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lunes, 31 de octubre de 2016

Las reválidas


El elogio no es el único medio que tenemos de adular a nuestros semejantes, pero sí de los más eficaces [...].
El demagogo perfecto adivina el sentimiento popular y prevé las vicisitudes de la actualidad
(Frary, R., Manual del demagogo).

P
or fin, el pesado Rajoy ha sido investido como presidente del Gobierno de España, porque ha ganado las elecciones, según proclama permanentemente. Aquí el que resiste gana, ya lo sabíamos. ¡Qué plomo de hombre! ¿Y cómo va a gobernar ahora? Pues como siempre, con su estilo peculiar, confío en que nadie espere otra cosa, porque quedará profundamente defraudado. Para muestra, sólo un botón.

Esta misma semana en el discurso de Investidura Antonio Hernando, que preside el grupo socialista en el Congreso de los Diputados, pidió a Rajoy que paralizara las reválidas, previstas en la LOMCE, especialmente la de final de la Secundaria y el Bachillerato. Qué quiso oír al presidente en funciones para recoger inmediatamente el guante y contestarle: "Vamos a abordar la suspensión de los efectos académicos de las evaluaciones de finales de la ESO y del Bachillerato hasta que concluyamos el pacto por la educación". Obsérvese que se denominan ‘evaluaciones’ y que se suspenden sus ‘efectos académicos’ hasta concluir el pacto educativo.
[Portada de El País, 28 octubre 2016]
Los medios de comunicación escritos y audiovisuales por la tendencia a simplificarlo todo y, quizás, por los ardientes deseos implícitos de apuntarse al caballo vencedor, decidieron al día siguiente enfatizar con grandes titulares que Rajoy retiraba la reválida y lanzar la primera valoración muy positiva: hacía la primera concesión, ¿a quién? Al PSOE, nada menos. Pues bien, esto es falso.

Precisiones

Voy a concretar todo lo posible para que las cosas se puedan entender bien:

1. La LOMCE establecer una evaluación final de ESO: "Al finalizar el cuarto curso, los alumnos y alumnas realizarán una evaluación individualizada [...] (artículo 21,1, del Real Decreto que establece el currículo de ESO y Bachillerato; BOE 3 enero 2015). Este texto recoge exactamente lo que establece el artículo 29,1, de la LOMCE.

2. En cuanto a sus efectos académicos, se trata de la obtención del título de Graduado en ESO (RD, artículo 23,1), que no se obtiene sin superar la evaluación final.
De modo similar ocurre en Bachillerato.

3. "Los alumnos y alumnas realizarán una evaluación individualizada al finalizar Bachillerato [...] (artículo 31,1), que es copia del artículo 36 bis, 1, de la LOMCE.

4. En cuanto los efectos académicos: "Para obtener el título de Bachillerato será necesaria la superación de la evaluación final de Bachillerato".
Están, pues, claros los efectos académicos que se suspenden. Pero hay más.

5. La Disposición final primera del citado RD establece en su punto 1 y párrafo 2 lo siguiente: "La evaluación final de ESO correspondiente a la convocatoria que se realice en el año 2017 no tendrá efectos académicos".

6. Dos párrafos más adelante se recoge un contenido parecido para Bachillerato, así: "La evaluación final de Bachillerato correspondiente a las dos convocatorias que se realicen en el año 2017 únicamente se tendrá en cuenta para el acceso a la Universidad, pero su superación no será necesaria para obtener el título de bachiller" (Disposición final, 2, párrafo 2).

También recoge esto el Borrador de 23. 09. 2016 para el contenido de las pruebas de las evaluaciones finales de ESO y Bachillerato, como no podía ser menos. Aquí vemos que "la evaluación final de Bachillerato correspondiente a las dos convocatorias que se realicen en el año 2017 únicamente se tendrá en cuenta para el acceso a la Universidad.

Información interesada y engañosa

Solamente he oído una comunicación de Manuel Cruz, catedrático de filosofía de la Universidad de Barcelona, diciendo que en las palabras de Rajoy no había ninguna novedad, sino simplemente un matiz. Lleva razón.

¿Acaso Rajoy y sus asesores desconocían esta normativa? Desde luego que no, pero barren pro domo sua de modo completamente interesado, aunque esto suponga engañar, nuevamente, a los ciudadanos españoles.

Interesada, porque se cuelgan la insignia de estar dispuestos a dialogar y hacer concesiones en un estilo de gobierno más acorde con la situación que vivimos. Además, lo hacen desde la solemnidad de la tribuna del Parlamento. Igualmente intentan ganarse al PSOE y hasta hacen un guiño a los estudiantes que se manifestaron días atrás sobre esta cuestión.

No sólo con ánimo de engañar conscientemente, a lo que nos tienen acostumbrados desde la legislatura anterior. Seguro que piensan, al mismo tiempo, que nadie se dará cuenta, porque el número de tontos es infinito.

¿Que habría costado decir a A. Hernando la verdad? Lo único que se perdía era el efecto publicitario. Habría bastado con responder: lo que usted me pide ya está hecho, puede leerlo en los correspondientes decretos que le proporcionaré después, pero desde aquí se lo confirmo gustosamente. Esto sería honrado y noble por parte del candidato.

Un detalle más de que querían engañar. Hace unas semanas la encargada de Educación de Ciudadanos, Marta Martín, anunció su compromiso verbal con el ministro Méndez Vigo para una moratoria de las pruebas hasta alcanzar el consenso sobre lo que se debería hacer. Pues bien, Méndez Vigo lo negó, sabedor de que no existe documentación ninguna que pueda desmentirle.

Puede decirse que empezamos bien la legislatura. Ya lo indicaba al principio, será como siempre. Sin duda, es el próximo un gobierno en quien se podrá confiar por su decencia.
Lo peor de todo es que ya se ha lanzado la idea y su aceptación es poco menos que universal. ¿Quién podrá desmontarla ahora? Sólo el tiempo puede poner a cada uno en su sitio. Esperemos que, en este caso, no tarde demasiado.

Respecto a las evaluaciones externas, o reválidas, no se pueden quitar, a no ser que se toquen varios artículos de la LOMCE. Se me hace muy cuesta arriba pensar que todo esto fuera desconocido por los asesores de El País para atreverse a poner en portada, y a la izquierda, que se retira la reválida. Parece, más bien, una cuestión ideológica para que pueda servir de referente al resto de los medios. Se trata de un gran viraje en apoyo del gobierno popular, sin duda, que en próximos meses matizarán y corregirán con ocasión de los actos de gobierno. Ya está dada la década, luego llegará la de arena. Una lástima actuar así.

Julián Arroyo Pomeda