jueves, 24 de julio de 2014

Mujeres y dilemas morales en el cine


Últimamente he visto dos películas, que todavía están en cartelera en Madrid, cuya historia es conducida por mujeres protagonistas. Incluso en una de ellas la directora es una mujer. Las tres merecen comentarios, por ser susceptibles de ponderada reflexión.

"El sueño de Ellis" nos cuenta la historia de dos hermanas, Ewa (Marion Catillard) y Magda (Angela Sarafyan) que emigran (The inmigrant es el título original) desde su Polonia natal a Nueva York, al final de la Primera Guerra Mundial, buscando su oportunidad en la tierra del sueño americano. Desembarcan en la isla de Ellis, que truncará completamente dicho sueño.

Una vez más la guerra genocida es la causa de los mayores males producidos a los civiles en la historia. Países enteros devastados hacen que los ciudadanos tengan que salir de ellos en busca de mejores condiciones de vida. Y de nuevo, la recepción de los que vienen es pésima, viendo en ellos solamente material desechable con el que obtener mayores beneficios. La inhumanidad no deja de cebarse en los abandonados por la fortuna, sin pensar nunca en miras algo más altas, incluyendo el hecho de que a nosotros nos podría pasar lo mismo. Mientras nos encontremos en situación de abundancia, disfrutemos de la misma, después ya veremos, pero nosotros no debemos atemorizarnos con ello, ¿para qué?

Se trata de un drama sobre la emigración, uno más, aunque todos acaban de modo parecido. El título español busca, sin duda, algo más sugerente para el espectador que el monótono y conocido del emigrante. Nos encontramos con algo bien sabido: la mujer guapa que cae en manos del rufián de turno, que la convertirá en prostituta. La situación es irremediable, ya que a su hermana Magda la internan en un hospital por enfermedad contagiosa. Desde entonces, Ewa hará lo que sea por salvarla. La introducción en la historia de Bruno (Joaquin Fhoenix) hará que todo concluya en un gran melodrama.

Nadie ha discutido la magnífica interpretación, ni la correcta puesta en escena, ni la profunda sensibilidad que rezuman todos sus fotogramas. Al director, James Grey le critican un guión que diluye la magia inicial y termina en un film lúgubre y frío, sin pasión y con excesivo riesgo, que suaviza la rabia y contiene la ira hasta concluir melodramáticamente. Buena película, aunque no sea genial, que presenta la cruda realidad, que, a buen seguro, se vuelve a repetir hoy en la emigración de forma tan descarnada como nos hace visualizar el andamiaje de Ceuta y Melilla, del que tan ufano se siente nuestro ministro del interior.

Es un gran acierto la fotografía grisácea, que se identifica bien con la tierra y la situación interior de dos seres destrozados, Ewa y Bruno. La crítica al sueño americano también es evidente: la tierra prometida impulsa el sueño, pero falla muchas veces y casi siempre hace pagar el tributo que exige el dragón del hambre y el miedo. La estructura policial se muestra, como muchas veces, demasiado corrupta, vendida impunemente al vil metal del dólar ensangrentado, que nunca se sacia. ¡Qué pesadilla!.

Una de las cosas que más me impresiona de la película es la inmensa capacidad del ser humano por sobrevivir. Esto es eterno, sucedió ayer y continúa ocurriendo hoy. Los seres humanos se mantienen por encima de toda una serie de dificultades que la vida nos va regalando sin pedírselo, de forma gratuita: "tanto penar para morirse luego", como nos recordó Quevedo. El dilema consiste en plantear hasta dónde habría que llegar para salvar una vida. Quien aguante sufrir el desgarro que vea la película, incómoda y angustiosa, sí, pero real. Pobres habrá siempre para disfrute de otros muchos.

"Dos vidas" es una película alemana que cuenta la historia de tres mujeres: Katrine (espía de la Stasi), Asi Evensen (su falsa madre) y Anne (hija de Katrine). Naturalmente, hay otros personajes.

Lo que más me interesa aquí es seguir el coraje de una mujer, Katrine (Liv Ullmann) para recuperar su vida y superar un pasado atroz, que trazaron los nazis alemanes, cuyos crímenes son muy difícilmente perdonables, aunque hoy los dirigentes del pueblo alemán se presenten como salvadores de Europa. En la RDU vivieron bajo el totalitarismo de la Stasi y, cuando los nazis ocuparon Noruega, las mujeres fueron sometidas a un terrorífico experimento. En 1935 se creó la organización Lebensborn (Fuente de vida) con unas clínicas en las que mujeres noruegas, de espíritu vikingo, procreaban con personal de las SS para mejorar la raza. Permanecían tres meses con sus hijos, que luego eran entregados a familias arias. El totalitarismo opresor de los seres humanos aparece aquí también en primer plano. Un poder violento y sin entrañas se empeña en la utopía, en este caso nefasta y hasta ridícula, de mejorar la raza aria. Mujeres noruegas con el halo de su historia vikinga son obligadas, con engaños y falsas promesas, a yacer con lo peor de los seres humanos para producir hijos al Reich.

Katrine nació en una Lebensborn y pudo escaparse de la de aquella cruel telaraña para encontrar a su madre. Se casó y formó una familia, olvidando así el pasado y viviendo feliz en Dinamarca.

