domingo, 27 de noviembre de 2016

Status quaestionis: beneficios empresariales vs. bajadas salariales


 "La política de austeridad miope de Merkel [...] ha impedido dar los pasos necesarios y ha profundizado en las divisiones dentro de Europa" (Habermas, Entrevista en Sin Permiso").

L
a filosofía ha sido siempre crítica, como nos enseña su historia entera, y se ha caracterizado por dar cuenta de las experiencias de los seres humanos en el camino que lleva a su meta. Calicles deja caer ante Sócrates si la política no es más que "una forma de ‘engañar’ a la multitud aprovechándose de su inconsciencia y de sus desordenados deseos" (Platón, Gorgias). Quizás sea esto lo que explique por qué los humanos soportamos tantos atropellos con los que nos hieren.

La OCDE, una institución internacional para el análisis y seguimiento del desarrollo económico, acaba de ofrecer un informe demoledor para el caso de España. En él afirma que la desigualdad se ha incrementado, por lo que ahora hay un mayor número de pobres, y la redistribución de la riqueza permanece estancada desde 2010. Parece una paradoja que, aun estando en crisis, más de seis años ya, la riqueza se concentre en menos manos, mientras que se extiende como bola de nieve la incontenible pobreza. La crisis no es para todos, sino que unos la aprovechan para aumentar sus ya grandes beneficios a costa de los más pobres y desesperados. En la medida en que los salarios de la generalidad disminuyen, aumentan los beneficios que se concentran en un número menor de privilegiados ¿Acaso es esto salir de la crisis? Desde luego que no, salvo para el Gobierno que tanto cacarea lo de la recuperación económica.

Los hechos desmienten afirmaciones rotundas que sólo publicitan con engaños. Si estamos creciendo más que ningún otro país de Europa, ¿por qué entonces los trabajadores españoles son los peor pagados de la Unión? Si las Empresas crecen en beneficios, ¿por qué paralelamente no crecen también los sueldos de los más desfavorecidos? Nadie se cree que hayamos salido de la crisis, cuando contempla nuestra situación. Hay que recordar que el tan denostado por algunos Rodríguez Zapatero pronosticó en 2009 que la salida de la crisis tendría que ser social, de lo contrario no habría tal salida y superación. Para resolver la crisis se están llevando a cabo las políticas más injustas. La prueba de que no está resuelta son los niveles de desempleo tan desorbitados que arrastramos, la caída de los salarios (caída real, sólo la ministra de empleo desconoce que muchas empresas han bajado sus trabajadores un 20% o un 10% de sus nóminas sin discusión, además; o que se les jubila antes de cumplir los 60 años; esto se acepta o la puerta está abierta), y el troceado de los mercados. Conviene preguntar por qué se procede así, ya que es importante conocer las causas de una acción determinada. No lo ignora nadie: es que por el salario de un trabajador de 60 años se contrata a dos trabajadores jóvenes. Cuando éstos vayan creciendo en edad, se procederá con ellos de la misma o parecida manera. Se puede estimar mucho a un trabajador veterano y reconocer sus rendimientos, pero estos y otros valores positivos quedan siempre subordinados al nivel económico, que es el que manda.
[m.forocoches.com]
Los trabajadores pobres cada día será más pobres, éste es el futuro que nos aguarda. La Economía española seguirá creciendo, en el mejor de los escenarios, hasta el 0,7% y con ello los beneficios de las empresas alcanzarán en 2016 el 13%, pero, eso sí, a costa de los salarios que no se mueven (han perdido en torno a un 11% en los salarios, según él INE). La injusticia es más que evidente. Ahora lo que se lleva es poner a la Unión Europea como pretexto. Y también tiene su culpa, claro. Los Estados ya no son soberanos. Todavía más, porque se está creando una nueva Internacional autoritaria y muy poderosa, que lleva gestándose desde los años 70. Thatcher y los gobiernos republicanos sucesivos de Estados Unidos llevan tiempo trabajando en esto y han conseguido ya las peores cosas. En este momento nos escandaliza Trump, pero los neoliberalismos helados produjeron el cambio climático de la economía hace tiempo. Recordemos eso de que sigue habiendo lucha de clases y la estamos ganando nosotros, según el financiero multimillonario estadounidense Warren Buffet.

El desánimo no deja de crecer. ciertamente, el populismo de derechas se está ganando a los oprimidos y desfavorecidos, cuya rabia no aguanta más. Una y otra vez los partidos de la corrupción son cada vez más votados por el pueblo, ¿cómo es esto posible? La izquierda socialdemócrata no logra superarlos, sino que, más bien, retrocede y hasta cae en la perspectiva neoliberal con el objetivo de ganarse el centro. La globalización capitalista se adueña de la iniciativa del gobierno y proclama que favorecen a los pobres y a los trabajadores. ¿Cómo es posible que la gente crea semejantes desvergüenzas? Porque engañan a la multitud, lo que bien sabemos por Calicles. Pues ojo, porque las derechas pueden acabar en extremas-derechas y, en definitiva, en fascismos. Entonces entrarán los bárbaros y se amarrarán de tal modo que resultara imposible echarlos después. Los privilegios y la concentración del poder forman un cemento tan fuerte que resulta prácticamente imposible despegar por las buenas, salvo que se establezca alguna clase de proceso de rebelión por la fuerza, que tampoco es fácil de mantener, como enseña la historia: "Y en esto llegó Fidel. / Se acabó la diversión. / Llegó el comandante y mandó a parar" (Carlos Puebla).

[www.elconfidencial.es 5 jul 2016]
El aumento de la desigualdad alcanza niveles escalofriantes, como puede verse en el Índice de Gini. ¿Por qué hay una desigualdad tan manifiesta? Se suele decir que por falta de crecimiento. Aquí la responsabilidad es de los gobiernos y sus políticas, así como las de los bancos centrales mundiales, de lo contrario no se harían unos cada vez más ricos a costa de los más desfavorecidos. Son favorecidos quienes disponen de dinero efectivo para adquirir bienes. Otros, en cambio, sólo pueden hacerlo -si es que pueden- cuando los mercados han ajustado precios y han hecho las subidas correspondientes. Cuando llega el dinero, otros se han beneficiado ya de él y han comprado bienes a un precio menor, lucrándose financieramente. Así los ricos se enriquecen siempre más, mientras que los pobres y las clases bajas se van empobreciendo también más (Ver Bagus y Marquart, Porque otros se hacen cada vez más ricos a tu costa, Editorial Deusto). Esto invalida totalmente la leyenda popular de que siempre existió la desigualdad, existe ahora y existirá siempre.
[www.laovejanegra.es]

Todo se debe a la crisis y al paro, dicen otros, pero la desigualdad nada tiene que ver con las políticas neoliberales, ni con el reparto y la distribución de la riqueza, lo que ya señaló con lucidez Piketty. Pero no es así: el paro no causa la desastrosa desigualdad, sino que es su consecuencia y procede de las políticas económicas seguidas por los gobiernos de turno, que lo dejan estar y no corrigen casi nada. El capitalismo es el que produce desigualdad, no todo se resuelve con el crecimiento, como llevan machacando año tras año. Una fiscalidad más efectiva y justa podía acabar con el fraude fiscal, resolviendo así un problema de envergadura entre nosotros. También tenemos el trabajo de las mujeres, más precarizado cada vez.

