sábado, 24 de febrero de 2018

¿Denuncia o prudencia?

R
ecientemente ha saltado la sorprendente noticia de que un cura gallego pide expulsar de la Iglesia a Rajoy y Núñez Feijóo por usureros. Se trata del padre Luis Rodríguez Patiño, que se encarga de varias parroquias en Lugo y A Coruña.

A unos les parecerá esto pintoresco o extravagante, mientras que otros verán a una persona responsable, que, como sacerdote, tiene el deber de denunciar las injusticias. Es probable que este cura se haya encontrado en sus parroquias con gente hambrienta por carecer de los recursos necesarios para vivir y alimentar a su familia. Ante tal situación, algunos se las arreglan para hacer caridad y otros se indignan y gritan contra los responsables máximos de la política del país. ¿Quién tiene razón?
[Padre Luis; www.publico.es]
Rodríguez Patiño quiere expulsar de la comunidad de la Iglesia a quienes han sumido al país en la pobreza y alude a desahucios y recortes en la Sanidad. Esto produce sufrimiento en la gente y va contra su dignidad y su propia vida. Como confirmación de su posición acude a Tomás de Aquino: “Por consiguiente, es en sí ilícito percibir un precio por el uso del dinero prestado, que es lo que se denomina la usura. Y del mismo modo que el hombre ha de restituir las demás cosas injustamente adquiridas, también ha de hacerlo con el dinero que recibió en calidad de interés”. (Aquino, Suma teológica; Parte II-IIae; Cuestión 78, art. 1). Personas mayores que necesitan acudir al hospital son citadas con tanta demora, que pueden morir antes de acudir al médico. Además, al partido gobernante le corroe la corrupción, sin que reaccione, riéndose de todos porque tiene el poder. Que sean echados del templo por ello.

No es nuevo lo que dice este cura, porque ya pidió en 2016 a la Conferencia Episcopal, mediante carta, que fueran excomulgados por actuar contra la dignidad de las personas. No le hicieron caso, claro. Hasta le han abierto expedientes, pero declara que no le preocupan, mientras no lo haga el de arriba. Acusa de no respetar el bien común, de violar los derechos de los refugiados. Dice que hay gente que no puede comprar las medicinas que necesita para cuidar su salud.

Más cosas señala el cura Rodríguez Patiño, refiriéndose también a la propia Iglesia: no acepta el celibato opcional, pero defiende a los pederastas. Y comprende el aborto de una madre, que querría tener a su hijo, pero que carece de medios y condiciones de vida para ello. Se le entiende todo.

Hay quien dice que no quiere curas políticos, ni tampoco un Papa que denuncia la injusticia. El Papa Francisco pide a los cristianos que se involucren en la política y trabajen en ella, porque busca el bien común. Aunque sea sucia y contenga podredumbre, hay que mancharse las manos para contribuir a su saneamiento, ya que sin justicia no puede haber paz social. La usura ni es cristiana, ni humana. Esto no es nuevo. Hay que recordar la condena del Concilio de Letrán (1179), que prohíbe admitir a la comunión a los usureros, que sean enterrados cristianamente y que se acepten sus limosnas.
[www.mscperu.org]
La tradición bíblica denunció las injusticias a través de los profetas, entrando plenamente en el campo social. Recuérdese el famoso texto de Ezequiel: "¡Ay de los pastores de Israel que se han apacentado a sí mismos!, que se han tomado la leche y se han vestido con la lana; han degollado los cebados y no han apacentando el rebaño...".

Es la más precisa descripción de la situación. Los pastores son los reyes y cualquier gobernante que actúe injustamente porque se ocupa de engordar sus intereses y patrimonio, sin importarle sus gobernados. Como consecuencia de ello, las ovejas fuertes se aprovechan de las débiles, esquilmándolas al estilo de los gobernantes anteriores.

Algo similar hace la Iglesia con los fieles cristianos que tiene que orientar. Sus documentos llevan siempre la palabra ‘prudencia’. Ante los graves problemas sociales calla por prudencia. Se somete a la autoridad y se integra plenamente en el sistema en lugar de denunciar las injusticias y malas acciones. Así espera la institución obtener prebendas, ya que contribuye a la paciencia de las personas que sufren. Claro que ¿cómo van a denunciar las injusticias del sistema establecido, siendo parte del mismo? Les hace falta otra clase de organización. La Iglesia española recibe anualmente sustanciosas sumas del Estado, que le permite su mantenimiento. Sólo cuando pueda financiarse a sí misma podrá ser verdaderamente libre, y ejercer la denuncia profética en favor de los pobres. De esto se encuentra todavía lejos.

Julián Arroyo Pomeda


sábado, 17 de febrero de 2018

Carnaval, carnaval


Aquí todo el año es carnaval, escribió Larra en 1883. Festivaleros y juerguistas sí que somos los españoles, aunque las fiestas de Carnaval se van extendiendo por todo el mundo a pasos agigantados.

En la vida cotidiana hacemos cosas sin conocer su sentido ¿Qué significa carnaval? Caro Baroja dedicó un libro a su estudio en el año 1979 para hacer su análisis histórico-cultural en la editorial Taurus, que todavía puede verse en la edición del 2006, de Alianza, con 536 páginas. Desde entonces se ha convertido en el mejor conocedor de su significado, que hace proceder del italiano ‘carnevale’, vale la carne. En español hay una palabra más antigua, que es ‘Carnestolendas’ (hay que dejar la carne).