A la caída del muro de Berlín, el abogado que defiende a Katrine-Vera, Sben Solbach, empieza a sospechar, con pruebas, que no es hija de Asi Evensen, su madre hasta entonces, sino una espía que pertenece a la Stasi. Al verse descubierta, abandona su familia, dispuesta a entregarse a la policía. Su vida ha sido una gran mentira, pero el amor a su marido Bjarde Myrd, a su madre Asi Evensen y a su hija Anne han dado sentido a su existencia. Historia, ideologías totalitarias y repercusiones psicológicas se mezclan en esta ambiciosa película. El dilema es si puede convivir una mentira con una vida auténtica.

Gran narración de intensidad y calidad, complejidad del montaje, excelente fotografía para visualizar imágenes antiguas y nuevas en una historia muy compleja, y llevada con pulso seguro. Claro que podría haberse hecho todavía mejor, pero no es poco lo que aquí se ofrece.

La tercera es una película española, "Marsella", de Belén Macías. Dos mujeres, Sara (María León) y Virginia (Goya Toledo), una, madre biológica de la niña Claire (Noa Fontanals) y la otra, mamá de adopción, viajan en coche a Marsella para que Clara pueda conocer a su padre. Ambas pelean por la niña en una situación verdaderamente límite. Una anti heroína por excelencia, condenada por drogas y abuso del alcohol, es despojada de la presencia de su hija por una sociedad injusta que se obliga a dar a la niña en adopción por una familia burguesa para salvarla del mal, representado por su pérfida madre, que se ha entregado a un ciudadano francés. Se trata de situaciones muy próximas, muchas veces de completa actualidad, aunque no sea literalmente.

Con la historia se plantea en qué consiste la maternidad. Parir a la niña es algo biológico, pero cuidarla, educarla y preocuparse por las condiciones en que puede vivir es algo que trasciende lo puramente físico. El dilema está servido: quien tiene más derecho a quedarse con la niña. La película resuelve el dilema, aunque aquí no lo vamos a descubrir.

La película tiene un gran mérito, además de la actuación de las tres mujeres: magistral la de María León, comedida y acertada la de Goya Toledo y magnifica la de Noa Fontanals, en su primer papel en el cine. Además, se ha rodado en seis semanas, con poco dinero y entrega total. Ricas sensaciones: hay que sacrificarlo todo para ser madre. María León, con el lenguaje al que ya nos tiene acostumbrados, declara que es una película hecha con "fuerza y muchísimos cojones". Aunque está protagonizada por mujeres, el grupo de camioneros, que también sale -estos si son hombres-, tiene, igualmente, su punto de gracia.

Quiero fijarme, especialmente, en estas mujeres fuertes y llenas de energía, que han sido capaces de superar las duras condiciones en las que les ha puesto la vida y que no siempre somos capaces de entender en el entorno hostil en que muchas veces nos vemos obligados a vivir.

Los dilemas morales plantean siempre una situación problemática, que cada persona interesada tiene que resolver, por eso aquí se dejan así, aunque las películas también ofrecen orientaciones y pistas de una posible solución. Tomar partido nos hace crecer en algún mayor grado de moralidad de nuestra conducta cotidiana.

Julián Arroyo Pomeda

Ilustraciones: Carteles de cada una de las películas citadas y fotograma


jueves, 17 de julio de 2014

Asesinatos, fanfarrias y racista graciosa

Cada uno de los tres epígrafes resulta asombroso por cualquier lado que se le considere. Nuevamente aparece la atroz situación de guerra entre palestinos e israelíes, a cargo de misiles y cohetes, que únicamente producen muerte y destrucción de civiles, en su mayor parte. La guerra no está declarada oficialmente, salvo en un lenguaje incendiario, que parte de una premisa exclusiva, la del ojo por ojo y diente por diente. Han pasado muchos siglos desde que se proclamó este dicho, que constituye la única base de los ataques más salvajes e indiscriminados. "La venganza es mía", dice el Señor, sólo que ahora el Señor es un atajo de incivilizados con el armamento más sofisticado para producir la muerte segura.

De otra parte, el ministro de hacienda, Cristóbal Montoro, sigue matando moscas a cañonazos verbales, porque este hombre tiene mucha fuerza en la boca y dispara su gatillo fácil, siempre que se le viene en gana. España, como país, está bien muerto, porque le asesinó la política de austericidio, impuesta por la Unión Europea y aceptada por un gobierno subyugado, que sigue besando las manos de su ama, aunque, eso sí, se desgañite diciendo que no le gusta hacerlo, pero que no le queda otra ante la ruina que otros produjeron en el país.

Luego sucede, igualmente, la actuación desvergonzada de la graciosilla de turno, esta vez en Francia, Anne Sophie Leclère del Frente Nacional de Marie Le Pen. Al partido, que ha recogido un buen triunfo en las últimas elecciones europeas le han impuesto una multa de 30.000 € y a la ultraderechista, que prefiere ver en un árbol a la ministra de justicia del gobierno francés, Christiane Taubira, porque "es una salvaje" y la ha comparado con un mono, por ser negra, a cinco años de inhabilitación para cargos públicos y 50.000 € de multa.

