sábado, 14 de junio de 2014

Episodios nacionales


El pasado 4 junio del año en curso, por la tarde, como mandan los cánones, se celebró en la plaza de Las Ventas de Madrid la última corrida de la Beneficencia, presidida por el rey Juan Carlos I. 

Además de sangre roja, hubo también sangre azul de despedida.

De los toros se encargaron tres conocidos maestros: El Juli, Talavante y Fandiño. De abarrotar la plaza, los espectadores y aficionados tradicionales, entre los que se encontraban altas autoridades, como el propio rey, Ignacio González, presidente de la Autonomía madrileña, Esperanza Aguirre, su mentora, la alcaldesa de Madrid Ana Botella, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Ignacio Wert, y la delegada del gobierno de Madrid, Cristina Cifuentes. Además, Jesús Posada, Suárez Illana, Samuel Flores, Cospedal, Carmen Martínez-Bordiú, Carmen Lomana, el marqués de Cubas y otras muchas personalidades.

La Fiesta Nacional se llenó hasta la bandera. La Asociación Internacional de Tauromaquia quiso rendir un homenaje al rey, agradeciendo su apoyo de siempre y deseándole larga vida para poder disfrutar de la más hermosa y genuina de las artes, patrimonio cultural de España. El brindis de El Juli fue de lo más expresivo: "Por ayer, por hoy y por siempre. Por apoyar nuestra fiesta y por dignificarnos con su presencia". Ahí es nada. Tampoco es moco de pavo la vestimenta que adornaba a los maestros. De tabaco y oro se cubría El Juli. De vainilla y oro, Fandiño. De grana y oro, Talavante. Todo un espectáculo, no puede negarse.

En contraste con tanto esplendor, la beneficencia tiene por finalidad propia proporcionar sustento y desarrollo a los necesitados, que carecen de los recursos económicos más elementales, los pobres e indigentes. Hoy, en el país de la vergüenza que se ha convertido España, con cargo a los actuales gobernantes, debemos andar por los 6 millones de españoles en paro. No estamos ya en la época medieval, pero en el siglo XXI siguen pasando hambre varios millones, no sólo de niños, aunque la situación más sangrante se cebe especialmente en ellos. La pregunta que tenemos que hacernos es por la raíz de todo esto. Pues bien, se trata de que la decisión haya sido pagar los intereses de nuestra deuda, prioritariamente. Por tanto, esto es lo que prevalece por encima de todo y caiga quien caiga. ¿Es esto aceptable?

Con el tema del rey Juan Carlos I sucede algo parecido. Que hay que agradecer los servicios que haya podido prestar al país, creo que no se discute. Quien fue impuesto por la dictadura supo ganarse su legitimidad democrática. El problema es que tal legitimidad pueda transmitirse sólo por herencia, porque la herencia quedó rota con la renuncia de Juan de Borbón, que no aceptó la dictadura de Franco, precisamente. Hubo que hacer malabarismos y aquí las habilidades de Juan Carlos I jugaron su papel, pero todo esto no quedó enterrado en el olvido. La prueba es el cuestionamiento de la institución monárquica en la actualidad. 

Si la soberanía reside en el pueblo, sólo este puede confirmar la legitimación democrática del futuro monarca. No hay otra. Por eso el próximo rey debería impulsar la consulta, sometiéndose a la voluntad del pueblo. Es lo más razonable que podría hacer, él sabrá. De lo contrario, cada vez más sombras cubrirán su reinado.

Los españoles quieren que España sea una monarquía, dice el actual presidente del gobierno. Sin 
una consulta no es posible saberlo, porque no es nada extraño que entre el Parlamento y el pueblo se esté produciendo el más profundo divorcio, como las últimas elecciones europeas han mostrado. Hay incluso más, que el jefe del partido de la oposición manifieste la preferencia republicana de los socialistas, así como que hay que abrir un tiempo nuevo.


Es gravísimo que la representación del pueblo de Cataluña, junto con el pueblo vasco, se hayan abstenido en la votación de la abdicación del rey, porque el único sentido de semejante decisión es que el nacionalismo no está por la monarquía para convivir y piden un nuevo pacto, junto con la regeneración democrática. Lo que se aprobó hace un cuarto de siglo no puede gozar de calidad. En este periodo de años las cosas han cambiado mucho y hay que saber escuchar estos cambios. La herencia del franquismo sí que fue un fraude absoluto. Hasta Coalición Canaria se ha abstenido. La quiebra está bien consumada.

La monarquía española contiene una peculiaridad singular, la de haber sido establecida por un régimen que fue el resultado de un golpe de estado contra el gobierno legítimo de entonces, la República. Así hemos ido aguantando más de tres décadas. Hasta que no se rompa con este baldón, la proclamación del próximo rey no puede cargar con esta legitimidad de hecho, espuria y no democrática. La transición española dejó demasiadas cosas inconclusas y lo que una vez se impuso por las circunstancias que fueran no puede permanecer ya para siempre. Se impone la ruptura definitiva.

Ni la abdicación del rey, aprobada por el Parlamento el 11 junio actual, ni la próxima proclamación del futuro rey pueden seguir con este ingente manchón. Por la propia dignidad de la monarquía y la del país hay que resolver con urgencia la singularidad de la monarquía española. Todos ganaríamos con ello.

