viernes, 6 de febrero de 2015

Organización de la filosofía en la LOMCE: cinco razones que la invalidan



Tanto en la LOMCE como en el último Real Decreto que establece el currículo de Secundaria y Bachillerato aparece la organización de las materias filosóficas con resultados nada favorables para la filosofía. Es el momento de hacer unas reflexiones críticas que ofrezcan una valoración particular, pero razonada.

Por mi parte, he encontrado cinco razones que me parecen sintetizar bien por qué esta organización es inválida pedagógica y científicamente con la finalidad manifiesta de degradar el contenido de la filosofía. Habrá que requerir al legislador por los motivos que le han llevado a un tratamiento tan inadecuado de la tradición cultural filosófica, aunque aquí apuntaremos, también, algunas de sus estrategias.

1. Resalta, en primer lugar, la dispersión de tratamiento. Esto se puede deber a la incapacidad de tener una concepción del significado milenario de la filosofía. Ignorancia o pura simplificación pueden estar en la raíz de todo esto. Por otra parte, el tratamiento especializado que se hace de los bloques en su evaluación y los estándares de aprendizaje contradice tal forma de ver. Tanto en Filosofía, como en Historia de la Filosofía, manejan bien autores, épocas y problemáticas. Sin embargo, no han dado con un tratamiento unitario de las materias, dejándolas enteramente dispersas. Podrían no conocer las estrategias de funcionamiento de las aulas y las posibilidades de transmitir la información. Esto es posible, dado que todo parece resuelto de forma puramente técnica. También podría ocurrir que lo que realmente han tomado en consideración es la filosofía de primero de bachillerato y que todo lo demás se haya impuesto por circunstancias varias.
La falta de una organización unitaria, el desconocimiento del significado de la filosofía, o la necesidad de tener que aceptar lo que no consideran relevante son otros tantos motivos que mueven a la más profunda inquietud, porque no sólo deja coja a la materia, sino que la manipulan con técnicas pseudocientíficas. Esto exigiría un replanteamiento profundo de la propuesta curricular.

2. Subordinación a las enseñanzas de la religión en la escuela
De entrada, hay que recordar que los denominados Valores éticos corresponden al bloque de "asignaturas específicas", 25, a elección de padres, madres, tutores legales o del alumno.
Cuentan con los bloques siguientes en Primer ciclo de ESO.
Bloque 1. La dignidad de la persona.
Bloque 2. La comprensión, el respeto y la igualdad en las relaciones interpersonales.
Bloque 3. La reflexión ética.
Bloque 4. La justicia y la política.
Bloque 5. Los valores éticos, el Derecho, la DUDH y otros tratados internacionales sobre derechos humanos.
Bloque 6. Los valores éticos y su relación con la Ciencia y la Tecnología.
En cuarto de ESO los bloques son idénticos y con la misma redacción. Aquí la desgana del legislador es total, ya que los mismos bloques valen para primer ciclo y para cuarto, ¿para qué molestarse y pensar algo en el nivel al que se dirigen?

La LOMCE presenta una concepción de la Ética, rama ancestral del campo filosófico, de clara subordinación a la materia de Religión escolar: si no hubiera Religión en la escuela, tampoco habría Ética (o Valores éticos). Sólo para justificar la Religión, se proponen los valores éticos como alternativa. Bien entendido que la Religión tiene ‘per se’ una moral; por tanto, quienes cursen religión católica, por ejemplo, no tendrán que cursar ya Valores éticos. Sólo hay que ofrecer Valores éticos a quienes no se apuntan a las enseñanzas de Religión. Subordinación total, pues. Además, parece que los Valores éticos no importan nada a la Religión, ¿podrán, incluso, ser rechazados por ella?

Desde 1990, la Religión ha estado marginada por las leyes, según sus defensores, por lo que es necesario mejorar la concepción de la misma. Con Religión o Valores, se mejora su consideración y se supera dicha marginación. Incluso se podría ofrecer en Bachillerato. La carga horaria será equivalente al resto de las asignaturas. Los Acuerdos se han cumplido. Satisfacción para muchos sectores religiosos. Que esté la Religión en el ámbito escolar es una opción política y también que no lo esté: que elijan libremente los ciudadanos. La neutralidad no existe en el caso de la educación.

Desde un planteamiento intelectual no se debe someter a los alumnos y a sus padres a una situación de dicotomía para que decidan. [A este respecto, para que se vea que esto lo internalizan los alumnos y no es sólo algo teórico, recojo el breve texto de J. Bono, al preguntarle un cardenal si era creyente. “Mi hija Anita lo tuvo más fácil cuando mi tía María le preguntó si creía en Dios: “¿Cómo quieres que crea en Dios si yo voy a clase de ética?” Bono, J., Les voy a contar. Planeta, Barcelona 2012, p. 83]. La Ética es un valor universal, exigible para todos y necesaria en el mundo actual como una opción existencial y vital, mientras que lo religioso, es un valor individual y personal. No pueden ponerse en paralelo los dos valores. Deberían estudiar Ética todos los alumnos y, además, religión los que quisieran utilizar este derecho constitucional. Lo que no se puede hacer es obligar a unos a una determinada alternativa para garantizar a otros un derecho individual, porque esta solución es un castigo manifiesto para los que no hagan religión y, además, se superan con creces los Acuerdos. Aquí debe haber neutralidad, de lo contrario se establece la discriminación. Uno está en su derecho a decir: yo no deseo cursar religión, sin que esto tenga aparejado ninguna otra consecuencia. Y el que estudie religión, también podrá exigir cursar una ética universal. Es el Estado quien tiene la obligación de dar una formación ética o moral civil a todos los ciudadanos para enseñar los que se han denominado "valores superiores" (justicia, igualdad, libertad, pluralismo) de nuestra Constitución. Tales valores pertenecen al ámbito público, mientras que la Religión tiene, sobre todo, un espacio privado. Del derecho a elegir no puede derivar obligación ninguna, lo que sí ocurre en la LOMCE. Una opción política se neutralizaría con otra opción política contraria. Y así, ¿hasta cuándo? Establecer una doble moral es una barbaridad, como también lo es establecer un doble derecho, como hacen algunos, el primario (de los padres) y el subsidiario (del Estado). Esto parece remontarse a la concepción de las dos espadas, o los dos poderes, Estado e Iglesia, teniendo siempre en cuenta que la Iglesia es la única sociedad perfecta, mientras que el Estado, o sociedad temporal, será subsidiario. ¿Todavía puede mantenerse tal concepción en la actualidad? No, es algo trasnochado, definitivamente, y retrógrado. Es una especie de esperpento.

