domingo, 22 de mayo de 2016

Los grandes peligros siempre nos encuentran solos




"El hombre es un ser en deuda". Agamben, en Babelia, 23 abril 2016

E

n la tarde gris y lluviosa del pasado viernes, mientras estoy a la espera de la primavera que no acaba de llegar, volví a ver Solo ante el peligro, que ofreció una cadena de televisión privada, incluidos algunos de los odiosos cortes para publicidad. Valió la pena soportar tales incomodidades.

Cartel de la película en español [dcine.org]

Empecemos por visualizar la Ficha técnica de la película:

Título original: High Noon
Año: 1952
Duración: 80 min.
País: Estados Unidos
Director: Fred Zinnemann
Producción: Stanley Kramer, Carl Foreman
Guión: Carl Foreman
Banda Sonora: Dimitri Tiomkin
Canción: “Do not forsake me” interpretada por Tex Ritter
Fotografía: Floyd Crosby en blanco y negro
Reparto: Gary Cooper, Grace Kelly, Thomas Mitchell, Lloyd Bridges, Katy Jurado, Otto Kruger, Lon Chaney Jr., Henry Morgan, Lee Van Cleef, Ian MacDonald
Productora: Stanley Kramer Productions
Género: Western. Drama. Cine del oeste

Subrayemos, por el momento, algunas excepcionalidades, como la del director, el guionista, la banda sonora, la fotografía y el reparto para entrar ya directamente en el relato cinematográfico, lleno de amargura como corresponde a la situación del momento y lo que estaba sucediendo entonces en Estados Unidos. El macarthismo establecido un sistema de terror desde el poder del Estado y se cebó, principalmente, en el mundo del cine, yendo a la caza de brujas de unos profesionales que consideraban vinculados con el comunismo. Entre 1950 y 1956 el senador Joseph McCarthy estableció un proceso de acusaciones y denuncias con métodos indiscriminados contra cualquier persona considerada sospechosa de ser antiamericana y comunista. Estaban entonces en una situación de guerra fría con la Unión Soviética, cualquier acción era considerada como conspiración. Algunos grandes del cine delataron, incluso, a sus mismos colegas. El mínimo desacuerdo político fue interpretado como una deslealtad (*).

El anecdotario de las persecuciones resulta cómico muchas veces y es difícil de aceptar. Por ejemplo, a Charles Chaplin se le deslizó la palabra ‘camarada’ en el discurso de El gran dictador. Le interrogaron por eso, le pusieron en la lista de sospechosos y fue obligado a salir de Hollywood. La censura acabó así en paranoia, aunque Chaplin no se arregló por ello, sino que fue claro en sus convicciones:

"No soy un comunista, soy un ser humano, y creo conocer las reacciones de los seres humanos. Los comunistas no son diferentes que cualquier otro; si pierden un brazo o una pierna, sufren como todos los demás, y mueren como cualquiera de nosotros".

Dejemos esto, que ha venido a cuento porque el guionista de Solo ante el peligro, Carl Foreman, también formó parte de la lista de aquella caza de brujas medievalizante de mediados del siglo XX en Estados Unidos. En el film asistimos a una tensión psicológica permanente con un suspense que la atraviesa durante la escasa hora y media que dura la proyección. Ilustrémoslo con los principales momentos.

En un pueblo del Oeste, de nombre Hadlleyville, el sheriff Will Kane (un crepuscular Gary Cooper) se casa con una cuáquera del Este, Amy (la bellísima Grace Kelly). Su proyecto es abandonar el pueblo y el trabajo para instalarse en otro lugar, dedicándose al comercio y a vivir seguros para poder formar una familia. Finalizada la ceremonia, llegan a la estación tres forajidos que piden información al encargado acerca de la hora de llegada del tren. Son ahora las 10,30 y el tren tiene prevista la parada a las 12:00. El oficinista los reconoce y corre a dar la alerta de que el pistolero Miller (Ian Mc Donald), atrapado por Kane y condenado, ha sido puesto en libertad. Viene a una sola cosa que juró hacer en el juicio, vengarse.

Reloj a punto de marcar el mediodía [youtube.com]

A partir de aquí, todo se desarrolla en tiempo real, que va marcando ininterrumpidamente el reloj: la llegada será a las 12:00 del mediodía, de aquí al título original, High Noon. El pueblo entero entra en un pánico general y sus habitantes respiran aliviados cuando Keine se marcha con su esposa en la carreta, según lo previsto. Creen que Miller les dejará tranquilos, porque el blanco que buscaba ya no está, pero las cosas no salen como esperaban.



Cooper-Kelly [larepublicacultural.es]


El sheriff vuelve porque siente el peso de la responsabilidad y de nuevo se coloca la estrella para hacer frente a su deber. Pide ayuda los ciudadanos, pero todos abandonan, exigiéndole que se marche del pueblo. Le dejan sus amigos, incluyendo el que le dio el puesto. Incluso su propia esposa, que vio morir a balazos a su padre y a su hermano, rechaza la violencia por sus creencias. El director de la comunidad religiosa invoca el quinto mandamiento para no apoyarlo tampoco, ni aconsejarlo así a sus feligreses. Su ayudante también le deja, sólo se ofrece su antigua amante, Helen Ramírez (Katy Jurado), el chico de 14 años que le lleva los recados y un pobre borracho, a los que rechaza porque serían un apoyo inútil. Todos tienen sus razones, pero ninguna válida. Siempre pasa lo mismo, tenemos razones y excusas para justificar nuestro egoísmo y echar las culpas a los demás. Por eso Kane se queda solo ante el peligro. La melodía con la que comienza la película (Do Not Forsake Me = No me abandones) se va adueñando de la centralidad de las sucesivas escenas. Tiomkin se la hizo interpretar al cantante Tex Ritter. La balada melancólica pide a la esposa que no le abandone, cuando se encuentra quebrado por el dolor y no puede renunciar a su destino, como le explica: "Si huyo ahora, voy a vivir huyendo. Entonces prefiero pelear. Tengo que volver. Debo hacerlo". Y si no entiendes por qué se queda, le dice Helen Ramírez a Amy, no perderé el tiempo en convencerte.