Julián Arroyo Pomeda

Ilustraciones: bekia.es, bekia.es, semana.es, transición.org, milenio.com






Qué bromistas

Es sabido que introducir una broma oportuna ante cualquier tema es todo un arte y puede resolver, momentáneamente, una situación enojosa. Cuentan que en una visita realizada por un reciente ministro de educación a la UNED saludó a profesores de filosofía, que le pidieron que hiciera algo por esta materia. Y, ante su total sorpresa, les contestó que no podía hacer nada, ya que a él le tenían en el ministerio únicamente para firmar. Parece que hasta se lo creyeron los muy ingenuos.

Lo anterior viene a cuento de la información que ha llegado sobre una entrevista, celebrada en el mes de abril pasado, que representantes de filosofía de Madrid mantuvieron con la Consejería de Educación de la Comunidad, interesándose por los proyectos que tenían para las materias filosóficas. Tanto Alicia Delibes (vice-consejera), como María José García-Padrón (directora general de educación secundaria) les asombraron, manteniendo algunas tesis increíbles.

La afirmación más general es su desacuerdo total con la LOMCE, tanto en sus aspectos generales como particulares. Eran partidarias de que la filosofía estuviera en segundo de bachillerato y la ética en cuarto de ESO. No saben quién ha hecho la ley,  ni tampoco los curricula profesionales publicados. Ni siquiera creen que la ley vaya a ser implantada del todo. Que harán todo lo posible para que Valores éticos y culturales cuenten con dos horas, así como con que la Historia de la filosofía sea obligatoria en todas las modalidades de Bachillerato, aprovechando el margen horario de las Autonomías, y que les consultarían, cuando preparen Secundaria y Bachillerato. Los interlocutores dicen que quedaron un poco sorprendidos. ¿Tienen, pues, serias dudas de las respuestas de la Comunidad? Yo desde luego, si que las tengo.

Veamos algunos detalles. ¿Cómo se puede estar en desacuerdo con la LOMCE, si no se ha hecho, al menos públicamente, ninguna observación al respecto por parte de una Comunidad Autónoma tan potente como la de Madrid? No es coherente. Parece una gran ironía para contentar a los interlocutores y que no puedan criticar nada.

Tampoco parece que la Comunidad haya enviado un dictamen al MECD en el plazo habilitado para la consulta del borrador. De haberlo hecho, se supone que lo dirían, porque esto daría alguna justificación a las fuertes afirmaciones manifestadas.

Dicen que desconocen quien ha elaborado la LOMCE y sus currículos. Habrá que suponer que saben, al menos, que los responsables son el MECD y el actual gobierno. Esperemos que de esto no tengan ninguna duda. ¿A qué viene atender a la petición de dos horas para las materias alternativas a la Religión? Está claro que sólo pueden tener el horario que se establezca para ésta, no tiene vuelta, pero esto tampoco lo dicen.

En cuanto a los márgenes horarios de que disponen, que podrían hacer posible la Historia de la filosofía en las distintas modalidades de bachillerato, posible lo es, puesto que sólo depende de la voluntad política, pero en la práctica es muy difícil de realizar. Son tantas las materias que reclaman mayor horario que es imposible atender a todas a la vez.

Finalmente, consultar para los curricula de Secundaria y Bachillerato tiene poco recorrido y tendrían que saberlo. En efecto en los currícula de la LOMCE no se trata ya de fijar las enseñanzas mínimas, sino de un currículo básico. Por tanto, lo básico que debe impartirse está ya fijado por el MECD para las asignaturas troncales. Como es la Filosofía, por lo que no hay que añadir ya nada. Además, se establecen, incluso, los estándares de aprendizaje evaluables de eso que es básico. Así que todo está definitivamente cerrado. Atado desde el principio y bien atado al final, mediante las pruebas externas. En todo caso, es esto lo que se podría impugnar, como han indicado algunas administraciones que van a hacer.

Sinceramente, todo esto no es serio y se convierte en una gran broma. El negocio está hecho, no existe discusión alguna, a todo se dice que sí. Que buenas son las madres superiores, que buenas son que nos llevan de excursión. Todo queda en penumbra para que nadie remueva nada. Al final, la respuesta será la ya conocida: hemos tenido que renunciar a nuestros principios, no queríamos hacerlo, pero nos obligaron, no pudimos hacer otra cosa. Aquí paz y después gloria. Qué tomadura de pelo y que falta de respeto intelectual. ¿A quién creen que engañan?

Julián Arroyo Pomeda

Ilustraciones: Ifuturo.org, www.abc.es, Elmundo.es,




El poder de la viscosidad negra en Canarias

La importante empresa Repsol ha vencido las trabas para comenzar, definitivamente, una nueva aventura empresarial en aguas Canarias. Se buscan los mejores beneficios empresariales, lo que tiene su lógica en una inversión de capital. Con toda la precaución del mundo conviene preguntar cui prodest, a quien podrá favorecer, principalmente, todo este tramado de emprendimiento.


Ya sé que creará empleos con unos miles de puestos de trabajo, hablan de 5000, que no son tantos, y que se podría proveer al 10% del consumo nacional de este producto. Tampoco hay que olvidar lo que puede traer consigo esta fiebre del crudo y recordar las desastrosas consecuencias de la fiebre del oro en las películas del Oeste. De modo que tendrá que imponerse la prudencia.
La decisión de autorizar las prospecciones a la empresa Repsol la toma el Gobierno de España, en virtud de que estas competencias corresponden al Estado y no a la Comunidad Autónoma correspondiente, según sentencia del Tribunal Constitucional, el 5 febrero 2013. Siendo esto cierto, también resulta obsceno, en mi opinión, el mal estilo del Gobierno de la Nación. ¿Es que no se puede llegar a algún acuerdo en democracia?

