sábado, 4 de mayo de 2019

Cambio climático: se acaba el tiempo


"La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería. Muchas veces se toman medidas solo cuando se han producido efectos irreversibles" (Papa Francisco).
"Mientras insultamos a la tierra, su única respuesta son sus flores" (R. Tagore).

Se habla y escribe mucho sobre esta clase de emergencia mundial, tanto como lo poco que se hace por darle una solución. Las preocupaciones crecen por momentos en la medida en que se nos va haciendo presente el cambio y sus peligrosas consecuencias. La razón humana solo aprende ante destrucciones irreversibles como si no fuera capaz de pensar y elaborar previsiones. Somos tan torpes que algún día desapareceremos en el escaso y desganado intento. Definitivamente, el hombre es una enfermedad, como escribió Nietzsche.

Notamos que aumenta la temperatura con un clima más caluroso. Este calentamiento por causa de los gases de efecto invernadero produce el cambio climático. ¿Se puede afrontar el problema de tales gases? Sí y no, porque son efectos de la actividad de los humanos, que se resisten mucho a modificar. Lo sabemos bien, pero apostamos por las industrias que consideramos necesarias. Así, los cambios que antes eran más lentos, ahora se incrementan por causas humanas, porque el efecto invernadero ya no es algo natural y destruye vida en lugar de mantenerla. De aquí proceden efectos nocivos y catastróficos, como deforestación, deterioro y aun destrucción de ecosistemas marinos, unidos al aumento de la población, a la que hay que atender necesariamente.
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Los humanos inician su intervención en el cambio a partir de la Revolución industrial. Esta se considera históricamente positiva, y lo es, pero se olvidó controlar la producción y el consumo. El objetivo era producir siempre más, porque, paralelamente, se consumía también más. El consumo era la única motivación y las energías de combustibles fósiles no tenían límites. Así aumentaban las emisiones, un hecho que en principio pasó desapercibido, pero dejó una factura que estamos pagando. Nos apena que se derritan las masas de hielo en los polos, pero esto incide en el aumento del nivel del mar con la amenaza de las costas. Nada digamos de una meteorología cada vez más violenta, sequías nunca vistas e incendios permanentes y aterradores. Animales y vegetales son arrastrados muchas veces por ríos desbordados e incontenibles en su paso. Así se convierte la tierra en desiertos y se suceden migraciones masivas, invadiendo y adueñándose de lugares que no estaban hechos para esto.

Los expertos alertan de que se puede frenar el cambio climático todavía para lo que conceden apenas 11 años. Después, la situación se convertirá en irreversible, si no priorizamos tal emergencia. Sólo nos queda hasta el año 2030, pero los gobiernos se ponen de espaldas ante el dato. Por eso están surgiendo plataformas de desobediencia civil, como Extinction Rebellion en Gran Bretaña y movimientos de estudiantes en España, entre otros.

Se están haciendo perceptibles los impactos del cambio en una serie de datos contrastados, que nos ponen en alerta. Entre otros tenemos la temperatura global que aumentó en 1,1° en 2016, la subida del nivel del mar, los deshielos, daños en cosechas, sequías, huracanes y riesgos en la salud (aumento de asmas y alergias, sobre todo). Mientras tanto, ¿qué hacen las industrias energéticas? Mantienen la energía del petróleo, carbón y gas, en lugar de entrar en las renovables. En España, desgraciadamente, eléctricas como Endesa, Iberdrola y Fenosa siguen empleando energía sucia, porque les resulta más barata y da mayores beneficios, que es lo que interesa.

Viniendo a España, ¿qué nos pasa? Pues que tenemos un elevado riesgo ambiental, según él Instituto Geográfico Nacional. Somos muy vulnerables. Veamos por qué. Nos encontramos en proceso de desertización, nuestro suelo se degrada, nos llegan especies invasoras con amenaza de la biodiversidad, además de aumentar el nivel del mar, proliferar las sequías, olas de calor, glaciares que se pierden, inundaciones, incendios constantes, entre otros fenómenos. La intervención de control se hace más urgente, si cabe. Un hecho preocupante es que las olas de calor duran tres veces más que lo hacían a finales del siglo XX. Nos vamos adaptando, qué remedio.

Datos de este mismo momento nos dicen que hemos pasado el invierno más seco del presente siglo. Aemet precisa que no llovió ni la mitad de lo que es habitual. La primavera ha entrado muy calurosa con varios días de lluvias torrenciales en abril. Para mayo y junio están previstas menos precipitaciones y temperaturas altas con diferencias considerables entre la noche y el día. El desierto crece entre nosotros, como pensaba Nietzsche, pero no sólo cultural, sino también demográfica y meteorológica mente. ¿Qué va a ser de nosotros? Todavía estamos a tiempo de controlar el cambio climático. Empecemos, definitivamente, ya por la cuenta que nos tiene.