En cuanto a la legislación concreta en que se  basa todo esto, se trata del Art. II del Acuerdo entre la Santa Sede y el Estado español sobre Enseñanza y Asuntos culturales, que entró en vigor el cuatro de Diciembre de 1979: “Los planes educativos in­cluirán la enseñanza de la religión católica en todos los Cen­tros de educación, en condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales”. Pues bien, el asunto está en el término equiparable. La RAE lo define como lo que se puede equiparar, comparar o relacionar. Sus sinónimos son igual, semejante, coincidente, concordante, paralelo, idéntico. No hay duda de que se trata de condiciones iguales. Ahora bien, sorprende que, si hasta hoy, no ha habido tal igualdad la Conferencia episcopal no lo haya denunciado por los cauces legales, quejándose solamente de que no se cumplían los Acuerdos. Igualmente sorprende que, siendo iguales estas enseñanzas a las disciplinas fundamentales, no sean obligatorias, que los profesores de las mismas sean designados y controlados por la autoridad académica entre los propuestos por el Ordinario diocesano y que la jerarquía eclesiástica establezca los contenidos de las mismas, así como los libros de texto y los materiales didácticos, y que sus profesores no pasen por el mismo cauce al del resto del profesorado. La propia Conferencia Episcopal Española, a través de Isidro Catela Marcos, Director de su Oficina de Información, aclara en carta a El País de 31.05.2013 que “‘equiparable’ no significa idéntica, de hecho en la Lomce está previsto que sea optativa (no troncal y obligatoria, como pueden ser las Matemáticas, la Lengua o la Historia)”, ni que “tampoco está previsto que cuente de la misma manera en las calificaciones del alumno. Parece razonable que si es elegida voluntariamente se evalúe para que no se devalúe, pero tampoco la Lomce prevé que la calificación sea tenida en cuenta en las evaluaciones externas”. No obstante, todo esto constituye una especial singularidad. Los Acuerdos cierran el tema a favor de la Jerarquía, sin que el Estado pueda hacer absolutamente nada. Llamar Acuerdos entre dos a algo que favorece únicamente a una parte parece es una completa claudicación. En el fondo lo de la alternativa quiere dar la vuelta a la libertad que exige la Constitución para hacer de las enseñanzas religiosas algo obligatorio. No estás obligado a cursar Religión, pero sí a su alternativa, ¿en qué quedamos?

¿Qué hacer en esta situación?
Téngase en cuenta que las enseñanzas posibles de los Valores éticos sólo pueden establecerse como subordinados a la enseñanza de la religión y como su apoyo, justificación y alternativa. Sólo se trata de legitimar las enseñanzas de la religión en la escuela, que para que no se caigan tienen que estar apuntaladas por los contrafuertes de la ética como su imprescindible suplemento. Para suavizar la situación se introduce la posibilidad de elegir una de las dos materias o las dos, pero el problema continúa porque, si un alumno lo que no quiere es hacer religión, habría que añadir a las dos la expresión “o ninguna”.

Hay que proclamar que la ética o los valores éticos no son alternativa de ninguna materia y que la posición adoptada por la LOMCE constituye una manipulación y sojuzgamiento de los mismos para asegurar la enseñanza de la religión, que corre peligro. Se trata de una perversión y un regalo envenenado que no contribuirá al prestigio de las materias filosóficas, ni a la salud cívica y democrática. El vínculo entre el entendimiento teológico y la filosofía no es aceptable. Preferimos que nos dejen a nuestra modesta suerte antes que someternos a cualquier servidumbre. El Estado tiene que establecer en educación una moral civil con unos mínimos básicos para todos los estudiantes desde los principios constitucionales y los Derechos humanos para todos los estudiantes. Cada uno tendrá que solucionarse sus problemas sin aprovecharse para ello de los demás. La ética no puede depender de nadie, porque es autónoma y no puede haber cortadas. Nos importa la estatura moral, de la estatura religiosa tendrán que ocuparse otros.

Una vez que la ley esté en vigor, referente a los Valores éticos, sólo quedan dos posiciones: a) aceptación o b) rechazo. En ambos casos habrá que actuar en consecuencia. Algunos podrán decir que, al ser profesores funcionarios del Estado en una determinada Comunidad autónoma, no queda otra. Es cierto, pero ¿ni siquiera queda el mantenimiento de una actitud de protesta? ¿Tampoco se puede echar una mano de la coherencia intelectual o de la objeción de conciencia? También es posible pensar que en los Institutos se necesitan horas para formar puestos de trabajo. Las horas correspondientes a los Valores éticos no son despreciables, ahora que la filosofía va del ser a la nada. Seamos prácticos y razonables.

Al fin y al cabo, inculcar a los estudiantes valores éticos es la responsabilidad específica del profesorado de filosofía. Estamos obligados a ello desde cualquier espacio. No es posible permitir el rechazo de los valores éticos y sociales.También se puede responder al reto de la Conferencia episcopal con sus mismas armas, aunque se imponga la depresión intelectual. Ellos trabajan en una asignatura que tenga suficiente dificultad como para que la gente huya de ella y se apunte a Religión, evitando así la exigencia del profesorado de Filosofía, siempre celoso de sus materias. Se trataría, entonces, de poner las cosas cada vez más fáciles y menos exigentes para competir así ventajosamente con Religión. Por otra parte, se puede dar un rechazo total a esta imposición del poder clerical, exigiendo, en cambio, el establecimiento de una ética civil de acuerdo con la idiosincrasia cultural de los hombres y las posibilidades formativas propias de la ética.

No es aceptable este tipo de educación en valores éticos desde la religión como modelo de referencia: los ciudadanos tienen unos derechos que no pueden coincidir con los de la Santa Sede. La confesionalidad no es un valor civil y democrático. Hace falta una ética simplemente filosófica, lo demás es tomar la moral en vano. Necesitamos una ética "sin religión" (E. Guisán). Una moral religiosa determinada impide el pluralismo moral. El Estado es quien tiene que gestionar la marcha de la sociedad.

3. Aislamiento de la Historia de la Filosofía
Aquí la descoordinación es total y hasta parece comprensible, ya que cada materia va por su lado. Nada tiene que ver la Historia de la Filosofía con los Valores éticos de Secundaria, ni tampoco con la Filosofía de primero de bachillerato. Primero, porque todos estudiarán Filosofía en primero, pero no Valores éticos, ni Historia de la Filosofía. Incluso en el caso de que alguien los eligiera, tampoco hay ninguna referencia siquiera en las dos materias de cursos inferiores, lo que sí podría hacerse. No se hace por lo ya dicho. Valores éticos es algo forzado y obligado en Historia de la Filosofía, tampoco tiene ninguna relevancia. Parece que el legislador hubiera querido eliminar casi todo, dejando sólo la Filosofía de primero de bachillerato como algo testimonial. Cualquiera sabe que así no es posible enseñar filosofía, pero ¿qué más da? Aislándolo todo y sin establecer ninguna ventana de comunicación las cosas caerán por su propio peso.