El acuerdo no ha sido posible. Ni el ministro del ramo,  José Manuel Soria, que, además, es canario, ni el presidente Rajoy han atendido al presidente de Canarias, Paulino Rivero, en este asunto crucial.  Soria, ministro de Industria, Energía y Turismo, anunció el 3 febrero de 2012 en Tenerife que se pondrían en marcha las prospecciones petrolíferas. Poco más de un mes después, el Gobierno de Canarias habla de una cacicada, que trata a las islas como a “una colonia perdida en el Atlántico”. Acto seguido, emprender las acciones legales correspondientes.
A principios de 2014 se encuentran Rajoy y Rivero en La Moncloa. El segundo recibe el anuncio del primero de que en unos ocho meses comenzarán las prospecciones. El desencuentro es total, no hay vuelta atrás. En este clima los lazos quedan definitivamente rotos y las lanzas en pie.

¿Son acaso, tan graves las perforaciones? Lo son. Podrían contribuir a incrementar el cambio climático ya en marcha. Canarias tiene en el turismo su medio de vida, pero ahora podría estar en peligro. El fondo marino quedaría semidestruido y desaparecerían la mayoría de las especies. Ante algún posible derrame del líquido, fauna y flora desaparecerían. Si hubiera que profundizar a tres mil quinientos metros Podría pasar cualquier cosa, ya que no hay experiencias técnicas a esta profundidad. Está en peligro la biodiversidad.

En cambio, ¿qué pueden aportar? Si se tiene éxito, crearían puestos de trabajo, paliarían el gasto del Estado en energía y consumo, dependeríamos menos de la importación. 

Póngase en dos balanzas paralelas pros y contras y decídase al respecto a la vista las consecuencias. Lo que debemos saber Es si el proceso es bueno o nefasto. Ante esto, algunas de las argumentaciones empleadas, incluso por prestigiosos econmistas, forman parte del despropósito. Es muy populista y demagógico adelantar que si no nos aprovechamos nosotros lo hará Marruecos, a quien tendríamos que comprar el petróleo después. Es un argumento estúpido, aunque lo defienda algún conocido economista. Sería como decir: X. quiere destruir su medio para obtener beneficios, luego hagámoslo antes que X. y así los obtendremos nosotros.
Hay más. Todo el mundo sabe que nuestras disputas con Marruecos son interminables. Resulta que la línea divisoria de las aguas marítimas y zonas de posible explotación no se encuentra establecida oficialmente, aunque en Madrid y Rabat la respeten oficiosamente. Visto lo visto en múltiples ocasiones, no sería extraño que comenzaran de nuevo los conflictos por la titularidad de las aguas en las que llegue a encontrarse petróleo. ¿Cómo se resolvería entonces el caso? No deberíamos estar tan seguros de la caballerosidad de la otra potencia, los dólares lo arrastran todo, turbiamente. Cuidado con hacerse demasiadas ilusiones.
Ya se sabe que muchos ciudadanos dicen que son cosas de ecologistas, a los que menosprecian. Pero son precisamente los hoteleros canarios quienes están en pie de guerra. Incluso la gran mayoría de las instituciones canarias se oponen a las perforaciones. Algunas no, porque están a favor, igual que también son favorables muchos ciudadanos, aunque no sepamos cuántos. Entonces, ¿por qué no se les consulta para salir de dudas? Parece que hay pánico a pedir su opinión a los ciudadanos, da miedo su participación, no sé bien porque. Hágase una consulta en la fórmula que sea y respétese su parecer, esto es actuar democráticamente. El ecosistema se encontrará en un peligro real y el éxito probable del proyecto apenas llega a un 20%, según los expertos.

Más información y más diálogo son imprescindibles y, cuando hay dudas razonables, no queda otro remedio que consultar a la ciudadanía. Aquí no tenemos teocracias, ni dictaduras militares, aunque determinados funcionamientos lo pongan en duda. Y dale con que es legal, según la vicepresidenta Santamaría. Si tan seguros están, no entiendo por qué no quieren preguntar.
Mientras tanto, el turismo se resentirá, la pesca se degradará, en el mejor de los casos, y los recursos hídricos pueden ser destruidos. ¿A quién le gusta contemplar instalaciones petroquímicas o vertidos en sus relajados días de vacaciones? ¿Dónde están las válvulas de seguridad que eviten la posibilidad de tales riesgos posibles? No sería pedir tanto que nos lo dijeran con absoluta precisión. Cualquier cosa, antes que ir contra la voluntad del pueblo, sin que éste manifieste con claridad su parecer.
Julián Arroyo Pomeda

Ilustraciones: Confidencial digital.com, www.datuopinion.com, Vangothtm_anger, Manilaprovincia.es, Green peeace.org

1. La filosofía, su sentido, su necesidad y su historia (parte tercera) (*)


6. Ramas de la filosofía


Analicemos las diversas partes o divisiones de la Filosofía, siguiendo la tradición o la costumbre, aunque consideramos que la filosofía es algo integrado y no separable, por lo que más que partes es que pertenecen a ella.
Metafísica y Ontología.

·      El término Metafísica proviene del griego  del griego ta metá tá physiká y significa literalmente «más allá de lo físico». El nombre se atribuye a Andrónico de Rodas (año 70 a. C.). La Metafísica trata del ser, que es común a todos los entes, los cuales coinciden en que son, en que existen. Los principios del ser son accesibles por el entendimiento.

El término Ontología procede del griego ontos, que los latinos convirtieron en entes, que se perciben por los sentidos. La Ontología trata de los principios que constituyen el ente o la realidad.