Ya tenemos así resumidos tres acontecimientos que avergonzarán, sin duda, a los seres humanos de bien. Hagamos acerca de los mismos algunas consideraciones para poner de manifiesto el poder de crispación a que están sometidos los ciudadanos y que en nada favorece a nuestra convivencia social. Decía el filósofo francés Alain que la filosofía debía tener siempre presente el pensamiento que sopesa las acciones y evita los prejuicios, gracias a su reflexión lúcida, ejercida permanentemente. No estaría mal si lo tuviéramos muy en cuenta y, antes de dar un paso, midiéramos las consecuencias probables de lo que decimos.

Los bombardeos israelíes contra Gaza han producido ya más de dos centenares de palestinos muertos y más de 1500 heridos, mientras que un cohete palestino ha matado a un israelí. Todo empezó cuando tres jóvenes judíos fueron secuestrados y después muertos, a lo que siguió la venganza de un grupo de israelitas que secuestraron, a su vez, a un adolescente palestino y lo quemaron vivo en el bosque de Jerusalén. A partir de aquí, comenzó la operación denominada ‘Margen Protector’ contra Hamás, a quien se considera responsable de todo. Una machada y un verdadero salvajismo.

Mientras, Naciones Unidas informa del ataque, Estados Unidos lamenta los muertos, pero precisa que Israel tiene derecho a defenderse. Y la Unión Europea prácticamente calla. ¿Dónde se quiere llegar? Parece que al exterminio de los enemigos, pues, cuando todos hayan caído, entonces reinará la paz, la de los cementerios. Los asesinatos ni siquiera tratan de ser selectivos, sino que se actúa indiscriminadamente. ¿Para qué seleccionar, si los enemigos, en cuanto tales, merecen un exterminio urgente y total?
España también se encuentra moribunda, porque el actual gobierno actúa con la más absoluta coherencia en sus principios. Fue votado y obtuvo la mayoría absoluta para un programa que ha incumplido desde el comienzo. Los ciudadanos españoles tendrían que saber que los principios del Partido Popular no pueden ponerse en un programa de gobierno. Se pone lo que interese para conseguir el voto. Después, ya se harán perdonar.

Comprendo que Montoro no hable con semejante claridad, pero, al menos, que no se pase, porque en ese caso habría que pensar en que está despreciando a la ciudadanía y riéndose de ella a mandíbula batiente. El gran burlador se expone demasiado al ridículo. Pronto asombrará España al mundo, ya está en movimiento para ello, proclama. ¿No será a causa de las subidas de impuestos con que nos ahoga Montoro? Claro que debe tenerse presente que será fatal subir impuestos, dice su doble. Esta de coña, pero es esto lo que le pone.

Cuando se lo echan en cara, se cabrea y dice que le sacan las cosas de contexto, porque él se refería lo que sucedió en nuestra economía hace cinco décadas. Vaya por Dios. Entonces, ¿cómo hay que entender eso de que "estamos entrando en el círculo vicioso de la economía española de crecimiento y creación de empleo"? ¿O aquello de que "el ajuste en España se ha hecho sin tocar el gasto social"? Quizás sea que Montoro piensa y escribe sentado, pasando mucho tiempo en su despacho. Nietzsche contestaba a Flaubert que "la carne del trasero es precisamente el pecado contra el Espíritu Santo. Sólo tienen valor los pensamientos pensados en camino". Qué simpático es Montoro. Es como el pito del sereno, que nadie le hace caso, aunque le oiga.

Muertes atroces, España moribunda y la ultraderecha francesa de pitorreo. Leclère piensa que la pena que le han impuesto es desproporcionada, que se cometen injusticias contra esta mujer joven, que no pudo acudir al tribunal que la citó en Cayenne, porque ni siquiera ha podido costearse el avión. Lo que sí ha hecho es comparar a la ministra de justicia, de raza negra, con un mono. Nada original, por otra parte, porque ya antes lo habían hecho otros, desgraciadamente. Ella no es racista y todo es una cuestión política. Ha empleado su derecho a la libertad de expresión, para qué molestarse en reflexionar, aunque sólo sea por una vez. Con hacer fotomontajes le basta, la pobre no merece semejante pena, sólo quería hacer un poco de humor. Ahora resulta que injuriar pertenece al género del humor.

Julián Arroyo Pomeda

Ilustraciones: dailymail.com; digislam.com.ar; libertaddigital.com; noticierodigital.com; 


martes, 8 de julio de 2014

La preparación de los estudiantes españoles


La semana pasada leí un artículo de Marina Garcés, en el que reflexionaba acerca de si los estudiantes llegaban de los institutos a la Universidad peor preparados que antes. La profesora Garcés, en lugar de lanzar rayos y centellas contra el profesorado de Secundaria, hacía una reflexión llena de sensatez, planteando que la Universidad tenía que apostar por la cultura y la igualdad social. Y se refería a la necesidad de autonomía y criterio propio para desenvolverse en el entorno como características de la buena preparación. Esto se consigue con conocimientos, capacidad crítica y deseo de aprender.

Estamos desarrollando un conocimiento competitivo, que facilite la entrada en el mundo laboral y capacite para ejecutar las instrucciones que nos exijan las empresas de las que dependemos y hemos de obedecer sin registrar, por sueldos de miseria y con exceso de horario de trabajo.