Como en cualquier acontecimiento social, puede decirse, ciertamente, que sus causas no son simples, sino bien complejas. Siendo esto indiscutible, igualmente lo es el hecho de que aumentan los beneficios de las empresas en tiempos de crisis, mientras caen considerablemente los niveles salariales. Esto podrá ser, acaso, algo simple, pero es una realidad efectiva.

Julián Arroyo Pomeda


domingo, 20 de noviembre de 2016

El paseo en otoño


Tan, tan/ ¿Quién es?/ El otoño otra vez (F. García Lorca)

C
uando sale una tarde soleada no hay nada como un largo paseo por el parque. El más próximo a mi casa es el Juan Carlos I de la Avenida de Logroño. Apenas en seis minutos se llega a esta calle, basta con atravesar el semáforo y ya te encuentras en la subida asfaltada que da acceso al parque, con una cascada artificial de agua no demasiado limpia.
[www.llikriver.com]
A dos pasos de la entrada parece que te saludan hospitalarios sendos cipreses que enmarcan el camino y un conjunto de arbustos de hojas amarillas y naranjas, bordeando un pequeño estanque. Aquí puede iniciarse ya la caminata a buen ritmo y con paso rápido. Se tarda aproximadamente una hora en recorrerlo, siguiendo un extenso lago con algunas docenas de patos y barquichuelas que navegan y sirven de entrenamiento y diversión a jóvenes de buena musculatura.

[www.tripadvisor.es]
La música que te acompaña puede ser clásica o pop español, entre otras posibles. La claridad y la luz te embargan y el sol calienta solícito el rostro. Una corta carretera asfaltada, que se bifurcará más adelante para que puedan correr las bicicletas, está adornada por los dos lados con olivos, porque el terreno fue un olivar no hace mucho tiempo. Unos están aliviados de su fruto, dado que amantes de las aceitunas las han ido recogiendo en pequeñas bolsas, sin duda para ponerlas en agua y aliñarlos convenientemente, y poder degustarlas tiempo después. Otros siguen cargadas de frutos delgados o gruesos.

Al lado hay también un campo de almendros japoneses, que en primavera se visten de flores lujuriosas y espléndidas, en cualquier caso. Los jardineros cuidan el parque, cumpliendo diariamente con su trabajo. Sólo en sábados y domingos se dan breves alfombras de hojarasca amarillenta, ya que el fin de semana descansan. El lunes se les ve recogerlas de nuevo con mucho afán, casi tanto como cuando, sentados en el césped a media mañana, dan buena cuenta de sus bocadillos o del contenido de sus tupperware, porque el que consume energía necesita, igualmente, reponerla para aliviar su estómago.

Por el parque siempre se ven ciclistas, familias con niños, runners, pájaros, perros con sus dueños, a veces conejos correteando y, en general, gente disfrutando del paseo en solitario o en grata compañía. Hay suficientes fuentes de agua potable para saciar la sed y abundantes campos y colinas de césped, que se alimentan de agua no potable, tomada del mismo parque.
[www.yelp.es]
Los niños tienen sus rincones reservados con muchos juegos. Igualmente, hay lugares para que se entretengan los perros. La flora es abundante y suele tener rótulos para conocer su especie y los nombres técnicos, así como los vulgares. Hay lugares temáticos, como el espacio de las tres culturas, o el de las estatuas, entre otros. También existen colinas dedicadas a diversos países con arquitecturas que se exhiben orgullosas ante los paseantes.

En el lago hay siempre peces y en diversos lugares pescadores de caña que esperan pacientemente, a veces en su sillita a ver si pican. Cuando lo hacen, son inmediatamente devueltos a su hábitat propio, porque nadie puede llevárselos para cocinarlos. También abundan las palomas, que inundan el camino, bastante desvergonzadas ellas. Los niños pequeños corren detrás para agarrar las, pero saltan y no se dejan. Algunos se quejan ante la mamá o el papá que los consuelan  en vano, tirándolos trocitos de pan para que se arremolinen de nuevo y el niño sonría otra vez.

No se ven parejas acurrucadas en el césped en el otoño, porque, incluso con sol, empieza a sentirse ya el frío. Ha llegado la estación otoñal, que se muestra orgullosa en el dorado de los árboles que parecen pintados por ese pintor tan natural y original que vuelve siempre año tras año.

A veces puedes cruzarte en el parque con algunos vecinos, que echan media mañana distraídos en él. Si se cansan, tienen bancos disponibles para sentarse un rato. Son personas en su retiro laboral, del que nadie se queja, que pueden tener una pensión corta, pero que son multimillonarios en tiempo, porque disponen de todo el que se les antoja, mientras sus nietos se están formando en el colegio cercano hasta las primeras horas de la tarde en que terminan para volver a casa de su mano. El ritmo vital es ahora muy distinto. Prisas y estrés laborales van desapareciendo con lentitud. Lejos quedan los tiempos en que más de uno deseaba aburrirse, o marcharse de vacaciones de verano o de invierno, porque sólo hace falta disponer de algunos recursos para desaparecer unos días, cuando apetezca.
[www.planesdefamilia.com]
La vida sigue también en el tiempo precioso del otoño. A veces lamentamos que sea tan corta esta estación que el verano se encarga de robar con su alargamiento, o se la arrebata el invierno que muchos años le muerde como si no quisiera, pero no puede pasar desapercibido. El frío invierno y el cálido verano no suplen, ciertamente, la frescura reconfortante de la temporada otoñal. El otoño tampoco puede renunciar a su propia identidad.