¿Por qué quitar la carne? Carnaval "es un hijo (aunque sea un hijo pródigo) del cristianismo”, según Caro Baroja. Hay que prescindir de la carne cuando llega la Cuaresma, en la que se hace ayuno y abstinencia, precisamente de carne, según las normas de la Iglesia católica, que se remontan a la Edad Media, nada menos. Si se desconoce esta historia, difícilmente puede comprenderse lo que es el Carnaval.
[www.lasnoticiasdecuenca.es]
El Carnaval incluye tres días: lunes, martes y miércoles de ceniza, que simboliza la fragilidad humana: eres polvo (memento homo quia pulvis es) y te convertirás en polvo (et in pulvere reverteris). En cambio la carne simboliza comilonas, festejos y jolgorios con placeres de todo tipo y diversiones. El pueblo alargó los días al jueves lardero, que procede de lardas, o grasas del cerdo. En algunas ciudades se identifica el jueves larguero con una tajá y un huevo. La costumbre era irse al campo para tomar un bollo del pan con tortilla y embutidos: chorizos, morcillas, costillas, lomos, etc. Así se combatía el frío, que hacía todavía en el mes de febrero.

En cuanto a la retirada de la carne la explicación es que durante los 40 días de Cuaresma, partiendo del miércoles de ceniza, no se podían consumir productos como carne, leche, huevos y otros, por lo que podían perderse. Entonces organizaban comidas en exceso. Las normas de la Iglesia prescribían una comida al día (ayuno) y abstinencia de carne, haciendo penitencia, y dando los productos a los pobres.

En cuanto a la sardina del último día de Carnaval no tiene nada que ver con que sea un 
pescado barato ni para gente pobre. La explicación es que se acostumbraba a enterrar una parte del cerdo para su conservación, el costillar, al que se llamaba ‘sardina’, de aquí el contenido de la tradición.

A la Edad Media sucedió el Renacimiento, que cambió el panorama medieval por una organización libre de la vida y un nuevo paradigma. Había que recuperar las formas culturales anteriores a la cultura cristiano-medieval.  Todavía los seres humanos vivían en un mundo cristiano, pero el cristianismo no tenía ya la primacía, por la secularización en medio de una situación medieval otoñal.
www.adiantegalicia.es]
El Renacimiento valora positivamente la fiesta y la alegría del Carnaval, como expresión popular, llena de movimiento, colores y sonidos. Autonomía y separación de esferas para poder hacerse uno a sí mismo, sin las imposiciones tradicionales. Divertirse con máscaras, disfraces, vestidos y músicas, bailes y espectáculos. Tolerancia y permisividad para la fiesta del pueblo En Egipto había fiestas en honor del toro Apis y en el imperio romano, las de invierno honraban a Saturno (saturnales) y a Baco (bacanales). Algunos ven aquí el origen remoto del Carnaval como fiesta pagana, que parodia a la religión católica.

Entre nosotros, el régimen franquista prohibió el Carnaval, porque críticas, burlas, oprobios e infamias al dogma católico podían alterar el orden público. Además, el país pasaba por una guerra civil, por lo que no podía darse muchas alegrías.

¿Qué queda hoy de la situación descrita? Puede decirse que absolutamente nada, todo vale ahora, volviendo al desenfreno y falta de control del mundo pagano. Se va imponiendo lo que se pone de moda. Hay Carnaval hasta en colegios concertados de monjas, que los padres agradecen y jalean también, lo que puede parecer algo ridículo, pero a ver quién se atreve a luchar contra lo popular. Juntemos de nuevo a nobles y plebeyos para que se relajen unos días. Después todo volverá a la normalidad.
[www.webtenerife.com]
Falta la tradición de la Cuaresma cristiana, que muy probablemente no volverá más. Ahora se impone el turismo y los reclamos comerciales para atraer a las gentes a visitar el país en fiestas, que cuenta, incluso, con reinas del Carnaval. Adquirir fama mundial, como ocurre en Venecia, Brasil o Tenerife incentiva la economía de la zona. Así la economía ha sustituido a la religión.