Hadlleville, Fotograma de la película

Mientras tanto, el tiempo va transcurriendo, como indican los segundos y minutos marcados por el reloj y la soledad y la tensión van en aumento. Todavía no ha sonado ni un solo tiro en esta historia tan atípica, que sólo subraya los distintos comportamientos de las personas del pueblo. Una de las escenas más impresionantes -hay muchas- es la que describe Zinnemann, comentando la imagen del pueblo solitario:

"La Cámara retrocediendo en grúa hacia un plano enormemente largo donde muestra el pueblo entero, sin un alma, conteniendo la respiración, todas las ventanas y las puertas cerradas, ni un ser a la vista, ni siquiera los perros, esperando el inminente tiroteo".

Los cuatro pistoleros llegando al enfrentamiento [elseptimoarte.net]

La tensión ya no puede ser mayor. Suenan las 12 horas en el reloj. Kane se enfrenta sólo a los cuatro forajidos. Ahora suenan tiros: caen dos pistoleros y Amy, al oír los balazos, desciende del tren en el que se iba. Mata al tercer delincuente y Miller la agarra como rehén, con el que se protege para obligar a Kane, que está herido, a salir a cielo abierto. Lo hace. Amy se da la vuelta y clava las uñas en el rostro de Miller, lo que permite a Kane disparar y matarlo. Es el único momento de acción en la película y el final de la misma.

Kane, que se ha expresado soberbiamente, mediante rictus, durante toda la narración (miradas, sudor empapando su cara, dudas, miedo, dolor sangrante) hace el último gran gesto: mira de frente, lleno de melancolía, tira la insignia al suelo y se va con su esposa. Los del pueblo van saliendo de sus casas, porque ya no hay peligro. Ahora sí puede marcharse, ya que ha concluido la lucha entre el bien del mal y el deber se ha cumplido con creces.

El orgulloso, seguro, individualista y siempre desafiante John Wayne criticó la película por no aceptar que un sheriff se encontrara necesitado de la ayuda de los demás. Sin embargo, aquí tenemos una autoridad profundamente humana, que pide a su mujer que no le abandone ante los peligros que le acechan. Wayne era de otra pasta muy diferente: "Es la película más antiamericana que he visto en mi vida", cuentan que dijo. También H. Hawks tercio en la humillación que implica pedir ayuda.
Cooper ganó un Oscar por su trabajo (ya estaba enfermo, murió de cáncer unos ocho años después), otro fue para el montaje, un tercero para la mejor banda sonora original y un último a la mejor canción. Todos merecidísimos.

Solo ante el peligro es una película mítica, todo un clásico, la mayor expresión de integridad moral. Hay que verla siempre, su actualidad no pasará nunca. En la vida no faltan los peligros, que, en el fondo, hay que afrontarlos siempre solos, pero con dignidad.

(*) Como ilustración expresiva de todo esto, puede verse la película Trumbo, dirigida por Jay Roach, protagonizada por Bryan Crauston y recientemente estrenada en España, que cuenta la biografía del famoso guionista Dalton Trumbo, condenado por sus creencias políticas, con un guión severo y ajustado de John McNamara.
Julián Arroyo Pomeda


Publicado 1 minute ago por Julián Arroyo Pomeda


La quema de libros en El Quijote



"Allí donde se queman libros se acaba quemando también seres humanos" (H. Heine, Almansor)


Portada del libro de Cervantes [cvc.cervantes.es]

E

s de sobra conocido que el hidalgo Alonso Quijano, obsesionado por la lectura de los libros de caballería, de modo similar a los personajes que salían en estos, lo primero que hace es ponerse un nombre: "se vino a llamar don Quijote", al que añadió "de la Mancha", ya que ésta era su patria. Igualmente, puso nombre a su caballo. Le llamó ‘Rocinante’: "nombre, a su parecer, alto, sonoro y significativo”. Finalmente, a su enamorada Aldonza Lorenzo la designó como "Dulcinea del Toboso", por ser natural de este lugar: "nombre, a su parecer, músico y peregrino y significativo" (Capítulo I).

Después de ser armado caballero, soportó la primera paliza proporcionada por un mozo de mulas, que le dejó inmovilizado en tierra, de donde fue recogido por un buen labrador de su pueblo y conducido a casa hasta que se le curaron las heridas recibidas.

En el capítulo sexto, el cura y el barbero, buenos amigos de don Quijote, estimulados por la sobrina y el ama de la casa, llegan a la conclusión de que ha caído en la locura por causa de los libros de caballería, por lo que, mientras el herido esta en cama mullido por los golpes, entran en su aposento para escudriñar los libros personales de don Quijote y quemarlos en la hoguera. Según la sobrina, "no hay que perdonar a ninguno, porque todos han sido los dañadores" (Capítulo VI). Lo mismo piensa el ama. En cambio, el cura Pe(d)ro Pérez y el barbero, maese Nicolás, miraron los títulos y salvaron aproximadamente una veintena de los más de cien volúmenes que había, los demás los quemaron.