  • Filosofía de la naturaleza. A los primeros filósofos se les denominó ‘físicos’ por ocuparse de estudiar la naturaleza (en griego, physis), entendiendo por ella la totalidad de lo que existe. Estudiaron sus principios para conocer lo que cada cosa es, así como el movimiento y los cambios. A finales del siglo XVII la expresión ‘filosofía natural’ es lo mismo que la Física. La principal obra de Newton se titula Principios matemáticos de filosofía natural.

  • Lógica. La Lógica es la parte de la filosofía que analiza los razonamientos, sus leyes de validez y su corrección, así como la argumentación y la retórica. Establece si un razonamiento es correcto o no analizando su forma (formalización) y su estructura.
La Filosofía del lenguaje es una parte de la Lógica y estudia el uso del lenguaje, su significado e interpretación y la forma de comunicación. El buen uso del lenguaje tiene mucho que ver con la verdad.

·    Gnoseología. La Gnoseología (de gnosis = conocimiento y logos = razonamiento) o Teoría del    conocimiento, estudia el origen y la naturaleza del conocimiento. Se plantea su origen y procedencia desde  la razón (Racionalismo) o desde la experiencia (Empirismo). 

·    Epistemología. La Epistemología (del griego episteme), hoy denominada Teoría o Filosofía de la  ciencia, se refería al verdadero conocimiento, a la ciencia, caracterizada por su objetividad y su verdad.La filosofía de la ciencia estudia hasta dónde llega el conocimiento y su alcance. Es una reflexión sobre la metodología, la investigación científica y los problemas que puede plantear.
 ·  Gnoseología. La Gnoseología (de gnosis = conocimiento y logos = razonamiento) o Teoría del conocimiento, estudia el origen y la naturaleza del conocimiento. Se plantea su origen y procedencia desde la razón (Racionalismo) o desde la experiencia (Empirismo). 
         
·        Ética o Filosofía moral. La Ética (del griego ethos) o Filosofía moral (mor-is = costumbre) se ocupa  de la relación existente entre la conducta humana y sus creencias y valores morales. Dice lo que debemos hacer y analiza la conducta humana para ver si está fundamentada, o justificada, moralmente y si es buena o mala, así como las razones del comportamiento.

No se trata de seguir un código moral determinado, o un mandato, sino de saber si nuestra actuación ha sido moral o no.
·   Filosofía social. Los seres humanos vivimos en sociedad, o en polis, y somos seres sociales que establecemos relaciones con los demás, cuestiones que analiza la Filosofía social.

·       La Filosofía política analiza las relaciones de poder que se establecen entre los seres humanos, y se pregunta cuáles son las formas de gobierno válidas y en qué consiste la legitimidad del Estado.

·     Antropología filosófica. La filosofía se ha ocupado siempre de reflexionar acerca de los seres humanos. La Antropología filosófica analiza la naturaleza del ser humano y el lugar que tiene en el universo. Analiza las cuestiones filosóficas relativas a lo humano que no pueden abarcar las ciencias sociales (el alma, el pensamiento o la mente).

Fue fundada por Max Scheler  a mediados del siglo XIX, aunque los problemas de su contenido se han ido planteando a lo largo de la historia. El filósofo Descartes ya planteó la cuestión al afirmar que el hombre es «una cosa que piensa».
·         Estética. La Estética se refiere a los valores estéticos. Se ocupa del valor del arte, la belleza, la armonía, la fealdad y el resto de las manifestaciones artísticas, como la literatura y la música. Se plantea diferentes cuestiones, como por ejemplo si el arte se siente o se comprende o si una obra de arte es una representación absoluta o depende de la percepción del sujeto individual concreto.
·         Filosofía de la historia. La Filosofía de la historia reflexiona sobre la historia, su sentido y dirección. Analiza si se puede descubrir su significado desde los acontecimientos que se van sucediendo y estudia el desarrollo histórico que van construyendo los seres humanos. Determina si existe progreso o recesión o si la historia la hacen los individuos o las organizaciones sociales.

·     Filosofía del derecho. La Filosofía del derecho comienza a finales del siglo XVIII y reflexiona sobre el valor de las normas jurídicas y la aplicación de las mismas, así como sobre el concepto de justicia.

·     Filosofía de la religión. La Filosofía de la religión estudia el hecho religioso y sus diversas manifestaciones históricas, que se concretan en las distintas formas de religiosidad. Se propone identificar la esencia de lo religioso. Empleando una metodología racional, trata de descubrir el significado del contenido de las religiones y de identificar la esencia de lo religioso.

Observación.

En las filosofías en apariencia diversas, debe distinguirse entre lo universal y lo particular, según su determinación propia.
Lo universal, considerado formalmente y puesto al lado de lo particular, llega a ser a su vez particular. Si se tratase de objetos de la vida corriente, esta posición llamaría la atención por torpe e inadecuada; por ejemplo, como si alguien pidiera fruta y rechazase las cerezas, las peras, las uvas, etc., por ser cerezas, peras, uvas, y no fruta. Sin embargo, respecto de la filosofía se permite justificar el desprecio que de ella se tiene por la razón de que existen tantas filosofías diversas, siendo cada una de ellas sólo una filosofía y no la filosofía, como si las cerezas no fuesen fruta. Incluso se da el caso de que se sitúe una filosofía cuyo principio es universal al lado de otra cuyo principio es particular, y aun al lado de doctrinas que afirman que no hay filosofía, pretendiendo que en ellas sólo hay diferentes concepciones de la filosofía, como si, por ejemplo la luz y la oscuridad se considerasen como dos clases distintas de luz.” (Hegel, Enciclopedia de las ciencias filosóficas).