¿Qué nos exigen las instituciones empresariales para ofrecernos un puesto de trabajo? Lo sabemos bien: competencias, fidelidad a la empresa, sueldos muy escasos, mayor horario laboral, sacar adelante el trabajo pedido, incluso con horas extras, que no se pagan, para que así las plantillas pueden disminuir, porque nos encontramos en la cresta de la ola de la crisis.

Por otra parte, el modelo europeo sigue insistiendo en la austeridad y el sometimiento a sus directrices, a costa de un mayor empobrecimiento, si es necesario, hasta que todos seamos colonizados. ¿Nos espera todavía alguna clase de futuro?

Todavía hay más. Esta misma semana nos han dado a conocer el informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CyD), que preside Ana Patricia Botín. Por él sabemos que los universitarios españoles están sobrecualificados laboralmente. Un alumno japonés de Secundaria ocupa el mismo puesto que un graduado universitario español. Entre nosotros, un ingeniero industrial puede dedicarse a recoger los vasos sucios de una discoteca, o un filólogo a servir platos en hostelería, por ejemplo. ¿Qué concluimos de aquí? Hay conclusiones para todos los gustos.

Unos interpretan que esto es un puro desastre. Otros, que nuestra formación universitaria no se encuentra a la altura del resto de los países, como dice el Secretario General de la OCDE. Algunos dicen que la causa está en la falta del empleo que las empresas no crean. La realidad es que producimos más titulados superiores y menos empleo altamente cualificado. Algo habrá que hacer, en esto todos estamos de acuerdo, pero ¿qué?

El Coordinador General del Informe, Martín Parellada ofrece la solución redonda: adaptar los contenidos de la oferta educativa al mundo del trabajo. Es decir, que la Universidad se ponga al servicio del empresariado y dedique la totalidad de la financiación pública para formar a los profesionales que el mercado quiere. Tan fácil como cínico. El problema es otro, el mercado laboral con el infraempleo que va aumentando exponencialmente.

Tampoco puede uno perderse la propuesta de Wert. La cuestión es que la financiación de las universidades es insostenible: gastamos demasiado en educación en las Universidades públicas. Descansando se queda el personaje: incrementamos los costes, lo que es contrario la consolidación fiscal. ¿Es este un ministro de educación o, más bien, de economía? Siempre los ministros de Educación han presionado a Economía para que incremente la financiación a la educación. Para cualquier cosa podía valer este hombre de tan exquisita sensibilidad. Pues sigamos esta vía, sin importarnos que los grados y máster hayan disminuido, que aumenten las tasas y que disminuyan las becas. Al fin y al cabo, para trabajar de camareros no hace falta ninguna clase de estudios.

Eso sí. Montoro continúa sin desmayo: "El pueblo español, cuando se levanta, empieza a asombrar al mundo y a llamar la atención". Esta vez sólo se equivoca en el modo verbal, tomando el indicativo por el subjuntivo. En todo caso, será cuando se levante el pueblo español, si es que algún día lo hace, porque, de momento, no lo ha hecho todavía, a pesar de que Montoro está para hacer el paripé político, en el que nunca deja de introducir sus risitas. ¿No se reirá el tipo del ciudadano español en paro? Todo podría ser. No dejen ustedes de atender a sus próximas declaraciones, dado que nunca tienen desperdicio.

Julián Arroyo Pomeda

Ilustraciones: rtv.es: sede fundación; elpaís 7/7/2014: encuesta.info

jueves, 3 de julio de 2014

¿Tiene solución Europa?


Los españoles aprendimos de memoria algunas de las expresiones de Ortega al hilo de sus reflexiones sobre España. En efecto, allá por el año 1911 ya se quejaba de que nos habíamos resistido a Europa, perpetuándonos a nosotros mismos. En cambio, alertaba de que España será Europa o no será nada más que incultura y horror a las ideas y a las teorías.

Nuestra enfermedad y nuestra salud eran presentadas paralelamente: el problema es España y la solución Europa. He aquí la nueva tarea que proponía. Unos años después, en 1919, seguía machacando que "España es una posibilidad europea". En cambio, ahora nos parece necesario salir de la prisión, especialmente, alemana. ¡Cómo cambian los tiempos! Ortega rondaba entonces los 30 y pocos años.

Otro joven español acaba de intervenir ahora en la Eurocámara con ideas claras, pronunciadas, además, con pasión contenida, para proclamar que Europa significa soberanía, derechos de los pueblos, libertad y, en una palabra, democracia. ¿Quién va a negar semejante caracterización? Pero las críticas se hacen más potentes, porque el gobierno del Parlamento Europeo está secuestrado por élites, oligarquías financieras y lobbies. Esto es lo que representa "la casta", en palabras de Pablo Iglesias.
Han establecido la deuda exterior que no podrá pagarse y de este modo se saquean, impunemente, los pueblos del Sur, junto con su autonomía. Recordemos cómo se han resistido los países rescatados, en su totalidad o en parte, porque sabían que su sometimiento podía durar tranquilamente medio siglo, desapareciendo, poco a poco, su independencia y convirtiéndose sus ciudadanos esclavos del siglo XXI.

¿Acaso no hay solución? ¿Es que no queda otra más que el empobrecimiento y el sometimiento? Resulta que sí hay alternativa. La actual situación está en las políticas de  austeridad, cuyos efectos son la pobreza, la destrucción de la economía, el autoritarismo, las sociedades injustas y las instituciones corruptas. Y contra esto hay que reaccionar con dos banderas: la justicia y la democracia. Así podremos recuperar la dignidad.