Los intelectuales de la época

M

e refiero a los finales del siglo renacentista (siglo XVI) y a los principios del barroco (siglo XVII), cuando se escribió y publicó Don Quijote. El cura del lugar era un Licenciado en teología: "hombre docto, graduado en (S)Cigüenza". Especialmente, el clero tenía el encargo de velar por las esencias doctrinales de la moral y vigilar la ortodoxia religiosa. Entonces se encontraban vigentes las pragmáticas de Felipe II sobre los libros, que exigían un riguroso control de su contenido doctrinal. La Inquisición, mediante el Tribunal del Santo Oficio, no permitía la herejía y establecía obligatoriamente el catolicismo, encargando a los tribunales civiles torturar a los acusados hasta conseguir que confesaran y, posteriormente, eran ejecutados. ¿A quién se le ocurriría en aquella situación política y social hablar de la libertad de expresión? Cervantes sí se atrevió a ello, como enseguida veremos.

Los libros son los culpables de la locura de don Quijote [cvc.cervantes.es]

El de barbero fue un oficio de cierta importancia. No sólo afeitaba y arreglaba cabellos y barbas, sino que también aplicaba ventosas, sangraba, sajaba y sacaba muelas, entre otras actividades. En los pueblos eran considerados como los profesionales de la salud, ya que la medicina se ubicaba en los centros urbanos, universidades, hospitales e instituciones monásticas. La población campesina se curaba con remedios tradicionales caseros: hierbas, curanderos, peticiones a los santos, etc. Las barberías eran centros de comunicación social, allí las personas discutían, hablaban, contaban sus preocupaciones, informaban de las noticias que llegaban y se expresaban públicamente. En cuanto a maese Nicolás, puede decirse que era un hombre culto.

Ambos -cura y barbero- representan el universo de la racionalidad y la lógica frente a la locura de don Quijote, aunque muchas veces se queden muy sorprendidos y admirados del buen juicio de nuestro caballero. Una cosa no quita la otra.

Cervantes y la censura

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ije antes que Cervantes sí criticó la censura inquisitorial de la época y la prohibición de expresarse libremente. Para ser capaz de hacerlo había que ser ingeniosísimo y totalmente sutil, a fin de burlar así a los encargados de mantener la ortodoxia, sin que se dieran cuenta de ello. Pues bien, para esto se sirvió de los libros de caballería, lanzados a la hoguera del corral. Eran inocentes en su contenido doctrinal, no atacaban dogmas religiosos ni teologías, ¿por qué quemarlos, pues? El acontecimiento pasó desapercibido y no originó ni una sola controversia. El propio don Quijote se conformó con la explicación de la sobrina y no tuvo ninguna duda, cuando notó que en la casa no había aposento, ni libros, de que la acción fue ejecutada por su gran enemigo Frestón y no por el diablo:

"-- No era diablo -replicó la sobrina-, sino un encantador que vino sobre una nube una noche, después del día que vuestra merced de aquí se partió, y, apeándose de una sierpe en que venía caballero, entró en el aposento, y no sé lo que hizo dentro, que a cabo de poca pieza salió volando por el tejado y dejó la casa llena de humo; y cuando acordamos a mirar lo que dejaba hecho, no vimos libro ni aposento alguno: sólo se nos acuerda muy bien a mí y al ama que al tiempo del partirse aquel mal viejo dijo en altas voces que por enemistad secreta que tenía al dueño de aquellos libros y aposento dejaba hecho el daño en aquella casa que después se vería. Dijo también que se llamaba ‘el sabio Muñatón’" (Capítulo VII).

Escudriñando los libros y tirándolos al corral [teletica.com]
El capítulo sexto cuenta con todo detalle cómo se produce la quema de los libros. El procedimiento no puede ser más superficial y Cervantes lo convierte en una farsa de la Inquisición, empleando siempre una gran ironía. De momento leen los títulos y luego los tiran al corral, donde hacen una hoguera para que no moleste el humo. El primero que consideran tiene por título Los cuatro de Amadís de Gaula. El cura sabe que fue el primero de caballería publicado en España y el origen de todos los que vinieron después. Creó así una mala secta, argumenta, por lo que hay que quemar "sin excusa". A lo que el barbero replica que es el mejor de todos los de su rango y "único en su arte", por lo que merecería salvarse. Entonces el cura asiente.

El segundo es Las sergas de Explandrián, hijo de Amadís. El cura sale socarrón y dice "que no le vale al hijo la bondad del padre", por lo que le condena a la hoguera. El siguiente es Amadís de Grecia, del mismo linaje que Amadís, así que al corral. Luego viene Don Olivante de Laura y Jardín de flores, los dos mentirosos, disparatados y arrogantes; por tanto, al corral también. Florismarte de Hircania y El caballero Platir, también al fuego. Viene después El caballero de la Cruz, de nombre santo, según el cura, para poder perdonar, pero no, porque "tras la cruz está el diablo", prosigue el taimado eclesiástico.

Ante Espejo de caballería, de Reinaldos de Montalbán, el cura piensen condenarlo, pero se da cuenta de que el autor es amigo y le conoce, así que lo salva. Aquí entra el tema del amiguismo tan español en nuestra historia como un argumento de peso. Palmería de Ingalaterra debe salvarse, porque le compuso un rey de Portugal. También Don Belianis. Los demás a la hoguera, le dice al ama, quien, al tomar muchos de una vez para lanzarlos al corral, se le cayó Historia del famoso caballero Tirante el Blanco, ante el cual el cura se admira y ve un tesoro, "el mejor libro del mundo", porque los caballeros comen, duermen en sus camas y mueren después de hacer testamento.