Cuestiones
1. ¿Cuál es el problema que plantea el texto y cómo lo resuelve?
2. Indicar las principales tesis del texto.
3. Especificar la argumentación empleada.
4. Explicar el significado de la frase siguiente: “La historia de la filosofía es un regreso del filósofo al origen de su tradición”.
5. ¿En qué consiste el progreso de la historia?
7. La filosofía en su historia

Ya se ha dicho qué es filosofía. Queda ahora, complementariamente, plantear que ha sido la filosofía.    Pues bien, la mejor caracterización descriptiva de la filosofía corresponde a Hegel, que la describía como “el reflejo de su tiempo expresado en pensamientos”. En efecto, esto es lo que ha hecho cada pensador, recoger los problemas de su propio tiempo y expresarlos mediante pensamientos.

Los seres humanos se encuentran con una inmensa tradición filosófica por la que pueden saber la respuesta que los filósofos han dado a los sucesos más importantes ocurridos en la historia. Estas respuestas han orientado el destino humano en una u otra dirección.

Desde finales del siglo VII a. C. hasta la actualidad, la filosofía, como ejercicio crítico de la razón, se ha ido desarrollando ininterrumpidamente y de esta forma se ha establecido ya en la sociedad. Por eso nos encontramos hoy con la filosofía como institución en muy diversos lugares, desde las cátedras universitarias a los institutos de Secundaria, en los materiales de las bibliotecas y librerías comerciales, en conferencias, artículos de revistas y medios de comunicación de todo tipo. Los profesionales de la filosofía que la enseñan están en nuestras sociedades y mantienen el interés por la misma, mediante el ejercicio del pensamiento.

El funcionamiento de la filosofía lo podemos visualizar en su historia, que informa de sus cultivadores, los filósofos, de sus marcas externas y de su desarrollo. Las teorías y doctrinas de los filósofos se encuentran quietas e inertes en los textos que escribieron y en cada aula o cátedra hay que hacerlas resucitar, junto con los seres humanos y los contextos dinámicos que las pensaron.

Situarnos en la Historia de la filosofía es regresar al origen y apoderarnos de lo que ya se hizo, del nutriente de sus propias entrañas, que puede impulsarnos a seguir contribuyendo con aquella tradición y hacer nosotros mismos las creaciones necesarias que exigen nuestros actuales contextos y problemáticas, ocupándonos, igualmente, de la filosofía e introduciéndonos en sus profundidades más recónditas, conectando así pasado y presente en un proceso continuo. “La filosofía es así”, como escribió Ortega, “historia de la filosofía y viceversa”. La filosofía está en la historia y es historia, igual que la historia de la filosofía es, evidentemente, filosofía.

Es costumbre dividir la Historia de la filosofía de occidente en cuatro etapas:

·         Antigua (siglo VI a. C.-siglo IV d. C.)
·         Medieval (siglo VI-siglo XV)
·         Moderna (siglo XVI-siglo XVIII)
·         Contemporánea (siglos XIX- XXI)

Conviene tener en cuenta que no hay cortes ni discontinuidades en el tiempo, por lo que la división es una simple referencia para la ordenación de los datos. También son aproximados los siglos que se han fijado. 

▪ Edad antigua
Comienza con los presocráticos, que se ocuparon de analizar la naturaleza (physis) por medio de la razón (logos). Discuten si el principio (arjé) que explica la naturaleza es uno o múltiple. Parménides de Elea y Heráclito de Éfeso son sus principales representantes. En general, se dan explicaciones matemáticas, físicas y metafísicas.

Después siguieron los Sofistas, que dan un gran giro y se ocupan no ya de intereses físicos y metafísicos, sino antropológicos. Estos “sabios” fueron menospreciados por Platón y Aristóteles.

La filosofía griega culmina con Sócrates, Platón y Aristóteles, que pertenecen al periodo clásico. Con ellos se alcanza la mayor altura de la investigación.

Finalmente, sucede una etapa de decadencia, en relación con la culminación platónico-aristotélica, que se denomina pensamiento helenístico-romano, con el neoplatonismo, el postaristotelismo y las escuelas del epicureísmo y estoicismo, que se orientan hacia la moral.

C. Sagan: Origen de la filosofía (6,65 m)
Música mediterránea con tinturas balcánicas. Lo expresan bien estos dos cantantes griegos: Eleftheria Arvanitaki y Haris Alexiou en Viaje a Ítaca y καλή όρεξη!http://jacgmur.blogspot.com.es/2009/09/viajar-itaca.html (3,67 m)

▪ Edad Media
Su momento inicial es la patrística, así llamada porque la mayoría de sus autores fueron padres de la iglesia cristiana. Su misión fue la defensa del cristianismo y la fijación de sus doctrinas o dogmas. Para ello conectaron el cristianismo con la filosofía griega. El autor más importante es Agustín de Hipona. Desde aquí tratan todos de poner en equilibrio la fe y la razón.

El momento más importante es el nacimiento de la Escolástica. En las escuelas medievales se enseñaban las siete artes liberales, que conforman el trivium (gramática, retórica y dialéctica) y el cuadrivium (aritmética, geometría, astronomía y música). Les interesaba, especialmente, la teología, que necesitó del cultivo de la filosofía. Como metodología empleaban lectiones (exposición oral) y comentaria (exposición escrita).

