atentar contra la legalidad institucional, lo que, finalmente, acaban de hacer.

El resto de periódicos sí tienen en cuenta la actualidad, que juzgan casi todos con una severidad histérica. La expresión más empleada es la de fuga, desbandada, estampida, o espantada de empresas. Para algunos tal fuga o espantada es ‘masiva’, jugando unos con la adjetivación detrás del sustantivo y otros poniéndola, incluso, delante para darle más fuerza. Por cierto, la originalidad brilla por su ausencia, porque los titulares parece que se han copiado mutuamente. Algunos deben tener el mismo empresario, como los de Sevilla, Cádiz y Málaga para los que el sujeto incluso ha sido Caixa Bank.
Uno se pregunta si en las portadas se trata de ofrecer una información o de atemorizar al enemigo para que desista de su ataque. Quizás podría considerarse la portada un verdadero misil en flotación. Enseñar el armamento al enemigo declarado podría persuadirle, ya que nunca podrá ganar, porque el contrincante posee armas mucho más poderosas. Habría que preguntarse si se trata de una información veraz a la que los ciudadanos tienen derecho. En este caso, me parece discutible, porque el énfasis introducido por el término ‘masiva’ estimula al lector a que su pensamiento vaya más allá. En todo caso, se exagera, bordeando los límites de la precisión y la independencia. La información resulta parcial.

¿Qué hay que interpretar por fuga masiva? ¿Cuántas empresas entran en lo de masiva’? Un medio puede interpretar que con cuatro empresas importantes, o con diez, la fuga ya es masiva. Seguro que aquí no cuenta lo de la mitad, para qué. No digamos nada de lo que haya que entender por la ‘espantada masiva’. Lo que sí parece claro es aquello tan antiguo como que pecunia non olet, según enseñó el emperador romano Vespasiano a su hijo Tito, que se quejó de que sacara dinero por las letrinas. El dinero no huele, porque es independiente de su procedencia, es dinero y basta. Los bancos y los grandes negocios sólo buscan dinero, que se consigue en un clima de seguridad con los avales necesarios.

Si un día, quizás no demasiado lejano, los ciudadanos catalanes deciden independizarse, no bastará con que sorteen los problemas políticos, si no lo hacen, paralelamente, con los patrones de globalización, mercados de trabajo y la sociedad industrial en la que viven. Sin ellos no puede plantearse nada. Los sistemas tienen un gran poder de convicción. Además, el Gobierno facilita el traslado de las empresas con un decreto urgente, que acaba de publicar en el BOE de una forma bastante taimada para empujar a que se vayan de territorio catalán, dándoles las máximas facilidades.

¿Por qué se ha hecho ahora esta modificación? El ministro De Guindos lo dejó claro en la presentación: "responde a la demanda de amplios sectores empresariales ante las dificultades surgidas para el normal desarrollo de su actividad en una parte del territorio nacional". Claro, hay sectores empresariales que se sienten incómodos para desarrollar su actividad en Cataluña. En cambio, en el BOE, esto se reviste de un carácter teórico: "garantizar la plena vigencia del principio de libertad de empresa consagrado en el artículo 38 de la Constitución, así como respetar la prohibición de adoptar medidas que obstaculicen la libertad de establecimiento de los operadores económicos prevista en el artículo 139 de la Constitución" (BOE, número 242, del 7 octubre de 2017, página 97566). Así se han matado dos pájaros de un tiro: se complace a los empresarios que lo estaban esperando desde hace tiempo y se presiona al máximo a la Autonomía catalana. Todo ha sido muy oportuno y perfectamente enmarcado. Seguro que el gobierno de Cataluña aprenderá por la vía de los hechos, que ellos proponen establecer. Que tomen de su propia medicina.

Ahora al imperio de la fuerza se le llama defensa de los derechos y a que los empresarios hagan lo que les venga en gana, libertad de empresa. A solucionar los problemas muy prolongados, sometimiento a la legalidad constitucional, y a la actuación del gobierno de la nación, paciencia y esperar a que escampe, porque todo caerá como fruta madura. De nuevo sobresaldrán los grandes estadistas por encima de todo. Mientras tanto, sólo queda dejar que se pudran los problemas y que los ciudadanos aprendan a aguantarse.

Julián Arroyo Pomeda