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os mandatarios de los países más ricos
se reúnen del 24 al 26 de agosto en Biarritz con gran despliegue de seguridad.
El anfitrión Macron quiere que los líderes de Alemania, Canadá, Estados Unidos,
Francia, Italia, Japón y Reino Unido se centren en la lucha contra las
desigualdades. Blindan el encuentro 13.000 agentes franceses y 7000 españoles. Tal
despliegue costará un riñón y tensiona a los ciudadanos.
[www.expresso.co.uk] |
Asombra que analicen la desigualdad,
precisamente los países que más contribuyen a ella. Escalofría leer que solo ocho
hombres tienen la misma cantidad de riqueza que tres mil seiscientos millones
de personas. El mismo modelo económico permite la extrema riqueza y la pobreza
más brutal. Beneficios a costa de
salarios: así aumenta la desigualdad y se agranda la brecha. Esto no puede
ser sostenible. Según Piketty en Estados Unidos los ingresos del 50% más pobre
de la población se han congelado durante los últimos 30 años y los del 1% más
rico han aumentado un 300%.
¿Por qué la desigualdad? Las multinacionales
sirven a los más ricos, los que más lo necesitan no participan del crecimiento
económico generado. Maximizan beneficios, tributando lo menos posible,
aprovechan los tipos impositivos más bajos y consiguen beneficios fiscales.
Accionistas e inversores reciben la mayor rentabilidad. El neoliberalismo y la globalización incrementan la desigualdad. Los
recursos del planeta son limitados. Tratan de controlar la política, incluso
por procedimientos nefastos. No interesan los servicios sociales públicos, por
lo que los gobiernos no deben intervenir. Los sistemas fiscales no son
progresivos para que paguen más los que más tienen. Las rebajas de impuestos
favorecen mucho más a los ricos.
Ni siquiera habrá acuerdos finales,
así nadie quedará en evidencia. Precisamente se trata de saber quién es cada uno. A quienes no firman los
acuerdos tampoco les importa mucho, aunque ponerlos
en evidencia era lo único positivo.
Julián
Arroyo Pomeda