4. Materia troncal inabarcable y poca precisión en los bloques
La propuesta curricular de la única materia troncal de carácter filosófico en bachillerato tiene contenidos gigantescos e inabarcables. El RD. ha eliminado la secuencia de unidades que aparecía en el borrador para enfatizar los estándares de aprendizaje evaluables. Podría valer. Lo que pasa es que para que algo sea evaluable tiene que contar con contenidos, de lo contrario se reducirá a lo formal, lo general y a selecciones arbitrarias, como analizar textos, argumentar, razonar opiniones, elaborar vocabulario y esquemas, o leer textos.

Lo que entra en cada bloque es bastante desproporcionado. Hay bloques con un solo contenido (como el 2), otros con dos (como los bloques 3, 4 y 5) y alguno con cinco (como el bloque 6), completamente dispares, ya que en la racionalidad práctica entra Ética, Política, Estética, Lógica, Empresa. ¿Tanto costaba añadir un bloque o dos más para distribuir este último o es que se les habían acabado ya las fuerzas? Las Editoriales tendrán que decidir si dejan los bloques desnudos o incluyen unidades en los mismos. En todo caso, creo que aquí también falla lo que significa unitariamente la filosofía, que ni se la plantean, en mi opinión.

5. Prueba externa con la filosofía lejana espacio-temporalmente

Las barbaridades cometidas son muchas, pero esta las supera a todas a nivel práctico y perjudica grandemente a la materia y a los mismos estudiantes. ¿Piensan las administraciones educativas? En cuanto instituciones oficiales desde luego que no, ya que carecen de capacidad para ello. Otra cosa son las personas que se encuentran al frente de las mismas. Éstas sí tendrían que pensar en cómo organizar y gestionar el contenido de leyes y decretos que salen de las mismas, parece lógico. Pues bien, creo que tales personas piensan todavía menos por lo que vamos a ir viendo, referente al Ministerio de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de España.

Con fecha 3 enero de 2015 se ha publicado en el BOE el Real Decreto que establece el currículo básico del bachillerato. Teniendo en cuenta que el primer curso de dicho bachillerato comenzará a impartirse en el próximo mes de septiembre, parece que la previsión para que las distintas administraciones lo adapten es escasa. Nada digamos de las editoriales que ofrecen libros de texto y demás recursos para profesores y alumnos. Se impondrá la improvisación, dado que no tienen tiempo material para desarrollar los contenidos de las distintas materias. Tendrán que trabajar a destajo, en lugar de hacer las cosas bien y con calidades técnicas.

Las materias troncales en primer y segundo de bachillerato se fijan en los artículos 27 y 28 del Decreto. Su particularidad es que unas tienen continuidad en los dos cursos y otras no. Las desventajas de estas últimas son evidentes. La filosofía es la única materia troncal, que sólo se cursa en primero de bachillerato, lo que tendrá consecuencias graves en la evaluación final de la etapa. Por qué se cursan unas materias en los dos cursos y otras sólo en uno, es algo que acaso sepa únicamente el legislador. Mientras no se dé una explicación razonable, esta decisión es discutible y, además, implica una grave discriminación. ¿Por qué se trata tan mal a la filosofía? Se me escapan las razones, que, en todo caso, tiene que ser ideológicas.

Centrándonos en la evaluación final, ésta incluirá "todas las materias generales cursadas en el bloque de asignaturas troncales" (artículo 31,1, a). Y añaden que en el caso de las materias que impliquen continuidad, lo que sucede, por ejemplo, con Lengua Castellana y Literatura I (en primer curso) y Lengua Castellana y Literatura II (en segundo curso), así como también Matemáticas I (en primer curso) y Matemáticas II (en segundo curso), entonces para la evaluación se tendrá en cuenta solamente la materia cursada en segundo curso. Esto es lo que se venía haciendo hasta ahora con la prueba de Selectividad y era razonable.

Si los técnicos oficiales salieran alguna vez de sus despachos o, simplemente, preguntarán al profesorado ejerciente en las aulas, se darían cuenta de que los jóvenes estudiantes olvidan prácticamente todo lo estudiado en el curso anterior al año siguiente. Esto por varias razones, que no es cuestión de explicar aquí ahora, pero es un hecho comprobable, por lo que en el curso segundo siempre se suele repasar un poco lo del año anterior, durante el primer trimestre.

Parece, pues, manifiesto que la materia menos digna de consideración es la Filosofía. Al haberse cursado sólo en primero, cuando venga la evaluación, al finalizar el segundo curso de bachillerato, se habrá perdido la actualización de lo que se estudió anteriormente y no será posible ya orientarlo ni siquiera mínimamente. Implícitamente se está avanzando el mensaje del escaso valor de la filosofía, por lo que es mejor dedicarse a preparar las materias de segundo, ya que las demás no interesan ya. Esta valoración no sólo no es objetiva, sino que es, a todas luces, injusta.

¿Se podría hacer algo todavía para corregir semejante atropello? Siempre es posible, pero no se hará, porque lo que no hay es voluntad para ello. El mensaje transmitido es más que manifiesto: no hemos podido suprimir definitivamente la filosofía del bachillerato, pero la devaluaremos tanto que, al final, acabará cayendo por su propio peso. Esto es lo que deben haber pensado los técnicos del currículo básico, orientados por el mostrenco capitán del Ministerio, Wert Ortega, que ordena y manda sin demasiadas contemplaciones. Para tales decisiones tan contundentes, pero demasiados torpes, no se necesita pensar ni mucho ni poco.

Puede decirse, sin ninguna exageración, que la situación en que quedan las materias de filosofía en la LOMCE es la peor de las posibles desde los tiempos de la dictadura franquista. En efecto, tanto por la consideración académica de las materias, como por su peso horario, es posible que vayan en creciente disminución en el bachillerato español, lo que resulta preocupante.

La LOMCE contempla las asignaturas como troncales, específicas y de libre configuración. La filosofía queda en primero de bachillerato entre las troncales generales, que han de tener el 50% del total del horario. En segundo de bachillerato aparece como troncal de la opción "Humanidades y Ciencias Sociales", y también como específica. Esto significa que se pueden elegir dos asignaturas de entre cinco; en las específicas, se puede seleccionar tres de quince. La probabilidad de su elección es, pues, escasa como troncal de opción y prácticamente nula como asignatura específica. Esto en cuanto a su concepción académica.