Julián Arroyo Pomeda




sábado, 20 de enero de 2018

Mentiras políticas

A
caba de aparecer el libro Mentira y poder político, de Miguel Catalán. Aunque su enfoque es de contenido teórico, me parece una buena ocasión para señalar algunas mentiras políticas de determinados próceres del actual Gobierno del Estado español. Precisamente su concepción puramente académica nos da pie para poder completarla ahora prácticamente con algunos ejemplos.
[www.elmundo.es]
1. Empecemos con Guindos, el ministro de economía. Según él, de no haberse producido al rescate bancario habríamos sido expulsados de la unión monetaria. Situación verdaderamente dramática, donde las haya, de la que los ciudadanos españoles nos enteramos ahora. ¡Qué grave irresponsabilidad! Sólo por esto le deberían haber expulsado del Ministerio, en el que, además, lleva demasiado tiempo, en su opinión. Su desvergüenza llega a comparar su política con la de Rodríguez Zapatero. El ha tomado decisiones para atacar la crisis, mientras que Zapatero sólo puso dinero a fondo perdido. Ya dijo Guindos, en su momento, que el rescate a la banca no tendría "coste para los contribuyentes españoles". Es el Banco de España quien tiene que enmendarle la plana: las pérdidas por el rescate rondan los 60.600 millones de euros, pero los bancos no han devuelto las ayudas, ni lo harán, aunque Rajoy afirmara que se trataba de "un crédito a la banca que iba a pagar la propia banca". Anda que si se llega a costar algo. Mentirosos compulsivos.
[Herrera Campa]
2. Herrera Campa, Director General de Costes de personal y Pensiones Públicas, comunica a los pensionistas que sus pensiones se han revalorizado un 0,25%. Ahora bien, si los precios subieron (IPC) en un 1,2%, dicha revalorización se convierte en una pérdida de más de un punto. Así ocurre año tras año, décima más, décima menos. Y lo dice sin ninguna vergüenza y con toda desfachatez. Si no fuera trágico, sería cómico, porque se ríen de los pensionistas, obligándolos a pagar la crisis con su pensión. ¿Por qué no mantienen la inflación en la misma medida? Miserables leguleyos, a quienes no se les ocurre cuestionar nada. Otros defenderán que algo es algo y que más vale que nos dejen como estamos, porque con la situación en que se encuentra nuestra economía no se pueden pagar las pensiones. Luego habrá que suscribir un fondo con un banco. Si es muy fácil. Que paguen el fondo los más de dos millones de parados. O los cinco millones y medio de trabajadores que cobran un salario mínimo (cerca del 47% del total) y quienes tienen contratos temporales. Que recorten todavía más, como si no lo hubieran hecho bastante, destruyendo así la Educación y la Sanidad. Mentiras y más mentiras.

3. Rajoy, presidente del Gobierno, manifiesta que Puigdemont no le ha dejado otra alternativa que la aplicación del artículo 155. El enfrentamiento entre Cataluña y el Gobierno Central ha aflorado, finalmente, con la máxima violencia. Ya se ha aplicado el artículo 155 y las cosas siguen de mal en peor. No se ha solucionado nada y el soberanismo ciudadano ha vuelto a confirmar al gobierno destituido por la fuerza. Ha sido un fracaso. No hay solución a corto plazo, ni, acaso, en décadas. Eso sí, se ha dividido por dos a la sociedad catalana y el odio a lo español va en aumento. Si esto es "volver a la normalidad", como ha dicho el Gobierno, no se puede entender nada. Si hubiera normalidad ¿por qué se amenaza con volver a aplicar el mismo artículo de nuevo? Quizás todavía Cataluña no está suficientemente humillada, porque aún no se rinde. Ernest Maragall fue rotundo en su discurso de hace unos días: "El Estado no quiere saber nada de reconciliación ni de soberanías compartidas. No sabe ganar, sólo sabe imponer, humillar y castigar". Toda esta situación ha costado ya más de 87 millones de euros en fuerza policial. Lo pagaremos todos los españoles, dice Zoido, y se queda tan ancho. ¿Por qué no lo pagan los irresponsables de que esto haya tenido que ocurrir por su pésima gestión política?

4. Corrupción en la Comunidad Valenciana. Camps y Barberá llevan saqueando esta Comunidad desde 2007, al menos, pero no sólo ellos son el problema, sino que el propio Rajoy declaraba en 2008, poniendo como ejemplo de buena gestión a Francisco Camps: "Este es el modelo que yo quiero aplicar para el Gobierno de España". Y bien que lo está haciendo, mediante la estructura corrupta que conforma el Partido Popular. ¿Por qué no se callará este pobre hombre? La trama Gürtel de F. Correa y A. Pérez se encargó de la realización técnica de la corrupción, R. Costa cayó en cohecho, el caso Brugal pone en jaque al gobierno de Alicante, Fabra lo hace en Castellón, el caso Emansa implica a Barberá. A todos ellos les cubre la vergüenza, a pesar de tantas mentiras como han propalado. "La vanidad y un severo atracón de poder absoluto acabaron con Camps" (Lucía Méndez).
[www.elperiodico.es]
5. Millet y Montull han saqueado el Palau de la música, mediante el cobro de comisiones ilegales, y han sido condenados por ello. Todo fue para financiar al partido Convergencia, cuyo líder fue Arturo Mas, quien sigue defendiendo a Daniel Osácar de las mentiras de los anteriores. No sabemos quién es el que miente más de todos y el que más ha robado, pero, desde luego Osácar es persona "absolutamente honorable", según Mas. Cuánto sinvergüenza queda entre nosotros, como los expertos en producir facturas falsas para financiar a CDC. Ya existía esta gestión en los tiempos de Pujol. Claro que todos se dedicaban a ganar elecciones y no eran responsables de la administración del partido, como proclaman una y otra vez. La cosa es echar la culpa de lo malo a otros, propalando las mentiras que sean necesarias.

6. ¡Cuántas mentiras no habrán dicho, una y otra vez, E. Aguirre, I. González y F. Granados en la Comunidad de Madrid y cuantas comisiones se habrán metido en su propio bolsillo! La Operación Lezo todavía no está cerrada, por lo que nos iremos enterando. Púnica y el Canal Isabel II también tendrán mucho que aportar, cuando se descubran las cloacas de corrupción. Dan ganas de vomitar.
Se podría seguir, pero ¿para qué? Sólo para confesar que somos la ignominia internacional. Lo mejor sería preguntar por la causa de todo esto. El estudio del profesor Catalán lo sintetiza así: "la principal causa de la mentira política es la injusticia inherente a la desigualdad social producida por la historia". Éstas son sus dos últimas líneas para acabar.