Sobrina y ama quemando libros [prodavinci.com]

Salvan, igualmente, los libros de poesía, porque son de entretenimiento y no hacen daño, aunque la sobrina teme que su tío pueda hacerse pastor y cantor, y tañer en los prados, lo que el cura reconoce que podría ser una ocasión para ello. Otros como El pastor de Iberia, Ninfas de Henares y Desengaños de celos se entregan "al brazo seglar del ama, y no me pregunten por qué, que sería nunca acabar". Otro gran argumento, como se ve. En cuanto al abrazo seglar, alude a la justicia civil que ejecutaba las decisiones de la Inquisición. Se trata de otro rasgo irónico de Cervantes.Tesoro de varias poesías se salva, si se le limpia y escarda. El Cancionero, de López Maldonado, hay que guardarlo; su autor es también amigo del cura, que ya se está impacientando: "démonos prisa que se va haciendo tarde". No deja de tener gracia a raudales que el propio autor salve La Galatea con este argumento del cura: "Muchos años ha que es grande amigo mío ese Cervantes, y sé que es más versado en desdichas que en versos". Aún queda tiempo para guardar La Araucana, el Monserrato y Las lágrimas de Angélica.

"Cansose el cura de ver más libros, y así, a carga cerrada [es decir, sin verlos ya y de una sola vez] quiso que todos los demás se quemasen". Véase la tremenda ironía de Cervantes ante el profundo análisis doctrinal efectuado por el cura como representante de la Inquisición. Cervantes concluye así la quema en el capítulo XVII:

"Aquella noche quemó y abrasó el ama cuántos libros había en el corral y en toda la casa, y tales debieron de arder que merecen guardarse en perpetuos archivos; mas no lo permitió su suerte y la pereza del escrutiñador, y así se cumplió el refrán en ellos de que pagan a las veces justos por pecadores"

Para terminar, quiero hacerlo contrastando la odiosa y frivolona valoración inquisitorial descrita con la concepción optimista y romántica del Quijote en su conversación con el canónico del capítulo L (segunda parte). Le dice así:

"Y vuestra merced créame y, como otra vez le he dicho, lea estos libros, y verá cómo destierran la melancolía que tuviese y le mejoran la condición, si acaso la tiene mala".

Julián Arroyo Pomeda



Publicado just now por Julián Arroyo Pomeda

Enterrar para siempre la miseria


C
on ocasión de la presentación del libro de Javier Herrera, Luis Buñuel en su archivo, publicado por Fondo de Cultura Económica, en la Filmoteca Nacional, he podido ver de nuevo la película Los olvidados del mejor director de cine español, que ofreció la institución a los asistentes para que disfrutaran de un momento mágico, el pasado jueves, día 19 de mayo.


De la película se ha escrito tanto que puede resultar temerario hacer un mínimo comentario más, pero la publicación de un nuevo libro bien lo merece. Como siempre ocurre con los clásicos, este filme es también intemporal. Estrenado en 1950 en México ha envejecido tan bien que todavía resulta de actualidad: la miseria, la pobreza y la desigualdad social no han sido erradicados, sino que, incluso, se acrecientan en la primera década del siglo XXI.

Ficha técnica breve: México. 1950. B/N. Duración: 80’. Género: Drama social. Dirección: Luis Buñuel. Guión: Luis Buñuel y Luis Alcoriza. Música: Rodolfo Halffter sobre temas de Gustavo Pittaluga. Producción: Óscar Dacingers. Reparto: Roberto Cobo (El Jaibo), Alfonso Mejía (Pedro), Stella Inda (madre de Pedro), Miguel Inglán (El ciego), Mario Ramírez (Ojitos), Alma Delia (Merche), Efraín Arauz (Cacarizo)

Ya se sabe que no gustó en México y apenas se exhibió durante una semana. Sólo volvió de nuevo cuando fue premiada en Cannes, con el reconocimiento a Buñuel de mejor director. El retrato que hace de México es brutal, sí, pero su autor no inventó nada, porque esa realidad existía en los barrios que visitó durante varios meses y en los archivos del Tribunal de Menores, en los que se documentó. Además, no se trata de un problema local, sino universal: el desarrollismo y la opulencia originan cada vez más "olvidados" en cualquier sitio. Vale la pena citar la voz en off del inicio de la película con las imágenes de Londres, Nueva York y París, a base de fundidos encadenados:

“Las grandes ciudades modernas, Nueva York, París, Londres, esconden tras sus magníficos edificios hogares de miseria que albergan niños malnutridos, sin higiene, sin escuela, semillero de futuros delincuentes. La sociedad trata de corregir este mal pero el éxito de sus esfuerzos es muy limitado. Sólo en un futuro próximo podrán ser reivindicados los derechos del niño y del adolescente para que sean útiles a la sociedad. México, la gran ciudad moderna, no es la excepción a esta regla universal, por eso esta película, basada en hechos de la vida real, no es optimista y deja la solución del problema a las fuerzas progresistas de la sociedad”.
[Cartel del estreno]

La desgarrada historia empieza con El Jaibo (Roberto Cobo), escapado de un correccional que viene dispuesto a vengarse de Julián (Javier Amezcua) por pensar que fue el que le denunció. Se hace jefe de un grupo de chicos adolescentes que sobreviven en la calle a base de hurtos, delincuencia e ir huyendo de la policía. No respetan nada y se ceban con ciegos y tullidos. Logra asesinarle en presencia de Pedro (Alfonso Mejía), quien le delata ante los chicos, cuando le acusan de haber robado un cuchillo con empuñadura de plata en la herrería en que trabajaba. Fiel a su lema ("a mí el que me la hacen nada para"), acabará con Pedro a palos, siendo él mismo tiroteado por la policía, a la que ha acudido el ciego Don Carmelo (Miguel Inclán), que acogió a "Ojitos", mientras esperaba a su padre.