En el Medievo pensadores árabes, judíos y cristianos contribuyen a la recuperación de los filósofos griegos, especialmente de Aristóteles. Destacaron Maimónides, Averroes y Aquino, y las escuelas agustinianas, tomista y nominalista. 

▪ Edad moderna
Empieza con el Renacimiento y la Reforma protestante de los siglos XV y XVI. Destaca el humanismo (Pico, Erasmo, Vives) y elnacimiento de la ciencia (Copérnico, Kepler, Galileo y Leonardo da Vinci).

Se considera a Descartes como padre de la filosofía moderna. Empieza por la duda para alcanzar el conocimiento seguro desde el sujeto y la razón. Su influencia dio lugar a la aparición del racionalismo europeo (Malebranche, Espinoza, Leibniz) y el empirismo inglés (Hobbes, Locke, Berkeley, Hume). La síntesis y superación de ambas corrientes está en Kant, el representante de la Ilustración.

 ▪ Edad contemporánea

Empieza con la muerte de Hegel, en 1831, a la que siguió la fundación de la izquierda hegeliana con Marx como su representante más destacado.
Frente a Hegel surgieron Kierkegaard y Schopenhauer. Sucede la crisis de las ciencias y la creación de la fenomenología (Husserl). Sigue el Existencialismo, la Escuela de Frankfurt, la Hermenéutica, el Psicoanálisis, la Filosofía analítica, la Postmodernidad, etc.
Una de las grandes figuras del pensamiento contemporáneo es Nietzsche con su tesis de la “muerte de Dios”. En cambio, el estructuralismo afirma la “muerte del hombre”. Ya no hay conocimientos absolutos.
La etapa contemporánea rompe con la modernidad, cuyos valores entran en crisis, que se expresa en la decadencia de la razón ilustrada: Dios, el hombre, el tiempo, la ciencia y el lenguaje. Por ello hay una gran abundancia de corrientes.
La historia de la filosofía es, pues, en un primer movimiento un regreso del filósofo al origen de su tradición… Pero este regreso no es nostalgia ni deseo de quedarse en aquella hora inicial. Al retroceder el filósofo lo hace, desde luego, animado por el propósito de retornar al presente, a él mismo, a su propio y actual mismo pensamiento. Mas sabe de antemano que todo el pasado de la filosofía gravita sobre su personal ideación, mejor dicho, que no lleva dentro en forma invisible, como se llevan las entrañas. De aquí que no puede contentarse con contemplar la avenida de los sistemas filosóficos mirándolos desde fuera como un turista los monumentos urbanos. Ha menester verlos desde dentro y esto sólo es posible si parte de la necesidad que los ha engendrado. Por eso busca sumergirse en el origen de la filosofía a fin de volver desde allí al presente deslizándose por la “La historia de la filosofía es, pues, en un primer movimiento un regreso del filósofo al origen de su tradición… Pero este regreso no es nostalgia ni deseo de quedarse en aquella hora inicial. Al retroceder el filósofo lo hace, desde luego, animado por el propósito de retornar al presente, a él mismo, a su propio y actual mismo pensamiento. Mas sabe de antemano que todo el pasado de la filosofía gravita sobre su personal ideación, mejor dicho, que no lleva dentro en forma invisible, como se llevan las entrañas. De aquí que no puede contentarse con contemplar la avenida de los sistemas filosóficos mirándolos desde fuera como un turista los monumentos urbanos. Ha menester verlos desde dentro y esto sólo es posible si parte de la necesidad que los ha engendrado. Por eso busca sumergirse en el origen de la filosofía a fin de volver desde allí al presente deslizándose por la intimidad arcana y subterránea vía de la evolución filosófica.
Cada sistema aparece así anclado, necesitado por la situación humana que lo inspiró, pero, al mismo tiempo, se descubre su precisa insuficiencia donde toma su punto de arranque del sistema sucesor. Este nuevo sistema no es simplemente otro que el anterior, sino que, en cierto modo, es también el anterior porque lo conserva en la forma, cuando menos, de contar con él, tenerlo la vista y evitar sus insuficiencias, sus errores. De esta manera camina la filosofía tiempo delante, en dirección al presente, acumulando el pasado e integrándolo con cada innovación. La historia se revela a sí misma como progreso y no mero cambio o sucesión
(Ortega y Gasset, A “Historia de la filosofía” de Émile Bréhier. Obras completas, 6).

Cuestiones
1. ¿Cuál es el problema que plantea el texto y cómo lo resuelve?
2. Indicar las principales tesis del texto.
3. Especificar la argumentación empleada.
4. Explicar el significado de la frase siguiente: “La historia de la filosofía es un regreso del filósofo al origen de su tradición”.

5. ¿En qué consiste el progreso de la historia?
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“Estamos frente a una nueva humanidad”, asegura Michel Serres