Huizinga, el historiador holandés, publicó en 1919, aunque se tradujo entre nosotros en 1930, una obra considerada pionera en su campo, El otoño de la Edad Media, que consideró la mentalidad medieval como decadente, sin vitalidad y con formas religiosas meramente externas. Véase un fragmento muy expresivo: "El fuego del odio y la violencia se eleva en altas llamaradas. La injusticia es poderosa, el diablo cubre con sus negras alas una tierra lúgubre, y la humanidad espera para en breve el término de las cosas". Resultan duras estas ideas de Huizinga y uno está tentado por compararlas con la época actual en que vivimos, puesto que no puede negarse que estamos, también ahora, rodeados de odio y violencia, no digamos la injusticia, ni de una humanidad que cuenta con todas las posibilidades de derrumbarse. Los bárbaros han llegado hace algún tiempo y habitan entre nosotros. Pero no deberíamos ponernos tan tétricos, mientras escribimos sobre paseos otoñales. El otoño de la vida no es ya la primavera, desde luego, pero tampoco es un invierno.
[planesdefamilia.com]
Hay que seguir dando caminatas otoñales y pensando entre coloridos amarillo-rojizos que, aunque nada impulsa a recrear las ideas, tampoco tenemos ningún derecho a renunciar a las mismas. El pensamiento tiene manos. Los haces de ideas, o ideologías, no han muerto, ni estamos en el final de la historia. Por el contrario, las utopías son razonables y necesarias para poder cambiar todo lo malo que encontremos en la sociedad. Ellas son la esperanza que alimenta -también ahora- a los seres humanos, porque constituye la condición de posibilidad de su existencia.

El otoño es un buen momento para soltar los lastres que ha podido dejar el verano, expulsar los sudores sufridos y limpiarse de tantas presunciones y bronceados estivales. Es una buena ocasión para que se evapore la ingesta de líquidos y alcoholes a los que casi nos obligan los calores. Es también el tiempo de alimentarse bien con materias sustantivas, siempre con moderación, que el organismo agradecerá. Y a quienes les gusten las setas que aprovechen para disfrutar de estos pequeños, pero sabrosos manjares de la buena tierra, si tenemos la suerte de que acompañan algunas lluvias.

Julián Arroyo Pomeda

Nota: Todas las ilustraciones son del parque Juan Carlos I (Madrid)



sábado, 19 de noviembre de 2016

El malestar puede llevar a totalitarismos


Pardo, J. L. (2016). Estudio del malestar. Políticas de la autenticidad en las sociedades contemporáneas. Barcelona: Anagrama, 291 páginas.

 E
s prácticamente imposible no identificar un libro de Pardo como suyo, porque incluye siempre sus propias señas de identidad. En este caso, todos los capítulos empiezan con una cita de un autor de la actualidad en el original -aquí en inglés, aunque se traduce a pie de página de manera muy ajustada-. Puede pertenecer a cualquier ámbito cultural: literatura, música, cine, arte, etc., esto es lo de menos, con tal de que se ajuste al capítulo que se va a escribir. Al mismo tiempo aparecen los filósofos: Sócrates Platón, Leibniz, Kant, Hegel, Marx, C. Schmitt, Pettit, Deleuze, Benjamin, Foucault, Sartre, Adorno, etc. Otras que se saca a los Beatles, Supermán, Chaplin, el Correcaminos o la zarzuela de Chueca. ¿Qué significa todo esto? Nadie se despiste, ni mucho menos se engañe.

En la concepción de la filosofía de Pardo no hay separación entre la alta cultura, o la especializada, como sería la Filosofía, y la baja cultura, popular o de masas. Lo de saber minoritario (aristocrático), académico y especializado es uno de los prejuicios que hay que superar. A la filosofía le perjudica mucho, porque la convierte en algo propio de especialistas y esto no interesa para la enseñanza Secundaria. Por eso se disminuye su peso cada vez más. No, la filosofía interesa a todos los seres humanos por ser tales, su característica es la universalización y no la especialización.

Esto se evidencia en que los filósofos griegos hablaban a la gente del pueblo en plazas donde se reunían, y lo hacían en el lenguaje y con el vocabulario que ellos entendían. La Edad Media hizo otra cosa muy distinta, pero el mundo contemporáneo volvió a las directrices griegas.

Marina insiste en que uno de los problemas de la LOMCE es que no ha puesto entre las competencias la filosófica, que estableciera una conexión necesaria y básica entre las otras. Lleva razón, pero esto es imposible, dada la orientación de la propia ley, la formación que trata de inculcar a los estudiantes para que tengan éxito en el mundo laboral, para que sepan emprender y manejarse en todos los recursos tecnológicos posibles. No hay más que recordar la unidad 12 de la filosofía de primero de Bachillerato: Filosofía y proyectos. Filosofía y Empresa, con epígrafes como "el modo metafísico de preguntar para designar un proyecto [...] de empresa. Diseño de un proyecto [...] laboral". Todo esto es una auténtica vergüenza. Por si fuera poco, hasta la Facultad de Filosofía de la Complutense está en vías de quedar disuelta por causa del único criterio que priva hoy, el de la rentabilidad. Todo saber tiene que ser rentable y eficaz, lo de buscar la verdad y formarse es ahora puro anacronismo. Y lo del pensamiento crítico, ¿quién se atreve a defenderlo ya?
La anécdota para comenzar este libro fue la intervención de un pensador francés en el Paraninfo de Filosofía de la Complutense. Parece que se trataba de "un problema de filosofía política" (página 10) y de la pregunta por el significado del comunismo.

En el capítulo uno aparece Marx, "Marx que nada", página 17, ya se sabe de la particular ironía de Pardo. En otros momentos de la historia, la nuestra, ser comunista era un ideal que lo llenaba todo, porque era como una orientación general de la realidad. Debemos a Hegel la concepción de la historia como la capacidad de dar sentido a los acontecimientos, sometiéndolos a la razón, pero pronto los hechos confirmaron otra cosa muy distinta: la historia la hacían los Soberanos y los políticos mediante las guerras (hoy, quizás, se puede hablar de los poderes financieros). El comunismo seguía hablando de revolución para alcanzar la justicia, pero en 2010 quedaban ya muy pocos militantes comunistas. Tendríamos que saber por qué, lo que puede plantearse la filosofía, cuyo estatuto es el de ser crítica, precisamente.

Luego se pregunta por el arte y las vanguardias históricas, empezando por la cita de Krauss de la diferencia entre una urna y un original. El arte autónomo o independiente es el que no se compromete y aquí vuelve nuevamente al tema anterior, porque el intelectual es el que mantiene un compromiso con el comunismo: "el comunismo, al menos filosóficamente, era hegemónico entre los intelectuales de las democracias liberales" (página 73). Todavía más ocurría con los intelectuales españoles que la dictadura franquista había sometido al más rígido control. Entonces el Estado del bienestar se consideraba peligroso, pues la democracia, después de la muerte del dictador, podría mantener el Capital, estableciendo la sociedad de consumo como control de los ideales revolucionarios originales.