Precisamente en España están transcurriendo estos días las Marchas de la dignidad, que el Ministerio de Interior, como el rayo que no cesa, se encarga de reprimir con contundencia más que extrema en un indisimulado deseo de volver al fascismo, aunque siempre decorado con la mentira. Por ejemplo, Montoro ha reducido las prestaciones para la protección del paro en sus dos años de mandato, ¿alguien lo duda? Bien, pues ahora lo recubre diciendo que la creación de empleo permitirá reducir todavía más tal prestación. Este objetivo lo rumia bien por dentro, dejando su risita por fuera, que no puede contener. Es repugnante, porque más empleo no hay, aunque sí menos protección.


Otro país del Sur dice, en palabras de Renzi, presidente de la Unión Europea los próximos seis meses, que Europa tiene cara de cansancio, resignación y aburrimiento, porque prevalece la austeridad. Pide "volver a encontrar el alma de Europa" y recuperar la dignidad política para encontrar nuestro ser.

Pues bien, el Partido Popular Europeo está empeñado en elegir para empuñar el timón del barco europeo al
ínclito luxemburgués Juncker. Menuda representación de quien ni ha ganado las elecciones, ni ha sido el candidato más votado, obteniendo apenas el 10% de los votos. ¿Quién puede entender tamaño atropello? Todavía se entiende menos que le apoyen los socialistas españoles. Sin embargo, prevalecerá la casta y alcanzarán un arreglo innoble. Otros, en cambio, tienen menos vergüenza y proponen a los alcaldes por votación directa, como consecuentes con sus principios, no sea que vayan a perder alcaldías por acuerdos entre coaliciones.

 Definitivamente, no podemos perder la dignidad, que es lo que nos caracteriza como seres humanos, porque con ella perderíamos la humanidad. Tampoco el honor, que es patrimonio del alma, que el inspirado Renzi propone buscar. Palabras de hondura, pero de difícil encaje, porque Europa sólo deja ver en muchos países un cuerpo cada vez más escuálido menos luminoso en un mar de escasez y necesidades que no podemos satisfacer. Dios mío, ¿qué es España?, se preguntaba Ortega. Y hoy, paralelamente, podíamos hacer la misma pregunta referida a Europa. El ser de Europa permanece bien oculto en una capa de estructura corporal que nos produce dolor y disgusto, porque, desgraciadamente, cada vez nos parece que somos menos y no tenemos casi nada ya. Y lo que hay está bastante contaminado, no sólo porque muchas amas y amos de casa se apunten al paro -Rosell dixit- para ver si pillan algo. Tenemos un auténtico prócer en este presidente de la patronal.

Julián Arroyo Pomeda

Ilustraciones: elpais.com, elpais 2070772014, elpais 20/07/2014, elmundo 27/07/2014, lavanguardia 22/03/2014

lunes, 23 de junio de 2014

Mentiras, todo mentiras

La considerable pérdida de votos del gobierno popular en las últimas elecciones europeas, no menos manifiesta que disimulada, ha tenido como una de sus consecuencias la proyectada bajada de impuestos con la reducción a cinco tramos del impuesto sobre la renta (IRPF).

En efecto, el ministro de Hacienda, que ha subido la presión fiscal en torno a los 31.000 millones de euros, ahora los rebaja en unos 7.300.000.000, de momento. Es, precisamente, la clase media la que ha tenido que soportar tales subidas, de tal modo que la nómina de los ciudadanos españoles contribuyen ya con el 80% de la recaudación. No se puede olvidar este dato, al que luego volveremos.

¿Qué ocurre con los que ganan más? Pues que se sentirán aliviados, ya que la rebaja es para todos. Además, los millonarios son los votantes más fieles del grupo popular, mientras que la clase media es mucho más renuente. Sin embargo, parecería que los que más han pagado hasta ahora se vieran, igualmente, más compensados, pero no es así, su sino natural es que siguen muy presionados.

¿Qué ocurrirá con la Sanidad? Al parecer, el IVA sanitario habrá que subirlo por imposición de Europa. Como no se la ha castigado tanto, esta pequeña subida -por pura obligación- no será demasiado gravosa.

El gobierno califica estas medidas de reforma fiscal, que los expertos no ven por ningún sitio que la miren. Para presentarla, la gran campaña publicitaria lanza la idea de que esto es lo que siempre quiso hacer el partido gobernante, pero no pudo por la situación de emergencia que dejaron los socialistas en la economía española. La burra siempre vuelve al trigo y Rajoy no se olvida nunca zurrar al adversario y proclamar que el país quedó en "auténtica emergencia". Es ahora cuando las rentas de la clase media empezarán a ser favorecidas, dice, con verdadero cinismo y sin sonroja, porque no es verdad, pero es necesario descalificar, una y otra vez, a los técnicos de Hacienda, que proclaman lo contrario, hasta que inclinen la cerviz.

¿Cómo decir la verdad, si sólo interesa la recuperación de los votos perdidos? No es posible, porque entonces sería visible que sólo las rentas muy bajas, que, naturalmente, no pueden pagar, y las más altas son las únicas favorecidas, mientras que se carga contra las clases medias, que están llamadas a desaparecer.