Por Luisa Corradini  | LA NACION  Miércoles 02 de marzo de 2005
-¿Cuál es el problema con los filósofos que no conocen el universo científico?
-En la historia de la filosofía, casi todos los grandes filósofos -de Platón a Leibniz, pasando por Hegel y Descartes- fueron también científicos. ¿Qué puede decir un filósofo sobre el mundo si no conoce nada de la química, productora de la mayoría de los objetos que tocamos, ni de la biología y sus remedios, que hicieron progresar la esperanza de vida 50 años en un siglo, ni de las nuevas tecnologías, que transformaron completamente el espacio y el tiempo?
-Desde hace años usted afirma que nos hallamos ante una nueva humanidad.
-Así lo creo. A comienzos del siglo XX, el setenta por ciento de los habitantes del planeta eran agricultores. Al final, quedó sólo un 2,3 por ciento. Pero la agricultura y la cría de ganado fueron inventados en el neolítico y continuaron hasta que el proceso se detuvo brutalmente en los países occidentales entre los años 1970 y 1980. Por eso suelo decir que todo sucede como si, por fin, el neolítico se hubiera terminado. Esta es una ruptura histórica mucho más importante que todas las anteriores, incluida la revolución industrial, incluido el Renacimiento. Asimismo, hasta 1945, cuando evocábamos la muerte, pensábamos en nuestra propia muerte o en la de alguna civilización. Pero cuando la primera bomba atómica explotó en Hiroshima, tuvimos de golpe la revelación de una nueva muerte que no es individual ni colectiva, sino global. Y eso también es completamente nuevo con respecto al comienzo de la humanidad. Por otra parte, empezamos a ver nuevas técnicas que nos hacen postergar la muerte: la esperanza de vida en Occidente es hoy de 84 años para las mujeres, mientras que a comienzos del siglo XIX era de apenas 30 años. Ahora tenemos tecnologías para el nacimiento, la reproducción y la sexualidad que cambian completamente la realidad genealógica. También dominamos nuevas tecnologías de la comunicación que nos permiten estar en contacto con la gente más alejada del planeta. Todo esto provoca una nueva relación del hombre con el mundo, con la vida y con los demás. Cuando uno cambia la vida humana, la muerte humana, la relación con la tierra y con los demás, debe reconocer que está en presencia de una nueva era, de una nueva humanidad.
-¿Esos flamantes conocimientos nos obligan a cambiar totalmente nuestra visión de la historia?
-La historia en su sentido tradicional sólo representa una minúscula fracción de tiempo con relación a lo que he llamado la gran narración unitaria de todas las ciencias. Cuando hoy pensamos en lo más antiguo de la historia, el más cultivado de nosotros puede remontarse hasta el neolítico. Gracias a los avances de la ciencia, los más cultivados de nuestros hijos serán capaces de remontarse hasta 3500 millones de años para referirse a la aparición de la vida, 4000 millones para la del planeta y 15.000 millones para la del universo. La cultura, la filosofía y la visión de la aventura humana del mañana se instalarán en la lógica de ese proceso.
-Todo esto puede causar miedo. No a usted, porque es un historiador de las ciencias, capaz de comprender esos avances.
-Es cierto que en las universidades se separa en forma brutal el estudio de la filosofía y el de las ciencias duras. Esto produce, por un lado, “cultivados ignorantes” y por el otro “sabios incultos”. Esta separación me parece muy grave y he pasado mi vida tratando de reconciliar las dos formaciones. Tiene razón en decir que la angustia expresada por tanta gente suele venir de que no dominan lo nuevo. Siempre se tiene miedo de lo desconocido. La gente no advierte que, en general, se está ante un proceso de evolución natural y no de ruptura.
-¿Cómo es eso?
-Por ejemplo, cuando nuestros ancestros inventaron la agricultura domesticaron ciertas especies de fauna y de flora. Ignoramos cómo lo hicieron, pero sabemos que actuaron sobre la selección natural. Nosotros hoy, con los organismos genéticamente modificados (OGM), orientamos la mutación, y no la selección. Ahora todos sabemos que la vida, la evolución vital, es la selección sumada a la mutación. Lo que nuestros ancestros hicieron sobre la selección, nosotros lo hacemos sobre la mutación. Es un acontecimiento perfectamente nuevo, pero en cierta forma es la continuación del momento en que se inventó la agricultura y la cría de ganado. En consecuencia, los OGM son, quizás, aterradores, porque son muy nuevos, pero el proceso tiene su origen en la prehistoria. Es a la vez nuevo y muy tradicional. Esto debería tranquilizarnos.
-La globalización, según usted, es tan vieja como el hombre…
-Cuando nuestros ancestros salieron de África para diseminarse por el planeta, firmaron el primer acto de globalización. Todos somos descendientes de ese puñado de africanos. Tenemos el mismo ADN. El hombre es la especie mundializada por excelencia. Y ese movimiento prosiguió en todos los terrenos de la vida cotidiana, comenzando por la agricultura. Un día, simultáneamente, un genio en México supo transformar el teosincle de Chalco en maíz y otro genio, en Medio Oriente, el búfalo en buey. Gracias a esos dos gestos de domesticación, el mundo se volvió agrícola. Como usted ve, la mundialización data del neolítico.
-También están globalizados los peligros de destrucción causados por el avance de esas ciencias…
-Antes que nada, déjeme decirle que yo desconfío de los mercaderes de angustia. El riesgo, el temor, la sociedad del miedo, se han transformado en valores mercantiles y no tengo intención de soplar para avivar el fuego. Yo trato de construir un mundo mejor para mis nietos, y el miedo no los ayudará. Hoy, la ciencia pasa por ser la única responsable de los riesgos que corre el planeta, cuando, por el contrario, es gracias a ella que podremos vivir cada vez más y mejor. La verdad es que los riesgos dependen de las decisiones políticas y de la utilización que los hombres hacen de los avances tecnológicos.