No se queda en un cine social, ni siquiera neorrealista, sino que plantea crudamente la descripción de la miseria y sus causas. El director de la granja-escuela, ante la pregunta de uno de sus subalternos por su sonrisa, le contesta: "Pensaba que, si en lugar de a éstos, pudiéramos encerrar para siempre la miseria". Pero no puede, porque no lo permite la situación social y los personajes carecen de la mínima afectividad humana en un entorno de pobreza total, que les impide siquiera saciar un mínimo de hambre. No es nada sorprendente que se unan a cualquier líder, especialmente si, como Jaibo, es "requetemacho y no le tiene miedo a nadie". Jaibo es muy consciente de la situación y por eso se ofrece a la cuadrilla: "cómo se conoce que andaba yo encajonado. Pero ahora van a ver. He aprendido mucho allá, y si hacen lo que yo les digo a ninguno les faltará su centavo".

No hay salida

S
e muestra la profundísima realidad sin moralina alguna, sin el más mínimo sentimentalismo: los niños son como los perros, que viven en la calle de lo que pillan con la amenaza de ser matados a palos, ya que son escoria despreciable y sarnosa. Al espectador sólo le queda aguantar la contemplación de las imágenes con el corazón encogido, o abandonar la sala de proyección. No hay consuelo ninguno, sólo la verdad desnuda: "Tengo simpatía por los que se esfuerzan en buscar la verdad; disiento de los que hablan como si la hubieran encontrado" (Buñuel, en Mi último suspiro).

Jaibo mata a Julián en presencia de Pedro [pelispototo.com]

La pandilla arropa y cubre las fechorías y maldades. Están unidos por intimidación, sin otro lazo de cohesión. Salvo alguna excepción, que tampoco actúa en consecuencia, nadie sospecha ni cuestiona nada. Bastante tienen con aprender a sobrevivir. Todos se encuentran atemorizados por otras víctimas. Todo es fruto del azar. Así, Pedro le dice su madre que quiere portarse bien, "pero no sé cómo". Ante lo que ella le entrega a la institución correspondiente, porque no sabe lo que hacer con él: "¡Castíguenlo hasta que escarmiente!". Y Merche, la amiga de Pedro, le dice a su abuelo que ha visto cómo le ha matado Jaibo, que sabe que fue él. Pero el abuelo lo tiene claro: "Pues te callas, porque nos pueden echar la culpa a nosotros". Y la madre de Pedro se cruza con los dos en otra escena escalofriante, mientras se llevan a su hijo en la burra para tirarle al vertedero. A su vez, Don Carmelo obliga a "Ojitos" a que le digan quién mató a Pedro y denuncia a Jaibo a la policía. Cuando le tirotean exclama orgulloso y satisfecho: "Ojalá los mataran a todos antes de nacer". También "Ojitos" ha sido abandonado por su padre para no tener que darle de comer.

La Iglesia permanece ciega ante la realidad de la delincuencia juvenil. En la magnífica escena del sueño de Pedro -un prodigio de factura- se comunica con la madre, que le ha negado un plato de comida y ahora le ofrece un gran trozo de carne, mientras en la pared puede visualizarse una gran cruz. A la sutileza acostumbrada de Buñuel no le hace falta más para sugerir que la Iglesia está aliada con el Gobierno del Estado, todavía más ciego que Don Carmelo y que encubre la realidad mediante frases como ésta: "Uno menos, así irán cayendo todos". Es decir, acabarán los problemas, cuando caigan todos, lo que ocurrirá poco a poco.

La educación tampoco es la solución. El director de la granja-escuela fracasa rotundamente. No sólo pierde 50 pesos que le ha dado a Pedro para que le compre cigarrillos, sino que éste muere a manos de Jaibo. La película tiene un final alternativo, que nunca se usó y que salvaba la situación. El Progreso, al que acude la película en la voz en off del principio, también es un fracaso. La Modernidad, con la escuela y las instituciones, tampoco soluciona el problema.

Por lo demás, la película es muy buñuelesca. Destaca la presencia de lo metafórico permanentemente: la sociedad con todos sus miembros influyentes está ciega. Abundan los animales como en todas las películas del aragonés. Se ha dicho que constituyen sus obsesiones eternas, bueno, ¿qué más da? Lo cierto es que hay gallinas blancas y negras. Unas veces Pedro las cuida y otras las apalea, descargando su tremenda rabia en los pobres animales. Hay también palomas. Con una de ellas Don Carmelo trata de curar a una enferma, frotándola sobre su espalda. Hay pájaros, especialmente en la escena del sueño de Pedro. Hay muchos perros callejeros, famélicos y sarnosos. El gallinero es el lugar donde apalea Jaibo a Pedro. Hay una burra, que conduce el cadáver de Pedro al estercolero.

Merche con el ciego [ditritocine.com]

Con no menor fuerza está presente la sexualidad. Pedro desea el cariño de su madre, que no consigue, pero Jaibo se la come con miradas perversas y logra poseerla. Merche se frota los muslos con leche de cabra, por consejo del ciego, y es muy atractiva. El ciego la toca, acosándola, pero logra zafarse porque, de lo contrario, habría sido violada. Hay pedofilia: a Pedro le ofrece dinero un homosexual, que sólo escapa ante la llegada de un policía. La escena se ofrece desde un escaparate. Las mujeres lavando sus pies dan una imagen muy sensual. Todo muy típico de Buñuel, que le hace inconfundible. Algunos personajes nos cautivan, otros producen un absoluto rechazo, pero no son completamente buenos o malos. Sólo son seres humanos. A Buñuel le gustaba provocar para impulsar, igualmente, nuestra reflexión.