Puede verse la tabla de tipos para comprobar con un simple vistazo que los dos últimos tramos están favorecidos con dos puntos a la baja, mientras que en los tres primeros se quedan solamente con un punto de reducción. Los españoles no son compensados por su esfuerzo, sino que unos cuantos españoles se aprovechan del mantenimiento que les prestan otros. Las piruetas de Montoro no se sostienen, porque resultan falsas.

Montoro lleva desde el comienzo de su ministerio con su cantilena eterna de bajar los impuestos, porque este es el "santo y seña" del PP, dice sin enrojecer. Ni siquiera le afloran los colores, sabiendo, como sabe, que el gobierno del que forma parte es el que más ha subido los impuestos. Está acostumbrado a mentir y ya lo hace compulsivamente, el hombre. Sin embargo, conocidos expertos le echan en cara que sea el gobierno que menos recauda en la Unión Europea.

La realidad es que se incentiva la minusvaloración de impuestos para los ricos y las grandes empresas, es decir, el mundo económico al revés. Los más ricos reducen sus impuestos del 52% actual al 45%. Esto no es equitativo, a todas luces, pero el argumento de Montoro es que va a favorecer la inversión y el emprendimiento. Un buen talismán, que hasta ahora, no ha dado resultados, pero no importa, porque, si siguen sin responder, será cuestión de hacer una nueva rebaja.

¿Y para cuando el descubrimiento del fraude y su completa eliminación? Para pronto, según Montoro. También aquí resulta que siempre lo han querido hacer, pero es que, acaso, no han podido. La dialéctica entre el poder y el querer se convierte en la máxima mentira, por eso hay que repetirla tanto hasta que se convierta en verdad. Igualmente ocurre con el Estado del bienestar, que "se ha mantenido", dice Rajoy. Pon malos tipos estos gobernantes, que confían en que los ciudadanos acabarán creyéndose los engaños.

Por fin, Montoro piensa publicar el listado de morosos, que se retrasan en los pagos, para empujarles a ponerse al día, nada más. Ya sabemos lo que esto significa, porque no es nuevo, puesto que se ha hecho así no hace mucho tiempo, en el 2012. De este modo se reducirán los impagos y la financiación pública quedará fortalecida.

Y, sin embargo, una cautela importante, los defraudadores. Esta lista no se difundirá. ¿Por qué? Para Montoro es fácil de comprender, porque los medios de comunicación social han publicado suficientemente este dato y le han ahorrado así el trabajo. Advertencia para navegantes, que dejen de hurgar en las heridas. Y, quizás, también haga una velada sugerencia a los responsables de procesos fiscales. A este Montoro no se le escapa una. La amnistía fiscal del 2012 tampoco importa. Han cumplido con su deber y ya no son noticia. Que tontadas tiene la oposición, recurriendo a la maldad de que, al menos, la lista comience con la letra B. Los populares están luchando verdaderamente contra el fraude y esto es lo importante. "Es evidente, mienten/Continuamente mienten/aunque revienten mienten, mienten", canta Rosendo Mercado, uno de los cantantes más impertinentes.

Rajoy, Santamaría, Montoro y Cospedal están muy satisfechos, aunque queda mucho por hacer. Esta es una buena Reforma y no una simple rebaja con algunos retoques. Lo que hay que oír.

¿Qué pasará a partir de ahora con el asunto del déficit, base de la totalidad de la política económica del gobierno y al que atribuyó toda clase de males? Bruselas ya ha ofrecido su alarma hasta por escrito. ¿Bastará sólo con negar que esto no afectará al objetivo de déficit? Los hechos dirán su última y definitiva palabra. En resumen, las capas más altas pagaran todavía menos y a las clases medias se les  ahogará todavía más. ¿Acaso no pueden hacerse las cosas de otra manera para corregir la falsa clamorosa de equidad? Si, otra economía es posible. Se puede, pero la voluntad política no quiere, porque ahora son los votos lo único que les preocupa. Después, tiempo habrá para volver a engañar de nuevo a la ciudadanía, que siempre tiene que pagar el pato. Mientras, la pobreza avanza en España, que cada vez va mucho peor. Las mentiras son las que tendrían que cotizar. Estamos a tiempo.

Nietzsche denunció en su tiempo las mentiras de la Metafísica con inusitada contundencia. Aristóteles valoraba la Política como la ciencia superior a todas por dirigirse al bien supremo. Hoy estamos obligados a señalar con igual severidad a algunos políticos, que degradan con sus ejemplos la plataforma política, a la que osan representar, mediante la mentira y los engaños a los ciudadanos. Es esta una situación verdaderamente denigrante que no puede admitirse ni un minuto más. Hay que prohibir a los políticos tanto la mentira como el favorecer los intereses particulares para que no se degrade la política.

Julián Arroyo Pomeda

Ilustraciones: infolibre 28/06(2014, ABC 21/06/2014, La Vanguardia 15/06/2014, Rosendo I. jpg



sábado, 21 de junio de 2014

¿Es la religión una disciplina escolar?


En la revista "Religión y Escuela", de junio-julio 2014, puede verse en la página 13 un recuadro con este sorprendente titular: "La derecha está acabando con la enseñanza de la religión en España".