No se conocen todavía hoy los horarios, pero se supone que serán tres horas como máximo para cada una de las asignaturas. El balance es a todas luces negativo en una ley cuyo único enfoque es tener en cuenta el desarrollo económico de las sociedades tecnológicas y el pensamiento único de la globalización, entendida en el peor de sus sentidos. Además, por si fuera poco, en desarrollo económico no contamos nada y en pensamiento único dependemos de los grandes centros europeos, norteamericanos y japoneses, entre los más importantes.

Julián Arroyo Pomeda

Ilustraciones: www.amorherido.com; www.upd_accesorestringido.es; www.taringa.net; www.usitep.es



lunes, 2 de febrero de 2015

Autoritarismo y autoridad: el plan Wert para la Universidad



Con absoluta sorpresa el ministro Wert ha presentado su nuevo plan de estudios universitarios. De los cinco años anteriores para la Licenciatura, con el plan Bolonia -de tan sólo hace siete años- se establecieron cuatro años para el Grado y uno de Máster (4 + 1). Con el plan actual se reducen los cuatro años a tres y se amplía el máster de uno a dos (el llamado 3 + 2).

Las razones ofrecidas por el ministro no se las cree nadie, ni él tampoco, a pesar de ser un manipulador de primera categoría. Dice que si todos los grados pasarán de cuatro a tres años las familias se ahorrarían 150 millones de euros en el coste adicional de tasas. Las Universidades no están obligadas a hacerlo, si no quieren, pero las consecuencias de este no ahorro serán de su responsabilidad: "En las universidades que no se produzca esa transformación no habrá ahorro". Ahí queda eso y no hay imposición.


Por si eso no bastara, los estudiantes podrían transitar a universidades extranjeras con mayor facilidad y sin perder un año, puesto que las punteras tienen implantado el modelo 3 + 2. Sólo una pequeña parte de estudiantes tendrán que pagar más, los que hagan el máster de dos años, pero sólo son el 20%. Lo mismo pasa en los estudios de doctorado, que necesitan grado y máster, pero los hacen muy pocos. Todavía más, porque "los países con grados de tres años mejoran su formación y empleabilidad". Además, lo acostumbrado es acabar el Grado, trabajar un par de años y volver al máster, si se necesita para la progresión laboral. Qué cinismo y qué desparpajo para moverse en las estratosferas del limbo, cuando todo el mundo sabe que el paro de menores de 25 años supera el 50%.


A Wert le da todo igual: rechaza el dictamen del Consejo de Estado, que pidió paralizar esta reforma, rechaza la anomalía que esto va a suponer, según la rectora de la UMA, Adelaida de la Calle, no le importa que no se haya evaluado el plan Bolonia de 2007, rechaza lo que le digan los estudiantes y la prácticamente totalidad de la oposición política. Se pone el mundo por montera y con su ya demostrado autoritarismo decreta lo que le parece.

La irracionalidad de Wert es modélica por desvergonzada. No se da cuenta que esto es un paso más en la degradación universitaria. Los graduados tendrán menos calificación y, por ello, menos posibilidades laborales. Tendrán que hacer necesariamente dos años de máster para mantener sus aspiraciones laborales. Es decir, habrá que pagar una matrícula más cara, en un tiempo mayor y con más contenidos. Así la Universidad se vuelve a convertir en más elite, en más privatizadora y quienes no puedan pagarla que se aguanten. En el fondo, esto es lo que pretende el partido gobernante. Sin embargo, el lenguaje de los populares es el mismo al que nos tienen acostumbrados: esto se hace para flexibilizar las opciones e integrarnos más en Europa. He aquí los grandes embustes, repetidos año tras años, hasta que nos los vayamos creyendo.

Ahora se trata de ahorrar en tasas y también de adelantar un año la entrada en el mercado laboral. ¿Quién ahorra, en todo caso? El 80% de los desgraciados frente al 20% de la élite económica e intelectual. ¿Quién entra en el mercado laboral? Algunos de ese 80% con contratos-basura y despido como perspectiva.

Que los rectores se quejan de la pérdida de homogeneidad, pues que espabilen, este es un problema. Recuerdo que hace unos años una vicerrectora de la Universidad Autónoma de Madrid nos reunió a profesores de Secundaria para pedirnos que colaboráramos desde dos Institutos en el año de formación de los que salieran de la Universidad y querían dedicarse a la enseñanza. Después de un buen rato de dorar la píldora, se le preguntó por los beneficios que reportaría este trabajo y contestó que todo se podía hacer, pero a coste cero. Ofreció nombramientos honoríficos y el uso de la biblioteca, etcétera. Algunos desaparecimos por vergüenza y dignidad. Entonces presidía la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, que cada vez presume más de decir tonterías.

Hay que optar por un sistema flexible y mixto, como se hace en Europa. Siempre la servidumbre y el seguimiento de lo peor. Nos hemos quedado hace tiempo sin soberanía y sin dignidad, aunque todavía demos lecciones a Europa. ¿De qué? Como no sea de hacer el ridículo… Las titulaciones de validez en el mercado laboral europeo requerirán dos años de máster, que aquí no los pagan las empresas, desde luego. Esto no es para la mayoría, sino para unos pocos privilegiados, no para la gente normal. Menudas equiparaciones con Europa.

El procedimiento para su aprobación es la vía del Real Decreto. ¿Quién se atreverá a decir que esto no es democrático? Por si quedara alguna duda declara Wert que el Gobierno fomenta "un diálogo con las Universidades” para llegar a "acuerdos más o menos homogéneos de implantación" con objeto de que no haya "disfunciones". ¿Quién dijo miedo? Las Universidades están mal financiadas, pues esto podrá contribuir a solucionar el problema. El título de grado se puede devaluar un poco y parte del profesorado podrá ser despedido. Así se sanea económicamente la empresa. Wert no se cansa de marearnos a todos: ha sometido el decreto a una "exhaustiva información pública". Qué menos, aunque después no haga caso de nadie, ya han sido informados todos exhaustivamente. Sanidad y Educación todavía pueden dar más de sí para extraer aún más sus raquíticos jugos, que se encuentran en las últimas. Un buen negocio. Y que no se quejen las Universidades, ya que se les concede total libertad para implantar el Decreto, cuando lo crean oportuno.