El sueño de Pedro [gencineexin.com]

Desde el punto de vista cinematográfico hay una narración rigurosa que muestra las situaciones de pobreza de manera visual, con travelling para los espacios y profundidad de campo, que nos mete en las casas-chabolas de una realidad social muy presente. Dramatiza las escenas con creciente intensidad hasta helar al espectador en el último momento en que la madre de Pedro se cruza con los que le trasportan muerto. Quizás la escena más impresionante es la onírica de Pedro, mientras duerme en un jergón. Hay aquí una atmósfera profunda de misterio  (“Soy enemigo de la ciencia y amigo del misterio”, escribe en Mi último suspiro) con claro-oscuros y mezcla de realidad y sueños. Verdaderamente brilla por su lucimiento la cámara de Gabriel Figueroa. Estéticamente tiene niveles de sublimidad. En definitiva, estamos ante una obra maestra.

Julián Arroyo Pomeda


viernes, 15 de abril de 2016

Lora-Tamayo, un modelo de empresario científico


E
milio Lora-Tamayo y D’Ocon es actualmente el presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CESIC) desde 2012. También lo presidió en 2003-2004. Igualmente lo presidió entre 1967 y 1971 su padre, Manuel, que fue ministro de Educación de Franco desde 1962 a 1968. El profesor Lora-Tamayo es físico y Catedrático de Electrónica de la Universidad Autónoma de Barcelona. Ahora se encuentra en la edad de jubilación, con lo que su retiro liberaría de algunos lastres a las instituciones. Pero seguro que no dejará sus actividades todavía, a no ser que le cese en su cargo un próximo gobierno. Por si son pocos sus méritos, trabajó, además, en el Comité Científico Asesor en el desastre del, Prestige, cuando sólo salían apenas unos hilillos, según M. Rajoy. La incompetencia sigue siendo recompensada en España, como no podía ser menos.

No somos todos iguales por naturaleza, ni partimos todos de cero, sino que la situación social y familiar de cada uno marca lo que seremos en el futuro. Lora-Tamayo ha tenido una situación privilegiada, sin duda. Dicen, en cambio, que lo está pasando mal en el CSIC, porque se encuentra en quiebra técnica prácticamente. No se trata de una empresa más que se encamina a la ruina, porque estamos ante la mayor institución pública de investigación española. El golpe para la ciencia podría ser mortal.
E. Lora-Tamayo, presidente del CSIC [eldiario.es]
Lora-Tamayo parece no dar más importancia a los recortes presupuestarios del Gobierno de Rajoy y la congelación de fondos para investigación, al menos de cara al exterior, pero muchos investigadores de calidad y prestigio reconocidos no han podido sobrevivir. Dice que sólo le redujeron 20 millones en 2012, porque el déficit de más de 100 millones acumulados venía de antes. Vamos que se trata aquí también de la herencia recibida. Algunos aprenden pronto a manipular los datos para echar las culpas a los demás. Esto ya lo conocemos bien, porque ha sido la estrategia común de la Legislatura que ha finalizado. Para qué responsabilizarnos de lo que sucede, cuando basta con echar las culpas a otros, que ya no llevan la gestión pública. Por eso fue necesario que el Ministerio abriera créditos extraordinarios de 95 millones para no tener que cerrar. Se pensó que esto podría sanear la situación, pero no fue así.

Un poco de historia

Sede central del CSIC ¨[ciberjob.org]
El Consejo sigue sin funcionar, a pesar del nombramiento de buenos gestores. Se creó en el siglo pasado con una orientación determinada y está todavía anclado en ella, porque nadie ha sido capaz de proceder a su reconstrucción. Lora-Tamayo declara que el Consejo no está politizado, ni ha pertenecido nunca a ningún gobierno. Se creó hace 75 años por el régimen franquista como respuesta a la Junta para Ampliación de Estudios de la Institución Libre de Enseñanza (ILE). Ésta fue arrasada en 1939 con la derrota de la República por los gloriosos vencedores sublevados. Esto no constituye ninguna acción sectaria para Lora-Tamayo. Así lo proclama y se queda tan ancho. Pues bien, el 24 noviembre 1939 Franco dispuso en la ley de creación del CSIC que
"todos los Centros dependientes de la disuelta Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, de la Fundación de Investigaciones Científicas y Ensayos de Reforma y los creados por el Instituto de España, pasaran a depender del Consejo Superior de Investigaciones Científicas".Dice más: se crea para "la restauración de la clásica y cristiana unidad de las ciencias, destruidas en el siglo XVIII". El Glorioso Movimiento conjugará la "tradición universal y católica con las exigencias de la modernidad".
Nada de politización, pues. De su fundación se encargó el ministro de Educación José Ibáñez Martín, que fue su primer presidente y habló así en su discurso inaugural:

"Queremos una ciencia católica. Liquidamos, por tanto, en esta hora, todas las herejías científicas que socavaron y agotaron los cauces de nuestra genialidad nacional y nos sumieron en la atonía y en la decadencia [...]. Nuestra ciencia actual, en conexión con la que en los siglos pasados nos definió como nación y como imperio, quiere ser ante todo católica" (Elías, C., 2000, "Los científicos piden que el CSIC no tenga carácter político", en El Mundo, 15/10/2000).
Las palabras no tienen desperdicio, especialmente la actualidad del contraste entre una ciencia católica y las herejías científicas. Automáticamente quedaron depurados todos los científicos republicanos y los Catedráticos de las universidades y dice que esto no es politización, ¿qué es entonces? Ibáñez Martín encargó la Secretaría General del CSIC a José María Alvareda Herrera, sacerdote y miembro del Opus Dei. Fue su vicepresidente el religioso José López Ortiz. El Opus lo tuvo en bandeja para introducir a muchos de sus miembros en los medios académicos.