En el recorrido histórico de Pardo se alcanza la segunda mitad del siglo XX, después de la Segunda Guerra Mundial. Los intelectuales de entonces se topan con la Guerra de Argelia y el Mayo del 68. En mayo de 1979 Foucault publica un artículo en Le Monde (Inutile de se soulever?) sobre la Revolución en Irán, en el que establece que el poder no puede tomarse sin la sublevación: burn, baby, burn. ¿Hay, entonces, una rebelión legítima por encima de la ley? Así sucedió con Jomeini contra el Sah. Más tarde cayó el muro de Berlín, en 1989, y seguidamente la Unión Soviética, a partir de 1990. ¿Qué fue entonces de la posibilidad del comunismo?

El interés por el Estado de bienestar llegó a España en 1977, cuando se instauró la democracia de derecho y se empezó a vivir en paz, superada ya la Guerra Civil. Aunque fue un Estado precario, importaba mucho el bienestar material, primero, y tener una vida digna, después. Sin el bienestar material hay pobreza y sin una vida digna, miseria moral. Los dos niveles nos son bien conocidos, con lo que el comunismo podría actualizarse de nuevo. Los jóvenes sentían que con la transición no se liquidó el franquismo, ni se consiguió una democracia real, auténtica. Economía débil, corrupción política, imposición de los poderes fácticos, etc., todo esto era también democracia. Como no había dinero, quedó un paisaje de "urbanizaciones sin compradores, aeropuertos sin aviones, trenes sin viajeros, periódicos sin lectores [...], hospitales sin médicos, universidades sin estudiantes [...]" (página 143). En una palabra, se impuso el estado del malestar.

Mientras tanto llegó el 15-M. y todo envejeció repentinamente. Ya sólo podía contraponerse lo viejo y lo nuevo y cambiar así la sociedad. Es entonces cuando la filosofía salió a la calle para disolverse en la sociedad civil. Las autoridades vieron aquí la posibilidad de que todo se pusiera al servicio del mercado de trabajo -la filosofía también tendría que hacerlo, si quería subsistir-. Pero con los planes de rejuvenecimiento las viejas facultades de filosofía estaban de más, porque habían sido superadas. Ya no era necesario ni que existieran siquiera, por lo que quedaba firmada así su sentencia de muerte el estado del malestar se había impuesto definitivamente.

¿Qué decir de todo esto? Nos encontramos con un diagnóstico pensado, argumentado y expuesto de un modo muy equilibrado. Pardo presenta detalladamente el origen del malestar, que se ha ido incrementando hasta la actualidad y avisa de lo que puede pasar Y del (no)futuro que nos espera, dado el deterioro constante de las instituciones que podrían hacerle frente. ¿Alguien o algo podrá orientar un diseño de arreglo que tan perniciosa situación de crisis?

Luego está el profundo cinismo de los mayores responsables institucionales de semejante destrozo, acusando a algunos nuevos partidos políticos emergentes de populismo, sin preguntarse por los verdaderos culpables de todo esto, no sea que vaya a aparecer en nombre de algunos de ellos. A ver si va a tener razón Calicles, cuando le habla así a Sócrates: "¿no es verdad que, aunque suene muy feo, eso es lo que ha sido siempre la política, una forma de engañar a la multitud aprovechándose de su inconsciencia y de sus desordenados deseos?" (página 235). Es tan feo que ni la vergüenza puede ocultar el rostro del político que no ha cumplido durante su mandato ni uno solo de los puntos de su programa por el que fue elegido. ¿Qué decir del desorden y de la inconsciencia que supone, a pesar de todo, volver a votarlo otra vez después?

Malestar porque se viene abajo todo lo conseguido en siglos de lucha y trabajo por los ideales, sin que nadie lo remedie. Desigualdad en aumento, que puede acabar incluso con las pensiones de los mayores que amortizaron con el trabajo diario y su contribución. ¿Quién nos ha robado todo, no sólo el mes de abril? Es el hundimiento en el que podría nacer de nuevo el totalitarismo. ¿A quién se le ocurrió ingenuamente que la filosofía es un mal negocio por su falta de actualidad? Aquí nos pone ante los ojos el mayor problema de la actualidad, el malestar de las sociedades contemporáneas, que somete al tribunal de la crítica. Por eso hay que destruir las Humanidades y la Filosofía para que nadie pueda echar las evidencias directamente ante el rostro, que vaya impertinencia presumir de semejante compromiso con la verdad de la realidad.

Julián Arroyo Pomeda


jueves, 17 de noviembre de 2016

La vida como una vid torcida

[Portada del libro]

Recalcanti, M. (2016). La hora de clase. Por una erótica de la enseñanza. Traducción de Carlos Gumpert. Barcelona: Anagrama, 167 páginas.

Este es un trabajo elaborado con la pasión de los hechos que se han vivido y con el entusiasmo de quien ama la nseñanza tanto como para seguir creyendo que es una verdadera humanización de la vida. Se trata de un testimonio de quien ha tenido una biografía escolar mediana, más bien, pero que gracias a la labor de excelentes maestros se ha transformado por completo. Es un libro pequeño en extensión, pero grande de contenido.

Los detalles de los datos vividos son teorizados sobre la base de las doctrinas de Freud, Lacan, Deleuze y la fecunda lectura e interpretación del Banquete de Platón. El autor se sirve de ellos para hacer una profunda reflexión sobre la enseñanza, no en vano es psicoanalista y enseña actualmente en la Universidad de Pavía.

La introducción plantea con brevedad el tema y hace casi una llamada de socorro en favor de una Escuela que se ha extraviado por completo, prácticamente. "No respira, apenas cuenta ya en absoluto, renquea, es pobre, está marginada, sus edificios se caen a pedazos, sus profesores se ven humillados, frustrados, ridiculizados, sus alumnos han dejado de estudiar, Se muestran distraídos o violentos, defendidos por sus familias, caprichosos y procaces, su noble tradición está en irremisible decadencia. Decepcionada, angustiada, deprimida, no sólo nadie le otorga reconocimiento, sino que es criticada, ignorada, violada por nuestros gobernantes, que han recortado cínicamente sus recursos y han dejado de creer en la importancia de la cultura y la formación que ésta debe defender y transmitir" (página 11). El profesor, el padre, las personas adultas ya no son ninguna referencia y mucho menos su palabra. La época anterior ha terminado, no cabe añorarla, porque no va a volver. Hay una crisis sin precedentes. Y en medio de todo ello la Escuela tiene que seguir siendo la transmisora del saber: "debe mantener viva la relación erótica del sujeto con el saber" (página 13). No puede desaparecer, si queremos que perviva lo humano y no se extinga.