El ministro Wert carece de credibilidad y de la mínima autoridad, que supera con creces con su autoritarismo más absoluto. Es, quizás, el ministro de Educación más autoritario de la democracia. Se ha ganado la estrella de respuesta al reto. ¿Qué queda entonces? Sólo una cosa, echar a la calle a todo este Gobierno. Que se vayan lo antes posible para plantear rehacer el desastre del país, que se encuentra en ruina total de su estado del bienestar.

Julián Arroyo Pomeda




viernes, 30 de enero de 2015

Histerismo de la plutocracia financiera


Cuando un partido político se encuentra inundado hasta las cachas de corrupción, sus dirigentes más representativos suelen ponerse histéricos y hasta neuróticos, pensando que los acontecimientos pueden pasarles una factura elevada próximamente. Entonces reaccionan del modo más esperpéntico posible en lugar de empezar a reconocer lo que es verdad y poner remedio a tantos males. Siempre es posible hacerlo, aunque los tribunales de justicia contraigan, cada vez más, el estrechísimo cerco.


Todavía no ha pasado una semana del triunfo de Tsipras en las elecciones griegas y ya se han producido todo tipo de reacciones, sin dejar pasar ni un solo día. A la cabeza se encuentra Alemania, que endurece su postura de negociación con el fin de que otros países periféricos no se contagien. No importa Grecia, sino las posibles consecuencias. No importa ni siquiera a los griegos con más poder económico, que ya están sacando el dinero de los bancos ante la perspectiva del fin de la austeridad. ¿Concesiones? Si fuera posible, ni una, y, si no hay más remedio, las mínimas. No se debe olvidar que los recortes y ajustes económicos han hundido al PASOK. ¿Que intentan hacer ahora de nuevo?


España, adalid y sierva de Merckel da sus campanazos. De Guindos ha alertado que Grecia necesita financiarse y esto sólo lo hacen los mercados, si cumple los compromisos contraídos, que se reducen a pagar las deudas. Conviene recordar que De Guindos fue presidente de la filial española del banco de inversión Lehman Brothers, que quebró en 2008. Es decir, que fue uno de los responsables del desastre como lobo que vigilaba las ovejas. Éstos son hechos, no interpretaciones. Éste es el hombre que está proclamando que nosotros creceremos al 7%. Cuidado: hay que saber de dónde venimos. Ahora los españoles tendremos que pagar la deuda de 28.000 millones que España ha prestado a Grecia. Pero, ¿qué españoles se los han prestado? Los de a pie no, que tampoco son responsables de la crisis. Habrá sido el actual Gobierno, pero entonces, ¿por qué no los paga este gabinete que lo hizo bajo su entera responsabilidad y sin contar con nadie? Yo lo doy, pero exijo luego que pague su cuenta cada español. Una banda de ladrones y sinvergüenzas es lo que son.

González Pons riza el disparate comparando a Syriza con Otegui. Como Otegui celebra el triunfo de este partido, esto no puede ser una buena noticia para los españoles. Qué manera de desbarrar, que tendrá que ver lo uno con lo otro. A él no le gusta, deje en paz a los españoles. ¿Cómo se va a quedar atrás Rajoy? "Prometer cosas imposibles genera frustración", dice sobre Syriza. Cuánto sabe de esto este gran pillo, que no ha dejado de mentir a los españoles desde que llegó. Apoyó a Samaras, que ha perdido, lo que no le ha impedido felicitar a Tsipras.

¿Qué decir del cínico Montoro, tan solícito para investigar lo que ha cobrado Monedero, encubriendo "gastos que no son reales", y que se desentendió de las denuncias interpuestas a Jordi Pujol? Este personaje no debe haber encubierto nada. Este es el hombre que salvará Hacienda. Es un asco hacerse así el sueco.

Las plutocracias financieras no han perdido un segundo en reaccionar. La prima de riesgo griega ha superado los 1000 puntos y su bolsa ha caído a casi la mitad. El poder financiero está muy inquieto y es capaz de no respetar las elecciones democráticas, hundiendo todo lo que haya que hundir. ¿Qué es esto? El euro se deprecia frente al dólar.

A todo esto, ¿qué acciones tan importantes y escandalosas está realizando el gobierno de Tsipras? Lo que se propone es la salvación social, devolviendo a Grecia su dignidad y soberanía. ¿Tan malo es esto? Más en concreto, quiere el gobierno establecer medidas coherentes y humanitarias, priorizando el bienestar de las gentes sobre el enriquecimiento de las élites financieras, que se revuelven, desvergonzadamente.

Desean renegociar la deuda, no impagarla. ¿Por qué? Porque si no se modifican las condiciones actuales del rescate, entonces no es posible el crecimiento. Pensando hasta egoístamente, sólo si crecen podrán seguir pagando su deuda. Esto es elemental.

Quieren restaurar los puestos de trabajo a los funcionarios despedidos inconstitucionalmente. Esto es de simple justicia. Acabar con el espectáculo de las limpiadoras que se manifiestan ante el Parlamento por haber perdido su puesto de trabajo. O de volver el puesto a los trabajadores de la radio televisión griega. ¿Es tan grave esto?

Desean detener las privatizaciones de puertos y aeropuertos, por ejemplo, porque benefician a unos pocos y destruyen los objetivos sociales. ¿No ha debido estar siempre el interés común por encima del privado?

Quieren abaratar la electricidad para poder competir y favorecer a las familias más pobres, ofreciéndosela de modo gratuito a quienes la necesiten por estar por debajo del umbral de la pobreza. Además, con esta medida las empresas serán más productivas.

Devolver la universalidad al sistema público de salud y eliminar los pagos en hospitales y medicamentos, que ahora los griegos tienen que pagar por receta y atención hospitalaria.
Poner el salario mínimo en el nivel que tenía antes de la crisis. No quieren que ningún griego pase hambre, proporcionándoles comida.

Los agoreros de siempre se preguntan con qué dinero van a establecer tales medidas. Es muy fácil de entender: se trata de priorizar el gasto, dedicándolo a lo que sea imprescindible. Además, habrá que controlar la evasión fiscal. Es bueno soñar, que ya está bien, y también disfrutar del sol a diario. Tienen derecho a 100 días para presentar sus propuestas, permitámoselo, como se hace con cualquier otro gobierno que empieza. Ya está bien de humillar al pueblo griego.

Atacar a todos se ha convertido en consigna universal. Los periódicos también se mueven en esta histeria. Incluso El País, que parecía el menos morboso, se ha revuelto, porque Monedero ha falsificado su currículo, al escribir que fue invitado por Klaus Offe, de la Universidad Humboldt (Berlín) y la Iberoamericana de Puebla (México). Esto hace titular al periódico: "Monedero falseó la mayor parte de su currículo”. Hombre... parece excesiva esta valoración. El Mundo siente que le han pisado la noticia y lleva hoy (30 enero 2015) en portada: "Monedero responde atacando: ‘Nos han declarado la guerra’". Que aparezcan ya los misiles, hombre.