Julián Arroyo Pomeda


sábado, 30 de diciembre de 2017

Negras jubilaciones

E
l presidente del gobierno español tiene la ‘virtud’ de lanzar pocos mensajes y siempre simples, acaso simplistas, como si pensara que ha de hacerse entender, ya que la cultura de los ciudadanos es algo escasa. Los suele acompañar con la muletilla: es de sentido común. Una de las comunicaciones que repiten machaconamente durante los años que lleva gobernando es que todo irá bien, si la economía marcha bien, porque en ese caso se podrán amortizar los créditos, crear nuevos puestos de trabajo y conseguir que las empresas confíen, al comprobar la estabilidad financiera. Así resulta que crecemos más que la media europea y la gente se da cuenta de nuestro bienestar, por lo que cada año nos visitan más turistas. Y así seguiremos, a pesar del nubarrón creado por los independentistas de Cataluña. Todo el mundo puede comprender esto.

Tal triunfalismo debe tener algún fallo gordo, porque, yendo bien la economía, como va, según el gobierno, sin embargo, no repercute en todos los niveles. Uno de los que cada vez va peor es el de los pensionistas. Si las cosas marchan bien, ¿por qué este sector pierde poder adquisitivo desde el año 2012, cinco años ya? Seamos realistas: ese año todavía seguía la crisis, que se dio por terminada dos años después. Ahora bien, en 2015 y sucesivamente hasta las pensiones continúan perdiendo poder adquisitivo. ¿Entonces? ¿Qué está pasando y por qué ocurre así?

[www.larazon 29 diciembre 21017]Añadir leyenda
Lo que pasa es que a los pensionistas, una de las partes más débiles del sistema, se les está obligando a pagar la crisis todavía y, además, se les considera unos privilegiados por cobrar una pensión, que se revaloriza cada año un 0,25%. Menudo privilegio es devolverles una parte de lo que han cotizado, pagando el IRPF durante la totalidad de su vida laboral. Contribuir era su obligación, pero los derechos posteriores, bien ganados, empiezan a cuestionarse y, como parece que cobran mucho, se les va reduciendo su pensión año tras año. Al tiempo que se revalorizan las pensiones estas pierden poder adquisitivo. Esto es difícil de entender por parte del sentido común, desde luego, pero es una realidad como pone en evidencia un cálculo bien sencillo. Si en 2017 el IPC se queda en el 1,2%, con un incremento de pensión en 0,25%, lo que se pierde es un 0,95% del poder adquisitivo de compra. Los únicos que no ven esto son el ministro de hacienda y la ministra de trabajo, que acaban de proponer para 2018 la subida automática de las pensiones en un 0,25%. Todavía el de hacienda parece que ésta puesto únicamente para recaudar, pero tampoco se lo cuestiona la ministra de trabajo, cometiendo una contradicción inherente a su cargo. Báñez y Montoro lo tienen claro: no dar un paso atrás; ante todo, genio y figura. ¡Qué sabiduría la de esta gente! ¿Cómo han llevado a cabo tal milagro?

[www.elpais.es]
Como se puede ver en el gráfico, las reformas han cambiado los conceptos y esto es fundamental. A partir de 2012 llega el gobierno Rajoy con su equipo. Hasta entonces se tenía en cuenta la inflación real para ajustar la subida de las pensiones. Con esta vinculación se mantenía el poder adquisitivo real. A partir de la llegada de Rajoy se elimina la equiparación y ya no se tiene en cuenta el IPC, ahora se vincula a la marcha de la Seguridad social, únicamente. Como ésta va mal, las pensiones siguen por el mismo camino. Por tal razón, mientras la economía marcha bien, según el gobierno, los pensionistas se van empobreciendo cada vez más.

Lo lógico y de sentido común sería revisar las cotizaciones a la Seguridad Social, ¿no? Pues los ministros responsables ni se lo plantean, señal más que evidente de que no tienen ninguna solución. Sin embargo, el presidente no los cambiará, porque están haciendo bien su trabajo, él lo sabe mejor que nadie.

Reconoce el Presidente que 2017 ha sido un año difícil, aunque también hemos tenido crecimiento y expansión. Con estas bases, 2018 será mejor aún. Con la cantidad de miles de puestos de trabajo que se crearán la Seguridad Social volverá a estar bien financiada, por lo que no se necesita mover nada, ni meterse en más cambios. Los cimientos de la economía son muy sólidos y quedan con una buena estabilidad. El título de esta magnífica película es "Mariano Rajoy en el país de las maravillas".

Algún día, quizás no lejano, despertarán los ciudadanos y caerán en la cuenta de tantos engaños como les han vendido. Sólo entonces actuarán en consecuencia. Mientras tanto, existen organismos económicos oficiales que dan la voz de alarma, empeñándose en decir que no se podrá mantener el sistema de pensiones. Son nubes negras, que descargarán en su momento y escampará para salir el sol nuevamente, aunque sólo sea para eliminar pensiones cuya media no llega a los 900 €.

Julián Arroyo Pomeda


sábado, 23 de diciembre de 2017

No dan una


R
ajoy terminó la campaña electoral, pidiendo "el último arreón" para poder ganar en Cataluña. El diccionario define la palabra ‘arreón’ como la arrancada brusca e inesperada del toro, cobardón y frenado que se arranca en arreones. Se emplea, igualmente, en lenguaje futbolístico. Qué lenguaje más populachero el de este pontevedrés, que cada vez provoca más risas que reflexiones.