Pensemos en lo que ha sido capaz de hacer el neoliberalismo y su pedagogía liberal. Ahora se trata de enseñar a los estudiantes a resolver problemas, cuando lo que habría que hacer es enseñar a planteárselos. Nos encontramos aquí por "una concepción meramente cientificista y utilitarista del saber" (página 24). ¿Cómo hemos podido llegar a esto?

La Escuela, según Recalcanti, es consecuencia de tres complejos. La Escuela-Edipo era la tradición, la autoridad y la fidelidad al pasado. Todo estaba jerarquizado y se mantenía gracias a un modelo pedagógico correctivo-represivo. Al alumno había que formarlo (darle forma). Así, hasta las protestas del 68 y el 77, cuyo objetivo fue transformarla y cambiaria

Luego vino la Escuela-Narciso con la afirmación de uno mismo y la eliminación de cualquier límite. Los únicos objetivos son los del rendimiento y la competición, mientras "desfallece la palabra" (página 38). Se ha roto la relación profesores-padres, quedándose sólo el profesor, que busca compensarlo pareciéndose a los alumnos en un "falso igualitarismo" (página 37).

Por último, está la Escuela-Telémaco, que busca restituir la función del docente y reconstruir su figura para que pueda impulsar sueños en la juventud que los ha perdido. El ideal es ahora "el del maestro-testimonio que sabe abrir mundos a través del poder erótico de la palabra y del saber que ésta sabe vivificar" (página 45).

¿Cómo producir la ilusión escolar y movilizar el deseo de saber de nuevo? Para esto es necesario ser capaz de erotizar como Sócrates hace con Agatón en el Banquete de Platón, lo que no es tan fácil, puesto que no se trata de pasar la sabiduría de uno a otro como se hace con el agua de una copa llena a otra vacía. Los primero es producir el vacío, hacer sentir la carencia en el que no sabe, de tal modo que permanezca inquieto hasta llenarse. Este sería entonces el trabajo del docente: "Abrir vacíos en las cabezas, abrir agujeros en el discurso ya formado, hacer hueco, abrir las ventanas, las puertas, los ojos, los oídos, el cuerpo, abrir mundos, abrir aperturas no concebidas antes" (página 54). De esta forma se plantearía "el arrebato heroico hacia el saber”, porque "toda enseñanza [...] es profundamente erótica" (hacia 57).

Educar (de educere) es conducir por el camino correcto, pero también apartar del camino trazado hasta conseguir que uno mismo y por sí mismo desee saber y ame el conocimiento. Para conseguir esto no se puede invadir al sujeto: "¿Cómo puede hacerse brotar el deseo -el deseo de saber- cuando el aprendizaje del saber se vuelve obligatorio? ¿Cómo no convertir la obligatoriedad en un parásito mortal del saber? ¿Cómo, en última instancia, entrelazar el deseo con la Ley?" (página 78). En esto los profesores se encuentran solos, porque las familias a veces no existen y otras viven una existencia llena de angustia para ocuparse de este asunto. Y los estudiantes quieren ser autónomos e independientes cada vez más, desconectarse.

¿Dónde puede conseguirse todo esto? En la hora de clase, proclama Recalcanti con la más firme convicción. De aquí el título de su estudio. A pesar de los pesares, el individuo tiene que formarse, por cierto que "instrucción y educación supone una falsa alternativa" (página 94). Hay que recordar cuántas veces se ha metido la gamba en esto. El problema es que la hora de clase se encuentra en declive actualmente, porque los docentes están cargados de otras muchas tareas que no son la actividad didáctica: "La escuela de cualquier nivel parece haber quedado reducida a ‘examendería’" (página 99). Más todavía, porque, en definitiva, el docente acaba convirtiéndose en un psicólogo que tiene comprender al alumno para ayudarle en sus problemas de aprendizaje y convivencia y escuchar con toda paciencia sus confidencias. De este modo se ganará su plena confianza. Pero las cosas no son así: "En clase la confianza se genera cuando la palabra del docente se revela digna de respeto y sólo se vuelve tal si se apasiona por lo que enseña" (página 102).

En la Escuela la función del docente es enseñar, es decir, transmitir conocimientos durante la hora de clase con su propio estilo, sin falsas simetrías igualitarias: alumno y profesor no son iguales por mucho que pueda amar al sujeto que tiene que aprender el conocimiento. No sirve de nada en esto interactuar con los adolescentes y jóvenes, entretenerlos y distraerlos, porque así lo que evitamos es "el pensamiento crítico" (página 124), dado que lo que importa es el rendimiento y la eficiencia. Los jóvenes tienen que estar abiertos a pensar en medio de tantas incertidumbres y vacilaciones que nos rodean, igual que pasa con el maestro: "los límites del saber son los que animan el impulso del conocimiento" (página 139). No hay que temer equivocarse, porque a todos les ocurre, es mejor "hacer de nuestra vida una vid torcida" (página 163).

Es éste un libro magnífico que ningún docente debe dejar de leer y debatir, si ama su profesión y cree verdaderamente en la Escuela, precisamente en medio del drástico vértigo de la crisis envolvente. La productividad y el economicismo serán propios de las Empresas, pero la Escuela tiene otras funciones. Es muy peligroso confundir ambos niveles, aunque leyes y normativas se empeñan en convencernos de lo contrario, por desgracia. La palabra del maestro es capaz siempre de abrir las mentes y crear nuevos mundos. Para convencernos de ello sólo tenemos que observar y hablar con los niños en su más tierna edad. Enseñar y aprender son posibles por amor al saber, tienen algo erótico. Sin el maestro la sociedad no podrá humanizarse. Es hora de reconocer su trabajo en todos sus niveles por contribuir a que la vida y la existencia de cada uno tenga un mínimo de sentido. Y esto a pesar de no negar lo evidente, que en cuestiones educativas el horno no está para bollos.


Julián Arroyo Pomeda

domingo, 13 de noviembre de 2016

Ganó, contra todo pronóstico


Con el poder mantenemos una relación ambigua: sabemos que si no existiera autoridad nos cometeríamos unos a otros, pero nos gusta pensar que, si no existieran los gobiernos, los hombres se abrazarían (Leonard Cohen).
[Trump, EFE, 11 Nov 2016]

E
l magnate neoyorquino de 70 años, acostumbrado al éxito en cualquier nivel, venció -por fin- de modo arrollador en las elecciones recientes de 2016. El flamante Donald John Trump se proclamó presidente electo de Estados Unidos con un lema bien expresivo y significativo: Make America Great Again. Pocos pronosticaron la victoria, que se reservaba para Hillary Clinton. Sé de una persona tan segura de su derrota que no dudó en apostarse un almuerzo para varios comensales, con un buen aperitivo de entrada. Y lo ha perdido, claro, aunque a alguno se le hayan quitado las ganas y le cueste participar en el evento.