Julián Arroyo Pomeda

jueves, 2 de mayo de 2019

Pesadez poselectoral


«Y cuando vi a mi demonio lo encontré serio, grave, profundo, solemne: era el espíritu de la pesadez —él hace caer todas las cosas. No con cólera, sino con la risa se mata. ¡Adelante, matemos el espíritu de la pesadez! […] Ahora soy ligero, ahora vuelo, ahora me veo a mí mismo por debajo de mí, ahora un dios baila por medio de mí» (Nietzsche).

No ha transcurrido ni una semana de las elecciones generales y de nuevo empieza el atosigamiento a quienes tienen que gobernar. El primero ha sido el líder de U. Podemos. En el momento mismo de felicitar a P. Sánchez por su victoria, le planteó que contara con ellos para gobernar y anunció que estaba a la espera de su llamada. Ha aprendido poco de su experiencia anterior, cuando pidió Interior y CNI, entre otras cosas. Parece que no quiere dejar respiro. Qué pesadez. Quien ha ganado es el que tiene que decidir cómo organizar el próximo gobierno. Dada esta premisa, hay que ser prudente y esperar. Más cuando le han dicho que con Podemos desean tener un acuerdo programático. ¿Es que no puede haber un gobierno monocolor?

[www.desmotivaciones.es]
Sánchez dará el primer paso la semana próxima para reunirse por orden con los jefes de los partidos que han obtenido mayor número de votos. Mal empezamos, porque, según Podemos, primero llama a la derecha. Se trata de establecer relaciones institucionales con todos, como corresponde a un posible presidente del gobierno, qué menos. Ya se sabe la respuesta de los dos primeros: no apoyarán la investidura, para qué esperar, no cabe la mínima cortesía. Son unos pesados.

La tensión no cesa, porque Ciudadanos le comunicará que quiere ser el líder de la oposición. No le corresponde, pero no importa. Podemos está molesto porque no han sido llamados los primeros. Además, desean gobernar en coalición, no les basta un acuerdo de programa, si no lo controlan ellos, porque los socialistas pueden incumplirlo. No se puede estar siempre en el monte, hace falta urbanizarse alguna vez. ¿Qué pasará si no hay un gobierno de coalición, aceptando los nombres de altos cargos que han deslizado? Sería un error volver a las andadas y cometer otra equivocación. Tiene que imponerse la razón: sólo queda ceder y dialogar mucho.

Los independentistas catalanes tampoco cesan en sus exigencias, que fracasaron estrepitosamente. ERC pide a Sánchez que visite a Junqueras en la ronda de contactos, por haber ganado las elecciones en Catalunya. La prudencia y discreción siguen ausentes, aunque continúan proclamando el diálogo para resolver un problema político. Pesadez a raudales.

¿Queda alguien sensato todavía? Sólo el nacionalismo vasco se cuida de no cometer desmanes. Siempre han sido prudentes y astutos para obtener sus propuestas tranquilamente. Luego otros se quejan, pero son de fiar en sus compromisos. Sin embargo, ¿qué decir de Ana Oramas de Coalición Canaria que ha duplicado su fuerza, pasando de uno a dos diputados? No ha tardado en sacar músculo, proclamando que no apoyará a Sánchez si pacta con Podemos, además de los separatistas vascos y catalanes. Qué pesada.

Todo esto resulta demasiado agobiante, pero está claro que con estos antecedentes, solo queda gobernar en solitario. No hay otra.

Julián Arroyo Pomeda



miércoles, 24 de abril de 2019


¿Mejora la calidad de nuestra democracia?

"¡Siempre mañana, y nunca mañanamos!" (Lope de Vega)

Después de todo lo que ha caído y de lo que queda todavía pendiente, uno está tentado a contestar positivamente al interrogante. El nivel de corrupción ha alcanzado niveles de tanta consideración que nadie se atrevería a pensar que todavía no se ha llegado al techo definitivo.