Julián Arroyo Pomeda

Ilustraciones: www.vozpopuli.com; www.cadenaser.com; www.elmundo.es;www.juan carlosmonedero.org


domingo, 25 de enero de 2015

La filosofía desahuciada


¿Piensan las administraciones educativas? En cuanto instituciones oficiales desde luego que no, ya que carecen de capacidad para ello. Otra cosa son las personas que se encuentran al frente de las mismas. Éstas sí tendrían que pensar en cómo organizar y gestionar el contenido de leyes y decretos que salen de las mismas, parece lógico. Pues bien, creo que tales personas piensan todavía menos por lo que vamos a ir viendo, referente al Ministerio de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de España.

Con fecha 3 enero de 2015 se ha publicado en el BOE el Real Decreto que establece el currículo básico del bachillerato. Teniendo en cuenta que el primer curso de dicho bachillerato comenzará a impartirse en el próximo mes de septiembre, parece que la previsión para que las distintas administraciones lo adapten es escasa. Nada digamos de las editoriales que ofrecen libros de texto y demás recursos para profesores y alumnos. Se impondrá la improvisación, dado que no tienen tiempo material para desarrollar los contenidos de las distintas materias. Tendrán que trabajar a destajo, en lugar de hacer las cosas bien y con calidades técnicas.


Las materias troncales en primer y segundo de bachillerato se fijan en los artículos 27 y 28 de Decreto. Su particularidad es que unas tienen continuidad en los dos cursos y otras no. Las desventajas de estas últimas son evidentes. La filosofía es la única materia troncal, que sólo se cursa en primero de bachillerato, lo que tendrá consecuencias graves en la evaluación final de la etapa. Por qué ese cursan unas materias en los dos primeros cursos y otras sólo en uno, es algo que acaso sepa únicamente el legislador. Mientras no se dé una explicación razonable, esta decisión es discutible y, además, implica una grave discriminación. ¿Por qué se trata tan mal a la filosofía? Se me escapan las razones, que, en todo caso, tiene que ser ideológicas.

Centrándonos en la evaluación final, ésta incluirá "todas las materias generales cursadas en el bloque de asignaturas troncales" (artículo 31,1, a). Y añaden que en el caso de las materias que impliquen continuidad, lo que sucede, por ejemplo, con Lengua Castellana y Literatura I (en primer curso) y Lengua Castellana y Literatura II (en segundo curso), así como también Matemáticas I (en primer curso y Matemáticas II (en segundo curso), entonces para la evaluación se tendrá en cuenta solamente la materia cursada en segundo curso. Esto es lo que se venía haciendo hasta ahora con la prueba de Selectividad y era razonable.

Si los técnicos oficiales salieron alguna vez de sus despachos o, simplemente, preguntarán al profesorado ejerciente en las aulas, se darían cuenta de que los jóvenes estudiantes olvidan prácticamente todo lo estudiado en el curso anterior al año siguiente. Esto por varias razones, que no es cuestión de explicar aquí ahora, pero es un hecho comprobable, por lo que en el curso segundo siempre se suele repasar un poco lo del año anterior, durante el primer trimestre.

Parece, pues, manifiesto que la materia menos digna de consideración es la Filosofía. Al haberse cursado sólo en primero, cuando venga la evaluación, al finalizar el segundo curso de bachillerato, se habrá perdido la actualización de lo que se estudió anteriormente y no será posible ya orientarlo ni siquiera mínimamente. Implícitamente se está avanzando el mensaje del escaso valor de la filosofía, por lo que es mejor dedicarse a preparar las materias de segundo, ya que las demás no interesan ya. Esta valoración no sólo no es objetiva, sino que es, a todas luces, injusta.


¿Se podría hacer algo todavía para corregir semejante atropello? Siempre es posible hacer algo, pero no se hará, porque lo que no hay es voluntad para ello. El mensaje transmitido es más que manifiesto: no hemos podido suprimir definitivamente la filosofía del bachillerato, pero la devaluaremos tanto que, al final, acabará cayendo por su propio peso. Esto es lo que deben haber pensado los técnicos del currículo básico, orientados por el mostrenco capitán del Ministerio, Wert Ortega, que ordena y manda sin demasiadas contemplaciones. Para tales decisiones tan contundentes, pero demasiados torpes, no se necesita pensar ni mucho ni poco.


Contra los descerebrados del MECD, agradezcamos al diario El País que ofrezca la biblioteca de grandes pensadores, actualizando así el valor de la filosofía, precisamente ahora. Necesitamos mucho de estos apoyos.

Julián Arroyo Pomeda

Ilustraciones:www.profesorgeohistoria.eswww.elfortindeguayana.com; www.elpais.es



lunes, 24 de noviembre de 2014

Transición nada modélica, ni concluyente


Estamos en unos momentos cercanos a la finalización de la Transición política española. Podría acabar pronto el ciclo de un régimen bipartidista en el gobierno de España que la transición de la dictadura a la democracia estableció sin apenas justificación, aunque con la mirada puesta en los países democráticos europeos y estadounidenses, pero es muy arriesgado trasplantar situaciones de unos países a otros, como se está visualizando claramente ahora. Por eso, unos y otros notan el nerviosismo de la conmoción que podría ocurrir. Querer acabar con la transición es cosa de ignorancia, se ha dicho, o es necesario reformar la Constitución para no destruirlo todo, indican otros.

La realidad es que el Estado español se encuentra inmerso en una situación de descomposición, que parece ya imparable porque se va hundiendo cada día un poco más en la corrupción, que tiene como consecuencia la máxima desigualdad social, sin la sostenibilidad ya de un marco que se hace más permeable por momentos. Cuando preguntan al ciudadano de a pie qué se podría hacer para salvarnos, unos optan por la purificación del fuego que lo explosione todo de golpe y otros se resignan a la impotencia completa. Un desempleo en torno al 24% de la población, con más del 50% en los jóvenes, que el actual gobierno ha aumentado en sus tres años de mandato y que es incapaz de parar, teniendo el cinismo de echarnos en la cara que somos los primeros de Europa en la recuperación económica, como si nos escupiera y se carcajeara en nuestras barbas miserables. La paciente sociedad española ya no puede aguantar más.
Se reiteran las proclamas a cooperar porque podremos salir adelante como otras veces se ha hecho y más ahora que tenemos la juventud más formada que nunca. Mientras tanto, el sistema educativo no sólo aparece estancado, sino que retrocede y no consigue interesar a los educandos por más estándares de aprendizaje que se establezcan.