Todos se preguntan ahora porque ha ganado Trump, un hombre zafio en grado sumo, fanfarrón, xenófobo, exógeno, racista, arrogante y agresivo, especialmente con la prensa, evasor de impuestos, machista, que tiene fama de embestir y cuya ambición es ganar siempre. En el intento de explicación no pueden ofrecerse soluciones simples a problemas tan complejos, que es lo que se acostumbra a hacer. Además, los centros demoscópicos no han podido equivocarse más. Sorprende, en cambio, que las últimas encuestas pusieron las diferencias en tres o cuatro puntos, lo que entra en el margen de error normalizado. El establishment mediático tampoco quiso apearse del burro, quizás porque consideran su influencia definitiva en la población, y no es así, porque no están en la realidad. Claro es que "los seres humanos no pueden soportar demasiada realidad" (Eliot). Somos seres deseantes, sin duda, hasta el punto de que Aristóteles (Política I,3) ya escribió: "Siendo limitado el deseo, los humanos desean lo infinito". Por estar tan desajustados con la realidad llega un momento en que nos hundimos en el abismo, por más que no queramos reconocerlo.


[elpais, 11.nov 2016]
Razones para ganar

De las varias razones que se han dado para explicar lo inexplicable, la mayoría tienen aspectos aceptables, pero suelen ser parciales. Veamos algunas de ellas.

A) La más perceptible es que los estadounidenses blancos han tenido que tragarse durante ocho años a un presidente negro, Obama, uno de los mejores comunicadores de aquel ámbito político. Ahora les tocaba lidiar con una mujer, que recogía su legado y sería la primera presidenta femenina. Eran cambios chocantes, que, además, les obligaban a quedarse sin ‘primera dama’, sustituyéndola por el marido que, a su vez, también fue Presidente. Demasiados cambios. Otra cosa hubiera podido ocurrir, si el candidato demócrata hubiera sido B. Sanders, cuyos votantes, al dejarle caer el Partido Demócrata, no se inclinaron por Hillary Clinton, en cuanto tal. Su voto era sólo anti-Trump.

B) La furia del hombre blanco estaba perdiendo la primacía a pasos agigantados, al tiempo que, paralelamente, América dejaba de ser great, al aceptar su complejo de inferioridad, haciendo concesiones al castrismo, mirando con mucho temor al ISIS vengativo, quien los humilló en el ataque del 16 de septiembre, y, en general, al mundo musulmán. Ahora lo que se imponía era la igualdad entre hombres y mujeres, entre negros y blancos, entre los derechos de los emigrantes y los genuinos norteamericanos, entre los distintos países y hasta entre ricos y pobres.

C) La adhesión al Tratado de Libre Comercio (NAFTA) en pie de igualdad, con la consiguiente destrucción de los Estados industriales y la pérdida de puestos de trabajo para su población. Las industrias se trasladan a países donde los costos de promoción son menores y las máquinas van desplazando a los trabajadores. Es una de las más importantes consecuencias de la Globalización, tan alabada y de la que todos se sienten orgullosos. La influencia de China se estaba infiltrando imperceptiblemente. En cambio, Estados Unidos era el país que más contribuía con sus dólares al mantenimiento de la OTAN.
[youtube.com]
D) La frustración del pueblo trabajador, del mundo rural y de las personas blancas con poca educación por no haber podido pagarse en la Universidad y tener que vivir de su trabajo. Los establishments mediáticos y políticos los denominan ‘basura blanca’ (white trash) y la clase media, en general, que son los verdaderos productores, pero que no pueden medrar. Malviven en ciudades pequeñas y no han progresado en estos ocho últimos años del mandato Obama. Constituyen la conocida como ‘América profunda’ y han ocultado su voto. Al fin y al cabo, América se está recuperando y el paro es menor del 5%, pero, mientras mejoran los ingresos de los ricos, la clase media está llegando el hundimiento, prueba de que la recuperación económica no es igual para todos. Tampoco los afroamericanos han mejorado con un presidente de su mismo color. También hay blancos que son pobres.

E) La desafección entre los votantes de la sociedad con sus políticos. Hillary Clinton pertenecía al establishment político y era una personalidad que conoce mejor que nadie la Administración, de la que ha sido Secretaría de Estado. Trump no era nada de esto, sino un ciudadano que sabía de la inseguridad (siendo Estados Unidos la primera potencia militar mundial) en los Estados (el Medio Oriente está hecho un desastre), de la inmigración, de las entradas ilegales, de las humillaciones infringidas al país más importante del mundo, de los problemas de la educación y la seguridad, por ejemplo. Hay más pobreza y menos ingresos, no digamos nada las oportunidades.

Un gran país
[dailymail.co.uk]

A
quí es donde entró Trump de manera indirecta y con demagogia muy simple, que es la que se entiende bien: "les devolveré el país que han perdido", "les devolveré los empleos que han perdido", "construiré un muro para que no vengan más inmigrantes y a los que están aquí los voy a controlar". En una palabra: "Hagamos América grande de nuevo". Esto es lo que todo mundo estaba deseando oír, alguno se atrevía a ir contra el sistema y a favor del pueblo llano. ¿Cómo es posible que alguien ultraderechista gane apoyado por el descontento de la clase trabajadora y la furia del hombre blanco que representa las esencias oriundas de América, el que reducirá los impuestos a las grandes fortunas, precisamente? ¿Cómo es posible votar a quien vive rodeado de bronces y mármoles en una torre privada de la Quinta Avenida de Manhattan? ¿Quién puede creer en semejantes desvaríos y verdaderos disparates?

Las cosas de la política son demasiado complejas para poder ser explicadas de forma simple. Para mostrar lo voy a referirme al artículo de Asra Nomani, publicado en The Washington Post, anteriormente periodista en Wall Street Journal. Nomani es inmigrante hindú, musulmana, periodista, madre soltera e invitada en programas políticos de la TV norteamericana. En su artículo confiesa y explica por qué votó a Trump. En lo fundamental, dice que no puede pagar un seguro de salud, no le ayudó al programa de hipotecas vigente y está entre los que difícilmente llegan a fin de mes. Son estas razones económicas. Hay más: no puede aceptar las donaciones millonarias a la Fundación Clinton de Qatar y Arabia Saudita, que son teocracias dictatoriales que no respetan los derechos humanos fundamentales, ni quiere condescender con el ISIS. Se trata de intolerables influencias negativas que continuarán con Clinton. Y lo hizo a pesar de que rechaza la prohibición de entrada a los musulmanes, el sueldo desigual entre hombres y mujeres y tantos exabruptos y parloteos de bar de Trump. Entre lo malo y lo peor, Nomani se inclinó por lo primero. Le quedará seguir luchando porque no se cumplan los peores veredictos anunciados.
[G. Ralli, Salario para matar, jotdown.es]
Esperemos que no se imponga de nuevo el salvaje Oeste americano, cuyas películas nos gustan tanto por los magníficos realizadores que las filmaron, aunque fuera terrible, pero que tuvo su momento en los años fundacionales y ahora ya no podría sostenerse. Mientras tanto, hemos de estar muy atentos a cómo actúa el presidente electo.