La vicepresidenta Santamaría remató la faena, proclamando que los independentistas están descabezados por decisión del presidente Rajoy. Cuando la han reprochado el lenguaje belicoso del descabezamiento, responde que no saben ver el fondo de lo que pasa y sólo se quedan en la forma. Aunque así fuera, la vallisoletana tan poco es muy elegante con este lenguaje tan chulesco y lleno de arrogancia.
[www.europapress.es]
Sin embargo, los resultados electorales parece que dan la vuelta a sus palabras, porque los descabezados han repuesto enseguida su cabeza. Puede suceder que los periodistas no hayan entendido lo que quería decir Santamaría y no han sabido interpretarla bien. Lo que quería decir es que el descabezado era, precisamente, el partido del gobierno de España con su presidente y vicepresidenta, que han ofrecido su propia cabeza como holocausto propiciatorio. Santamaría se ha dado una pedrada en el ojo, que, de rebote, ha ido a parar en el pie de Rajoy y ambos han quedado mal heridos.

Menudos estadistas tenemos en el gobierno, qué personajes, es que no aciertan ni equivocándose. Al fin y al cabo, Albiol es un hombre algo bruto, de derechas y sin complejos, pero, desde luego, se lo han puesto difícil los que querían arroparle. Hay que preguntarse con razón qué va a pasar ahora. Que los catalanes independentistas necesitan tentarse la ropa y tener mucho ojo, porque Rajoy está dispuesto a arrearles de nuevo otro 155 para que espabilen, es evidente, ya se lo ha advertido.

Lo que no puedo entender es el cinismo de nuestros gobernantes. Primero, sacan un decreto para que las empresas tengan fácil retirarse de Cataluña y después piden a las mismas que vuelvan. ¿Qué pretenden con tal proceder? Sólo ganar unos votos, pero credibilidad no tienen ninguna. El propio Rajoy se extrañaba y parecía molesto cuando los periodistas le preguntan que cuando acaba el artículo 155. Pues cuando haya nuevos gobernantes en Cataluña, claro, es evidente. Si, así es, sólo que nadie se fía, porque como no sean los que interesan puede caer de nuevo la espada del 155. Esto no es serio, pero, lo que es peor, tampoco es democrático. Ha tardado en reaccionar Rajoy, que es muy lento en la toma de cualquier decisión, pero una vez hecho ataca y monta la bronca política. Esta actitud no es propia de un presidente de Estado.

¿Quién hará el cambio de rumbo ahora?
[www.youtube.com]
En las elecciones más atípicas de la democracia en España, su convocatoria pretendía hacer un cambio de rumbo para lo que se apostó por el bloque institucionalista. Ciudadanos no perdió ocasión de recordarlo: "si soy la presidenta de Cataluña", repetía una y otra vez Arrimadas en el debate de la Sexta. Por mucho que se quiere insistir en que este partido emergente es el primero, no podrá gobernar de ningún modo. Por otra parte, Albiol, insistía en que sin un Partido Popular fuerte en Cataluña no podrían arreglarse las cosas. Resulta que ha cosechado el fracaso más absoluto, esperado por todos, menos por ellos mismos. Ciudadanos ha sabido mantener el tipo, obteniendo la victoria, pero, ¿a quién pedirá responsabilidades el Partido Popular? ¿Lo hará a Albiol o al propio Rajoy, que lo ha dado todo para ganar? ¿Pedirán la dimisión a los responsables de Cataluña por parte del gobierno a la vicepresidenta Santamaría? "Qué hiciste, acusadora, qué hiciste". Solamente una cosa: el ridículo total. Los populares se han hundido.

Han sido unas elecciones, en las que los independentistas siguen conservando la mayoría absoluta, con lo que sólo puede pasar lo evidente: seguirán construyendo la República catalana, mientras que el gobierno del Estado continuará sin mover un solo dedo en la búsqueda de alguna solución orientadora. Me temo que otra vez volverá a reventar el marco de la política. El contragolpe sigue sin producir los resultados esperados. Sólo los ingenuos podían pensarlo: pobres mentecatos.

¿Qué ha representado entonces la aplicación del artículo 155 de la Constitución? Después de grandes y sesudas reflexiones lo que ha conseguido es expulsar del gobierno catalán a sus legítimos representantes, encarcelando a algunos de ellos, quizás los más importantes. Ha reprimido los sueños irrealizables de sus dirigentes, pero no ha solucionado nada. Ya sé que esto no se quiere reconocer por los partidarios de lo que el artículo implica, pero agarrarse a tan supina tozudez sólo increpará los ánimos todavía más y producirá más independentismo.

La cuestión es que los independentistas han alcanzado ahora un nivel de votos y escaños parecido al que tenían y que el partido del Gobierno ha resultado machacado, perdiendo hasta el grupo parlamentario del que disponían. Alguien tendrá que pedir explicaciones, porque el pueblo catalán no soporta al Partido Popular, les produce vergüenza votarlo y por eso se agarra al clavo ardiendo de Ciudadanos. Ahora es el momento en que éstos pueden despegar a nivel nacional, disputando la primacía al partido gobernante. Menudo golpe, podría ser mortal, incluso. Los populares se lo han buscado, ellos exclusivamente, así que ¿de qué van a quejarse? Seguirá, pues, el mismo rumbo, pese a quien pese, que sí, ya lo verán.