Manifestación de investigadores en Madrid [elpais.com]
¿Y ahora qué ocurre? De momento, hemos tenido que pasar por la vergüenza más ignominiosa de ver a nuestros científicos manifestarse con pancartas en Madrid, pidiendo contratos para poder sobrevivir investigando. Varios cientos de ellos han tenido que salir del país en busca de trabajo. Ante semejante fuga de cerebros, Lora-Tamayo se despacha con que se trata de una "leyenda urbana exagerada" y concreta que se han perdido apenas una veintena, a la que han ofrecido en el extranjero mejores ofertas, pero que 20 no son ni una fuga: "Mi gente estable no se me va". Lo que siente es no poder incorporar a más científicos potenciales.

Científicos españoles exiliados[aacter.eu]
A desmentir al Presidente del CSIC han salido 130 científicos exiliados, diciéndole que también ellos son una leyenda urbana. Responden así a la desfachatez de Lora-Tamayo. ¿Cómo se atreve a cifrar en una veintena a los que se han ido, cuando desde 2012 a 2015 se han perdido 4000 trabajadores, según un estudio de comisiones obreras, frente a 10.000 con los que cuenta el organismo? El porcentaje es tan alto como el despilfarro de recursos que se ha gastado España en su formación, pero que se aprovechan gratis otros países. Necesitamos ciencia a torrentes, clamaba Ortega en su tiempo, pero es el caso de que cada día que pasa tendremos menos y sus presuntuosos e indecentes responsables políticos no tienen perdón.

El último episodio de esta historia nefasta ha sido la reacción a la sentencia favorable que acaban de obtener de los tribunales 677 trabajadores que han ganado una plaza fija, junto con otros 112 pendientes de resolución, convirtiendo sus contratos temporales en indefinidos. ¿Qué hace Lora-Tamayo entonces? Penaliza a los centros que tengan mayor número de contratados y recorta el sueldo a sus jefes. ¿Por qué no se lo recorta él por no haber hecho un plan de empleo adecuado? Toda una triquiñuela del empresario científico y gestor, que no quiere hacer fijos a sus trabajadores. Cuando le preguntan por ello en una entrevista dice que el problema es que hay "una carencia de posiciones estables para incorporar a una cantidad de investigadores potenciales". Menudo subterfugio. En uno de los primeros Centros en que yo trabajé, cuando exigíamos aumento de sueldo nos decían que allí sólo se subiría a quienes tuvieran la dignidad de no exigirlo nunca. Bueno va. Mientras tanto, en España la ciencia continúa languideciendo y la política científica va acampando por sus fueros a trompicones.

Julián Arroyo Pomeda


viernes, 25 de marzo de 2016

Miedo y equilibrio: los atentados de Bruselas


"Cuando te sientas como obligado por las cosas que suceden alrededor, retorna rápidamente a ti mismo y no te apartes del ritmo más de lo que sea necesario. Porque serás más dueño de la armonía cuanto más a menudo retornes a ella" (Marco Aurelio).
Bruselas [libertadbajopalabra.com]

S
obre los recientes atentados de Bruselas hay manifestaciones para todos los gustos. Desde las agresivas con deseos de venganza hasta las extravagantes. También las hay razonables y llenas de tristeza y sensibilidad. Incluso están las que se lanzan provocadoramente a la opinión pública y revuelven a los burgueses.

Dice uno que el mal existe desde Adán y Eva y penetra la naturaleza de todo ser humano. Por eso hay que ponerle límites mediante un Leviatán absoluto que pueda controlarlo. No podemos ser inconsecuentes ante la posibilidad de la propia destrucción. Esto parece propio de un troglodita cavernario. Los humanos tenemos historia, cultura, civilización y educación para el progreso, en lugar de afilar y ampliar más el aguijón para atacar preventivamente.

Otros editorializan con un ataque a Europa, que es libertad, valores y tolerancia. Habría que decir con mayor precisión que esto es lo que debería ser Europa y presentarlo como modelo a seguir, sin que en ningún caso se tenga derecho a obligar a otros a entrar por estos carriles. Sin embargo, la práctica diaria no evidencia que las cosas sean así. En todo caso, nadie puede ejercer la violencia contra los demás.

La OTAN dice por medio de su secretario general que han atacado "nuestros valores y nuestra sociedad abierta". Esto parece una muestra de sarcasmo manifiesto. Ahora resulta que una institución armada hasta los dientes y concebida para atacar a los enemigos es abierta y reclama valores. Qué pena tener que defender los valores con misiles, bombas y aviones teledirigidos desde el aire y a distancia, que, si yerran el objetivo, sólo producen daños colaterales, los cuales, en todo caso, se arreglan con pedir disculpas.

El Papa Francisco condena "la violencia ciega que causa tanto sufrimiento e implora a Dios el don de la paz". Es cierto que la violencia produce sufrimiento. Esta puede ser ciega, pero todavía son peores otras que muy conscientemente causan sufrimientos aún mayores, aunque aquí no quepa cuantificar, y que son planificadas detalladamente por gobernantes expertos, que se precian de haber sido elegidos por los procedimientos democráticos acostumbrados. Ni siquiera le cabe ser ciega. La segunda parte de la frase reclama la paz frente a la violencia. "Algunas utopías merecen la pena ser soñadas", según La Rochefoucauld, y la de la paz es una de ellas.