Sin embargo, el juego continúa, desgraciadamente. Claro que este importante tema no se puede resolver con opiniones personales de tertulianos, por prestigiosos que sean, sino que requiere de respuestas objetivas, imparciales y no partidarias. Nuestra salud democrática no puede permitirse simples pareceres en un asunto tan crucial. Tampoco se trata de crear la realidad, sino de escribirla y reflejarla tal y como es. Para esto la iniciativa ciudadana "Más Democracia" ha realizado un análisis de los programas de nueve partidos políticos, comparándolos con la situación de 2015, mediante una encuesta de 51 preguntas en cuatro bloques de análisis: sistema electoral, corrupción, transparencia y ampliación de la democracia, en los que han intervenido 44 colaboradores para leer dichos programas y contestar a la encuesta. Los resultados aparecen en la tabla siguiente:

[www.mas-democracia.org/]
¿Dónde va nuestra democracia, si atendemos a los resultados del cuadro? No diré que a la deriva, pero sí que camina hacia atrás, claramente. Todos los partidos descienden, salvo uno, JxCAT, que, estando ya bajo, se mantiene igual. Me interesa, especialmente, el tema de la lucha contra la corrupción, cuya nota media es de 0,4. Parece que después de la moción de censura, que se planteó justamente por esto, el asunto ya ha quedado resuelto, oculto o, al menos, blanqueado. Solo se avanza aquí. Poco ha durado el fuerte impulso por atacarla de modo que no llegue a suceder ya más. No es extraño que a la mínima vuelva a colarse de nuevo, poniéndose otra vez en el candelero. Da pánico la posibilidad de volver a las andadas.

Sin regeneración democrática no es posible emprender los cambios que exige la ciudadanía, pero la ampliación de la democracia obtiene una media muy baja, de 1,9, en relación a los 10 puntos máximos. ¿A que aspiramos entonces? Como mucho, a vegetar. Nos conformamos con haber consolidado la situación democrática y ahora solo aspiramos al merecido descanso por tanto trabajo, que nos ha dejado exhaustos. La cuestión es que, si no se atiende a los cambios que están planteándose en una sociedad dinámica como la nuestra, puede llegar un momento en que la gente empiece a desinflarse y a cuestionarse, incluso, el sistema democrático mismo. Si no somos capaces de apuntar ni siquiera alguna vía, que pueda resolver las necesidades que se presentan en el día a día, muchos podrían pensar que para qué la democracia. Todo sistema vivo y en crecimiento exige atentos cuidados, que, si no los tiene, empezará a degenerar, sin duda.

En la sociedad española no hay en la actualidad más democracia, lo que hay es menos cada vez. Esto es muy peligroso para un sistema que lleva implantado entre nosotros menos de medio siglo todavía. Por eso, pasada ya la entusiástica alegría de las últimas decenas del siglo XX, otra vez surge la zozobra. Toda esta situación da pie al envalentonamiento de formaciones políticas de las derechas radicales. Ocurre no solo aquí, entre nosotros, sino en el seno mismo de Europa. ¿De qué nos extrañamos entonces? O actuamos pronto, o podríamos tener que arrepentirnos después.


Julián Arroyo Pomeda



domingo, 14 de abril de 2019

¿Se puede alcanzar un pacto educativo?



El PP ofrece cinco grandes características generales: la libre elección de centro, el castellano como lengua ordinaria, una ley nacional para cero-tres años, concertación también en bachillerato y FP, refuerzo de la alta inspección y las Humanidades.
[www.educacion.fespugtclm.es]
El PSOE quiere primar la enseñanza pública, una financiación que llegue al 5% del PIB, nueva ley para los derechos de la infancia, derogar la LOMCE y reformar el currículo educativo.
Podemos exige financiación hasta el 5,6 en PIB, sustituir la LOMCE por una nueva ley, educación infantil de cero-tres años, nueva asignatura de feminismo, gratuidad en libros, material escolar y comedores para familias vulnerables.

Ciudadanos opta por recuperar el Pacto nacional por la educación, selectividad única, nueva asignatura: Constitución española.

Vox propone cheque escolar, elección de centro, educar en español en todo el territorio, exámenes de control al finalizar primaria, secundaria obligatoria y bachillerato, homogeneización de oposiciones.
La idea de un pacto educativo viene siendo reiterativa en los distintos momentos de nuestra historia. ¿Podría plantearse ahora? Tengamos en cuenta las escasas coincidencias que se dan, como la elección de centro, los cero-tres años y el español como lengua ordinaria en PP y VOX. También hay coincidencia en los derechos de la infancia en PSOE, Podemos y PP, igual que en PSOE y Podemos por la derogación de la LOMCE.

Las diferencias son igualmente manifiestas: sólo dos formaciones se ocupan de financiación en porcentajes próximos, los demás no hablan de esto. De priorizar la enseñanza pública habla expresamente el PSOE con el que podría coincidir Podemos y, quizás, Ciudadanos, pero PP y VOX no. Luego hay singularidades, como concertar bachillerato y FP (para el PP), exámenes de control y oposiciones homogeneizadas (VOX) y selectividad única (Ciudadanos). Se introducen, además, dos nuevas asignaturas troncales: Constitución española y Feminismo.