Por si fuera poco, a la gran nación catalana no se la detiene ni con leyes y fiscales, ni con el mazazo de la soberanía, ni con las proclamas a la unidad. La unidad requiere un proyecto común, que no se ve por ninguna parte. Unámonos para alcanzar un proyecto futuro, sí, pero ¿dónde está éste?

Tanto nos han bombardeado con que la transición política fue un verdadero modelo a imitar que se sigue presentando internacionalmente, de vez en cuando, como digno de exportación. Pero hace aguas muy potentes que lo están estrellando sin remedio. Y es que sus bases pretendieron establecer la democracia política, desde luego, pero manteniendo el franquismo en todas sus vertientes, puesto que todo quedó "atado y bien atado". Cerebros y mentes están deformados. Tenemos las testas resecas, duras y berroqueñas, como ya señalaba Ortega en 1906.


Aquí nunca se hecho justicia a las víctimas de la dictadura franquista, ni se ha restablecido el legítimo gobierno republicano -al menos moralmente y con alguna dignidad-, que derrocó violentamente el golpe de estado del 36. Para nuestra vergüenza ha tenido que ser la jueza argentina, María Servini, la que ha ordenado, incluso mediante la justicia internacional, que sean detenidos preventivamente unos 20 acusados por crímenes durante
la dictadura, entre ellos Martín Villa, que fue ministro de Gobernación con UCD, y Utrera Molina, ministro de la dictadura y suegro de Alberto Ruiz Gallardón. El primero reprimió una concentración de trabajadores en Victoria, el 3 marzo 1976, con el resultado de cinco muertos. El segundo firmó la sentencia de muerte de Puig Antich, condenado y fusilado en 1974. Ni fueron juzgados tales ‘prohombres’, ni lo serán. Es más, en España se burlan de las decisiones de Servini. Tampoco mueve ficha la justicia internacional. Así que votamos la Constitución y aprobamos los demás acuerdos y los actos perpetrados en el franquismo. Por eso vemos a los que aún quedan de aquel régimen y a sus descendientes que nos gobiernan todavía.

Mientras pensaba en todo esto, cayó en mis manos la última gran novela de Rosa Regàs, Música de cámara. Resulta impresionante esta historia de amor entre Arcadia y Javier, con ideas tan distintas y estigmas tan marcados por el ambiente opresor de la posguerra, que acaban haciendo estallar la relación, aunque Regàs nos regale un final abierto --"Serás, amor, un largo adiós que no se acaba". Es todo un acierto. La narración en su primera parte alcanza momentos literarios emocionantes, que la segunda, mucho más breve, culmina con la terminación del exilio definitivo.

Regàs ha declarado esto: "Parece que ahora nos percatamos de los múltiples errores de una transición que creímos maravillosa". Ya sé que se trata de que los lectores visualicen cómo influye en la relación sentimental vivir en una dictadura, pero el contexto histórico en que se desarrolla la trama es importante. A mí me parece que el diálogo último de los dos personajes es algo que Regàs necesitaba decir. Se hizo el tránsito de manera impecable, es decir, sin exigencia de responsabilidades, ni juicios, ni desmantelamiento de muchas instituciones, sin resolver delitos de sangre, ni asesinatos: "No se puede fundar una democracia sobre los rescoldos de una dictadura", dice Arcadio (página 270). Y se hizo así, exactamente.

Incluso Franco nombró a su sucesor, el rey Juan Carlos I. Todo se amnistió y nadie hizo ninguna revisión de esto, incluso socialistas y comunistas, que eran, en su mayoría, republicanos. No puede limpiarse ya la historia porque todo quedó en las mismas manos de quienes anteriormente lo tenían o lo usurparon. Estamos inmovilizados, sin poder reaccionar.

La presentación de Barcelona es magnífica, qué bien conseguida está en la narración.

¿Para qué decir más, cuando se ha llegado a la más fina justeza? Hay que leer esta novela y alimentar la valentía de ilusionarse ante el final de un régimen que se acerca con pasos tranquilos, pero firmes y seguros. Que sea bienvenido y más cuidado, porque, en la despedida de Javier, se dice que "lo más complicado y difícil no había hecho más que empezar" (página 317).


Julián Arroyo Pomeda

Ilustraciones: www.frase-la-transicion; www.amnistiapresos; www.elpais14octubre2014; www.elpais14octubre2014; portada de la novela

martes, 11 de noviembre de 2014

Monago, el pillastre extremeño

Hay hombres que luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos.
Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles (B. Brecht)

En medio de la gigantesca nube de corrupción que envuelve al partido gobernante, apretando cada día más el cuello hasta asfixiarlo sin remedio, acaba de aparecer un último punto de luz iluminadora, el Presidente de Extremadura, por el escándalo de sus viajes varias veces al mes a Canarias hasta alcanzar un número de 32.

Quién es Monago


El Presidente de la Junta de Extremadura, desde el 7 julio 2011, nació en Quintana de la Serena (Badajoz) hace 48 años. Su primer trabajo profesional fue el de bombero, en 1987, como se encargó de divulgar ABC: "De bombero a presidente". Luego hizo Formación del Profesorado de EGB, Derecho en la Universidad de Cáceres y Salamanca, y entró en la carrera política a través de las Nuevas Generaciones del PP. Se convirtió en presidente gracias a la contribución de Izquierda Unidad de Extremadura con quien gobierna.

En sus tres años de gobernante se ha mostrado como un verso suelto, pactando con Izquierda Unida, suprimiendo los sueldos de los ex jefes del Ejecutivo, limitando el mandato de los presidentes de Extremadura a dos legislaturas, divulgando sus balanzas, siendo partidario de listas abiertas y de que gobierne la más votada, exigiendo inversiones, porque Extremadura es la gran olvidada de España, y mejor financiación, no apoyando la ley del aborto de su partido, pactando con el gobierno el pago de la deuda histórica que deben, superando una moción de censura, trabajando legislativamente contra la discriminación sexual, siendo partidario de acuerdos, estableciendo un subsidio de 300 € para las mujeres a partir de los 75 años, pretendiendo aliviar a la clase media con su reforma fiscal y haciendo deducciones a las rentas bajas, entre otras gestiones de gobierno. En fin, que parece tener tirón electoral y aprecio ante el pueblo.

