La caída del Muro de Berlín sucedió la noche del jueves 9 de
noviembre de 1989, hace ahora 25 años.
El Muro fue una horripilante arquitectura física, además de un
símbolo. Como hecho físico tenía que caer: dividía un país en dos y separaba a
ciudadanos de cultura común y la misma lengua. La política y las instituciones
de gobierno decidieron: había que obedecer. En cuanto símbolo, la caída se llevó otras cosas
importantes, que no se han divulgado mucho. Encuentro, conciliación e ilusiones
nuevas se centraron en la conquista irrenunciable de la libertad como primacía
frente a la seguridad intramuros. Era un sinsentido proteger a la ciudadanía de
la opresión por la institución opresora misma. Qué disparate.
Con el tiempo se impuso el capitalismo neoliberal como
alternativa única. Un mercado libre frente al viejo colectivismo de la ruina
económica. Capitalismo era progreso y colectivismo retraso ancestral. El nuevo
poder capitalista ofrecía la posibilidad de elección en una democracia liberal,
pero ¿elección de qué y para quiénes? Los que carecían de todo ¿que podían
elegir? Aprendimos que la libertad era formal, no real y efectiva. ¿Libertad
para morirse de hambre? Emancipación, lucha por la justicia y organización
familiar quedaban lejanos, bastaba un mini trabajo a plazo corto y muy flexible
para vivir trampeando, pero de manera libre. ¿Bienestar, sanidad, jubilación o vivir
libremente? La seguridad quedaba superada, al no haber enemigo.
Desgraciadamente, llegaron las Torres Gemelas y otra vez dio
un vuelco la situación mundial. Importaba estar seguros, aunque para ello hubiera
que invadir Irak. Todo iba a ser ya en adelante tranquilidad, progreso,
trabajo, vida libre, pero se trunca, obligados nuevamente a vivir sin
ilusiones. Así se sigue matando la utopía. Por parte de los radicalismos, sin
aceptar los equilibrios necesarios en la convivencia ciudadana, mientras que
otros muchos muros siguen abiertos, sin que asome ninguna voluntad de derribo.
¿Caerán algún día todos los muros del mundo?
Julián Arroyo Pomeda
Ilustraciones: www.runrun.es;
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