Que la educación no va bien y que es necesario reformarla para alcanzar mejoras nadie lo discute. Ahora bien, con tales mimbres el pacto educativo me resulta difícil de concebir y todavía más intentar realizarlo. Por eso creo que otra vez más impondrán sus criterios quienes obtengan la mayoría para gobernar. Así que seguiremos prácticamente igual, si no es todavía peor.

Julián Arroyo Pomeda

viernes, 5 de abril de 2019

Identidad rebajada



Los periódicos recientes recogen la noticia, entre sorprendente y morbosa, de que la estadounidense Greer ha invertido sus ahorros en cirugía estética para competir con Megham Markle, al parecer con éxito, ya que ahora se siente princesa y ha extraído lo mejor de sí misma. Tiene tres hijas y la menor la confunde con la mismísima Megham.

Habría que preguntar a esta mujer si sentirse bien por fuera implica estar bien en su interior. En cualquier caso, resulta chocante que alguien quiera ser no ella misma, sino otra, precisamente ahora que tanto se reivindica lo individual y la identidad personal. Sólo sentimos la identidad mediante el reconocimiento de los otros. Son ellos los que nos dicen quiénes somos, sin confundirnos con los demás.
[www.myloview.es]
Para distinguirnos de los demás la naturaleza nos ha dotado de rasgos personales propios, que se notan en el rostro, especialmente. Ni los pómulos, ni la nariz, ni los ojos, ni los labios, ni la barbilla, ni el cuello son iguales en los individuos, porque poseen características propias. Nos puede confundir una silueta, pero no una cara vista directamente. Ahora bien, si nos lo cambiamos todo para parecernos a un modelo determinado, distraemos a los demás, cuando menos, porque estamos rebajando la identidad propia y así no sabrán quiénes somos. Pensamos, a veces, cuanto se parece una persona determinada a otra de su familia. Podrán ser prácticamente lo mismo, casi gemelas, pero no son exactamente iguales, siempre hay alguna característica que las distingue. En este caso parece que quisiéramos, incluso, borrarla.

Tales disonancias pueden producir contradicciones, ya que, en el fondo, se traducen en un rechazo del propio cuerpo con las consecuencias correspondientes y las distorsiones que no ayudan nada a comprender el mundo y la realidad. La vida individual quedará falta de autoestima. No me extraña que desde tales premisas todo termine bajo sospecha. Lo dicho no importa reconocer la posible situación de ansiedad por la que habrá pasado la señora Greer.

Julián Arroyo Pomeda



domingo, 24 de marzo de 2019

La calle doctor Gutiérrez Brito en Tamaraceite



En 1968 -año mítico por excelencia- el grupo de rock español Lone Star lanza el tema musical Mi calle: no llega la luz, hay niños descalzos, con un oscuro hogar y húmedas paredes. Sabina vivió en calle Melancolía y el doctor Gutiérrez en el número 166 de la Carretera General (Tamaraceite). Este distrito de la periferia de Las Palmas de Gran Canaria tiene un espléndido nombre original, Atamarazait o paso entre palmeras. Ahora cuenta con más de diez mil habitantes y allí se estableció don Aurelio con su familia.
El pasado 15 marzo, por la tarde, su mujer corrió la cortinilla que dejó ver la placa de la calle con su nombre propio, dedicada por el ayuntamiento como merecido homenaje. Don Aurelio entregó la vida a su profesión de médico-pediatra con un trabajo intenso, empezando por la mañana temprano y acabando al anochecer. Lo hacía con naturalidad: estaba siempre dispuesto a ayudar profesional y humanamente a quien lo necesitara. En otro tiempo Tamaraceite era un pueblo rural, que dependía del cultivo del platano, y el médico tenía que atender la totalidad de incidencias, especialmente infantiles, incluso renunciando al descanso nocturno, cuando le llamaban por alguna urgencia. ¿Cómo no iba a ganarse así el cariño de los vecinos?

El pasado septiembre, el Consistorio acordó en un pleno sustituir el nombre de la calle Samaritana por el de Aurelio Gutiérrez Brito-Doctor., a petición de los propios vecinos para los que fue un ejemplo de médico y de persona.

Los nombres propios de las calles quieren recordar y homenajear a un personaje ilustre, que ha vivido o trabajado en el lugar, o en sus proximidades. De este modo las calles se convierten en la propia historia de la ciudad, en cuyas páginas podemos leer directamente el transcurrir del tiempo. Así los ciudadanos superan el anonimato, se conocen y sus acciones se convierten en cercanas y vivas, en las que cuesta menos ser hospitalarios, como la gente de Canarias.