Sorprende mucho tal pronunciamiento, ya que la LOMCE parecía poner las cosas en su sitio, impulsando esta disciplina, al dotar su correspondiente alternativa, "Valores sociales y cívicos", o "Valores éticos", según la etapa, y haber recuperado su evaluación. Esto se valora como "muy positivo", según Carlos Esteban, director de la citada revista.

A pesar de todo, Esteban siempre ha guardado una reserva prudente, añadiendo un todavía. En efecto, que sea evaluable a todos los efectos y en términos iguales a las otras materias fundamentales no puede asegurarse todavía.

Esta elemental prudencia queda rota ahora con el citado titular, que en su segundo párrafo afirma ya sin ambages: "la realidad es que la política que está llevando a cabo la derecha es un paso aún más profundo en el laicismo educativo". Derecha y laicismo son términos fuertes, que no dejan lugar a ninguna duda. Que sea, precisamente, la derecha la que profundice en el laicismo es muy difícilmente creíble, por lo que me parece solamente una afirmación retórica para despertar a los dormidos, que ya consideraban ganada la batalla.

La derecha en España ha sido siempre favorable a las creencias religiosas y sus partidarios son mayoritariamente católicos, como debe ser, mientras que la izquierda con su defensa del laicismo era el diablo en persona. No deja de tener su gracia una de las primeras declaraciones del Papa Francisco, diciendo que él no era de derechas y defendiendo el Estado laico. A la caverna derechosa la puso de los nervios, pero parece que está calando en las conciencias satisfechas de muchos. Nunca es tarde.

Los Acuerdos Iglesia-Estado fueron un bálsamo en su tiempo y siguen esparciendo consecuencias en la actualidad. El problema surge cuando uno se agarra a un clavo ardiendo, porque acaba quemándose. Esto es, exactamente, lo que ha pasado, desgraciadamente, a causa de efectos no deseados. En lugar de gastar todas las energías en refunfuñar si se cumplen o no los Acuerdos en las distintas leyes educativas, el camino debió ser otro, trabajar en demostrar el verdadero Estatuto de la enseñanza de la religión en la escuela. Al no hacerlo así, se cometió un grave error, que ahora se puede pagar.

En efecto, ¿es la religión una disciplina escolar? Esta es la cuestión y, paralelamente, ¿por qué no impartir la Teología como una disciplina universitaria de carácter civil para estar presente en las universidades del Estado? Esto ocurre en otros países, por ejemplo, en Alemania y ha funcionado bien. Creo que la respuesta está en el miedo de las instituciones episcopales a la ciencia y a perder el control de la ortodoxia de quienes podrían enseñarla. En su lugar se reservan las titulaciones a las universidades pontificias y eclesiásticas para lo que se convierte cualquier institución en Universidad y todo listo. Empezaron por los Institutos Superiores de Teología y han acabado por crear, por ejemplo en Madrid, la Universidad San Dámaso, de lo que era el antiguo Seminario para formar sacerdotes. Así nos va.

Sin embargo, siempre vuelve a la burra al trigo. Así el sindicato APPRECE, que se distingue por la defensa del profesorado de religión y su situación laboral, se mantiene inmóvil, sin salirse de su propio carril. Sigue proclamando el derecho de los padres (artículo 27,3) e invocando el artículo 16,3 de la Constitución española. Después se agarra a los Acuerdos de 1979 con la equiparación de la religión a las asignaturas fundamentales. Esto es lo que denuncia por incumplimiento del Ministerio. Piden una norma que regule la enseñanza de la religión en todo el Estado y sus horarios mínimos, así como la oferta obligada de la religión en todo el sistema no universitario, como hizo la LOMCE. Malo vendrá que bueno te hará, dice el refrán. Ahora invocan la LOMCE del gobierno socialista de Rodríguez Zapatero. He tenido que leerlo otra vez, porque no podía creérmelo. Qué romos son algunos.

Todo este asunto debió haberse resuelto hace mucho tiempo, pero no se hizo, tanto por comodidad, como porque a los eclesiásticos les convenía dejarlo así, no para favorecer al profesorado de religión, ni a la materia misma, -no hay que ser ingenuos- sino a sí mismos y a la institución que representan, ofreciendo gato por liebre, como casi siempre. Sólo va quedando ya o sacar la religión de la escuela, dado lo obsoleto de los Acuerdos, que propician la alternativa con lo que la religión viene dependiendo de la misma, o considerar el Estatuto epistemológico de las manifestaciones religiosas como hecho histórico-cultural, necesario para la formación integral de los estudiantes.

Ahora, sin Religión no habría Ética, o "Valores éticos", pero esto tampoco es admisible, porque la Ética es una rama ancestral del campo filosófico. La filosofía no puede seguir siendo esclava de nada. El intelecto busca la fe (intellectus quaerens fidem) o no la busca, dado que no es imprescindible para la naturaleza de tal intelecto. Obligar a unos a cursar la alternativa para garantizar el derecho de los otros a estudiar religión es una contradicción. La singularidad de los Acuerdos es que se inclinaron por la Jerarquía eclesiástica, como si el Estado siguiera considerándose confesional. ¿Qué clase de acuerdo es el que favorece sólo a una parte?