La conclusión rápida, sin atender ahora a matices es que Ciudadanos se ha alzado con la victoria y que los populares han quedado destruidos. Tiene gracia que como no pueden tener grupo propio se vean obligados a pasar al grupo mixto, teniendo como compañeros a la CUP. Parece cómico a la par que trágico. Los independentistas ganaron la partida al gobierno del Estado, que disponía de todas las bazas a su favor, por lo que pueden considerarse vencedores también. Les han ganado el presidente de Cataluña en el exilio y el vicepresidente desde la cárcel. Esto sólo se puede entender en la España de charanga y pandereta. Lo peor del caso es lo mal perdedores que son: Albiol echa la culpa a Ciudadanos por haber incitado al voto útil, que ha perjudicado los populares. ¿Acaso el partido gobernante no tiene culpa ninguna?
[www.youtube.com]
¿Qué más tiene que pasar para que el Presidente Rajoy reconozca que el rumbo de su gestión carece de toda salida posible? El problema de Puigdemont es el problema de Rajoy y lo que le pasa a Cataluña es lo que me pasa exactamente a España. Si lo pensara un poco, podría declarar que estos son los últimos presupuestos que va a presentar. Concluidos estos, tendría una buena ocasión para retirarse y dejar el puesto a otra persona, convocando unas elecciones próximas, a las que él, naturalmente, no se presentaría ya. Por pura dignidad. Cerrarse en sí mismo y obligar a su partido a que se lo trague todo otra vez, demostraría la mayor torpeza que uno se puede imaginar. Sin embargo, todo podría ocurrir de nuevo, porque el Presidente Rajoy hace tiempo que no da una, estando cada vez más descarriado, el hombre. Una pena.

Julián Arroyo Pomeda


miércoles, 6 de diciembre de 2017

Aprender para vivir

L
a legislatura política actual está ya bastante avanzada y hace tiempo que nadie habla de la proyectada Reforma de la enseñanza para sustituir la nada feliz Ley Wert, ahora vigente. La LOMCE rezuma un marcado carácter tecnocrático desde su primera línea, en la que habla de los cambios tecnológicos que han transformado las sociedades y del desarrollo económico que las ha hecho avanzar. Con independencia de que también se señalen los valores humanistas, aunque parezcan sólo un barniz, lo que importa es el progreso social y económico: la educación es "uno de los factores más importantes de aceleración del crecimiento económico y del bienestar social del país" (página 45.188). En la página siguiente pide orientar "el sistema educativo hacia los resultados".

Esta orientación general es un error de base que habría que corregir, porque la educación es otra cosa que una empresa. Hacer una especie de sistema empresarial de la educación es perder calidad en todos los sentidos, por mucho que se quiera recuperar la cacareada calidad perdida. No se trata, pues, de un buen modelo, por lo que hay que reformarlo para evitar su unilateralidad y la politización de la enseñanza, como ocurre en la actualidad.
[www.aquifrases.com]
Séneca, precisamente uno de nuestros grandes valores humanistas, criticaba el tipo de educación que se llevaba ya en la época imperial romana, porque estaba orientada sólo a la erudición, que no hacía más sabios. Por esto, en su tiempo no se aprendía "para la vida, sino para la escuela". Palabras casi proféticas las del cordobés universal. Exactamente esto es lo que se hace actualmente en nuestro sistema educativo en sus distintas etapas. En Primaria se aprende para que, una vez superado este escalón, podamos tener acceso a la enseñanza obligatoria. Superada ésta, lo que importa es acceder a la postobligatoria. Y, alcanzados estos tres niveles exitosamente, el objetivo es disponer para poder estudiar en la Universidad, apuntando desde aquí a un buen empleo y a disparar así el desarrollo económico de cada uno para mantener un nivel social adecuado.

Hemos pasado de este modo 16 años aprendiendo para la escuela, pero sin saber vivir, que es lo importante en el desarrollo de los seres humanos. No hemos aprendido a razonar, ni hemos adquirido sentido común. Sólo tenemos contenidos superfluos, que varían en poco tiempo, por lo que no eran tan necesarios. Seremos eruditos, en el mejor de los casos, pero no sabios. Además, en el camino se ha dejado la formación para ejercer una profesión con la que poder vivir, que no es necesariamente la universitaria.

Ahora necesitamos, para empezar, construir un sistema educativo que dure, sin que tengamos que modificarlo, cuando gobierne un partido político nuevo. Por eso hay que acordarlo entre todos, o, al menos, tener el aval de los partidos mayoritarios y sólidamente fundados. Sólo si es el mismo para todos los estudiantes de los distintos territorios de España, el cambio de residencia no nos afectará. El sistema tendría que ser público y a cargo del Estado, cuya obligación es asegurar la educación a todos los ciudadanos. No se puede rechazar la enseñanza privada, sólo que, al no depender del Estado, no puede exigir subvenciones. Cualquiera la puede elegir en aras de sus convicciones y valores propios. ¿Y si no hay centros públicos suficientes en un territorio determinado? Entonces el Estado debe proporcionarlos con toda urgencia, en lugar de escudarse en lo privado para no realizar las inversiones necesarias. Así se hará realidad la igualdad de oportunidades. Garantizada la calidad de enseñanza en los centros públicos, los resultados no tienen que ser los mismos que en los centros privados, ya que cada uno tendrá su propia idiosincrasia e impulsará las capacidades personales.