Trayectoria truncada


Así ha sido hasta que el diario Público le ha cazado en sus viajes a Canarias a este orgulloso defensor de la austeridad a cargo del Senado para visitar a su pareja, que vive en Tenerife. Aquí se ha montado el lío, al haberlo negado, de entrada, Monago para proclamar que los viajes privados los pagó yo, aunque, finalmente, admite que devolverá hasta el último céntimo de lo gastado, porque él no está en política por dinero. De este modo ha conseguido que su partido en pleno le aplauda sus fechorías, por mucho que diga que "siempre he ido a trabajar honestamente". Honestamente, desde luego que no, aunque cierren las filas que quieran cerrar.

El caso es que hay que reconocerle desparpajo en sus declaraciones. En los recientes "Encuentros", celebrados en el diario El Mundo, alguien le preguntaba si no sentía vergüenza por los robos sistemáticos producidos en su partido. Esta era su respuesta: "El delito no puede nunca quedar impune. El culpable debe pagar en derecho por sus hechos. No se puede en ningún caso justificar que la confianza que se deposite en un representante público, se quiebre con hechos reprobables". Lo que pasa es que para ser coherente tendría que aplicarse a sí mismo sus propias palabras: culpabilidad, impunidad, hechos reprobables. De lo contrario, no se puede ser un político ejemplar, como le consideran sus compañeros de partido.

Con lo fácil que resulta solucionar el caso de malversación de caudales públicos, de lo que se le acusa. Primero, se reconoce que es cierto, como hace, mal que le pese, al declarar que devolverá hasta el último centavo gastado. ¿De modo que pagó sus viajes privados de su bolsillo y ahora pretende pagarlos otra vez, devolviendo al Senado lo que gastó incorrectamente? ¿Quién puede entender semejante sainete? Después se devuelve lo gastado ilegalmente. Por último, se dimite por haber mentido y haberse apropiado de dinero público. Esto sería un acto de dignidad y honradez. O dicho de otra manera: para un católico, como es Monago, procede confesarse,  reconocerse culpable y cumplir la penitencia que le impongan. Es así de simple, en lugar de retorcerlo todo y montar numeritos de llantina, al desbordarse sus emociones. Monago se ha convertido en un delincuente, por mucho que le pese a su partido. En su caso, la causa de su delincuencia son sus escapadas de amor. Que deje de quejarse de que le vayan a partir las piernas por luchar contra la corrupción. Zarandajas para que la gente mire para otro lado.


Claro que las dos cámaras representativas de España -Congreso y Senado- proporcionan los desplazamientos a discreción, sin ofrecer información ninguna sobre los mismos. Tanto el Congreso como el Senado "cubre los gastos de transporte en medio público (avión, tren, automóvil o barco) [de senadores y diputados]. Se trata de un reembolso de gastos, es decir, no se facilita una cantidad al parlamentaria, sino que se le abona directamente el billete a la empresa transportista" (Reglamento del Congreso). Viajan sin limitación alguna y cuando lo desean, sin tener que justificar el destino. Tienen incluso una tarjeta para taxis. Como puede verse, la transparencia brilla por su ausencia, precisamente.

El presupuesto del Congreso de los diputados no es moco de pavo. Para 2013 fue de 6.750.000 €, con 19.285 € por diputado. Además, corre con gastos de multas de su parque móvil, sin hablar de telefonía y programas. ¿Para qué seguir?


Si Monago viajó por razón de su cargo con las funciones propias del mismo, el asunto está resuelto con tal de que se justifique ante los ciudadanos; si se trata de asuntos privados, es responsable de malversación de dinero público. Esto sería una ilegalidad, injustificable, aunque Rajoy defienda su honorabilidad. Honorable, ¿por qué? En todo caso, merecería el aplauso por la coherencia de su dimisión. Tanto la Fiscalía como el partido al que pertenece deberían resolver esto a la mayor brevedad. De lo contrario es que no quieren ver lo que resulta ya evidente. Tampoco Monago tiene las agallas que reclamaba, no hace mucho, a un político catalán. Sólo quedará entonces que lo eche la ciudadanía extremeña de una vez, ya que no se merece que le gobierne quien se ha apropiado el dinero público y ha mentido descaradamente. Creo que ya no puede engañar a nadie, por mucho victimismo que emplee, soltando hasta unas lagrimitas, que tendrían que ser, en cualquier caso, de pura vergüenza por sus pillerías.

Monago se ha mantenido apenas tres años en su imagen de hombre bueno, pero ya no resulta imprescindible.

Julián Arroyo Pomeda

Ilustraciones: www.lainformación.com 7/11/2014; www.elmundo.es 11/11/2014; www.elpais. es 8/11.2014; www.publico.es 11/11/2014. 





sábado, 8 de noviembre de 2014

Ilusiones perdidas


La caída del Muro de Berlín sucedió la noche del jueves 9 de noviembre de 1989, hace ahora 25 años.


El Muro fue una horripilante arquitectura física, además de un símbolo. Como hecho físico tenía que caer: dividía un país en dos y separaba a ciudadanos de cultura común y la misma lengua. La política y las instituciones de gobierno decidieron: había que obedecer. En cuanto símbolo, la caída se llevó otras cosas importantes, que no se han divulgado mucho. Encuentro, conciliación e ilusiones nuevas se centraron en la conquista irrenunciable de la libertad como primacía frente a la seguridad intramuros. Era un sinsentido proteger a la ciudadanía de la opresión por la institución opresora misma. Qué disparate.

Con el tiempo se impuso el capitalismo neoliberal como alternativa única. Un mercado libre frente al viejo colectivismo de la ruina económica. Capitalismo era progreso y colectivismo retraso ancestral. El nuevo poder capitalista ofrecía la posibilidad de elección en una democracia liberal, pero ¿elección de qué y para quiénes? Los que carecían de todo ¿que podían elegir? Aprendimos que la libertad era formal, no real y efectiva. ¿Libertad para morirse de hambre? Emancipación, lucha por la justicia y organización familiar quedaban lejanos, bastaba un mini trabajo a plazo corto y muy flexible para vivir trampeando, pero de manera libre. ¿Bienestar, sanidad, jubilación o vivir libremente? La seguridad quedaba superada, al no haber enemigo.

Desgraciadamente, llegaron las Torres Gemelas y otra vez dio un vuelco la situación mundial. Importaba estar seguros, aunque para ello hubiera que invadir Irak. Todo iba a ser ya en adelante tranquilidad, progreso, trabajo, vida libre, pero se trunca, obligados nuevamente a vivir sin ilusiones. Así se sigue matando la utopía. Por parte de los radicalismos, sin aceptar los equilibrios necesarios en la convivencia ciudadana, mientras que otros muchos muros siguen abiertos, sin que asome ninguna voluntad de derribo. ¿Caerán algún día todos los muros del mundo?

Julián Arroyo Pomeda