Parece que la alternativa justifica la religión y la legítima con su inseparable suplemento que la apuntala a cargo de las disciplinas filosóficas. Pues bien, la filosofía prefiere que la dejen a su modesta suerte, antes que someterla a servidumbres y perversiones. No se puede tomar la moral en vano. La Ética tiene que ser simplemente filosófica, sin religión. Sólo queda iniciar la Historia de las religiones, porque no se debería olvidar que Dios escribe siempre derecho con renglones torcidos.

Julián Arroyo Pomeda

Ilustraciones: sin dioses. org, panoramio.com, engracia. es


jueves, 19 de junio de 2014

El Papa que piensa



La entrevista al Papa Francisco, que ofreció Cuatro TV, el domingo 15 junio, a las 22 55 horas, merece la pena ser tenida en cuenta, porque no dejará a nadie indiferente. Se notó una sinceridad a flor de piel. Lo dice todo, muy respetuosamente, eso sí, pero no se calla nada.

Pues bien, la citada entrevista concluyó con estas palabras ante la pregunta del periodista Cymerman de cómo le gustaría que le recordará la historia: "Era un buen tipo, hizo lo que pudo, no fue tan malo". Y es verdad que el Papa actual es un buen tipo, con sentido del humor, que sabe reírse, es muy próximo y hasta echa mano de algún chistecito.


Empieza con un tema de máxima actualidad, la persecución y la violencia, que domina hoy el Oriente Medio. La violencia en nombre de Dios, especialmente, es una contradicción, que han practicado las tres religiones en una línea fundamentalista, la cual hace violencia por una idea religiosa, en nombre de Dios.

Otra cuestión es si se considera revolucionario. No se atemoriza por acudir a las raíces para ver lo que le piden hoy. Y desde esta identidad quiere hacer los cambios que sean necesarios.

Tiene problemas con el protocolo, pero procura respetarlo. En su visita a Brasil rompió el protocolo de seguridad, que le habían preparado. Era un automóvil con una gran caja de cristal, que le pareció un muro ante el pueblo que iba a saludar. No podía hacerlo, viendo "yendo de una lata de sardinas", dijo. Sabe que le puede pasar algo, eso sí, pero está en manos de Dios y, además, a su edad, sonrió, tampoco tiene mucho que perder.

Ante el problema de la desigualdad entre ricos y pobres, su respuesta es contundente: el sistema económico mundial no aguanta más. Con la comida que sobra podrían alimentarse todos los desnutridos, pero no se hace, porque tenemos un Dios, el dinero. Se trata de que nos encontramos sometidos a la idolatría del dinero, en lugar de ponerlo todo al servicio de los hombres las mujeres. Y ya se sabe la afirmación evangélica, de que no se puede servir a Dios y a las riquezas, a la vez (Mateo 6,24 y Lucas 16,13): si se sirve a uno de estos señores, se menosprecia al otro. Esta es la razón por la que un rico no podrá entrar en el reino de los cielos. Parece que se nos ha olvidado ya la advertencia evangélica. Y nadie mejor que el Papa para recordarlo.

Todavía hay más, y esto resulta paradójico. Resulta que el sistema descarta a los jóvenes y a los ancianos. Hay países en los que el 50% de los jóvenes están sin poder trabajar y sin producir la riqueza económica necesaria, ni desarrollarse como personas. Los jóvenes constituyen las bases del futuro de los pueblos. Sin ellos no hay tal futuro.
Pero también sobran los ancianos, porque ya no producen. Pertenecen a las clases pasivas. Sin embargo, son los que saben y tienen que pasar esta sabiduría los jóvenes para que puedan recordar su historia y vivir así su propia identidad.


Sólo quedan las guerras para sanear el mundo y las armas, que se venden en cantidades ingentes, produciendo un dinero a espuertas. Con las armas se matan los seres humanos entre sí: hoy nos tocará a nosotros, pero mañana llegará el tiempo para vosotros. Así no se puede vivir, pero el pensamiento único globalizado pretende convencernos de lo contrario y acabar con la riqueza de la diversidad, poniendo públicamente al dinero en el centro.

El antisemitismo, que niega, todavía hoy, el holocausto, es una locura. Corresponde, más bien, a corrientes políticas de derechas, según el Papa. En la Segunda Guerra Mundial las grandes potencias tienen una gran responsabilidad, porque conocieron perfectamente las redes ferroviarias por las que los nazis condujeron a los judíos a los campos de exterminio y no las bombardearon. Habría que hacer una reflexión histórica profunda sobre semejantes acontecimientos.

No se olvida tampoco el Papa de hacer un importante elogio a la política, "una de las formas más elevadas del amor" por conducir al bien común. No comprometerse con la política es el egoísmo y emplearla para los intereses propios es corrupción. Hay que rehabilitar, una vez más, la política. 

Bergoglio es un hombre que piensa. Al que piensa no le importa compartir el contenido de sus pensamientos, porque pensar es, también, aprender. Los seres humanos tienen la capacidad de pensar por ser vivientes racionales. Esta es nuestra esencia, que se debe ejercitar, todavía más, en el tiempo problemático que es nuestro tiempo. El sistema económico que nos envuelve es algo que tiene que darnos que pensar, porque está en juego la propia vida humana. Saludemos desde aquí a los hombres que piensan.

Julián Arroyo Pomeda

Ilustraciones: zoomneus.es; contractox.net, sedipalfmorelia.com, nutrineira.com, es.fotolia.com, taringa.net, saladeredacción.com