Las asignaturas básicas deberían ser las mismas para todos los centros. Luego debe haber también una oferta opcional para elegir lo que más convenga a nuestro currículo personal, así como nuestros valores y convicciones. ¿Qué hacer con la Formación Profesional, ahora tan desgajada y superada? Nunca debe sacarse del sistema educativo, sino integrarse en el mismo. Cuando las materias obligatorias a cursar sean iguales y comunes, en el mismo nivel de bachillerato se podría ya optar por otras diferenciadas de acuerdo con la rama profesional que interese a cada uno. Tampoco quedará excluido ningún estudiante de Profesional de la Universidad, a la que podrá integrarse posteriormente en función de sus capacidades. De este modo la oferta profesional se haría mucho más atractiva y alcanzaría la consideración social que merece.
[www.pstu.com.ar]
Por el contrario, el ambiente que se respira es el de una enseñanza elitista, que segregue a quienes social y económicamente se consideran no capacitados para que las élites no tengan que superarse, midiéndose con las competencias de quienes luchan por el acceso a los niveles superiores, reservados con la osadía más intolerable. Universitarios y obreros pretendían unirse en tiempos de la Transición española para producir un cambio revolucionario. "Obreros y estudiantes unidos, adelante", era entonces el eslogan más coreado. Se confiaba en que la educación podría sostener el cambio necesario. La Transición se cuestionó en el primer momento, pero después se olvidó en aras del realismo y se redactó la Constitución como el ariete contenedor de cualquier rebelión posible. Es ahora, de nuevo, cuando se empieza a dudar de que todo aquello sea intocable. Una gran mayoría arremete contra la educación politizada en Cataluña, pero es que no sólo está manipulada políticamente en ese territorio. El mal está siendo global.

No cabe ninguna duda de que se tiene miedo a cualquier clase de cambio, como si valiera más lo malo conocido. Si las turbulencias socio-políticas golpearan nuestras mentes, no habrían sucedido en vano. Hay que hacer frente a las situaciones, en lugar de poner a actuar mecánicamente el sistema legal. Claro que es dura la ley, pero no podemos olvidar que todas las leyes han sido elaboradas por el poder de legislar, que está en el Parlamento por mandato de los ciudadanos. Son estos los que exigen reformar la ley de educación para adecuarla a lo que necesita la sociedad española, pero los parlamentarios parecen dormidos y no se dan por aludidos. Han de saber que la única dirección posible es la de aprender para la vida.

Julián Arroyo Pomeda


miércoles, 8 de noviembre de 2017

La juez Lamela y Bruselas

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odavía no se ha conseguido superar la conmoción producida por los acontecimientos políticos y judiciales acaecidos en Cataluña, cuando llega la noticia esperada de la posición de Bruselas, el centro de la Unión Europea. Por fin, parece que el juez encargado del caso del President cesado (es un modo usual de referencia, aunque Santamaría esté muy atenta a corregir al periodista, que le preguntaba, diciendo que era ex presidente, gran aportación la suya, desde luego) por la aplicación del artículo 155, centra el asunto con considerable sensatez. Que la juez Lamela ha sufrido un ataque de celo ha quedado en evidencia, al ser corregida desde Bruselas. Sabemos que aquí no se entra en el fondo del tema, pero si pone de manifiesto que hay otras formas de orientar la situación, sin necesidad de encarcelar a la mitad del gobierno catalán.
[www.elpais, la juez Lamela]
Para Lamela era necesario dictar prisión preventiva, no fueran a escapar al extranjero. El argumento es que si ya lo habían hecho unos, ¿por qué no podrían hacerlo también los demás? Lo sorprendente es la debilidad del contenido argumental: no tendrían que hacerlo necesariamente. El juez de Bruselas ha conseguido el efecto buscado, acordándolo simplemente con los interesados y sus abogados. Había que actuar, además, con urgencia, sólo por si acaso, aunque se entre en una actuación incoherente entre la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo. No respetar derechos requiere un plazo razonable para preparar las defensas, como una semana, por ejemplo. Ya verán todos que no va a pasar nada por esta cortesía judicial. ¿Por qué se actúa en unos casos de una manera y en otros de otra? No puede dejar de señalarse que produce perplejidad y hasta cierto escándalo.

Es, también, rocambolesco que el Gobierno tenga que aclarar que los presos podrán presentarse a las próximas elecciones, ya que no están acusados de nada. Desde luego, resulta bastante raro que ciudadanos encarcelados puedan hacerlo, incluso como cabeza de cartel. ¿A esto lo llaman normalidad democrática? Lo que importa es que no huyan del país, o que puedan destruir documentos, lo que resulta muy extraño, dados los registros exhaustivos realizados por la policía nacional, así como el hecho de que ya ninguno pueda entrar en el palacio de la Generalidad. Tampoco podían huir, si se les retiraba el pasaporte. ¿A cuento de que organizar semejante tragicomedia?
[www.rtve.es; el fiscal Maza]
Bruselas, en cambio, ha hecho las cosas con rapidez y sin algarabías, ni alborotos. El fiscal español no ha disimulado nunca la ‘objetividad‘de sus actuaciones. El hecho de que tenga que declarar públicamente que el Gobierno nunca le ha pedido nada, ni tampoco lo ha hecho nunca él. Faltaría más. La jueza Lamela también ha disimulado su servilismo a las argumentaciones del fiscal. Claro, luego se extrañarán que los ciudadanos no se fíen de la justicia española. Además, seguimos haciendo el más espantoso ridículo, no aprendemos.

