domingo, 25 de diciembre de 2016

Adolescencia: desarrollo psicológico e implicaciones en la enseñanza de las materias filosóficas. La identidad (III)


Desarrollo de la identidad

E
ric Erikson procede de la tradición psicoanalítica y es el más conocido analista de la identidad que ha elaborado una teoría importante sobre la misma. Vincula la identidad con la adolescencia: "hasta que no es adolescente, el individuo no llega a desarrollar los prerrequisitos del crecimiento fisiológico, la maduración mental y la responsabilidad social, ni llega a pasar por la crisis de identidad"[1].

Idea de identidad.
[www.e-faro.info]
El concepto de identidad es complejo e incluye desde lo más elemental a lo más profundo: 
- todo lo que uno tiene, es decir, las características corporales, en principio;
- además, lo que se ha denominado "el sí mismo" (self) o el propio sujeto, que no sólo se refiere al cuerpo sino también a lo psicológico, lo social y lo moral; en una palabra, la experiencia directa de sí mismo, frente a lo que puedan pensar de mi los otros; por otra parte, los adolescentes necesitan perentoriamente el reconocimiento de los demás;
- incluye también la personalidad social que entra en relaciones con los demás;
- es, por último, la persona misma con todas sus actividades físicas, de pensamiento y creencias, y sociales, que la diferencian de otras personas y la autentifican.

Toda esta serie de rasgos que explican las conductas, junto con los elementos que se atribuyen a la personalidad, conforman la identidad.

 Matices de la identidad.

En la identidad se pueden distinguir tres momentos, que van profundizando en ella progresivamente.

1) Identidad objetiva.
Lo que las otras personas ven en un individuo, su imagen y sus rasgos. Puede no ser coincidente con lo que piensa el sujeto de sí mismo.
2) Identidad subjetiva.
Lo que el sujeto ve de sí mismo. Generalmente coincide con sus rasgos más atrayentes y selectivos.
3) Auto-identidad.

La definición personal que uno se hace de sí mismo (self) y que pertenece a su propia intimidad, sin comunicarlo a otros, ni siquiera a los más próximos: "Tú sí mismo real son todas aquellas cosas que sólo te muestras a ti mismo y no a las otras personas -el modo cómo piensas sobre ti. Más tarde o más temprano, encontrarás que hay ciertas cosas que no te apetece contárselas a nadie. Eso también es tú sí mismo y las cosas que compartes forman parte de un sí mismo exterior. Las cosas de dentro son más tu "ti mismo" de ti"[2].

La identidad según Erikson[3]

Si la identidad es un tema capital en la adolescencia, lo cierto es que se forma a lo largo de toda la vida de los seres humanos. Erikson establece ocho estadios en su teoría. De su consideración se deducen las siguientes observaciones:
a)    Importancia decisiva de la identidad en la adolescencia frente a la infancia (Freud).
b)    Relativización de la sexualidad y su determinismo, en cuanto energía que explica la conducta (Freud).
c)    Frente a las estructuras internas por las que el yo se adapta a la realidad (Freud), Erikson enfatiza los factores sociales y ambientales.

En cuanto a la definición de identidad, Erikson establece una línea psicosocial: se desarrolla el self en un mundo social, pero se distingue específicamente de los otros: "Hasta ahora, he intentado definir el término identidad casi deliberadamente con muchas connotaciones diferentes. Por un lado, me parecía que hacía referencia a un sentido consciente de unicidad individual, por otro, me parecía un esfuerzo inconsciente de continuidad de la experiencia y, en tercer lugar, como una especie de solidaridad hacia los ideales de un grupo"[4].

La identidad según Marcia[5]

James Marcia se propuso confirmar experimentalmente las ideas de Erikson con la elaboración de una entrevista que aplicó a los adolescentes y cuyos resultados público en la revista Journal... en 1966.

La identidad es difícil de lograr y por eso los adolescentes necesitan tiempo para poder integrar los distintos elementos y madurar. Erikson lo denominaba una "moratoria". En ella se dan, según Marcia, resoluciones, compromisos vagos, a veces hipotecados por imposiciones de los padres y, por fin, vías de solución. Lo que esquematizó en los cuatro estadios de identidad siguientes, de los que se dan una somera explicación.

a) Moratoria psicosocial.
Se trata de una pausa, haciendo descansar las normas, compromisos y obligaciones adquiridos en la infancia hasta madurar la solución.
b) Identidad hipotecada.
Compromiso de obligaciones sin fundamentaciones propias, ya que han sido sugeridas por padres o adultos, por ejemplo, la elección de carrera o profesión, la ocupación, etc.
c) Confusión e identidad
Cierta parálisis por temor a compromisos más serios.
d) Identidad negativa.
Sentirse presionado por imposición de situaciones muy exigentes. Puede conducir a fugas, delincuencia y hasta el suicidio.
e) Logro de identidad.
Es una firme decisión que se pone en práctica, con superación de la crisis. Así se forma la identidad.

Emigrantes e identidad.
[www.elpais.com]
En la actualidad el tema de la identidad se plantea más agudamente en el mundo de los inmigrantes. Estos vienen de una cultura de origen y se encuentran con la nueva del país al que llegan, transmitida a través de la escuela, los lugares de trabajo y de relaciones. De momento son personas con doble entidad cultural y es normal que se sientan extraños en un país que no tiene su propia cultura. Esto puede conducir al rechazo o, en el mejor de los casos, a la integración de ambas culturas, enriqueciéndose con la del nuevo país, aunque se identifique en con las suya.

En el universo de la globalización ocurre que los individuos se refugian precisamente en lo propio, manteniendo su identidad frente a la uniformización de la vida globalizada. Al avance de la globalización sigue la reivindicación de las diferencias y el afianzamiento de la identidad ante los desafíos globalizadores.

Julián Arroyo Pomeda


[1] Erikson, E. H., Identity: Youth and crisis. Norton, N. Y. 1968, p.91 Traducción en Taurus, 1981, con el título de Identidad, juventud y crisis.
[2] Broughton, J. M., “The divided self in adolescence”, en Human Development, 1981, 24, 13.32, p. 21.
[3] Puede verse en los siguientes trabajos: “Identity and  the life cycle”, en Psichological Issues, 1, 18-164; Identidad, juventud y crisis. Taurus, Madrid 1980; Childhood and Society. Hogarth, Londres 1950; “The problem of Ego identity”, en Journal of the American Psychoanalytic Association, 4, 56-121.
[4] Erikson, E., Op. cit., 1968, p. 208.
[5] Marcia, J. E., “Identity in adolescence”, en Adelson, J., (Ed), Handbook of adolescent psychology. Wiley, N. Y. 1980. Marcia, J. E., “Development and validation of ego-identity status”, en Journal of Personality and Social Psychology, 1966, 3, 551-558.

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