Julián Arroyo Pomeda

lunes, 31 de octubre de 2016

Las reválidas


El elogio no es el único medio que tenemos de adular a nuestros semejantes, pero sí de los más eficaces [...].
El demagogo perfecto adivina el sentimiento popular y prevé las vicisitudes de la actualidad
(Frary, R., Manual del demagogo).

P
or fin, el pesado Rajoy ha sido investido como presidente del Gobierno de España, porque ha ganado las elecciones, según proclama permanentemente. Aquí el que resiste gana, ya lo sabíamos. ¡Qué plomo de hombre! ¿Y cómo va a gobernar ahora? Pues como siempre, con su estilo peculiar, confío en que nadie espere otra cosa, porque quedará profundamente defraudado. Para muestra, sólo un botón.

Esta misma semana en el discurso de Investidura Antonio Hernando, que preside el grupo socialista en el Congreso de los Diputados, pidió a Rajoy que paralizara las reválidas, previstas en la LOMCE, especialmente la de final de la Secundaria y el Bachillerato. Qué quiso oír al presidente en funciones para recoger inmediatamente el guante y contestarle: "Vamos a abordar la suspensión de los efectos académicos de las evaluaciones de finales de la ESO y del Bachillerato hasta que concluyamos el pacto por la educación". Obsérvese que se denominan ‘evaluaciones’ y que se suspenden sus ‘efectos académicos’ hasta concluir el pacto educativo.
[Portada de El País, 28 octubre 2016]
Los medios de comunicación escritos y audiovisuales por la tendencia a simplificarlo todo y, quizás, por los ardientes deseos implícitos de apuntarse al caballo vencedor, decidieron al día siguiente enfatizar con grandes titulares que Rajoy retiraba la reválida y lanzar la primera valoración muy positiva: hacía la primera concesión, ¿a quién? Al PSOE, nada menos. Pues bien, esto es falso.

Precisiones

Voy a concretar todo lo posible para que las cosas se puedan entender bien:

1. La LOMCE establecer una evaluación final de ESO: "Al finalizar el cuarto curso, los alumnos y alumnas realizarán una evaluación individualizada [...] (artículo 21,1, del Real Decreto que establece el currículo de ESO y Bachillerato; BOE 3 enero 2015). Este texto recoge exactamente lo que establece el artículo 29,1, de la LOMCE.

2. En cuanto a sus efectos académicos, se trata de la obtención del título de Graduado en ESO (RD, artículo 23,1), que no se obtiene sin superar la evaluación final.
De modo similar ocurre en Bachillerato.

3. "Los alumnos y alumnas realizarán una evaluación individualizada al finalizar Bachillerato [...] (artículo 31,1), que es copia del artículo 36 bis, 1, de la LOMCE.

4. En cuanto los efectos académicos: "Para obtener el título de Bachillerato será necesaria la superación de la evaluación final de Bachillerato".
Están, pues, claros los efectos académicos que se suspenden. Pero hay más.

5. La Disposición final primera del citado RD establece en su punto 1 y párrafo 2 lo siguiente: "La evaluación final de ESO correspondiente a la convocatoria que se realice en el año 2017 no tendrá efectos académicos".

6. Dos párrafos más adelante se recoge un contenido parecido para Bachillerato, así: "La evaluación final de Bachillerato correspondiente a las dos convocatorias que se realicen en el año 2017 únicamente se tendrá en cuenta para el acceso a la Universidad, pero su superación no será necesaria para obtener el título de bachiller" (Disposición final, 2, párrafo 2).

También recoge esto el Borrador de 23. 09. 2016 para el contenido de las pruebas de las evaluaciones finales de ESO y Bachillerato, como no podía ser menos. Aquí vemos que "la evaluación final de Bachillerato correspondiente a las dos convocatorias que se realicen en el año 2017 únicamente se tendrá en cuenta para el acceso a la Universidad.

Información interesada y engañosa

Solamente he oído una comunicación de Manuel Cruz, catedrático de filosofía de la Universidad de Barcelona, diciendo que en las palabras de Rajoy no había ninguna novedad, sino simplemente un matiz. Lleva razón.

¿Acaso Rajoy y sus asesores desconocían esta normativa? Desde luego que no, pero barren pro domo sua de modo completamente interesado, aunque esto suponga engañar, nuevamente, a los ciudadanos españoles.

Interesada, porque se cuelgan la insignia de estar dispuestos a dialogar y hacer concesiones en un estilo de gobierno más acorde con la situación que vivimos. Además, lo hacen desde la solemnidad de la tribuna del Parlamento. Igualmente intentan ganarse al PSOE y hasta hacen un guiño a los estudiantes que se manifestaron días atrás sobre esta cuestión.

No sólo con ánimo de engañar conscientemente, a lo que nos tienen acostumbrados desde la legislatura anterior. Seguro que piensan, al mismo tiempo, que nadie se dará cuenta, porque el número de tontos es infinito.

¿Que habría costado decir a A. Hernando la verdad? Lo único que se perdía era el efecto publicitario. Habría bastado con responder: lo que usted me pide ya está hecho, puede leerlo en los correspondientes decretos que le proporcionaré después, pero desde aquí se lo confirmo gustosamente. Esto sería honrado y noble por parte del candidato.

Un detalle más de que querían engañar. Hace unas semanas la encargada de Educación de Ciudadanos, Marta Martín, anunció su compromiso verbal con el ministro Méndez Vigo para una moratoria de las pruebas hasta alcanzar el consenso sobre lo que se debería hacer. Pues bien, Méndez Vigo lo negó, sabedor de que no existe documentación ninguna que pueda desmentirle.

Puede decirse que empezamos bien la legislatura. Ya lo indicaba al principio, será como siempre. Sin duda, es el próximo un gobierno en quien se podrá confiar por su decencia.
Lo peor de todo es que ya se ha lanzado la idea y su aceptación es poco menos que universal. ¿Quién podrá desmontarla ahora? Sólo el tiempo puede poner a cada uno en su sitio. Esperemos que, en este caso, no tarde demasiado.

