Supongo
que los lectores estarán al cabo de la calle en relación con esta película,
estrenada recientemente, pero que ha tenido tan extraordinario éxito de
público, reportando muy buenos beneficios en taquilla.
Todos
los comentaristas han subrayado las carcajadas que se producen durante la
proyección, señal inequívoca de que los espectadores lo pasan bien y se
divierten mucho. A mí no me sorprende, dado que Emilio Martínez Lázaro, su
director, ya dejó ver su patita en otras dos películas anteriores, que tenían
todos los ingredientes para ser aceptadas por el público. Aquí Clara Lago,
Daniel Rovira y Carmen Machi también contribuyen al éxito popular. Igualmente,
los guionistas Borja Cobeaga y Diego San José han sido entrevistados y alabados
en programas de radio, y parece que ya trabajan en otro guión, que les quitarán
de las manos, a buen seguro.
Por
los comentarios que oí y leí después del estreno, no me tentaba acudir a una
sala de cine para ver la película. Me parecía bastante intrascendente. Ahora
bien, como la gente de mi alrededor no dejaba de preguntarme si la había visto
y de afirmar que me iba a gustar, por fin caí en la tentación y me la pasé en
video. No me gustó nada, quiero decirlo de un tirón para no dar lugar a
equívocos.
Por
si todavía quedara alguien que no la hubiera visto, no estará de más una
brevísima síntesis del contenido. Unas chicas vascas acuden a Sevilla para
celebrar la clásica despedida de soltera. Visten de sevillanas, como es de
rigor. En la sala se encuentran con unos chicos sevillanos, entre los que
destaca Rafa (Dani Rovira), el señorito andaluz, acostumbrado a disfrutar de la
diversión y los placeres. Este seductor será rechazado por Amaya (Clara Lago),
un ejemplar de mujer vasca de armas tomar y mala leche, pero no se resigna y
días después viaja a Argoitia (Leitza) para conquistarla. El truco empleado es
hacerse pasar por vasco, con el nombre de Antxon, imitando el modo de hablar de
los escaldunes y las expresiones más groseras y populacheras. La película
desarrolla el encuentro y su desenlace, esperado y nada original. Así, el final
hace válido el principio y no falta de nada, prácticamente, aunque su duración no
sobrepase la hora y media, porque la cosa no da más de sí tampoco.
¿Qué
han dicho los críticos? Jordi Costa opina que "la película va viniéndose
abajo" y que "la catástrofe se impone en el tramo final".
Federico Marín cree que "el público se mondará incluso a costa de sus ‘principios’".
Fausto Fernández habla del "desarrollo plano" del film. Boyero la
considera "visible y audible. Simplemente". Luis Martínez la percibe
como "una comedia... mala". Y Jordi Batlle la ve con "rasgos
convencionales". En fin, tópicos ramplones, prejuicios, subproducto,
mediocre, despreciativa, predecible y cabreante, zafia, son otras tantas
lindezas que se han dicho de ella. Es cierto que también hay comentarios
favorables. A mí los sevillanos que salen me parecen unos zoquetes y los vascos
unos paletos, ahí va la hostia.
El humorismo de los
topicazos
Todo
el guión está plagado de tópicos, que otros consideran frescura y sentido del
humor. La apertura se hace con sevillanas y manzanilla, aunque Amaya, la vasca,
amenaza a uno de los chicos con soltarle una hostia. Está contando chistes de
vascos hasta que Amaya grita al público que se rían de su puta madre, esa panda
de vagos españolazos. Rafa la echa, mientras en el forcejeo la besa y se la
lleva borracha a su casa. Los amigos temen que sea un comando de ETA y que esté
buscando un piso franco en Sevilla. Se olvida el bolso, en el que no tiene con
qué maquillarse, porque "las vascas no se maquillan" y "no
pueden ver a los andaluces ni en pintura". Los amigos de Rafa ven en el
móvil ‘aita’, que debe ser algo, dicen, y marcan. Rafa, del barrio de la Cruz
se va a las Vascongadas para entregar el bolso a su dueña.
Gracias
a su encuentro con Mercedes (Carmen Machi), que es de Extremadura, Rafa puede localizar
la casa de Amaya, pero ésta le echa, amenazándole con darle un "salpicadito
de hostias", aunque él piensa que caerá pronto.
Por
una casualidad, Rafa-Antxon se convierte en líder de la kale borroca andaluza.
Le salvará de la cárcel Amaya, que le necesita para que su padre Koldo (Karra
Elejalde) no se entere de la ruptura con
su novio. Le espeta cosas como "típico de los andaluces, mucho decir y
luego..."; "no digas ‘mi arma’, di hostia". Rafa le contesta con
"los radicales vascos" y con que "la virgen de la Macarena es lo
más grande que hay". El padre le amenaza con ablandarle "a
hostias". Se dicen karrikasko y ‘aupa’. "Hasta mañana,
corazones", se despide Mercedes, a lo que Rafa contesta con "hasta
mañana, mis cojones". Amaya considera una mariconada que las parejas vayan
agarradas de la mano.
Sigue
la idiosincrasia de su lenguaje. El bonito, pescado por el padre y cocinado,
"estaba de la hostia", o "de la hostia está el vino este"
(el Chacolí), o "estamos tontos o qué hostias estamos". Rafael y
Amaya están a punto de casarse, aunque no sale bien la jugada. "Que se
vaya al Rocío a tocar los huevos", se oye otra vez. Y también: "los
vascos mucha independencia, pero, al final, España les encanta", dice
Merche. "Los vascos ni puta gracia tienen", en expresión de Rafa,
mientras que Sevilla "tiene un color especial". Y así sucesivamente,
mientras las risas brotan a borbotones. La vasca se rinde al sevillano, por
fin, faltaría más. De factoría Tele Cinco, evidentemente.
Por
si fuera poco todo esto, resulta que la película no es ni siquiera
completamente original. A buen seguro que los guionistas conocían la película
francesa de 2008, dirigida por Dani Boon, "Bienvenidos al Norte", que
fue de mucho éxito en taquilla, haciendo burla crítica y ácida, pero, eso sí,
con una mirada profunda, entrañable y elogiosa del gañan del norte. Supo ser,
al mismo tiempo, local y universal.
Poco
después, en 2010, se rodó en Italia "Bienvenidos al sur", que fue
simplemente un remake de la francesa y resultó desternillante y nostálgica.
Pues
bien, aquí se ha aprovechado para tratar conjuntamente el norte y el sur y
provocar, solamente, las carcajadas y un gran sentimiento de tristeza, porque
el sur ni siquiera es el sur, sino, exclusivamente, Sevilla. El trianero Rafa
se indigna, incluso, cuando Merche le pregunta que si es cordobés. A quién se
le ocurre comparar a Córdoba con Sevilla. Que falta de profesionalidad, porque
hay provincias andaluzas despreciadas por otras. Esto lo hacen incluso los
propios andaluces. Hasta este punto somos capaces de llegar. Penoso.
Julián
Arroyo Pomeda
Ilustraciones: cartel de la película; Lainformación.com (6/08/14); Lainformación.com (5/08/14); Lainformación.com (6/08/14); Lainformación.com (14/08/14).