Desde luego, los dos estilos contrastan entre sí. En un caso resulta la seguridad y el dominio de la situación. La transparencia en la información detallada. La efectividad en los procedimientos. La coherencia y la elegancia de las formas. En el otro, todo lo contrario, no hace falta descender a detalle. Se trata de cuestiones de cultura democrática y de tradiciones consolidadas. Estamos en Europa, sí, pero apenas hemos asimilado su cultura. Nosotros seguimos a lo nuestro: que inventen ellos. Ni Unamuno hablaría ya de este modo.
[www.lavanguardia.com; Sáez de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno]
Ante el escándalo catalán, Europa parece que se contiene, como si le avergonzara hablar. El único que se expresan bien en francés es Puigdemont, mientras que los representantes del Gobierno le contestan una y otra vez. Hasta el Presidente del Gobierno español contrarresta sus declaraciones, y a que sería demasiado que algunos representantes europeos pensarán que los catalanes encarcelados lo han sido por sus ideas. No serán presos políticos, pero todos han sido cesados por declararse independientes y haberse rebelado contra el orden constitucional, habiendo escindido en dos la sociedad catalana. Tiene gracia que se diga que la culpa es de "ellos", porque se les ha advertido con infinita paciencia de lo que podría suceder, sin que lo hayan evitado. También tendremos algo de culpa "nosotros" por haber despejado caer el mazazo del 155. La Vicepresidenta del Gobierno lleva buena parte del año en curso con un despacho en Barcelona. Habrá que preguntarse qué ha hecho, además del ridículo. Acaso puede haber ido de vacaciones, pero ella dice que ha estado trabajando. Pues menudo resultado ha conseguido. Popularmente se dice que la gente pequeña de estatura tiene muy mala leche. Desde luego, talante dialogante tiene poco. A veces distinguen entre el pueblo catalán y sus gobernantes, pero no deja de sonar esto demasiado falso. 

La legitimidad de cualquier gobernante procede de los ciudadanos que le hayan elegido. Si gobierna es gracias al voto del pueblo, ¿por qué, si no? La democracia original resolvía sus litigios reunida en asamblea, mientras dialogaban entre sí y tomaban decisiones. Esto implicaba paideía (educación). En lugar de eso, ahora entre nosotros lo que predomina es la crispación, la intransigencia, el dogmatismo, el rechazo del otro, en una palabra. Negociar y llegar a acuerdos parece de ingenuos. Hay que judicializarlo todo para que los jueces apliquen las leyes, sin que importe la justicia y los derechos de los ciudadanos. Así, en lugar de evolucionar y desarrollarnos más, involucionamos y consideramos enemigos a los enemigos de España, como en otros tiempos. Que falso resulta todo.

Comprendo la indignación de Antonio Muñoz Molina, cuando en el extranjero le dicen que seguimos viviendo en Francolandia, pero con las cosas que pasan a los periódicos del exterior les tiene que resultar muy difícil entendernos. Mientras tanto, varias cadenas de radio de nuestros lares se dedican a lanzar insultos e ironías de pésimo gusto, especialmente en las primeras horas de la mañana y las últimas de la noche, manipulándolo todo. ¡Qué vergüenza da oír a los comentaristas, que lo saben todo de cualquier cosa, burlarse entre risas del ‘oso‘ catalán, o de la ‘gallina‘ de Cataluña! O propalar con el mayor desparpajo que determinados alcaldes no tienen ni el bachillerato elemental. Pobres ignorantes carrozones, ellos sí debieron cursar el bachillerato elemental, pero hace varias décadas que ya no se cursa. Nuestras cárceles pueden ser muy modernas, ofreciendo hasta piscina a los presos, que viven en ellas como en un hotel, se suele decir, pero el maltrato a los mismos también sigue de actualidad. Nada puede compensar la falta de libertad de cualquiera y la humillación de políticos gobernantes, mientras que la rabia puede seguir incrementado el número de ciudadanos que quieren ser independientes. ¡Cuánta miseria nos rodea!

El futuro horizonte

No quisiera adelantar acontecimientos, porque podrían perturbar la reflexión, pero es que el futuro, si lo hay, lo tenemos encima. Queda sólo mes y medio para las elecciones catalanas y parece probable que no haya ni siquiera proyecto político, o, al menos, nadie lo expone. ¿Hay, entonces, futuro? Si los resultados electorales fueran parecidos a la estadística actual, ¿qué pasaría? Los partidarios de la independencia continuarían con los mismos o parecidos planteamientos y ante ellos lo único que queda es continuar aplicando el 155, pero esto no puede durar eternamente, así que habría que tomar determinaciones políticas que no están en la perspectiva del próximo horizonte. Entonces, ¿qué? Claro que los más optimistas confían en que el resultado electoral dé ahora la vuelta y sean otros los que gobiernen en Cataluña, es decir, los denominados constitucionalistas. Esto es el optimismo de la voluntad frente al pesimismo de la razón. ¿Podría haber un término medio equilibrador porque todos hayan aprendido algo? Siempre es posible, pero lo que no me parece es probable. Más bien creo que esto tendría una futura continuación, que volverá a realizarse en otra confrontación más o menos violenta. ¿Qué hacer? He aquí la cuestión, que, desde luego, no pueden resolver las instancias judiciales, ni mucho menos Europa.
www.elmundo.es; Puigdemont, President del Gobierno de Cataluña]
Suponiendo que el deterioro fuera cada vez mayor, igual es necesario plantear elecciones a nivel estatal para que haya nuevos gobernantes, que tengan el coraje de enfrentarse con el tema y tomar la situación por los cuernos. Todo podría suceder.

Julián Arroyo Pomeda