-En todo caso, muchos son los que denuncian las nuevas tecnologías virtuales de comunicación como un elemento de alteración de los lazos sociales.
-¡Pero si lo virtual es la esencia misma del hombre! En mi generación, todos estuvimos enamorados de alguna actriz de cine que sólo conseguíamos besar en nuestra imaginación. Cuando usted lee un libro cualquiera, se halla también en el terreno de lo virtual. Todos creen que ese término fue inventado por las nuevas tecnologías de la comunicación. La verdad es que existe desde la época de Aristóteles. Todas las producciones intelectuales del hombre son virtuales. Desde el siglo VI antes de Cristo, cada vez que un geómetra trazaba un círculo o un triángulo en el suelo, decía: “Atención, esta figura no está aquí. No es la real”.
-O sea, que nada de lo que nos ocurre hoy es realmente nuevo.
-Los responsables de esos argumentos negativos deberían ser prudentes. Por ejemplo, se dice que nunca podremos digerir la cantidad de información que circula por Internet. En el siglo XVII, ante la multiplicación de libros que produjo el advenimiento de la imprenta, Leibniz exclamó: “Esta horrible cantidad de libros seguramente conseguirá imponer la barbarie y no la cultura”. Es verdad: una sola persona nunca leyó todos los libros de la biblioteca del Congreso de Washington, pero el sujeto colectivo que se llama “nosotros, la humanidad”, seguramente los leyó. No hay un solo libro en el planeta que no haya sido leído por alguien. Sería conveniente que esos críticos estudiaran un poco de ciencia y de historia. Eso los tranquilizaría de inmediato.
-Hay quienes opinan que terminaremos por perder nuestra cultura, embrutecidos por la pantalla.
-Bien: tomemos un ejemplo. De generación en generación, nuestra memoria se debilita, pues habiendo abandonado la tradición oral por la escrita, recurrimos cada vez menos a esa capacidad cognitiva. Hay quienes lamentan esa pérdida. Para mí, desde el momento en que se inventó la escritura, la memoria se vio liberada de un peso real. Antes de la invención de la imprenta, un hombre que quería conocer a Homero o a Plutarco debía aprenderlos de memoria. La imprenta suprimió esa necesidad y dejó a la memoria tiempo libre para ocuparse de otras cosas. No hay que tener miedo de perder, pues -por el contrario- ganamos, descargándonos de la aplastante tarea de acordarnos. Así, nuestro cerebro puede ocuparse en otras actividades más creativas. Hoy, las nuevas tecnologías ponen a nuestra disposición toda la memoria del mundo.
-¿Y qué responde usted a quienes dicen que el acceso a las nuevas tecnologías aumenta la fractura social?
-Que es un absurdo. La fractura pedagógica y científica que existió siempre entre países ricos y pobres es muy superior a la que provocará la presencia de Internet en todos los rincones del globo. Como sucedió con la llegada de la imprenta, la Red es una herramienta formidable para poner el conocimiento y la cultura a disposición de todos. Se habla de esa fractura social, pero nadie la compara con la que existe ahora: esa fractura que precipita a los más pobres a la ignorancia total, mientras educa a los privilegiados en las universidades de Stanford y de Harvard. El costo de las nuevas tecnologías es irrisorio comparado con el de las tecnologías tradicionales. Con las nuevas tecnologías, bastaría muy poco dinero para inventar una enseñanza a distancia para los países pobres.
-¿Qué es lo que cambiarán esas nuevas tecnologías?
-Toda la sociedad, como sucede cada vez que se produce la llegada de una revolución tecnológica. No hay un solo historiador que no sepa que la aparición de la escritura afectó a la ciudad, al Estado, al derecho y, probablemente, al comercio. Gran parte de nuestras prácticas sociales son herencia de la escritura, comenzando por el monoteísmo: la religión del libro. Después, cuando llegó la imprenta, en el Renacimiento, se modificaron las mismas zonas de la sociedad: aparecieron nuevas formas de democracia, nuevos derechos, nuevas pedagogías. Eso es lo que cambiará. En realidad, eso es lo que está cambiando.
-En su último libro, “Ramaux” (“Ramos”), usted afirma, sin embargo, que el hombre es capaz de cambiar únicamente si ha pasado antes por el molde de la autoridad.
-No se puede reconocer o cambiar algo que uno no conoció antes. La novedad es muy difícil de percibir.
-Para ello quizás haya que ser filósofo…
-Sí; quizá sea ésa la definición exacta de la filosofía. Tomemos el ejemplo del tsunami, en Asia. Allí la novedad no fue el tsunami, fenómeno que se conoce desde que el mundo existe. Lo nuevo ha sido el movimiento de solidaridad global. Nunca en la historia del hombre se produjo semejante corriente de solidaridad. Y esto es nuevo. Creo que estamos viendo emerger una conciencia global surgida del hecho de que este drama fue producido por un acontecimiento exclusivamente físico, que afectó al planeta. Para mí, el 11 de septiembre representa al antiguo mundo, para hablar como el señor Bush, cuando pusimos miles de millones de dólares para matarnos, para vengarnos de un hecho gravísimo que toca a los conflictos humanos. El 26 diciembre de 2004, por el contrario, es el inicio de un nuevo mundo, donde la humanidad se puso de acuerdo para ayudar a las víctimas de una catástrofe física que no depende de nosotros. Las cosas que dependen de nosotros son las guerras. En las guerras nadie es inocente; todos son responsables de la violencia. Todos pierden.
-¿Esa es su definición de la guerra?
-La guerra es un contrato firmado por los padres de dos o más naciones para aniquilar mutuamente a sus hijos. ¿Conoce usted una definición mejor?
VIDEO:
Russell, Qué es y para qué sirve la filosofía, 12,31 m

Julián Arroyo Pomeda

Ilustraciones:

(*) Esta es la tercera y última parte de le Unidad 1 del currículo de Filosofía LOMCE. El resto de las unidades podrá verse en Editorial Coloquio, de Madrid, a partir del próximo mes de mayo.