Respecto a las evaluaciones externas, o reválidas, no se pueden quitar, a no ser que se toquen varios artículos de la LOMCE. Se me hace muy cuesta arriba pensar que todo esto fuera desconocido por los asesores de El País para atreverse a poner en portada, y a la izquierda, que se retira la reválida. Parece, más bien, una cuestión ideológica para que pueda servir de referente al resto de los medios. Se trata de un gran viraje en apoyo del gobierno popular, sin duda, que en próximos meses matizarán y corregirán con ocasión de los actos de gobierno. Ya está dada la década, luego llegará la de arena. Una lástima actuar así.

Julián Arroyo Pomeda


domingo, 2 de octubre de 2016

Si yo fuera Pedro Sánchez (y 2)


“Pero a los ojos del hombre de imaginaciónla naturaleza es la imaginación misma.Como es el hombre, así ve”.
(William Blacke).

Pedro Sánchez acaba de dimitir [infolibre, 2 octubre 2016]


S
i yo fuera Pedro Sánchez -y es evidente que no lo soy, incluso ni siquiera soy militante de su partido, ni de ningún otro- trataría de entrar en un estado de tranquilidad y armonía con la totalidad del universo, en la convicción de haber cumplido con el deber de mantener mis principios y no poder superar los elementos que la maquinaria de mi partido político puso frente a mí en todo el espacio disponible.

Ha sucedido ya lo que muchos se temían y otros muchos azuzaban para que ocurriera. Resulta de una tristeza infinita haber sido elegido por las bases en unas elecciones primarias para luego ser destituido por un Comité Federal, cuya Federación más potente le había aupado a la victoria frente a otras dos contrincantes que no le merecían confianza para poder imponer sus planes en un inmediato futuro.

De los tres candidatos que se presentaron a la elección de Secretario General del PSOE las cabezas ejecutivas descartaron pronto al tercero, José Antonio Pérez Tapias, que presidía en 2014 la corriente Izquierda Socialista. Al fin y al cabo la dejaron estar como algo puramente testimonial con algunas personalidades perfectamente marcadas. No tenía gran importancia. De Eduardo Madina no se fiaban, porque quizás no pudieran doblegarle para sus propios intereses. Madina es un hombre valiente, que ha sabido superar muchas dificultades que le ha echado encima la vida.

Les pareció más dúctil y dócil Pedro Sánchez, un hombre joven, que tenía un buen perfil fotográfico y contaba con buena planta. Andalucía le ofreció más de 20.000 votos de los 62.500 que sacó; Castilla-La Mancha, casi 4.000; alguno más le dio Madrid; casi otros 4,000 votos Aragón, la Comunidad Valenciana, más de 6.000 y Extremadura cerca de 3.000. Precisamente, cada uno de los presidentes de estas Comunidades acabaron decepcionados y le criticaron a muerte. Muy curioso lo de estos barones.

Sin embargo, los pulsos empezaron muy pronto. El más sonado fue el de una baronesa, que gobierna Andalucía, precisamente quien más votos le había dado ("Este chico no vale, pero nos vale", cuentan que llegó a decir). El amor acabó pronto. En cambio, una encuesta de Metroscopia, publicada en julio de 2015, consideraba a Pedro Sánchez en una evaluación de +92 puntos y un -6 de rechazo. Igualmente le valoraban como mejor presidente del Gobierno con gran diferencia sobre Rajoy, y el mejor líder para dialogar, pactar y reducir las desigualdades. Así que al año de ser Secretario General había consolidado su liderazgo.

En el primer cara a cara con Rajoy, Sánchez le espetó aquella breve frase, que se convirtió en un hachazo: "Usted no es decente". Entonces se sentía fuerte y quiso conformar gobierno ‘progresista’ con Podemos, pero Iglesias reventó el objetivo. En su cabeza estaba ir socavando al PSOE para situar a Podemos como el partido de la oposición y arrogarse la representación de toda la izquierda frente a la derecha de Rajoy. Desde aquellos días de finales de enero de 2015 el acoso planificado no acabaría nunca ya. El 2 marzo, cuando Pedro Sánchez se presentó la investidura con el apoyo de Ciudadanos, Podemos votó en contra, junto con el PP. Toda una vergüenza política y un cinismo de cotas inimaginables. Podemos había quitado millones de votos al PSOE, pero no se conformaba, quería "asaltar los cielos".

Todavía en mayo en 2015 todas las Federaciones socialistas apoyaban a Pedro Sánchez unidos y preparados para cerrar el paso a Podemos el 26-J. Lo consiguen, pero los resultados no son buenos y en el PSOE va acrecentándose la inquietud indisimulada. Al tiempo arrecia el acoso de la derecha política y prácticamente la totalidad de medios de comunicación escrita para que Pedro Sánchez deje gobernar al partido más votado. Los barones socialistas también se muestran en la onda del abstencionismo, a pesar de que el Comité Federal había decidido el no a la investidura. Parece que todo empieza a estar teledirigido, aunque temen a las bases socialistas. Las relaciones se enfrían hasta casi la congelación.

Por fin, el enfrentamiento alcanza su punto culminante en el Comité Federal del 1 de octubre, en el que Pedro Sánchez presenta la dimisión y el PSOE queda tutelado por una Comisión Gestora. Los críticos habían ganado y el Partido Socialista queda definitivamente roto hasta la celebración de un Congreso extraordinario.
Forges [El País 2 octubre 2016]

Se sospecha, con razón, que Susana Día tiene cartas marcadas bajo la manga, que todavía no ha descubierto del todo. Su gran padrino, Felipe González, ha hecho de Zeus tonante que produjo la última tormenta hace unos días, proclamando que se ha sentido engañado por Sánchez, quien le dijo que se abstendría en la segunda votación de la investidura de Rajoy. Fue la contraseña y el detonante. Sánchez quiso ser autónomo y apoyar su fuerza en los militantes socialistas, en lugar de obedecer dócilmente a los padrinos políticos. Y lo ha pagado caro, porque no era la autoridad, que no viene de abajo, sino de arriba. Como siempre, no hay que ser ingenuos. La vida va poniendo a cada uno en su sitio y Rajoy está a punto de ser investido como presidente del Gobierno. Algunos no pueden ocultar su alegría y mostrar su felicidad hasta bailando. Cómo lo celebran las creaturas, según muestra expresivamente la viñeta de hoy, ideada por Forges.

Caiga quien caiga. No deberíamos olvidar la antigua gran apuesta: "OTAN, de entrada no". Uno solo no puede enfrentarse a todos. Las luchas cainitas siempre surten sus efectos en nuestra piel de toro. Por desgracia para todos. ¿Qué queda ahora? Ya veremos.


Julián Arroyo Pomeda