Foros yihadistas piden incendiar las ciudades de los europeos, que son "perros rabiosos". De este modo se adueñarán de sus ciudades, mediante el fuego sagrado del profeta. La metáfora del fuego sagrado es escalofriante y produce estupor, porque ésta es una forma de banalizar el mal.
Y ¿ahora qué? ¿Sólo queda esperar el nuevo golpe proporcionado por el escenario de guerra en el que nos encontramos inmersos? Los hechos están ahí y los medios y los recursos también los tenemos. Europa ha abierto fronteras, ¿no habrá llegado la hora de cerrarlas? Alguno concreta mucho más: ni musulmanes, ni extranjeros, ni refugiados sirios podrán cruzar nuestras fronteras. Hay que estar muy alerta para detener esta locura salvaje.

[diariomasonico.com]
Otros piden respuestas políticas e integrales frente al terrorismo por considerar que sólo las respuestas policiales no son suficientes, hay que acometer el análisis de las causas de todo conflicto. La seguridad no puede alcanzarse a costa de los derechos humanos. No estaría mal controlar el comercio de armamento, que la mayoría de los países que condenan el terrorismo practican y se aprovechan de él, incluida España. Y hasta venden en el mercado negro. En cambio, ¿quién garantiza el derecho de los refugiados? Parece que sólo lo hace la represión más violenta.

Hacerse preguntas

La primera es la necesidad de mantener alta la moral del ejército combatiente del Estado Islámico. Cuanto más duro sea el golpe recibido con más intensidad habrá que responder. No podrán hacerlo inmediatamente, pero buscarán el momento oportuno. La alerta máxima corresponderá a los dos bandos paralelamente. Esta es una dialéctica infernal de guerra abierta. ¿Volverán? Seguro. ¿Cuándo? En cuanto puedan. Si retroceden unos pasos, es para prepararse mejor al nuevo ataque. Esta situación es costosísima, aunque quizás más para unos que para otros. Para Europa y cada uno de sus países, así como para la coalición internacional, mantener la alerta máxima de seguridad es muy caro. Al Estado Islámico le cuesta poco preparar los recursos de destrucción. Metralla, algún artificiero experto en hacer las bombas y los cinturones explosivos, y poco más.

¿Qué supone una lucha asimétrica como la del Estado Islámico? Todo un orgullo que puede llevar al heroísmo militar. La historia contará que un Estado sin aparato aéreo para el bombardeo, ni Marina pudo traer en jaque al mayor componente tecnológico militar de Estados Unidos y la Unión Europea. Su lucha se hace sobre el terreno, reclutando y reservando ocultos y dormidos a sus militantes, mientras preparan pacientemente su próximo objetivo.

                   bandera yihadista [losojosdejulia.es]
Una de las más importantes bazas de los yihadistas islámicos es el mesianismo. El Islam tiene que triunfar y conquistar la nueva Roma, que parece ser Estambul. Los enemigos son otra vez los cruzados cristianos, que llevan victoriosos muchos años. Ahora tiene que llegar el enviado de Alá (Dios), mesías o nuevo profeta que liberará a los creyentes de sus enemigos y unificará a todos los pueblos. Mientras tanto, los que mueran en combate serán recibidos en el paraíso por las huríes. Su lucha es de liberación permanente y a cuántos caigan le sucederán nuevos soldados protegidos por la bandera negra del Daesh

¿Cómo vive hoy la comunidad musulmana en Europa y Estados Unidos, principalmente? En el extrarradio de las grandes ciudades, generalmente, careciendo de identidad y pertenencia. Están aislados y carecen de integración social, económica, política y cultural, bajo la hegemonía de otras religiones e ideologías y en un mundo secular y laico, que no respeta sus propias tradiciones, sin sentido de la vida. ¿Qué futuro les espera en estas condiciones? Tan negro como su bandera.
¿Son capaces de crear el caos internacional en un corto espacio de tiempo y de improviso? Lo han demostrado ya suficientemente. A cada atentado sigue el cierre de aeropuertos, la cancelación de vuelos, la supresión temporal del trabajo para quienes tienen que trasladarse, el miedo y el nerviosismo extremo, la dificultad de convivencia, el lanzamiento de sentimientos de odio y xenofobia, el cierre de fronteras y la continua frustración entre los ciudadanos "¿No sabes que la fuente de todas las miserias del hombre no es la muerte, sino el miedo de la muerte?", decía con razón Epicteto.
Tintín llora [es.blastingnews.com]
De momento, los Servicios de Inteligencia de los distintos países no han podido neutralizar el terrorismo yihadista hasta el momento, a pesar de los datos y macrodatos de que disponen. Además, cuando descubren un complot acostumbran a derribar un blanco determinado y hasta una población, pero lo que no piensan es en construir. Así pasó con Irak y las consecuencias se encuentran a la vista, porque destruir es lo contrario de construir, igual que ganar unas elecciones no es gobernar, como ocurre entre nosotros en estos momentos. Los medios son sólo medios y no fines. El terrorismo es un medio del Estado Islámico para conseguir sus propios fines. Una vez alcanzados los fines, ¿acaso ya no sería necesario y mientras no se alcancen, sí? La respuesta no es fácil, ni nada segura. En todo caso, hay que mantener el equilibrio, trabajando en la superación de los miedos que nos inundan por doquier. Desde luego, la barbarie no puede triunfar.

Julián Arroyo Pomeda