Podemos celebrar todos con orgullo haberle conocido y tratado. Su familia, primero. Y así consta por el testimonio gráfico, que se percibe manifiestamente en el rostro de su mujer, Carmina, cuando descubre la placa, y en el de sus hijos que la arropan conmovidos. En mi caso, diré, con palabras de René Char a su amigo Albert Camus, que "hay encuentros fértiles que valen más de un amanecer". Don Aurelio cuidó con el mayor cariño a mi hija desde su nacimiento en la clínica San Roque del barrio Vegueta.

En la fórmula de Heidegger, el Dasein es un ser para la muerte (Sein zum Tode). Cuántas veces nos angustia reconocer que aquí estamos de paso y que hay que asumir la finitud, pero el paso que es nuestra vida puede adquirir un espléndido significado, siendo sencillamente ejemplares en lo que tenemos que hacer, con lo que nos rodeamos de posibilidades. H. Arendt contrapone a Heidegger su fórmula de "ser para el inicio", cuya expresión es la vida activa. Todo final es un nuevo comienzo. Así se trasciende la vida individual, o la conciencia biológica de la existencia propia. Se trata de hacer cosas que merezcan ser, imperecederas, inmortales, huellas imborrables, compartidas con las demás personas, intersubjetivamente, sean las que sean. Somos seres históricos porque participamos de las generaciones anteriores y de las interpretaciones que realizaron. En esto consiste la inmortalidad, como recoge el relato de Borges, El inmortal.

A todo esto me lleva la calle delicada al doctor Gutiérrez. Ojalá recuerden el rótulo las generaciones futuras y los adolescentes actuales del Instituto Cairasco de Figueroa se dispongan también a ser personas ejemplares, siguiendo al pediatra tan cercano en donde ellos están formando. A veces una decisión política acierta totalmente, como en este caso. Puede que la nueva calle doctor Aurelio Gutiérrez nos recuerde aquello que no fuimos (todavía), igual que la calle de París de Duncan Dhu, aunque podría ser un buen estímulo para serlo.

Julián Arroyo Pomeda

sábado, 23 de marzo de 2019

Un espectáculo ridículo: la retirada de lazos amarillos



A
cabamos de asistir a un nuevo espectáculo, que raya en lo ridículo. La Junta Electoral Central tiene que garantizar la neutralidad política en periodo electoral, sin que nadie haya discutido esto hasta ahora. Dicha Junta pidió al presidente de la Generalitat la retirada de lazos amarillos por marcar una opción determinada y partidista. Torra quedó en desacuerdo, pidiendo el parecer del Sindic de Greuges catalán, y se dispuso a cumplir su recomendación. El Sindic se pronunció por retirarlos durante el periodo electoral. Parecía que la cuestión estaba zanjada.
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No fue así, dado que Torra pidió aclaraciones. Pasados unos días más, acabó el plazo de la JEC. Entonces se produce una solución imaginativa: se coloca encima del lazo amarillo otro lazo blanco y tachado en rojo con idéntico mensaje de libertad a los presos políticos y exiliados, hormigas, mariposas amarillas y cosas similares. ¿Se trata de una burla a la decisión de la JEC? Torra alega que están coartando el derecho a la libertad de expresión.

La respuesta de la Junta es denunciar ante la Fiscalía la desobediencia a su orden y pedir a la Consejería de interior de Cataluña que los Mossos retiren los carteles. Antes de acabar el último plazo dado, son retirados los símbolos del balcón de la Generalidad, sin que tengan que intervenir los Mossos. Mientras, la fiscal general Segarra ordena que se interponga querella contra Torra por desobediencia y, en su caso, que se establezca la responsabilidad penal que se hubiera podido cometer. Por su parte, Torra se querellará, igualmente, contra la JEC por prevaricación. Las espadas siguen en lo más alto, todavía.

El espectáculo continúa. Ahora han sido los lazos amarillos, quién sabe lo que ocurrirá mañana en el caso de que no se acaten las resoluciones. Alguien acaba de perder una batalla, pero es que se puede perder, también, la guerra. Mientras tanto, los grandes problemas siguen sin abordarse: el agua, el clima, el empleo, las empresas que se van, el Parlamento cerrado, los Presupuestos sin aprobar, entre otros asuntos. Ante un mundo cada vez menos habitable, es muy triste que alguien quiera inmolarse para convertirse en mártir. Todo esto es absolutamente ridículo y está plagado de irracionalidad. Continuará.

Julián Arroyo Pomeda