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domingo, 11 de marzo de 2018

Obispo Munilla y feminismo



M
ons. Munilla hace sonreír con sus declaraciones singulares, distinguiendo entre el feminismo radical y el femenino. Al primero el demonio le ha metido un gol. Aparte de su metáfora tan orientadora, su lenguaje florentino no deja claro si está de acuerdo con la huelga del día internacional de la mujer. No se puede coincidir a medias.
[Obispo Munilla; www.Deia]
Parece que el obispo dice no por causa del demonio, que introduce el aborto, la anticoncepción, el lesbianismo, la bisexualidad, o el divorcio. Siempre tienen que aparecer asuntos tétricos para no dejar que la gente viva en paz Si el mismo papa Francisco declaró "quién soy yo para...", los obispos enmiendan a su Pastor, como mínimo, aunque también a él se le coló lo del demonio.

El propio San Agustín, que sabía de sexo, tanto como el primero, se quejaba de que, aunque se había comprometido con el celibato, le seguían viniendo ensoñaciones nocturnas. Y es que, por más que Dios concedió a los humanos la libertad para hacer, incluso, el mal, si querían, castigó a los varones con un impulso incontrolable, el sexual. Prueba de ello son las erecciones matutinas.

En cambio, un humilde fraile franciscano, Guillermo de Ockham, cambió la perspectiva de análisis. La teología no es la última palabra, sino que la filosofía y la razón han de juzgar a la ciencia teológica. Hay que aceptar su dictamen, incluso aunque defiendan la imposibilidad de demostrar la existencia de Dios. Si la razón contradice aspectos del orden natural, no cabe escandalizarse porque Dios es omnisciente y todopoderoso.

Bien haría Munilla en recordar estas ideas para ser un poco menos estirado y más humano. Por contraste, parece que el obispo se propone sacar peras al olmo con su "palabra de discernimiento", que no hace más que sembrar la ambigüedad, repartiendo palos por todos los lados. Lo que se reivindica el 8 de marzo es la igualdad de mujeres y hombres, pero él la interpreta como igualitarismo que niega las diferencias. Nadie habla de esto ahora, sino del derecho de las mujeres a la igualdad o equidad. Déjese, pues, de rizar el rizo con su feminismo sano y el de género, o radical. Los abusos del hombre sobre la mujer se deben a vivir a nivel animal y no racional, en el que el macho es más fuerte, dice el obispo. La cuestión es quién decide lo que es vivir racionalmente. ¿Acaso es racional la brecha salarial?
[www.celtiberia.net]
Hace tiempo, en los pueblos el terrateniente dejaba a la Iglesia en el testamento una finca hermosa para que dijeran misas gregorianas por su alma y la libraran del purgatorio. Este buen obispo puede que se lo tenga bien ganado por sus ideas rancias y trasnochadas, que acaban molestando al prójimo. Cuídese también del diablo, no vaya a meterle un par de goles en su propio campo y se lo lleve derecho al infierno. Advertido queda.

Él, en cambio, sólo se defiende con la oración del Padrenuestro. A los periodistas que le preguntaban por su proceder les ha pedido que no caigan en la tentación y que recen para no hacerlo. Dando ejemplo de lo que dice acaba de rezar un padrenuestro en su programa por el diario Público, que ha divulgado mentiras sobre sus declaraciones, y un Avemaría por los que se han sentido escandalizados con las interpretaciones falsas. Nadie le va a apear del burro, porque está seguro de que ha dicho la verdad. Cada vez se echa más de menos el verdadero laicismo en este país secuestrado por la religión.

Julián Arroyo Pomeda